Adriana Delpiano manifestó que aquel promedio esconde las desigualdades que tiene el sistema y añadió que existieron resultados buenos, regulares y malos en establecimientos de igual nivel socioeconómico, lo que “demuestra que hay factores, no todos socioeconómicos para mostrar las diferencias”. Sin embargo, con el tiempo hemos podido revelar que la diferencia de clases sociales en los colegios siempre es un punto importante en el marco de resultados positivos o negativos del Simce.
Hubo una clara debilidad en el desarrollo de ideas y vocabulario, donde sólo el 12% alcanzó el nivel más alto (4), mientras que al nivel 3 llegó el 39%, al 2 un 30% y al nivel más bajo, un 7% de los niños, con una omisión de respuestas del 12%. El poco manejo de recursos de cohesión fueron las principales falencias detectadas por la prueba tomada a 222 mil 114 alumnos de 6º básico, que corresponden a 5 mil 173 colegios en Chile.
En cuanto a la capacidad de usar conectores de manera correcta, la medición mostró que sólo el 14% alcanzó el nivel 4 en cohesión, un 35% el nivel 4 y el otro 32% llegó al nivel 2 de esta categoría. Por otro lado, en la adecuación del propósito comunicativo, más de la mitad de los evaluados (51%) de los estudiantes obtuvo el nivel mayor, un 16% llegó al nivel 3; y un 12% al nivel 2.
Finalmente lo que se desclasificó fue que los niños de sexto básico presentaron problemas de puntuación, por ejemplo, sólo un 23% cumplió con poner mayúscula al inicio, puntos y comas al interior del texto o punto final. Henríquez manifestó que «la importancia de la puntuación radica en que es relevante para la eficacia comunicativa de un texto, ya que establece límites entre ideas y, al no utilizarla o emplearla de manera equivocada, se puede cambiar el sentido de un texto».
Sobre la propuesta del Mineduc que buscaba que los propios establecimientos aplicaran y al mismo tiempo, corrigieran la medición, el Consejo Nacional de Educación (Cned), rechazó la iniciativa y decidió no suspender la aplicación de la prueba Simce de Lectura en segundos básicos durante este 2015. El organismo argumentó que si se busca cambiar la lógica de las pruebas desde un carácter sumativo a otro formativo debían tener un periodo de transición hacia la nueva propuesta que desean implementar.
La Reforma se supone que busca inyectar mucho más impulso a la construcción de capacidades, a la toma de decisiones profesionales de los docentes y las escuelas, por lo que transferir las pruebas a las escuelas es parte de esa propuesta. Así lo afirmó el director del Centro de Políticas Comparadas de Educación e integrante de la Comisión Simce, Ernesto Treviño.
La organización Alto al Simce cree que la decisión del Consejo Nacional es lamentable. Paulina Contreras, vocera de la organización e investigadora de la Universidad de Chile responsabilizó al Gobierno porque no está priorizando esta materia. Contreras expresó que el Gobierno tiene que hacer las gestiones correspondientes para generar cambios, pero que no se preocupan de eso, porque “no es la prioridad o no está abordando las tareas que tiene que abordar”.
Entonces el 8 de octubre, cerca de 200 mil estudiantes de segundo básico rendirán el Simce de Lectura, sin ningún cambio propuesto por el Gobierno.