Masturbación Femenina: El placer al alcance de la mano

Darse placer una misma es una de las formas más concretas de autoconocimiento


Autor: Director

Darse placer una misma es una de las formas más concretas de autoconocimiento. Si bien, es costumbre que los hombres hablen de la masturbación, sobre el cuerpo de las mujeres hay un manto de silencio. Aquella dimensión de la vida humana donde el placer y la imaginación son ilimitadas fue asolado por el oscurantismo médico hasta el siglo pasado. Convertido en gesto político por feministas y un gran negocio por la industria del sex shop, en Chile de a poco entramos en el tema.

SIN CULPA

Algunas prefieren frotarse pechos, recorrer su cuerpo con delicadas caricias; otras simplemente permanecen rígidas y esperan la llegada del momento de clímax; hay las que gimen, también aquellas que permanecen en silencio absoluto. No menos son las que usan juguetes y lubricantes, aunque al parecer prefieren usar sus dedos, no conversan mucho del tema entre las amigas como lo hacen los varones en su pubertad, sienten vergüenza y piensan que, si cuentan sus intimidades, las tratarán de forma despectiva. En la alcoba del secreto pareciera yacer el autoerotismo femenino, pero tal lugar cultural no es tan obvio, ni la represión del tema es tan profunda. Por lo menos para ellas.
La dosis de Mati es dos veces por mes. No tiene problema alguno en hablar a sus 20 años, pues desde hace seis años que comenzó a explorar su cuerpo. Estaba de vacaciones con sus primos y mientras “ellos hacían las típicas competencias de masturbarse en la pieza que compartíamos, yo simplemente hacía lo mío en silencio (…) no había tenido relaciones sexuales cuando comencé a conocer mi cuerpo. Hoy, aunque no lo hago muy seguido, podría contarte que lo hago unas dos veces por mes… o simplemente cuando siento deseos”.
El autoerotismo no existe en la educación chilena, menos cuando se trata del cuerpo femenino. En las clases de sexualidad los contenidos son en referencia a las cualidades reproductivas, descripción de funciones o, incluso, enfermedades venéreas. Claro que no se señala que masturbarse es una de las tantas formas de evitar contagios infecciosos. “Me han llamado de colegios particulares caros que me piden un tallercito, 2 tallercitos y cuando se dan cuenta que los niños empiezan a preguntar mucho se cierra el curso. Es tremendamente difícil tocar el tema”, cuenta Cristián Thomas, sexólogo del Centro de Estudios de la Sexualidad de Chile.
Thomas comenta que “cuando preguntas a las mujeres jóvenes, hoy se nota que hay un mayor número de ellas que exploran la masturbación,  a diferencia de las mayores. Claro que todavía son pocas las mujeres que acceden al goce con su propio cuerpo”.
Laura tiene 27 años y comenzó a masturbarse pasada su primera relación sexual. Ella pertenece al 80% de las mujeres que recién post primer coito sienten el deseo de autoestimularse.  El 20% restante llegará a su muerte sin haber sostenido un acto sexual en solitario. “La masturbación es tibia y extraña, nunca una es igual a otra”, nos dice.
Para Laura llegar al orgasmo mediante la masturbación es fácil y requiere menos tiempo que llegar al éxtasis a través de una relación sexual entre dos personas. “Obvio, yo conozco mi cuerpo, sé lo que más me gusta, me doy mis tiempos, nadie me apura ni tampoco debo esperar a nadie, ni menos dar explicaciones si finalmente no llego a un orgasmo”- señala Laura.

