¿Nuevo proyecto o indicación sustitutiva? Reforma a la educación superior se mantiene en suspenso

El proyecto de reforma a la educación superior no deja contento a nadie. A juzgar por el retraso en su tramitación y las declaraciones de estudiantes y rectores, falta camino por recorrer para que la iniciativa se concrete. De hecho, la ministra de Educación, Adriana Delpiano, anunció una indicación sustitutiva al proyecto, que será presentada en octubre.

Patricio Medina, vocero de la CONFECH y presidente de la Federación de Estudiantes Universidad de Santiago (Feusach), comentó en conversación con El Ciudadano que «se nos dice que van a hacer indicaciones, pero no nos dicen cuándo, cómo y qué tipo de indicaciones. Eso nos genera la duda si será un nuevo proyecto».

Sin embargo, el rector de la Universidad Alberto Hurtado, Eduardo Silva, adelantó a La Tercera que parte de la indicación anunciada por Delpiano refiere al control del lucro, el Crédito con Aval del Estado (CAE), reconocimiento jurídico de los Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales y el fortalecimiento de la educación publica.

Mientras tanto, los rectores de las universidades estatales ponen en duda la aprobación de la reforma durante este gobierno, debido al descontento que genera su contenido. “El proyecto de ley ha reafirmado los temores de muchos, en el sentido de que la reforma a la educación superior no hace otra cosa que legitimar y profundizar un modelo predominantemente privado, donde el Estado está al servicio de los intereses particulares que desconocen su responsabilidad con la educación pública”, escribió el rector de la Usach, Juan Manuel Zolezzi en El Mercurio.

De ahí que sean actores a favor de una serie de indicaciones, acordadas en el último encuentro que sostuvieron en Valdivia. Allí suscribieron que todos los planteles que reciban fondos públicos tienen que tener fiscalización y rendición de cuentas, fiscalización centralizada, mantener la administración del sistema de admisión en el Consejo de Rectores (Cruch) en conjunto con el Mineduc y reemplazar el CAE “por otro mecanismo más solidario”, según detalló rector de la Universidad de Antofagasta y vicepresidente del Consorcio de Universidades del Estado.

En tanto, los estudiantes se encuentran elaborando una contrapropuesta, de acuerdo a lo expresado por Medina, quien adelantó que la presentación del documento se concretará el próximo 27 de octubre, en el marco del Encuentro Nacional por la Educación, que integrará –además­– a rectores y trabajadores de los planteles universitarios.

En la instancia se definirá también si se la juegan por una serie de indicaciones o por un nuevo proyecto. De todas formas, Patricio Medina detalló que los ejes de la contrapropuesta serán el fin al endeudamiento, la eliminación del CAE, un marco regulatorio para instituciones educacionales, financiamiento público sujeto a democracia interna de los planteles, fin al subcontrato para los trabajadores de las casas de estudio y una Superintendencia orientada a la fiscalización del lucro, para todas las instituciones.

¿Indicaciones o nuevo proyecto? Medina responde que “no se descarta el retiro del proyecto, porque no le gusta a nadie, no genera consenso en ningún actor social”, pero también está abierto a la disputa en el Congreso “en el caso que sea tramitado y las nuevas indicaciones abran espacio para nuestras propuestas”.

«La ciudadanía está esperando una propuesta, no solo una demanda”

Hace unas semanas, los militantes de Izquierda Autónoma Camila Rojas (presidenta de la FECH) y Víctor Orellana publicaron una columna en biobiochile.cl, en la que explican que nadie gana con el estancamiento de la reforma a la educación superior.

En el texto esbozaron una crítica al movimiento estudiantil por haber “subvalorado la enorme capacidad de presión política de los intereses económicos anclados en el sistema educacional, y los profundos grados de colonización de éstos sobre los partidos de la Concertación y el Gobierno”.

Patricio Medina.

Para el presidente de la Feusach, el problema se relaciona con las dificultades para reinventarse luego de 10 años de movilizaciones. En este sentido, el dirigente estudiantil sostuvo que “pasa más por un tema de forma de comunicación de la demanda, de mantener a la ciudadanía latente y cercana a la movilización. Creo que la violencia que se genera en las marchas y la liturgia de todos los años de tener paro desgastaron el movimiento».

«La ciudadanía está esperando una propuesta, no solo una demanda y, en ese caso, creo que es fundamental tener una coordinación con otros actores, que no solo sean estudiantes, como trabajadores y rectores», agregó.

Otra arista planteada por Rojas y Orellana se orientó a la capacidad del movimiento para pasar de la denuncia al aterrizaje de sus demandas. “No vamos a cambiar el país sólo denunciando su injusticia. Tenemos que demostrar que, en los hechos, las cosas se pueden hacer distinto. Y concentrar nuestra fuerza social y política en dichos objetivos. Estemos o no en el gobierno”, escribieron.

Medina piensa que para demostrar mayor viabilidad de la reforma educacional se debe “partir por un mayor respaldo de la propuesta, con los trabajadores y rectores». Además, su diagnóstico se dirigió a que en este último tiempo, se han perdido las “formas creativas de movilizarse, se perdió un poco lo que eran las actividades culturales y solo nos supeditamos a los paros, tomas y marchas”.

“Tampoco voy en desmedro de eso, creo que esas formas de movilizarse son medidas de presión, pero tienen que ir acompañados de un ‘calentamiento de la masa’, es decir, instancias previas e hitos mediáticos», añadió.