Seguimos siendo violentados y vulnerados en nuestros derechos fundamentales; sin sueldo hace dos meses, sin poder acceder a salud ni a créditos, sin llevar comida a nuestros hogares, sin tener cómo transportarnos, sumando a millonaria e involuntaria deuda previsional. Ha sido un año duro, tiempos de resistencia sindical denostada por las autoridades universitarias que miran nuestra lucha reivindicativa como una batalla negativa, mezquina y ajena a los Derechos Humanos que Trabajadores y Trabajadoras debemos reconocer, promover y defender.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo «Chile ha sido Estado miembro de la OIT desde 1919. El país ha ratificado 61 convenios, de los cuales 51 están en vigor, incluso los convenios fundamentales. En el año 2008 el Gobierno de Chile, a través del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) y la OIT acordaron llevar adelante un Programa Nacional de Trabajo Decente».
Sin embargo, ni la CUT, ni el Ministerio del Trabajo y el Gobierno de Chile se han manifestado respecto a nuestra situación en estos 426 días que llevamos como Directiva Sindical de Universidad ARCIS, justo en un lugar de trabajo donde no deberíamos padecer todas las violaciones a nuestros derechos laborales y humanos porque aquí -defendemos- se educa a hijos e hijas de obreros y obreras.
¿Por qué luchamos? ¿Por qué seguimos elevando la voz? ¿Por qué denunciamos lo que padecemos?
Porque todas las personas tenemos necesidades básicas comunes que se traducen en derechos humanos fundamentales: el derecho a la propia identidad, a la supervivencia, a la educación a expresarnos con libertad y a ser tratados con dignidad y respeto. Según Unicef: «Cuando estas necesidades fundamentales no se satisfacen nos encontramos frente a inequidades, que pueden darse tanto en los países industrializados como en países en desarrollo. Lo que convierte estas situaciones en injusticias es que «pueden ser evitadas: no se trata de problemas irresolubles a los que no podamos hacer frente, sino que a menudo han sido provocados por personas y persisten porque mucha gente se desentiende de ellos. La decisión de promover o negar la justicia social está en manos de las personas, ya sea a escala individual, local, nacional o mundial».
Por muchas razones hemos encaminado nuestra lucha sindical con la mirada en el histórico e inolvidable Clotario Blest (fundador de ANEF y CUT), porque fue visionario en lo que determinaría el futuro auspicioso o nefasto de trabajadores/as: «La CUT debe tener un carácter sindical y gremial, ajeno al actuar de los partidos políticos. La fuerza de los trabajadores es invencible».
Don Clotario fue presidente de la CUT entre 1953 y 1961. ¿Por qué será que de esa CUT fundada en el ’53 hoy sólo quede la pura sigla?… Tal vez por la misma razón que en la página de la CUT no sale Clotario Blest como presidente, sino sólo los presidentes a partir de los gobiernos de la Concertación.
Pero acá estamos, de pie, cansados, desgastados, golpeados, pero nunca, jamás doblegados, ni doblegadas. Mucha fuerza a todos nuestros trabajadores/as y toda la solidaridad con académicos/as y estudiantes críticos – libertarios que se movilizan junto a nosotros/as por conquistar derechos y por la democratización de Universidad de Arte y Ciencias Sociales ARCIS.
DIRECTIVA SINDICAL
Sindicato Histórico de Trabajadores y Trabajadoras de Universidad ARCIS