Doble discurso: EE. UU. compra crudo a Moscú, pero prohíbe a Europa que adquiera gas ruso

El incremento se logró principalmente gracias a los derivados de petróleo y es atribuible a la imposición de sanciones a Venezuela

Doble discurso: EE. UU. compra crudo a Moscú, pero prohíbe a Europa que adquiera gas ruso

Autor: carlosalejandro

Mientras Washington «defiende la independencia energética» de Europa y sanciona el proyecto ruso de gasoducto Nord Stream 2, las refinerías estadounidenses están comprando más petróleo ruso que nunca.

El año pasado, Rusia desbancó a Arabia Saudí como segundo proveedor de crudo y sus derivados a EE. UU., suministrando un promedio de 538.000 barriles diarios.

Después de años de representar menos del 0,5 % de las importaciones estadounidenses anuales de petróleo y productos derivados, Rusia aumentó constantemente su participación durante la última década al alcanzar un máximo histórico del 7 % en 2020, según los cálculos de Bloomberg News.

El incremento se logró principalmente gracias a los derivados de petróleo y es atribuible a la imposición de sanciones a Venezuela, que tradicionalmente enviaba una parte considerable de su petróleo pesado a las refinerías estadounidenses.

«Al perder el crudo venezolano y enfrentarse a una materia prima cada vez más cara de los proveedores tradicionales de la OPEP, se han convertido en un cliente importante para el fuelóleo ruso como sustituto», comentó Adi Imsirovic, miembro del Instituto de Estudios Energéticos de Oxford.

Foto: Sputnik

No obstante, la creciente dependencia de Estados Unidos del petróleo ruso está en desacuerdo con la diplomacia energética estadounidense, observa Javier Blas en su artículo para la agencia estadounidense.

Durante los últimos años, los legisladores en Washington han estado presionando a los países europeos para que abandonaran el proyecto de gasoducto Nord Stream 2 que llevará el gas ruso hasta Alemania. EE. UU. teme que el Kremlin obtenga una mayor influencia sobre sus aliados. Sin embargo, algunos analistas sostienen que en realidad EE. UU. quiere vender su propio gas de esquisto a Europa.

Lo curioso es que el aumento de importaciones de crudo ruso a EE. UU. no ha provocado ninguna preocupación en Washington.

«El paso de Rusia al tercer lugar no ha atraído ninguna atención en Washington», dice Bob McNally, un exasesor de políticas de la Casa Blanca que ahora dirige Rapidan Energy Group, una firma consultora.

Y eso que en marzo el presidente Joe Biden calificó a su homólogo ruso, Vladímir Putin, de «asesino».

El aumento silencioso de las importaciones de petróleo ruso muestra además que el mantra de la independencia energética defendido por el expresidente de EE. UU. Donald Trump es vacío, señaló Mark Finley, un exanalista de petróleo de la CIA que ahora es miembro del Instituto Baker de la Universidad Rice en Houston.

Foto: Expansion.mx

Trump se jactó de que Estados Unidos era la «superpotencia energética No.1» y el país nunca más tendría que depender de proveedores extranjeros «hostiles»

Para la analista rusa Natalia Dembínskaya, está claro que es otro ejemplo de la política de doble moral que aplica Estados Unidos, esta vez en el sector de energía.

Fuente: Sputnik

LEA TAMBIÉN:


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano