Este jueves 22 de mayo, cerca de las 11 am, Camilo Díaz asistió al Centro de Justicia a realizar los trámites necesarios para que la Defensoría Popular asumiera su caso.Hasta ese momento, pesaba en su contra una medida cautelar que lo mantenía en prisión domiciliaria nocturna, orden que determinó el pasado 9 de mayo la justicia. ¿Por qué? Había sido detenido el día anterior en el centro de Santiago, en el marco de la marcha nacional por la Educación que convocó la Confech.
Sin embargo, en ese momento, se enteró que la cautelar en su contra había sido modificada, tras la apelación de Fiscalía. Fue detenido y llevado a prisión preventiva al penal Santiago Uno. Allí permanece en el módulo 4, hasta que termine la investigación. Es decir, durante los próximos 90 días.
La denuncia la hizo pública la Coordinadora de Estudiantes de Filosofía y Humanidades (CEFH) a través de una declaración en la que repudiaron el actuar tanto de Carabineros como de la Corte y de Fiscalía, y donde exigieron “la libertad inmediata de nuestro querido compañero y amigo, y la anulación completa del juicio e investigación que se lleva en su contra por un montaje realizado por Carabineros contra un estudiante inocente”.
Según explicó Rodrigo Hidalgo, coordinador general de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Díaz fue detenido el día de la marcha del 8 de mayo junto a otros compañeros en calle Lord Cochrane, y llevado a parte hasta la 33° Comisaría de Ñuñoa. El resto fue trasladado a la 3° Comisaría de Santiago.
Allí, a Díaz le requisaron su mochila y la llevaron a otra sala, donde fue rociada con parafina, junto con todos sus cuadernos, libros de estudio y objetos personales. “Camilo se negó a tomar la mochila porque se dio cuenta que estaba con bencina, empapada”, y agrega que, al otro día “dado que no se pudo probar que tenía hidrocarburo en las manos con el test que le hicieron, la única evidencia que usaron era la fotografía de una bomba molotov en una mesa”, afirma Hidalgo.
Tras ello, fue formalizado por tenencia de artefacto incendiario y se estableció un plazo de 90 días de investigación.
Para el vocero de la CEFH, instancia que agrupa a los estudiantes de la facultad, no hay dudas de la buena conducta de Díaz y aseguran que “fue detenido completamente al azar”, y agregan respecto de una posible persecución política que su compañero “no milita en ningún partido político y sólo pertenece a la Coordinadora”.
Hidalgo, también estudiantes de Historia y que representa a la instancia estudiantil, afirmó que hoy, a las 10 am, han convocado a los compañeros de Díaz para denunciar el montaje en el mismo Centro de Justicia.
Cabe recordar que el pasado lunes en la noche, otro estudiante de la casa de Bello fue detenido por estar supuestamente involucrado en la golpiza que manifestantes le propinaron a un teniente de Carabinero el pasado 1 de mayo, en el marco del acto alternativo realizado en la Plaza Brasil. El caso de Bryan Seguel tuvo sin embargo, un final mucho más auspicioso al ser dejado en libertad tras ser desestimadas las pruebas en su contra.
En la ocasión, el estudiante de Sociología recibió un cerrado respaldo de académicos y estudiantes tanto de la Facultad de Filosofía y Humanidades como la Facultad de Ciencias Sociales. El caso reabrió los temores ante los casos de montajes policiales desarrollados contra dirigentes estudiantiles y casos de persecución política. El caso de Camilo Díaz viene a dar cuenta de cómo en una misma semana, estudiantes incluso con distintos niveles de participación en el movimiento estudiantil, son amedrentados por la policía bajo la criminalización de protesta social.