Desde el pasado 11 de mayo, los estudiantes de la Universidad Andrés Bello iniciaron un inédito proceso de movilización que ya ha sumado a más de 40 carreras al paro y a la discusión sobre la educación de mercado y la democracia estudiantil.
El proceso ya contaba con antecedentes desde el 2014, cuando unos alumnos de Derecho denunciaron las condiciones de hacinamiento y la falta de reinversión de la institución, pese a los altos aranceles de las carreras.
Desde entonces, el debate se fue profundizando hasta concientizar a gran parte del estudiantado, que por tradición no estaba acostumbrado a movilizarse ni a definir sus demandas ante las autoridades de la institución.
Hoy, existe un petitorio único entre los alumnos de la UNAB de Viña del Mar y Santiago, que ubica en el centro de las preocupaciones de los universitarios el endeudamiento -considerando que la mayoría estudia con Crédito con Aval del Estado y pagando elevados aranceles- y la necesidad urgente de democratizar la institución privada.
Además, aclara María Fernanda Moraga, presidenta del Centro de Alumnos de Derecho de la sede en Viña, hay cuestionamientos directos a la falta de reinversión de la universidad.
«Nos preguntamos por qué pagamos tanto y no vemos eso reflejado en mejorías en la institución. En este sentido, nuestras demandas más importantes tienen que ver con el congelamiento del arancel y la rebaja de la matrícula, convertirla en una matrícula única», consigna.
Hoy, los estudiantes tienen claro que para seguir movilizándose a futuro en la UNAB, necesitan de una política estudiantil democrática, que modifique el reglamento de disciplina que hoy impide que los alumnos se manifiesten políticamente. Además, emplazan al controlador de la institución, el Grupo Laureate, a realizar nuevas auditorías que aclaren cómo se está usando el dinero de los universitarios.
Una movilización histórica
En estos días de movilización, los dirigentes han tenido que lidiar con los obstáculos de generar discusiones y paralización en un estudiantado poco acostumbrado a este tipo de manifestaciones. Así lo explica Moraga: «Como no existe una tradición de movilización en esta universidad, para todos es algo nuevo. Se tiene muy integrado el pensamiento de que somos clientes, no estudiantes. Cuesta entender que la educación es un derecho y debe ser garantizado, independiente de si la institución es privada. Algunos sólo quieren que se respete su contrato como clientes de la universidad, pero de a poco hemos hecho el trabajo de concientizar».
De forma gradual, pero segura, admiten, los estudiantes de la institución privada han comenzado a entender que son tan estudiantes como los demás, y deben pelear por sus derechos.
Ayleen Viera es estudiante de Derecho de la UNAB sede capitalina y militante de Revolución Democrática. Viera participó de una reunión con el Confech para exponer la situación de paro de su universidad.
Por ahora, cuenta, «ha sido súper gratificante que una universidad privada se movilice contra el lucro y por la democratización de los espacios. Nos hemos dado cuenta que cuando los estudiantes toman conciencia, no pasan ni cinco minutos y ya quieren movilizarse y exigir sus derechos».
El petitorio actual del Confech contempla las demandas estipuladas por las instituciones privadas y, ante el escenario de ofensiva del movimiento estudiantil, la UNAB comienza a cumplir un rol importante. «El movimiento se viene potente, hoy da lo mismo de dónde vienen los estudiantes, existe un descontento generalizado», puntualiza la presidenta de Derecho de la sede viñamarina.
UNAB en la ofensiva del movimiento estudiantil
En Santiago, los edificios de Casona, Campus Creativo, Antonio Varas, Los Leones, República y Bellavista se encuentran en movilización. Los estudiantes cuentan que incluso un curso de doctorado decidió sumarse al paro, demostrando la transversalidad de las demandas, aunque el proceso no deja de sumar obstáculos: «Es difícil movilizarse en universidades privadas, se nos dice que si no nos gusta el lucro entonces por qué nos inscribimos en esta universidad», relata Viera.
Durante la jornada de este martes, los estudiantes de sede Bellavista iniciaron una manifestación pacífica en las afueras de la institución. Sin embargo, y aunque no fue solicitado por las autoridades, llegó un importante contingente de Carabineros e irrumpió en la universidad, agrediendo a los alumnos que custodiaban la toma.
«Ellos entraron violentamente y al que pillaron, le pegaron y se lo llevaron detenido», relata Fabián Cevallos, presidente del Centro de Estudiantes de Derecho en Santiago. Sin embargo, asegura que no se detendrán en sus movilizaciones. «Nos hacemos parte del llamado del movimiento estudiantil a iniciar la ofensiva, creemos que ya son muchos años luchando por esto, asumimos el compromiso y la responsabilidad de llevar a cabo esta ofensiva», recalca.
Además, el dirigente destacó el carácter histórico de la movilización, recalcando que ha cambiado el paradigma que antes obstaculizaba la discusión política de los estudiantes de instituciones privadas. «Es un proceso que costó pero se ha consolidado. Estamos orgullosos y vemos que cada día son más los compañeros que tienen consciencia de que esta educación de mercado nos roba la dignidad a nosotros y a nuestras familias».
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