Una Rosa roja cae una noche como hoy , 15 de Enero de 1919, cayó muerta por un esbirro que recibiendo ordenes , la basureó , la golpeo con una escopeta la mató arrojándola a un río, pero esta mujer avejentada, tenia apenas 48 años, era una luchadora implacable contra el gran capital .
Bertolt Brecht en ese momento con 21 años escribía:
“La Rosa roja ahora también ha desaparecido.
Dónde se encuentra es desconocido.
Porque ella a los pobres la verdad ha dicho
Los ricos del mundo la han extinguido”
Que puede importar ahora un hecho que ocurrió hace 94 años, la importancia es que esta polaca, internacionalista, que ya a los trece años se interesó en los vaivenes de la sociedad, vivió en un mundo complejo y rico, pasó desde la lucha clandestina a la cárcel, del cuestionamiento al partido y el espontaneìsmo de los movimiento sociales , vivió en el mundo de los animales políticos de la época y ella los enfrentó sin temor desde Kautsky, hasta Trosky, pasando incluso por Lennin.
No dudó de volver a su nativa Polonia, a pesar de la prohibición, vivió el exilio y el inilio, fue una mirada fresca de los acontecimientos fuertes desde la 1ª Guerra Mundial, de la fracasada Revolución de 1905 en la Rusia Zarista, hasta la Revolución de Octubre de 1917, donde ya deslizaba críticas a este proceso, es la gran olvidada de aquella época, pero es la frescura actual en el pensamiento de la izquierda del siglo XXI.
Su grito de ¡Socialismo o Barbarie! ha cruzado el espacio y a perdurado por 100 años , golpeando con fuerza hoy más que nunca, escucheeeeeemos ese grito, no le compremos nada al capitalismo, que nos está exterminando en todos los sentidos imaginables. He ahí la importancia de este recuerdo.
La tarea que tenemos por delante es enorme, partiendo del lenguaje que tenemos que revolucionar, hay que ponerle sustancia a una democracia radical, a la localidad, a los bienes comunitarios, los movimientos sociales tienen que cambiar de piel y ponerse a la altura de los requerimientos.
Tenemos dos caminos o seguimos en este sistema y tratamos de cambiarlo por dentro, con algunos diputados o senadores, o definitivamente nada con el Estado capitalista e ir creando una alternativa a todo lo que huela a capitalismo, hay que crearlo todo, hay que meter las patas, pero si no lo hacemos ,esto se perpetúa, merecemos una sociedad, no una suciedad.
Todo lo que no queremos , tenemos que nosotros cambiarlo ahora, ya, en un trabajo que inconmensurablemente difícil, pero quién dijo que iba a ser fácil. Las cumbres abandonarlas, ir a lo más elemental, lo más básico, de ampliar nuestro horizonte y dejar de seguir Popes, y asumir nuestras prácticas a teorizar sobre ellas y confrontar las ideas de los clásicos y no tan clásicos.
La flor no la mataron, hay muchas Rosas Rojas nuevas y a ganarlo todo desde abajo a la izquierda y verde.
Publicado en Ecosocialismo