MANUSTURPARE Y ONANIA

Masturbación proviene del latín man(u) sturpare,  Manu significa mano, stuprum: un deshonor una estupefacción, es decir, una acción vergonzosa realizada por la mano al cuerpo. En el antiguo Egipto el Dios Atum, copulaba con su puño para fertilizarse a sí mismo y crear la vía láctea (Ackerman). En Grecia era común la masturbación, tanto para hombres como para mujeres, aunque el código de Esparta lo condenaba. Pero para los demás helenos el autoerotismo era una acto digno de los dioses(as).
El filósofo Diógenes se masturbaba en el ágora ante el pueblo, tratando de demostrar que todas las actividades humanas merecen ser hechas en público, que ninguna de ellas es tan vergonzosa como para requerir privacidad. Galeno en plena Roma antigua recomendaba la masturbación como terapia, mientras Hipócrates la condenaba.
La imagen de la masturbación moderna surge con la publicación de Onania, en 1712, escrito por un desconocido cirujano que hablaba de pornografía médica soft. Para el historiador Thomas W. Laqueur, autor de Sexo Solitario, Una historia cultural de la masturbación (Fondo de Cultura Económica), con el libro se “inventó una nueva enfermedad y un mecanismo novedoso, altamente específico, cabalmente moderno; un modo casi universal de generar culpa, vergüenza y angustia”. El extenso título rezaba: Onania; o, el atroz pecado de la autopolución y sus terribles consecuencias, indagado en ambos SEXOS, con consejos espirituales y físicos para aquellos que se han dañado con esa abominable práctica. Y una provechosa admonición a la juventud de la nación de ambos SEXOS. Nacía así el onanismo.
El nombre viene de la acción del personaje bíblico, Onán, quien practicaba coitus interruptus con la esposa de su fallecido hermano para no dejarla embarazada, dejando caer la semilla al suelo y poniendo en riesgo así la permanencia en el tiempo del pueblo judío. El acto de Onán para sus compatriotas era una ofensa  ante los ojos de Dios.
El libro venía con combo. Su autor pensó primeramente ofrecer remedios religiosos, pero las recomendaciones de otro médico lo llevaron a incluir como remedios la ‘tintura vigorizante’ y el ‘polvo prolífico’. El amigo médico reimprimió ediciones del tratado. Laqueur observa el “desvergonzado esfuerzo por inventar una nueva enfermedad y al mismo tiempo ofrecer su cura a un precio exorbitante”, todo un negocio.
Después de Onania y hasta las primeras décadas del siglo XX, se decía que la masturbación producía ceguera irreversible, hacia salir pecas en la cara, pelos en las manos y a la mujeres que practicaban el acto, se les caería el clítoris. Junto a la patologización del placer solitario se prescribían crueles tratamientos y prácticas: se ataba las manos con grilletes, se readaptaron los medievales cinturones de castidad y se mutiló el clítoris a algunas pacientes.

DEFECTOS Y PICAZONES

El filósofo Michel Foucault describió en su Historia de la Sexualidad, que desde el siglo de Onania, la sexualidad “se definió por naturaleza como un dominio penetrable por procesos patológicos, que exigía intervenciones terapéuticas y de normalización”. El indefinido terreno del autoplacer fue allanado por médicos y terapeutas.
Cuando Diderot organizaba la Enciclopedia encargó redactar el tópico de la masturbación al médico suizo Samuel Tissot, quien en 1760 publicó su propia versión de Onania: L’ Onanisme. El libro de Tissot no ofrecía remedios, sino que intentaba hacer una descripción seria de la solitaria práctica, a la que oponía vida saludable, buena compañía y algunas pociones energizantes. El libro fue un verdadero best sellers en su época y la Enciclopedia de Diderot le daría 30 páginas al tema.
Para el médico suizo la práctica no había que considerarla pecado, sino una patología corporal, era “la más mortífera y siniestra de las prácticas sexuales”. Luego de la circulación del libro no dejan de aparecer remedios para prevenir la paja, las poluciones nocturnas o cualquier otra forma de placer. En 1799 en Londres se venden para jóvenes de ambos sexos, las pastillas vigorizantes persas, recetadas para las “prácticas impulsivas de locuras infantiles” o el jarabe vegetal persa para la ceguera temporal que causa la masturbación. Otro médico interesado en ventas, Kellogg (el de los cereales), recomendó a su vez  comer regularmente copos de maíz. Otros recomendaban guantes ásperos, descargas eléctricas o tratar los genitales con ortigas.
En la época estaba solidificada en la medicina la noción histérica del placer femenino. En 1885 un médico inglés, Isaac Baker-Brown dio publicidad a la extirpación del clítoris para poner fin a la masturbación femenina. A la operación la llamó clitodermia.
No tardaría en aparecer otra acción médica: la infibulación o cauterización de los genitales, divulgado por el Dr. Yellowiees, quien sostenía ufano: «Me propongo probarla en gran escala y seguir alambrando a todos los masturbadores».
Ya en el siglo XX, Sigmund Freud  describe la práctica solitaria como algo propio de la infancia, pero que practicado en la vida adulta constituía la causa de una de las formas de neurosis de la época, la neurastenia. Una especie de fatiga crónica.
Desde el siglo XIX se publicaron con profusión en toda Europa y norte América cartillas con consejos a los padres para vigilar las poluciones nocturnas de sus hijos. Se recomendaba visitarlos sorpresivamente en medio de la noche o atarles las manos.
Chile también tuvo la suya: La Masturbación y sus peligros, publicada por el Departamento de Higiene Social de la Dirección General de Sanidad en 1938. El texto dice que “uno de los vicios más perjudiciales para la juventud, lo constituye el placer solitario de la masturbación, llamado también onanismo o vicio de Onán”, agregando que “tiene este vicio su origen en algún defecto físico de los órganos sexuales o enfermedades que se origina por falta de aseo de los mismos, y que determinan en niños y niñas erupciones que se acompañan de picazón , obligándolos a rascarse, maniobra que maquinalmente practicada puede despertar sensaciones agradables  (..)  La cara adquiere palidez inusitada, los ojos se sombrean de profundos surcos oscuros, se presentan dolores de cabeza, aparece la irritabilidad nerviosa que arrastra a la tristeza, a la cólera , síntomas que se agregan con frecuencia como los vértigos, zumbidos en los oídos, pesadillas que pueden llevar a perturbaciones mentales graves. (…) Médicos establecen que por masturbarse de pie se producen congestiones a la médula, parálisis e incluso la muerte”.

