El alcalde de la ciudad colombiana habló con Sputnik de lo que representa para la población la apertura de la frontera el próximo 26 de septiembre.
Este lunes 26 de septiembre se reabrirá la frontera entre Colombia y Venezuela luego de siete años de estar cerrada y el Gobierno Nacional espera tener todo listo para este evento que, además de su importancia simbólica, representa el siguiente paso en el camino de normalizar las relaciones entre los dos países.
El presidente Gustavo Petro, que se encuentra en Estados Unidos en la Asamblea General de Naciones Unidas, confirmó que estará el lunes 26 en el Puente Internacional Simón Bolívar, el emblemático paso entre los dos países al nororiente del país.
Sputnik habló con Jairo Tomás Yáñez, actual alcalde de Cúcuta, la ciudad colombiana fronteriza, que ha tenido que mitigar los problemas desencadenados del cierre del paso en 2015. Yáñez analizó lo que se viene para una ciudad que, por la crisis migratoria, se encuentra en los primeros lugares con más informalidad e inseguridad en el país.
—Han sido siete años complicados para Cúcuta. ¿En qué sector se vio más afectada la ciudad?
—En principio podría decir que el comercio, pero acá tengo que resaltar que en este tiempo los empresarios de la región fueron unos héroes, pues cambiaron sus modelos y dejaron de depender netamente del mercado venezolano. A eso los llevó el cierre de la frontera, a convertir un problema enorme en una oportunidad para expandirse más en el mercado local. No hay mal que por bien no venga.
—¿Qué fue lo que más afectó a la ciudad?
—La inseguridad. Las cifras nos muestran que aumentaron los casos de violencia en Cúcuta y nosotros pagamos el precio de los grupos ilegales que ya no solo trafican sustancias alucinógenas, sino personas. El tema migratorio hace que Cúcuta tenga un mapa complicado en cuanto a orden público. Solo para que tenga un panorama: tenemos conocimiento de al menos 52 trochas ilegales en la frontera que son controladas por bandas criminales. Y estas organizaciones sacaron provecho del cierre para aumentar su actuar delictivo.
—¿Esta apertura ayudará en la lucha contra el narcotráfico y la trata de personas?
—Claro que sí. Es que la apertura de la frontera hay que verla más allá del tema comercial, de camiones pasando mercancía de lado a lado. Hay que pensar en una reconversión social y en un trabajo conjunto entre dos países hermanos para luchar contra el narcotráfico, el enemigo en común y que domina la zona.
—Detrás de la apertura de la frontera, hay que tener medidas adicionales para lograr acabar con los males que usted nombra. ¿Qué se tiene planeado al respecto?
—En este punto solo nos queda aprender de los errores del pasado y retomar relaciones de confianza para poder vivir en comunidad, sea en el lado colombiano o en el venezolano. Desde la Alcaldía le apostamos a un ejercicio de confirmar la formalidad, apoyar a quienes generen nuevos empleos y que de a poco las personas que no tienen garantías al ser trabajadores informales se sumen a la cadena productiva. Estamos listos para trabajar de la mano del Gobierno del presidente Gustavo Petro y que Cúcuta y la frontera no sean, como vienen siendo, una zona explosiva, sino un territorio de paz.
—Usted no habla de línea fronteriza, sino de territorio. ¿Por qué?
—Porque es reducir todo a un simple formalismo. Acá lo que hay es un territorio en el que convergen más de dos millones y medio de personas, que quieren tener garantías de sus gobernantes para que haya dinámicas que permitan mejorar las condiciones de vida, recuperar el turismo, el comercio y reducir la inseguridad.
—En cuanto al comercio, ¿hay alguna idea clara?
—Siento que desde la ciudad podemos atraer la inversión y pensar en importar las materias primas desde Venezuela, realizar el proceso de transformación de estas acá en nuestro país y exportarlas de nuevo. Allá, con el paso de los años, la capacidad de infraestructura ha mermado mucho y así podemos darnos una mano entre todos. Cúcuta quiere ser el cordón umbilical de la recuperación de Venezuela.
—¿Qué le han dicho los comerciantes locales en cuanto a lo que pasará el próximo 26 de septiembre?
—Están emocionados. La idea es trabajar con las entidades de orden nacional para que se reactive el turismo comercial, organizar sistemas de transporte que ayuden a mover mercancías. De hecho, hemos pensando en crear grandes parqueaderos internacionales para que los venezolanos dejen sus autos mientras hacen sus negocios, usen el sistema de transporte y así no colapsamos la ciudad en materia de movilidad. Claro, esto lo miraremos más adelante con las autoridades venezolanas para no dejar de lado sus intereses.
—¿Qué detalles nos puede dar sobre lo que ocurrirá el 26 de septiembre en el puente Simón Bolívar (paso fronterizo)?
—Este tema lo ha venido manejando el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Comercio. Estamos para colaborar en todo lo que se necesite y aplaudimos desde ya las iniciativas positivas que vengan y que, en un futuro cercano, ayuden a una población que, de parte y parte, se ha visto afectada en los últimos años.
Fuente Sputnik