Después de cinco meses del regreso a clases presenciales en la entidad, los docentes de todos los niveles de educación en Puebla se muestran preocupados por el rezago educativo que presentan sus aprendices derivado del confinamiento provocado por la contingencia sanitaria por el covid-19.
Aseguran que muchos estudiantes pasaron de año sin haber aprendido lo necesario, es así que después de los meses de aislamiento, hay niños que entraron a tercero de primaria sin saber leer ni escribir.
Argumentaron que “no es lo mismo clases en línea a clases presenciales”, pues señalaron que en muchos casos, los padres de familia no tienen el tiempo, los conocimientos, la paciencia y la capacidad para enseñarles desde casa a sus hijos.
Aunado a esto, muchos padres desconocen las nuevas tecnologías además, agregaron que en muchos hogares no hay conexión a internet, lo que dificultaba que los niños participaran en las clases en línea.
“En mi escuela iniciamos de forma alternada y muchos de mis niños no saben nada, regresaron sin tener muchos avances, vamos como cangrejos, en retroceso, es un caos el enseñarles todo lo que no aprendieron. Nosotros intentamos trabajar en línea pero no se pudo, de 30 niños sólo se llegaban a conectar 5, y así no se puede avanzar, no se puede dar por hecho que los niños aprendían, no funcionan así las clases”, mencionó Vilma, docente de primaria.
A consideración de Gabriela, maestra de primaria, el regreso a clases presenciales, ha servido para que sus alumnos tengan un mejor aprendizaje, pero a pesar de todos sus esfuerzos, los alumnos de su grupo sí presentaban un retraso educativo.
“Sí nos afectó mucho la pandemia, no es lo mismo trabajar con ellos en línea que trabajar presencial, hay muchos niños rezagados, sí los ayudó mucho que regresarán a presenciales, han avanzado mucho pero no como uno espera”, mencionó Gabriela.
Problemas emocionales y de convivencia
Por otra parte, los profesores afirmaron que el rezago educativo no es el único tema derivado de las clases a distancia que se debe atender, pues argumentaron que muchos de sus alumnos presentan problemas emocionales.
Aseguraron que al permanecer tantos meses en el encierro, los menores se sienten solos en las escuelas, lo que les representa una dificultad para convivir con sus compañeros.
“Mis niños no se hablan, no conviven entre ellos, no sé conocen y eso también nos genera un problema para su educación”, mencionó Gabriela.
Sus probables soluciones
Para Vilma, la opción más viable es reubicar a los menores conforme a los conocimientos adquiridos en los últimos meses, para que así puedan ir aprendiendo de la mejor manera todo lo que no estudiaron durante las clases a distancia.
A su vez, Valeria y Alonso, profesores de diseño industrial en una universidad privada, tienen opiniones divididas. Por una parte, Alonso considera que las escuelas pasen a ser de tiempo completo, aunque consideró que es poco probable que esto suceda porque implica un aumento salarial a los docentes.
“Yo creo que una de las soluciones es que hubieran escuelas de tiempo completo, para que de esa manera se combata el rezago educativo, en la totalidad de las escuelas, obviamente, se les debe pagar más a los maestros, entonces dudo mucho que esto pase”, mencionó Alonso.
En tanto que Valeria, argumentó que es mejor hacer pequeños grupos de no más de diez alumnos para trabajar de manera enfocada en las necesidades de los estudiantes y al mismo tiempo evitar la propagación de contagios.
“Nuestros alumnos están desesperados, por mucho que uno trate de dar las clases en línea, no están aprendiendo lo que deberían de aprender, deberían hacer grupos conforme a las necesidades de su aprendizaje, es urgente y necesario el regreso, pero también estamos conscientes que no estamos en las mejores condiciones para poder regresar”, mencionó Valeria.
¿Funcionan las medidas sanitarias?
A pesar de que sus escuelas tienen diferentes protocolos sanitarios, los educadores coincidieron en que sus instituciones están cumpliendo las medidas establecidas, por lo que afirmaron que han funcionado para evitar contagios al interior de los colegios.
Reconocieron la participación de los padres de familia quienes han comprado botellas de gel antibacterial, sanitizantes, termómetros y otros insumos para desinfectar las aulas.
En ese sentido, la escuela de Vilma es la única que ha presentado hasta ahora contagios, cinco alumnos y dos profesores, quienes permanecieron aislados mientras se recuperaban. Por ello, la directora ha pedido a los padres de familia que avisen sí sus hijos presentan síntomas para que se queden resguardados en casa.
“Desde el regreso a clases, sólo se han dado dos casos de profesores, pero eran los niños quienes sin saberlo ya llevaban el virus y los contagiaron, la verdad es que cuando estábamos a distancia se contagiaban más los compañeros”, mencionó Vilma.
Suspensión de clases
El pasado lunes 10 de enero, el Colegio Salesiano Trinidad Sánchez Santos, ubicado al sur de la ciudad de Puebla, suspendió indefinidamente sus actividades presenciales por casos sospechosos de la variante ómicron al interior de la institución.
Un día después, el 11 de enero, la Universidad Madero Puebla (UMAD) informó que a causa del reciente aumento de contagios de covid-19, el regreso a clases presenciales prevista para el 17 de enero sería pospuesto al 14 de febrero.
Medida que ha sido adoptada también por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, sin embargo, en el caso de la BUAP, la suspensión de actividades presenciales continuará de manera indefinida.
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Fotos: Agencia Enfoque y Humberto Aguirre