EL TRABAJO DE KINSEY

El trabajo del médico norteamericano, Alfred Kinsey, sobre la vida sexual en el hombre (1948) y en la mujer (1953) vendrían a poner una nota discorde a la tradición médica.
Recibió gran apoyo de la Fundación Rockefeller, la que posteriormente le retiraría el dinero, al saber que Kinsey  preparaba un libro sobre la conducta sexual de la mujer. Para entonces el  senador Joe McCarthy denunció al trabajo de Kinsey como parte de la “conspiración comunista”.
Kinsey describió la autopolución como un acto normal y, luego de estudiar la vida sexual de 8 mil mujeres, concluyó que “la masturbación femenina es la práctica que conduce con más frecuencia al orgasmo, siendo que el término medio de las mujeres no alcanza dicha satisfacción, aún en el coito marital y ello rige también para la práctica de las caricias premaritales”.
Definió  la masturbación como una “autoestimulación deliberada que produce excitación erótica y satisfacción sexual”. Y dijo que la gran mayoría de las mujeres llega a la masturbación como un proceso de autodescubrimiento y la exploración de sus órganos genitales, pese a que la mayoría de ellas conocía de la masturbación masculina pero ignoraba que la mujer podía practicarla. Las que sí sabían era a partir de publicaciones impresas, pues no se acostumbraba a verbalizar el acto.
Kinsey señala que un 3 % de las mujeres comenzó la masturbación por experiencias homosexuales, en tanto que entre los hombres la cifra asciende a un 9 %; la masturbación femenina que termina en orgasmo es de un 4 % para los 7 años de edad; de un 12 % para los 12; y de un 15% para los 15, edad promedio en que comienza la menstruación. Desde esta edad hasta los 45 años, un 58% de las mujeres estudiadas dijo que de iniciar una masturbación llegaba hasta dar con el orgasmo.
Respecto a la frecuencia, algunas mujeres no se masturban más que dos veces al año, la mayoría sin embargo lo hace hasta el punto del orgasmo. Un 4 % dijo que la practicaba 14 o más veces por semana en determinadas épocas de su vida, llegando al orgasmo unas 30 veces por semana.
Kinsey concluyó que la masturbación es más común en mujeres con estudios superiores, a diferencia de las otras, quienes practican en su mayoría el coito premarital  y marital por temor a lo perniciosa de la práctica para su integridad física y moral.
Kinsey contribuyó a prefigurar el destape que vendría después. En los ’60, Alan Dungan publica un poema titulado For Masturbation que dice: “Me he permitido/ Este rincón y soy Dios…”. Para la época el autoerotismo era una bandera del movimiento feminista y gay, quienes invitaban a realizarlo como una forma de libertad, autonomía y rebelión. En 1971 es publicado Nuestros cuerpos, nuestras vidas del colectivo Women and their bodies, que se lanza en picada contra la teoría freudiana y reivindica la sexualidad clitoriana como parte del proceso de convertirse en mujer. Dice que la práctica es “el primero, más simple y más conveniente camino para experimentar con tu cuerpo”.

PAJITA CHILENA

Las chicas no sabrán de autoplacer sexual hasta dar ellas mismas con algún resultado, motivado por el propio deseo e incluso la casualidad. Al espinillento chico, más que seguro el padre o amigos le conversarán del tema y hasta lo molestarán pidiéndole que muestre la palma de la mano para ver si ya tiene el “pelito de oro”. Sin embargo a la mujer, ni profesoras ni madres les enseñarán el cómo poder autoentregarse placer sexual, aunque  según el estudio de Kinsey, la mayoría lo descubrirá por la literatura.
La experiencia clínica de Thomas lo hace sostener que “las mujeres tienen una pésima relación con su cuerpo, no son capaces ni siquiera de mirarse la vagina o de meterse un dedo. No conocen su cuerpo y los hombres viven fundamentalmente en torno a la erección o a los orgasmos de la mujer y no tienen tampoco una relación con los afectos ni con el cuerpo. Yo diría que la sexualidad de los chilenos es bastante pobre”.
A ello, el sexólogo agrega que el chileno no logra separarse de la tradición moral que no facilita la vida sexual y que impide que se diferencie de la familia de origen. “Tenemos habitualmente en Chile, las madres metiéndose en la vida de los hijos, las suegras metiendo en la vida de la pareja (..) Pasarlo bien en Chile es hacer un asado con 400 personas de la familia y no hacer vida intima”- reflexiona. Según  cifras de la Fundación Futuro, el 60 % de los hombres y de las mujeres dicen pasarla mal en su vida sexual. La encuesta que hizo la Universidad de Santiago hace 5 años atrás mostraba que como el 60% de las personas tenían una relación paralela a la relación estable.

