Para evitar nuevos focos de contagios masivos del COVID-19, en España han sido suspendidos los velatorios y funerales, sea cual sea la causa del fallecimiento. Esta medida se mantendrá en vigencia hasta que se levante el estado de alarma.
Una de las etapas más dolorosas que han tenido que vivir las familias que han perdido a sus seres queridos por el coronavirus es que no han podido acompañarlos en sus últimos momentos ni tampoco darles un último adiós. Desde este 30 de marzo se prohibieron todas las ceremonias funerales en el país y se estableció que máximo tres personas podrían acompañar a un fallecido durante su entierro.
Para las familias ha supuesto un doble sufrimiento, y para los trabajadores y trabajadoras funerarias también. Son mujeres y hombres que, debido a esta emergencia sanitaria, han tenido que trabajar jornadas extenuantes de más de 16 horas continuas, sin días de descanso, con una presión física y psicológica extrema y con la responsabilidad de mantenerse en pie para darle una digna despedida a las miles de víctimas que el COVID-19 ha dejado en España.
Alfredo Gosálvez, Secretario General de Asociación Nacional de Empresas de Servicios Funerarios de España (Panasef) explica la situación que atraviesan las funerarias.
¿Cuál es la situación que se esta viviendo en las funerarias de España desde que empezó esta crisis sanitaria por el coronavirus?
—Es un reto sin precedentes. Estamos viviendo un momento histórico. Yo creo que todo lo que nos ha tocado vivir saldrá en los libros de historia.
Desde la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Funerarios de España lo que ahora mismo nos preocupa no es tanto el manejo de los cadáveres, porque entendemos que los protocolos que han dictado las autoridades son suficientemente seguros. Lo que nos preocupa es preservar a las familias y a nuestro personal funerario del entorno del fallecido para impedir la generación de nuevos focos de contagios. Esto es nuestra principal prioridad.
¿Cómo han cambiado las ceremonias funerarias con la llegada del coronavirus a España?
—Este virus nos ha cambiado la forma de vivir, de relacionarnos y de morir. Antes, en las ceremonias de España velábamos a los fallecidos en unas salas que llamamos tanatorios y esto se prohibió desde hace semanas.
En la actualidad no se puede celebrar ninguna ceremonia de despedida al fallecido ni ningún funeral, y en el caso de los entierros solo se permite la asistencia de hasta un máximo de tres familiares. También es verdad que las empresas están siendo responsables y lo cumplen. Pero justo ayer me contaban el caso de una madre que despedía a su esposo junto a sus tres hijos y la empresa funeraria no podía decirle a ella o a alguno de sus hijos que se quedara fuera. Las empresas están acatando la norma con responsabilidad, pero es verdad que es doloroso porque nos han cambiado la forma de despedir a nuestros seres queridos.
¿Es cierto que se están realizando ceremonias funerarias vía streaming?
—Sí, alguna empresa está ofreciendo este servicio, pero sin ir muy lejos, también hay muchas familias que están transmitiendo las ceremonias funerales a través de sus celulares. En estos días salía por la televisión una familia que grababa con sus teléfonos un funeral y los periodistas que estaban en el cementerio le preguntaron ¿por qué están grabando? y ellos explicaban que no estaban grabando, sino retransmitiendo la ceremonia para que el resto de familiares, desde sus casas, pudieran acompañarles.
Al dolor de perder a un familiar se suma el dolor de no poder despedirlo ¿Cómo le ha afectado a las familias esta situación?
—Las familias, de verdad, que están teniendo una comprensión de la situación y del problema muy grande, incluso más allá de lo razonable. Todo el mundo se está comportando excepcionalmente bien, siendo muy comprensivos ante una situación tan difícil como es no poder despedirte de un ser querido. Hace poco el hijo del presidente del Real Madrid contaba que el último día que vio a su padre fue cuando ingresó en el hospital, luego murió y días después fue que recibió en su casa las cenizas. Muy doloroso.
