Foto: Radio U de Chile
A raíz de la similitud en el rechazo de materias educativas entre reformas y soluciones parche del Estado, los establecimientos de educación superior conforman una corriente sólida, unificada y en pro de manifestarse juntos por un camino hacia lo mismo: Una educación de calidad, digna, laica y absolutamente gratuita para todos.
No obstante, existen materias que conforman los petitorios internos de cada universidad, los cuales denotan falencias que cada institución mantiene con sus alumnos, ya sean de carácter educacional, administrativo o estructural.
Las universidades privadas por su lado defienden tanto sus demandas internas como las que desean integrar al petitorio de la Confech, el cual ha sido un camino largo y trabajado, según nos contó Iñaki Martínez, Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Alberto Hurtado y miembro activo de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech).
El estudiante señaló que el tema de las universidades privadas en la Confech es una cuestión creciente y han integrado cada vez a más universidades. “Este año tengo entendido que son cerca de 3 las universidades privadas que se suman a la plataforma de la Confech (UAH y UDP hasta el momento) y en términos programáticos nosotros estamos sacando resoluciones a partir de un diagnóstico particular”. Cabe señalar que son muchas las universidades privadas que están activas en las manifestaciones, tanto las que son parte del Consejo de Rectores como las que no.
Martínez manifestó que lo que ocurre justamente en la discusión por el debate de la reforma educacional es que el gobierno está actuando “con debilidad, improvisaciones y un mal manejo político. No tiene una agenda clara ni tiempos de discusión ni cómo se integraron los actores sociales en este debate y tampoco posee elementos programáticos muy contundentes, más allá de la declaración del 21 de mayo (del 60%), que dejó fuera a las universidades privadas”.
La discusión que ofrecen los alumnos es que hoy si bien las universidades privadas deben integrarse a este convenio de gratuidad y recibir aportes fiscales directos desde el Estado, esto debe ir también transformando los criterios, del porqué se justifica que una universidad privada reciba aportes del Mineduc y en eso por ejemplo, la entrega de recursos debe pasar por espacios de democracia triestamental ya que es una característica fundamental para el cumplimiento de sus demandas.
El joven comentó que la única manera de asegurar que los fondos entregados por el Estado ingresen a una universidad privada y se distribuyan en el bienestar de los alumnos es que la comunidad tenga control sobre esos fondos y defina los criterios.
Por otro lado, explicó que “otros elementos pasan desde las políticas de extensión. En eso uno al fin y al cabo contrasta una visión de rol público que rebasa los términos espirituales o la misión y visión, se llega a una visión pública de la universidad, en términos materiales”.
El hecho de que hoy exista esa diferenciación antes mencionada entre universidades privadas y estatales, para el vocero estudiantil sin duda responde a un criterio de propiedad, “por cuanto hay una propiedad diferenciada y hay que tener en cuenta que las universidades del Estado tan del Estado no son”.
Lo que están dando a entender es que hoy el problema es transversal, es decir, cuando hablan de la construcción de un nuevo sistema nacional de educación pública, es que todas las universidades se vinculen al sistema y vayan paulatinamente eliminando la supuesta diferenciación.
Porque más allá de la cuestión propiedad, están todos atravesando por un conflicto con respecto a la educación. Un conflicto que también pasa por una falta de democracia, poca participación dentro de los proyectos educativos y una clara falta de inclusión en la posibilidad de estudiar en un lugar que no garantiza ningún derecho.
La visión que tiene la Confech en relación a la supuesta segmentación de universidades, es que como organismo estudiantil comprendieron que avanzan todos para el mismo lado y con las mismas bases en las demandas, por esa razón, según Martínez “no marcamos la diferencia más allá de los términos puntuales que se nos plantea en el debate porque hoy día derechamente se dejó fuera a las universidades privadas y en eso obviamente vamos a marcar la diferencia para poder ingresar a la discusión”.
La Confech empezará a impulsar la construcción de una puesta programática de ahora en adelante en el debate y en las movilizaciones que se vienen. Están entregando aquellos elementos que vinculan tanto a las universidades privadas como las del Estado en un nuevo sistema de educación pública.
Las establecimientos educacionales del Estado o tradicionales vienen con una cultura organizacional mucho más importante de carácter histórico y eso habla de los aprendizajes políticos que aquellas universidades comportan “por tener más años o haber participado de diversos procesos de movilización y organización tienen esa impronta, donde nosotros somos universidades jóvenes se complica un poco”. Es la razón que nos entrega el integrante de la UNE con respecto a la poca visibilidad de las privadas en la mesa decisiva de la Confech.
Las Ues. privadas integran el 70% de la matrícula de universidades a nivel general, pero Martínez nos aclara que también viven bajo niveles de precarización mucho más radicales. “Hoy hablamos que en las universidades privadas el tema de la persecusión y represión de la organización es un hecho constante, aparte de la falta de espacios y recursos para los estudiantes que quieren organizarse”. argumentó el estudiante.
Al mismo tiempo señaló que hoy las universidades privadas están en un proceso de movilización importante, “por ejemplo en la Universidad Alberto Hurtado (UAH) estamos con una paralización general y un petitorio interno, también tratando de vincularnos a las demandas nacionales”.
Nos cuenta que es un proceso en alza que tiene criterios históricos y materiales que atentan contra la organización estudiantil y hoy con la fuerza de la movilización están intentando trabajar.
Frente al escenario de la Alberto Hurtado en particular, Iñaki explica que entregaron un petitorio hace dos semanas y ahora se encuentran con bastantes actividades y discusiones. “Son cerca de 20 carreras las que se están movilizando y la próxima semana entregaremos una segunda respuesta con respecto a las demandas y las respuestas de parte de la universidad (que no fueron satisfactorias para el alumnado)”.
El diagnóstico que hacen como Confech es que hoy la crisis de representatividad y legitimidad que atraviesa el Gobierno por los casos de corrupción y hechos de represión ocurridos últimamente describen a un gobierno que no tiene la capacidad de conducción ni liderazgo para salir de esta crisis política.
El día de hoy los estudiantes del país esperan que las movilizaciones se profundicen, que sean más los paros y las marchas para acompañar eso con un contenido que el gobierno de turno no ha podido dar.
El 10 de junio que viene saldrán a las calles en una jornada de movilización y le entregarán al gobierno y a la ciudadanía la respuesta que actores sociales y el movimiento estudiantil quieren respecto a una futura educación.
Al menos así lo pronunció el estudiante de psicología, cuando añadió que sobre esos términos “esperamos que se pronuncien (el Estado) porque derechamente lo que ocurrió durante el 21 de mayo fue operar bajo la misma lógica que venía operando el gobierno y la Presidenta. Plantear un titular con bombos y platillos y dejar de lado el contenido, hablar de la reforma educacional y no profundizar nada”.
La reflexión es que finalmente quienes tienen la legitimidad y capacidad de conducir procesos de transformación y encauzar el debate educacional son los movimientos sociales (en conjunto), porque son ellos los que instalaron la moción de educación gratuita en la calle.