VIBRADORES RELIGIOSOS

En 1977 abrió Good Vibrations en  la costa oeste de Estados Unidos, tienda que sería el primer sex shop. Sólo ese año tendría ventas por 15 mil dólares. En Europa Beate Ushe es la cadena más grande y el 2000 tenía 300 locales. Hoy hay diversas líneas de vibradores, destacando unos de silicona con figuras de Cristo, la Virgen o Buda.
Good Vibrations llamó en los ’90 al mes de la masturbación, invitando a charlas, festejos y mesas de conversación. También hay cursos, libros y terapias que ayudan a las mujeres a masturbarse mejor. También hay comunidades virtuales de onanistas y hace unos años más de 5 mil jóvenes que promediaban los 22 años respondieron a la encuesta del quinto aniversario de Nyjacks.com.
En Chile el mercado es reciente. No es raro que muchas mujeres den varias vueltas antes de entrar a los sex shop o esperen el momento para que nadie las vea. Patricio Navarro, del Sex Shop Multisex, comenta que “yo incentivo a las parejas que vienen para que jueguen, para que se atrevan. Hay mucha gente que piensa en terminar el matrimonio y es en ese momento en que se puede buscar una salida entretenida para el amor y el sexo”.
Respecto de las compras de las féminas, Navarro contó que “generalmente compran vibradores, estimuladores clitoriales, anales y vaginales. Nuestra empresa lleva 4 años,  se formó con un solo local y hoy tiene 5. La venta de juguetes sexuales va en aumento, pero no todas las mujeres buscan lo mismo. En general los aparatos los compran parejas, pero hay mujeres que compran en solitario cuando sus parejas se van fuera del país, y no quieren ponerles los cuernos”.
Una novedad en el mercado de la masturbación es el llevado adelante por Jane Morgan, www.japijane.cl , quien dice que los productos que vende  sirven a las mujeres para ir conociendo su propio cuerpo, “es muy difícil que los hombres sepan que le gusta a una, sí las mismas mujeres no saben”.
“Lo recomiendo porque es una medida anti stress junto a los orgasmos, es  relajarse más, el placer sexual es una necesidad básica y la masturbación es una opción mucho más sana que meterte con cualquier persona”, agrega  Morgan.
“Lo que hago con Japi Jane es que les entrego una asesoría individual a las y los interesados, me escriben a mi mail y yo les oriento, si se juntan 4 amigas o más las visito en su casa y les explico y vemos los productos. Las mujeres que más demandan son de 30 a 45 años. Pero me llaman también  solteras y con parejas  de 50 a 60 años, y junto a ello hombres que los quieren para sus parejas. Durante este año ya he visitado más de 300 mujeres que están muy felices”, conversa sonriente Jane.
Thomas sin embargo considera que “las chilenas cada vez que contactan el placer se sienten culpables, se sienten muy mal, como si fuesen pecadoras. La imagen María Virgen, madre, es muy fuerte, muchas mujeres inconscientemente tratan de ser madres. No mujer sexual, no mujer erótica, no mujer amante”, pueda ser que la tendencia está cambiando.
Respecto a las fantasías rescatadas por Thomas, señala que “son cada vez más frecuentes las fantasías con otra mujer. Masturbarse con otra mujer. Y una fantasía que he escuchado muy reiteradamente es que un hombre las violenta sexualmente sin que sepan quien es. Hay una mezcla de fuerza y de violencia importante pero nunca tanto para dañarla. Una fantasía muy recurrente y sobre todo en lugares semi-públicos”.
Mmmmm, sinceramente no es  obligación el masturbarse, ni  menos es cierto que las mujeres que no practiquen este goce sean más o menos mujeres, es cosa de opciones, de libertad y por ello se debe aceptar tanto a quien por decisión religiosa o por satisfacción sexual no esté de acuerdo , pero así también debe aceptarse que quien desee masturbarse por insatisfacción , placer,  lívido o hambre sexual, pueda hacerlo sin culpas, castigos ni temores, de nada ni nadie.

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Por Bruno Sommer y Margaux Collet

+ INFO:
Todo vibradores: https://www.goodvibes.com/
Onanistas unidos: http://www.nyjacks.com/


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