El repunte de actividad de estos días, especialmente en Madrid y en Cataluña, provoca un poco de retraso en la entrega de cenizas a los seres queridos. Yo quiero que nos entiendan porque así como hay retrasos en los hospitales, también hay retrasos en las funerarias. Para que tengan una idea: en Madrid en un día normal de marzo son 80 personas las que atendemos y los tres últimos días estamos dando cifras de 300 fallecidos. Esto es multiplicar por cuatro, por cinco, la actividad de un día normal.
¿La cantidad de fallecidos que ustedes atienden coincide con las cifras de víctimas mortales que están dando las autoridades?
—Es verdad que los números pueden ser un poco mayores porque hay muchos casos que no están confirmados, que no se les ha podido hacer una prueba y que no están confirmados.
¿Qué protocolos están siguiendo ustedes para proteger a los trabajadores funerarios para que no sean contagiados y también para contenerlos emocionalmente?
—Por un lado estamos procurando que todas las empresas cuenten con los Equipos de Protección Individual (EPI) suficientes para tratar a los fallecidos y no resulten contagiados, es decir, que trabajen con mascarillas, guantes y todo el equipo necesario.
Ahí tenemos una pelea constante con la administración porque este material no termina de llegar. Las empresas tenían mucho material porque habían sido previsoras, pero claro, el número de fallecidos en Madrid está haciendo que ese material no sea suficiente y las autoridades se tardan en hacernos llegar ese material. Por otro lado, hay un servicio de ayuda psicológica que las empresas están ofreciendo tanto a los familiares como a los trabajadores funerarios, porque son trabajadores que ahora mismo están realizando un gran esfuerzo físico y emocional, y necesitan aliento y acompañamiento psicológico.
¿Se están trasladando cuerpos de Madrid a funerarias de otras regiones?
—Todo el sector está poniendo a disposición de esta pandemia todas las infraestructuras y medios de los que disponemos a escala nacional. En España hay más de 2.500 instalaciones funerarias, con más de 7.000 salas de vela, con más de 450 hornos crematorios, entonces es cierto que en algunas ciudades cercanas a Madrid, en aquellos hornos y recursos que están disponibles se están destinando a paliar ese repunte de actividad que hay en localidades como Madrid o Barcelona.
¿Qué piensa de las dos morgues que se han desplegado en el Palacio de Hielo y en la Ciudad de la Justicia en Madrid para acoger a los fallecidos con coronavirus?
—No ha habido un plan de coordinación, ni siquiera han contado con los funerarios para montar esas morgues, que además no están funcionando al 100% ni mucho menos.
Pero han permitido aligerar la carga.
—Cualquier medida que vaya encaminada a atender este repunte de la actividad está bien, pero es verdad que nos ha faltado un plan y una coordinación mucho más estrecha.
Desde el ministerio de Consumo se ha denunciado que algunas funerarias en España han aprovechado la pandemia del coronavirus para especular con el precio de sus servicios y por esa razón se prohibió el incremento de precios funerarios en medio de esta emergencia. ¿Eso es así? ¿Qué responden ustedes?
—Es cierto que aparecieron dos noticias de una funeraria en Madrid y otra en Barcelona que, al parecer, tenía alguna malinterpretación en las facturas, pero las declaraciones del ministro son inexactas y no contrastadas. Esto no es verdad.
Los precios siguen siendo los mismos antes y durante la pandemia, son públicos y están a disposición de los ciudadanos y de las autoridades competentes. Nosotros mismos le hemos pedido al ministerio que dictara esta medida de regular, estabilizar los precios para evitar suspicacias y dar mayor seguridad jurídica y económica a las familias. Creo que un caso aislado de una posible mala actuación no puede poner en entredicho el nombre de los funerarios. Es necesario poner en valor la labor que están haciendo los trabajadores funerarios hoy en día. Se están dejando la piel, algunos de ellos llevan 18 días sin descanso, están haciendo jornadas de 14 y 16 horas, dejándose la vida y a veces están siendo un poco olvidados o menospreciados por las autoridades. Todo el sector funerario está dando el mil por mil para poder atender a todas las necesidades y a todas las familias. Es un equipo nacional de unas 12.000 personas que lo están dando todo.
Cortesía de Karen Méndez Loffredo Sputnik