El Tribunal Constitucional tiene que entregar un fallo final con respecto a la gratuidad en la educación superior y todos estamos expectantes por eso, pero más que expectación, hay una cierta incertidumbre latente en los ojos de los chilenos, porque ahora último salió la oferta de entregar una fórmula final en dos semanas, antes de las postulaciones.
¿Podrán las familias y los estudiantes descansar y creer en un posible esclarecimiento del desarrollo de la Reforma Educacional, después de tantas falsas promesas?
El vocero de gobierno, Marcelo Díaz anunció: «Queremos decirle a las familias y a los jóvenes que van a postular el 27 de diciembre; antes de esa fecha vamos a dar a conocer de manera muy clara las instituciones que se va a acoger a ese régimen de gratuidad para los que postulen lo hagan con toda la claridad que corresponde»
Así mismo la ministra de Educación, Adriana Delpiano, señaló que el Mineduc está trabajando en los últimos detalles del proyecto para la educación superior y que sí o sí ingresará al Congreso antes del próximo 31 de diciembre.
Pero si durante todo el 2015 el movimiento estudiantil criticó la gratuidad vía ley de presupuesto por ser un camino que nace unilateralmente por parte del gobierno con la cual intentaron, a través de una medida a corto plazo, adquirir la legitimidad que habían perdido ¿de verdad creen que funcionará el próximo año?
Porque además de ser antidemocrática, no viene a cambiar nada, solamente aumenta un presupuesto para instituciones que no deben modificar nada, entonces: Mientras los verdaderos actores se movilizan para crear cambios en las condiciones actuales de sus casas de estudio, el gobierno financia instituciones con mecanismo ofrecidos hace veinte años, en donde los recursos entregados dependían de la cantidad de estudiantes y mantenerlos dependía también de ellos, fórmula con que los alumnos claramente son sometidos a una presión constante para ser considerados “beneficiados”.
La gratuidad sin la educación pública se convierte en un parche curita para dejar tranquilas a las familias diciéndoles que todo estará bien y que suplirán sus necesidades, igual como pasó con el movimiento docente hace unos meses atrás.
El último movimiento de la derecha fue aprovechar la situación y poner al país y al Ejecutivo en su etapa más triste y decadente, en donde la Nueva Mayoría y los opositores se enfrentan en el TC, defendiendo cada uno a los que, según su punto de vista, son los “vulnerables”, sin entender que lo que se necesita es una reforma que transforme paradigmáticamente el escenario, una que hable de las falencias de la educación en el país.
La recién electa presidenta de la FECH, Camila Rojas, conversó con El Ciudadano sobre la oferta de entregar la fórmula antes de fin de año y dijo que todas las decisiones apresuradas o que traen ambigüedades como hemos visto durante este tiempo son bastante irresponsables y aseguró que lo han visto con varias situaciones, particularmente en el tema de la gratuidad y en sus más de 7 propuestas de financiamiento.
Las dos semanas propuestas (por el gobierno) representan plazos irreales que concitan a la incertidumbre y la irresponsabilidad que tienen al asumir compromisos. Rojas añadió que lo más importante era poner plazos realistas en donde efectivamente las decisiones se tomen a conciencia y en consideración de lo que se ha pedido el último año.
Nicolás Fernández, ex presidente de la Federación de Estudiantes UDP y ex vocero de las Ues. Privadas dentro del CONFECh dijo que la gratuidad vía Ley de Presupuesto no puede ir, porque si se verdad existe la convicción de crear transformaciones en la educación superior debe ser sí o sí mediante una reforma, no por una Ley de Presupuesto. “Menos ahora que abrieron el espacio para que universidades privadas sin regulación tengan gratuidad”.
Fernández enfatizó que desde las privadas quieren gratuidad, pero con la justa regulación, una que garantice el rol público que tendrán esas instituciones.
Por otra parte agregó que la derecha siempre piensa que poniendo por delante a los estudiantes pobres puede esconder la pésima calidad educativa, el lucro y los intereses privados de sus instituciones. “No nos dejemos engañar, la gratuidad tiene que ir a las instituciones que respondan a las necesidades del país, eso es calidad.”
En el mismo escenario, conversamos con Felipe Valdebenito, antiguo presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de La Frontera y ahora miembro de la agrupación AC en La Araucanía, quien nos manifestó que es inaceptable para los estudiantes que a días de que puedan participar del proceso de educación no se tenga claro cómo será el financiamiento.
Lo que plantea Valdebenito es precisamente que los movimientos del gobierno dan cuenta de lo irresponsable que ha sido en el proceso de uno de los temas más sensibles del programa para la ciudadanía. “Endeudarse para estudiar no es cosa poca y la familia es bastante expuesta a eso”.
El punto es que para que exista calidad en la educación superior se debe eliminar el mercado, explica Felipe, “se debe descartar el negocio de la educación pública sacando la acumulación de riquezas de los grandes empresarios a través de la educación, entendiendo que el estado tiene que garantizar su financiamiento por parte de la regularidad en el marco en el cual se podría ir mejorando la educación”.
El negocio versus la calidad no es compatible y sólo se pueden relacionar si se fortalece la educación pública, por eso los estudiantes han puesto sobre la mesa que fortalecer la educación pública se puede hacer mediante el aporte directo a las instituciones y no a través de becas, que son finalmente un mecanismo de mercado.
El ex dirigente estudiantil explica que lo que está en juego el 2016 es construir una reforma educacional verdaderamente legítima “y eso se hace conversando y llegando a acuerdo con los actores sociales, porque son ellos los que han puesto el tema y los que ven la posibilidad de cambiar el paradigma en la educación superior”, entonces la pregunta es: ¿Por qué aún no se ha hecho un proyecto en conjunto con ellos y en cambio se ha encarecido la legitimidad de una reforma, aun sabiendo que una reforma política sin legitimidad es una política de corto plazo y que lo más probable es que el próximo año sea modificada de nuevo?.
Gratuidad y Calidad, ¿En algún caso los dos conceptos son excluyentes o dicotómicos?, Aunque para todos lógicamente deben ir de la mano, desde el gobierno insisten en optar sólo por uno y dejar el otro a cargo del mercado y su incesante lucro, por eso esperamos que el próximo año las políticas de educación se centren en el trabajo conjunto con los que de verdad salen a la calle a protestar por una mejora en el pésimo sistema que hoy mantiene el país.