Santiago bueras perdió su ultima batalla


Autor: Director

A sólo semanas que se inicie la temporada escolar, acompañada por todas las sensaciones que para los niños implica el enfrentar un nuevo año lectivo, encontrar grandes amigos, crecer como estudiantes y alimentar el cariño que se siente por la “querida escuela de toda la vida”, la realidad ha golpeado fuerte a los alumnos, y en general a todo el plantel de la tradicional Escuela Santiago Bueras


ya que razones técnicas, principalmente económicas, llevaron al centenario colegio a cerrar los libros y las aulas de clases de manera definitiva esta temporada. El ocaso de la Escuela Nº 3, como también se conocía, no es un problema reciente, según indica Boris Barría, director del establecimiento valdiviano.“Desde el año 1998 que se planteaba el cierre del colegio. La baja de matrículas fue un factor importante, ya que a medida que se crearon escuelas en las diferentes poblaciones y barrios nuevos de la ciudad, los alumnos que teníamos se cambiaron a los colegios más cercanos a sus hogares”.
Sin embargo, y para evitar un fatal destino, la Municipalidad tomó cartas en el asunto con la intención de paliar el problema de la baja cantidad de alumnos. En los años 2003 y 2004 se dispuso para la escuela movilización especial y gratuita para los estudiantes; pero ni esta medida pudo revertir el poco interés de los padres por matricular a sus hijos en el establecimiento educacional del barrio Bueras.
Nada parecía ir bien. La comunidad escolar, al enterarse del cierre de su establecimiento, manifestó una férrea oposición. Se realizaron marchas hacia el municipio valdiviano, reuniones con el alcalde Bernardo Berger y encargados del Departamento de Administración de Educación Municipal (DAEM). Protestas que por lo demás no estuvieron exentas de problemas, ya que en una de las tantas manifestaciones en contra de la medida de cierre, los estudiantes con todo tipo de insultos, improperios y palabras poco ortodoxas, causaron el enojo de la autoridad comunal.
Así los días pasaban, y los dimes y diretes
iban y venían de un lado a otro con la intención de buscar responsables ante el drama escolar que vivían cientos de inocentes alumnos. De este modo, los padres, al ver la preocupación y angustia de sus pequeños, no tardaron en responsabilizar al director de la escuela, como también al alcalde Berger. En este sentido, Ruth Zambrano, presidenta del Centro de Padres del ya desaparecido colegio manifestaba que “hay un ensañamiento con nuestra escuela. Lo que sucede, es que hay una mala gestión del director Boris Barría”, explicó.
Para condimentar aún más el problema, el DAEM informó al colegio que tras el cierre, la Escuela de Música “Juan Sebastián Bach” posiblemente ocuparía por un año las dependencias de la Santiago Bueras, mientras se construye el nuevo local del establecimiento de artes musicales. Obviamente, la respuesta de la comunidad santiagobuerina fue de un total y completo rechazo.
LAS AULAS SE CIERRAN
No dispuestos a ceder espacio alguno, los padres de la escuela en conflicto, decidieron buscar apoyo político. Concretamente, de dos concejales valdivianos integrantes de la Comisión de Educación y Cultura del Consejo Municipal. El presidente de dicha comisión, Israel Huito y el secretario de la misma, Francisco Eguiluz, manifestaron en un comunicado oficial que “la comisión no cree que la solución al problema educacional de Valdivia pase por el cierre de las escuelas municipales con baja matrícula, como es el caso de la Escuela Nº 3”. De igual manera, argumentaron que “la situación de la educación municipal es compleja, y que para solucionarla es necesario escuchar a todos los actores que participan en este proceso”. Algo que según el concejal Huito, “aquí no ha pasado en ningún momento”.
Como una forma de evitar el cierre, el alcalde Berger se comprometió a re-evaluar la
situación de la escuela, sólo si a fines de diciembre el establecimiento obtenía una matrícula de 500 alumnos. Los padres vieron en eso una pequeña esperanza de revertir el problema. Pero, lamentablemente, sólo lograron una pre matrícula -compromiso preliminar de estudiar en el establecimiento- de apenas 197 niños, mientras la matrícula real fue de escasos 40 alumnos. Con tales números, las cartas ya estaban echadas.
Fue así que ni los 100 años de existencia y labor educacional, pudieron salvar a la Escuela Santiago Bueras. La falta de alumnos y de recursos al interior del municipio hizo insostenible prolongar la vida del colegio. En este sentido, dado el motivo económico esgrimido para el cierre, las cifras fueron claras, indicando que no era viable mantener un establecimiento para 1.200 estudiantes, y que durante el año 2005 tuvo una matricula de apenas 243 alumnos, generando un gasto extra de 60 millones de pesos para su mantención, que la Municipalidad no estaba en condiciones de seguir sustentando.
Ahora la duda que surge es ¿qué sucederá con las dependencias de la Escuela Nº 3?. Desde el municipio y a través de la Jefa de Gabinete, Alicia Westermayer, se informó que “la corporación edilicia tiene en mente un proyecto de escuela municipal con educación tradicional, y a la vez una acabada orientación al deporte. La idea es potenciar la actividad deportiva en la ciudad y qué mejor que a través de un colegio”.
De este modo se llegó al último capítulo, y la decisión ya es irrevocable, una escuela se cierra, pero también otras nuevas surgirán. Ahora, sólo quedará el recuerdo de los que tuvieron la oportunidad de estudiar en el antiguo colegio Santiago Bueras, el que durante 100 años de historia educó y vio crecer a generaciones enteras de valdivianos, quienes seguramente, y con el paso del tiempo, recordarán orgullosos que alguna vez pasaron por estas tradicionales aulas.


Cristian Spuler


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