Una estudiante de 14 años de Liceo Darío Salas dio justo y simbólico castigo a la privatizadora ministra de Educación Mónica Jiménez. Lo hizo con un jarrazo de agua arrojado, sin temor ni duda alguna, en pleno rostro.
Esta estudiante había sido agredida por Carabineros junto al resto de sus compañeros que participaron de una toma de su establecimiento educacional el mes pasado. Lo hacían en defensa de la educación pública y en contra de su privatización y del proyecto LGE. En la ocasión, la ministra Jiménez no expresó preocupación alguna por la integridad de los jóvenes y niños agredidos.
El reciente jarrazo de agua, ocurrió cuando Jiménez se aprestaba a participar -este lunes 14 de julio- de una actividad de cierre de los “diálogos por la educación pública» impulsados por el Mineduc y que contaban con la participación de estudiantes y profesores en el Hotel Crown Plaza. La idea era conversar acerca de los alcances de la cuestionada Ley General de Educación (LGE).
Cuando Jiménez estaba frente al estrado, estudiantes secundarios y dirigentes del Colegio de Profesores empezaron a protestar con pancartas y gritos. La ministra optó por retiarse del estrado.
En circunstancias que esto hacía, una estudiante del Liceo Darío Salas se acercó a la ministra y le arrojó el contenido completo y puro de agua de un jarro, dejándola totalmente empapada.
Posteriormente, Jiménez declaró en el subterráneo del hotel: «Esto ha desprestigiado el movimiento de ellos. Han demostrado que no son capaces de dialogar. Me gustaría conversar de a uno (con ellos) porque en grupo se aleonan», sostuvo ante la prensa.
Añadió: «Si ellos querían que sintiera como se siente que te moje el guanaco, pues bien, lo sentí. Gracias por el jarro de agua, que es menos fuerte que el guanaco».
Esperamos que este baldazo de agua fría haga recapacitar a esta ministra-empresaria de la educación, protectora de los ricos, para que entienda el ánimo que hay entre los estudiantes y profesores. Estos han sido duramente reprimidos, con mucho más que agua: palos, pateaduras, lacrimógenas envenenadas, ofensas de todo tipo. Además de todo lo que significa el robo de la educación. Y ella nada ha dicho. Por el contrario: impulsa una ley que pretender blanquear la herencia de la dictadura, para consagrar la destrucción de la educación pública y la mercantilización de la educación.
Cabe destacar que la acción de ésta secundaria fue respaldada por el Colegio de Profesores y la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios y Universitarios através de sendas declaraciones de Alos dirigentes Amador Sepulveda (vocero Aceus) y Jorge Abedrapo.
Este baldazo de agua es un hecho de enorme simbolismo y completamente pacífico: de que otra manera podría una niñita expresar su completo repudio al acciopnar represivo del estado y a la destrucción de su educación? Es pacífico, porque no supone daño alguno a la integridad física de la afectada. Por el contrario, le permitirá ayer entender el sufrimiento mucho mayor que sufren los estudiantes por la imposición de un sistema de explotación y avasallamiento de la cual la ministra es rostro.
Lo molesto del agua de este jarrazo, en nada se compara con el accionar de los agentes represivos del Estado, que cargan contra estudiantes como si estos fueran mosnstruos.
En definitiva: el jarrazo no sólo fue contra la ministra, sino que contra todo este Gobierno y la Concertación, que llegó al poder con el respaldo de profesores y estudiantes, y otros sectores sociales, a quienes hoy da vuelta la cara.
El Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet está completamente distanciado de los pueblos de Chile y sus estudiantes, y ahora se esconde tras un ejército de policías tal cual como hizo la dictadura de Pinochet.