La experiencia laboral de los docentes ha cambiado fuertemente desde el inicio de la pandemia. Cada semestre han tenido que enfrentar nuevos desafíos y –ad portas de terminar el primer periodo de este 2022– los antecedentes entregados por el estudio “Voces Docentes V” realizado por Elige Educar junto al Centro de Políticas Públicas UC y GfK muestran un punto crítico para su labor: la falta de tiempo.
En particular, la evidencia más preocupante sobre este tema es que, en promedio, los profesores están trabajando 11,5 horas cronológicas extra a la semana, mientras que en 2019 esta cifra llegaba a las 9,2 horas adicionales. Asimismo, declaran una falta de tiempo para el desarrollo profesional, ya que solo 38% dice tenerlo. Finalmente, el 94% de los encuestados está de acuerdo o muy de acuerdo con que experimentan un desequilibrio en la relación entre su trabajo y vida personal.
“Este problema queda en evidencia también en otras encuestas que realizamos durante la pandemia COVID-19 para conocer el estado emocional y de carga académica que estaban teniendo los docentes: a agosto del 2021, un 81% de los docentes reportaron tener altos niveles de estrés, mientras que 89% declaró tener una mayor carga laboral respecto previo a la pandemia, trabajando más horas fuera de su jornada”, afirma Joaquín Walker, Director Ejecutivo de Elige Educar.
En tanto la Directora de Investigación de Elige Educar, Constanza Gómez, agrega una alerta sobre la severidad de este problema por su posible impacto en la retención docente. “Existe evidencia de que las horas no lectivas –que son las dedicadas a actividades como la planificación de clases, evaluación, entre otros– muchas veces son utilizadas en otras tareas administrativas. Eso implica que el o la docente tiene que hacer labores complementarias a la docencia, en horas no remuneradas extralaborales. Esto hace que los profesores y profesoras pueden tener una sobrecarga laboral, lo que impacta en su satisfacción laboral, en su salud mental y, finalmente, puede provocar la deserción del sistema escolar”, explica.
Orgullo en la profesión docente
Por otro lado, el mismo estudio también levanta evidencia de experiencias positivas en la labor docente, que dan cuenta de que el 77% de los profesores creen que es un orgullo ser profesor en Chile. Junto con esto, también evalúan que la dirección de sus establecimientos les apoya protegiendo sus tiempos lectivos –81% está de acuerdo o muy de acuerdo con ello– y que la implementación de la Carrera Docente ha generado mejoras significativas en su trabajo (53%).
Para Joaquín Walker esto se podría relacionar con que “la pandemia ha llevado a los docentes a adaptarse, reaprender, priorizar y apoyar a los estudiantes en temas de contención, exigiendo más de su labor”. A esto se suma que Voces Docentes muestra que el 76% de los profesores concuerda con la afirmación “los docentes están protegidos en su papel esencial de educar a los estudiantes” y el 88% asegura que tiene la intención de continuar trabajando en el aula de un establecimiento escolar en los próximos cinco años.
Las claves para mejorar: horas no lectivas, apoyo extra docente y salud mental
Frente a estos resultados, desde Elige Educar levantan la necesidad de generar nuevas estrategias que resguarden los tiempos de trabajo de los profesores. “Creemos que se debe asegurar el adecuado uso de las horas no lectivas para el fin específico para el cual han sido creadas. Eso pasa por el resguardo legal, por una parte, y la fiscalización del uso de ese tiempo. Sin embargo, al haber tantas demandas en el sistema educativo, es muy difícil hacer cumplir ello porque hay reemplazos y muchas otras necesidades en las escuelas”, propone Walker.
Ante este problema, la organización suma la posibilidad de reforzar el trabajo en equipo dentro de la comunidad educativa, con el fin de que la colaboración alivie la carga de los docentes. Con ello, plantea incluso la posibilidad de extender la figura de asistentes pedagógicos para el apoyo de tareas administrativas que hoy están realizando los profesores.
“Es importante que los docentes y los estudiantes estén acompañados en su día a día, que tanto la sociedad civil, las comunidades educativas y también el nuevo gobierno le den prioridad al problema del uso del tiempo de los docentes. A su vez se necesita adoptar medidas que procuren la estabilidad emocional de todos estos actores, donde se promueva el autocuidado, se fomente la contención grupal, se activen redes de apoyo confiables y confidenciales con profesionales de la salud, tanto de la escuela como de la comunidad”, concluye Gómez.