Gracias a la Ley de Inclusión si un alumno va con la presentación personal fuera de la norma, le van a poder llamar la atención, pero no se le privará de su derecho a asistir a clases.
Por fin la educación hace un gesto por lo que importa: el fondo y no la «forma»
“El sistema propenderá a eliminar todas las formas de discriminación arbitraria que impidan el aprendizaje y la participación de los estudiantes”. Eso está escrito en la Ley de Inclusión en educación, que fue aprobada el 26 d enero del año pasado, que permitirá que diversos principios de no discriminación operen en todos los recintos escolares en nuestro país.
Los colegios de cualquier tipo no estarán facultados para suspender a los estudiantes, ni apartarlos de las aulas en horario de clases por no obedecer las reglas.
“no pueden establecer sanciones que les restrinjan el acceso o su participación en las actividades escolares por no cumplir con alguna norma del reglamento interno, relacionada con la presentación personal o no contar con los útiles, el uniforme o un texto escolar”. declaro Acevedo.
No ha faltado el temeroso de la libre representación que se ha manifestado en CONTRA de a iniciativa, como es el caso del presidente de la Corporación Nacional de Colegios Particulares de Chile (Conacep), Hernán Herrera, quien insiste en que las reglas de vestimenta son mínimas y que “desde el momento en que la familia adscribe al proyecto educativo, las conocen, por lo que tienen que respetarlas. Si no, qué sentido tiene que la ley establezca que los sostenedores deben informar a la familia sobre sus normativas”
Al parecer aún existen personas que creen que la forma en que los estudiantes visten influye en las capacidades intelectuales y de opinión; y prefieren mantenerlos uniformados minimizando las diferencias, la libre opinión y limitando la búsqueda de la individualidad….para crecer en miedo, con un pensamiento mediocre y masivo.