La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) tiene una iniciativa denominada Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de los Adultos (PIAAC, por su sigla en inglés). En un estudio reciente, el organismo determinó que unos 43 millones de personas en Estados Unidos presentan bajos niveles de alfabetización en inglés, el idioma oficial del país norteamericano.
Los resultados del estudio fueron publicados esta semana por el Centro Nacional de Estadísticas de la Educación, ente adscrito al Instituto de Ciencias de la Educación del Departamento de Educación estadounidense.
La investigación se realizó entre los años 2011 y 2014. A los encuestados se les preguntó sobre sus antecedentes educativos, con la opción de ser entrevistados en inglés o español, seguido de una evaluación final de sus habilidades en idioma inglés.
El PIAAC es un estudio internacional a gran escala de adultos en edad laboral (de 16 a 65 años) que evalúa sus habilidades en tres áreas: alfabetización, aritmética y resolución de problemas digitales. Así, recopila información sobre su nivel educativo. experiencia laboral y otros antecedentes.
En su estudio, el PIAAC define ‘alfabetización’ como «la capacidad de comprender, evaluar, usar y comprometerse con textos escritos para participar en la sociedad, alcanzar metas y desarrollar conocimiento y potencial».
El Programa clasifica a las personas en cinco niveles de competencia en materia de alfabetización: del nivel 1 (el más bajo) hasta el nivel 5 (el más alto). Los adultos con bajos niveles de alfabetización se definen, de acuerdo con informes internacionales, como aquellos que se desempeñan en la evaluación de alfabetización del PIAAC en el «nivel 1 o inferior», además de aquellos que ni siquiera pudieron participar en la encuesta.
¿Cuáles son las tasas de alfabetización en EE. UU.?
Los resultados revelaron que al menos cuatro de cada cinco adultos (79 %) tienen habilidades de alfabetización en inglés suficientes para completar tareas que requieren comparar y contrastar información, parafrasear o hacer inferencias de bajo nivel. Esto quiere decir que se ubicaron en el nivel 2 o uno superior.
En contraste, uno de cada cinco adultos en Estados Unidos (21 %) tiene dificultades para completar estas tareas. Esto se traduce en 43 millones de adultos con muy pocas o nulas habilidades de alfabetización. De ese número, al menos 26.5 millones se ubican en el nivel 1, ya que aunque pueden comunicarse en el nivel más básico, no pueden leer un periódico o tienen problemas para llenar formularios en un consultorio médico.
Alrededor de 8.4 millones se ubican por debajo del nivel 1 y se consideran «analfabetas funcionales», por ser incapaces de determinar con éxito el significado de las oraciones y leer textos relativamente cortos para localizar una sola pieza de información.
En tanto, otros 8.2 millones ni siquiera pudieron participar en la encuesta debido a la barrera del idioma o una incapacidad cognitiva o física para ser entrevistados. Este grupo se clasifica de «baja capacidad de alfabetización en inglés», como se hace en los informes internacionales, aunque no existe una evaluación directa de sus habilidades.
Clasificación por nacionalidad y raza o etnia
Los adultos nacidos en EE. UU. representan dos tercios (66 %) de los adultos con bajos niveles de alfabetización en inglés. Mientras, aquellos no nacidos en el país norteamericano comprenden el 34 % de la población con pocas habilidades de alfabetización, en comparación con el 15 % de la población total.
Por otro lado, según el PIAAC, los adultos blancos (35 %) e hispanos (34 %) constituyen el mayor porcentaje de adultos estadounidenses con bajos niveles de alfabetización en inglés.
En conclusión, por raza/etnia y nacionalidad, el mayor porcentaje de personas con baja alfabetización son adultos blancos nacidos en Estados Unidos, siendo aproximadamente un tercio de esa población poco calificada. Los adultos hispanos nacidos fuera de EE. UU. representan una cuarta parte de esos adultos poco calificados.
George, un jubilado de 79 años
El medio ABC News publicó un reportaje en que el relata la experiencia de algunas personas que viven esta realidad. El primero de ellos es George, un jubilado de 79 años que fue conductor de empresas de la rama automotriz durante más de dos décadas, pero que también reparó aviones, sirvió como diácono en su iglesia y tiene nueve hijos.
George, quien pidió que no se publicara su nombre real, contó que su padre -en Alabama- nunca tuvo para «enviar a sus hijos a la escuela». A medida que creció y se mudó a Florida, su baja alfabetización afectó su trabajo, aunque encontró formas de evitarlo, como contratar a otra persona para que se encargara de la contabilidad y presentará sus negocios.
«Mi lectura fue como la de un estudiante de primer grado todo ese tiempo», dijo George. «Simplemente fui bendecido. Siempre tuve personas que estaban dispuestas a ayudarme y tenía la determinación de que estaba dispuesto a lograrlo, de que tendría una vida decente».
Sus habilidades de lectura también afectaron su vida fuera del trabajo. Siendo miembro activo en su iglesia bautista local le tocó asumir el cargo de presidente de la junta de diáconos, aunque no podía leer fácilmente la Biblia.
Entonces, cuando sabía que debía leer un pasaje de la Biblia ese domingo, se preparaba con anticipación. «Lo repasaba con mis hijos y mi esposa para entenderlo y luego podía recordarlo parar levantarme y hablar sobre ello», relató a ABC News.
Brittani Bellamy, trabajadora de 28 años
Por su parte, Brittani Bellamy tiene 28 años y recientemente obtuvo su propio departamento, está practicando para obtener su licencia de conducir y trabaja en Universal Studios.
Sus padres la educaron en casa, aunque esa técnica «en realidad no funcionó como debería, y a medida que crecí me di cuenta de que no sabía leer». Contó que no fue hasta los 22 años, cuando comenzó a ir a la iglesia, que el pastor la alentó a buscar ayuda adicional.
«Tenía miedo porque no quería que nadie se burlara de mí (…) Me daba vergüenza decir que tenía 22 años y no podía leer (…) Te juzgan y te hacen sentir avergonzado por lo que sea que hayas pasado en tu vida», relató.
Tanto Bellamy como George buscaron ayuda en la Liga de Alfabetización de Adultos de Florida, donde ambos toman clases grupales y reciben tutoría personal.
Ellos son dos ejemplos de que la noción de que todos o la mayoría de los hablantes nativos de inglés en Estados Unidos saben leer y escribir, al menos en un nivel básico, es generalizada y falsa.
Un problema más común de lo normal
La directora ejecutiva de la Liga de Alfabetización, Gina Solomon, explicó que son muy comunes varios mecanismos que tienen estas personas con baja alfabetización para enfrentar la situación. Por ejemplo, algunos argumentan que no tienen los anteojos consigo cuando tienen la tarea de completar un formulario o leer un menú.
Otros guardan siempre un trozo de papel en sus billeteras que deletree claramente su nombre o dirección, para copiar la información cuando lo necesitan.
Asimismo, aseguró que anteriormente el estigma que enfrentaban los hablantes nativos de inglés era más pronunciado que el que enfrentaban aquellos nacidos en el extranjero, sugiriendo que había más empatía por los estudiantes para quienes el inglés es un segundo idioma.
Sin embargo, expone que hoy, «en el clima político actual, eso ha cambiado, y ahora se escucha todo el tiempo que la gente dice a nuestros estudiantes extranjeros en público: ‘Viniste aquí y no hablas inglés'».