Amauri Chamorro, analista geopolítico con más de 15 años de experiencia en análisis de elecciones, revisa en entrevista en Voces Sin Fronteras, conducido por Denis Rogatyuk, los retos que tiene el expresidente Lula Da Silva, abanderado del Partido de los Trabajadores, de cara a la segunda vuelta electoral en la que se medirá con Jair Bolsonaro.
«Lula hace poco estuvo en la cárcel. Alguien que viene siendo atacado comunicacionalmente, como lo sido el presidente Lula y que haya salido de la cárcel para ser candidato presidencial y casi gana en primera vuelta, es algo espectacular», expresó.
Por Denis Rogatyuk
DR: Buenos días a todos y todas y bienvenidos a este nuevo programa de Voces sin Fronteras. Ya han pasado diez días desde la primera vuelta de las elecciones en Brasil, donde Lula da Silva ganó con 48,5%, derrotando a su rival y el actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que está apoyado por varias fuerzas de la derecha y de la extrema derecha, aunque Lula logró ganar la prioridad de los votos lamentablemente no pudo lograr la victoria en la primera vuelta.
Brasil ahora mismo se encuentra en en la segunda campaña de esta elección presidencial, en preparación para la segunda vuelta que se va a celebrar el 30 de octubre y hoy para hablar sobre este tema, hemos invitado a nuestro amigo Amauri Chamorro, que es un analista político y bien conocido por toda América Latina.
Nuestro invitado durante mucho tiempo también ha estado comentando y analizando la política y la campaña en Brasil.
AC: ¿Cómo estás Denis? Saludos todas y a todos. Es un gusto estar aquí contigo nuevamente hablando desde San Paulo, capital económica de Brasil y de América Latina.
DR: Igualmente. Me gustaría empezar con un poco de análisis de la primera vuelta, pues Lula ganó con los votos que la mayoría de las encuestadoras predijeron, pues 48,5%, pero el voto de Bolsonaro avanzó mucho más de lo que creía. ¿Cuáles son de las razones de esto?
AC: Bueno, hay varias razones. Primero, las encuestas daban, -una parte de ellas-, la victoria en primera vuelta al expresidente Lula, que no se llevó a cabo. Y lo segundo, Bolsonaro fue medido mucho más abajo del resultado final que logró en la primera vuelta. Hay varios factores. Yo creo que el primero es metodológico.
Las encuestas no pudieron medir el voto escondido. Hay un voto avergonzado del bolsonarismo y no solo el voto avergonzado, si no que hay una decisión por parte de las iglesias evangélicas en Brasil, las iglesias neopentecostales, que son muy grandes, muy poderosas y tienen una gran penetración en diversos sectores de la sociedad civil, principalmente los sectores más, -digamos-, de los más bajos, medio bajos, de la población brasilera que pidieron para que las personas no fuesen encuestadas, no dieran entrevistas a los encuestadores y así no poder medir realmente el resultado de Bolsonaro.
A eso sumaría también un gran despliegue que hubo el fin de semana durante el fin de semana de la elección del día dos, por parte de las iglesias durante sus ceremonias, sus misas, haciendo una gran activación para que esa gran población, que es el 25% de la población brasilera, saliera a la calle a buscar el voto pro Bolsonaro y eso no se pudo medir durante las encuestas.
Entonces, claro, las encuestas miden aquel momento donde los investigadores estaban en las calles, pero no en ese momento de la elección, en ese espacio de dos o tres días sí hubo un gran despliegue y eso fue lo que ocurrió.
Entonces, ahora el gran desafío en Brasil es realmente que el Partido de los Trabajadores, que el expresidente Lula logre vencer esa maquinaria que es algo desmesurado, que está fuera del esquema, de la legislación electoral. Esto tiene que ser debatido no solo en Brasil, sino en todo el mundo. Las iglesias evangélicas unidas funcionan como un partido. Ellos tienen un financiamiento que no es fiscalizado por el Tribunal Superior Electoral brasilero. Imagínate que las iglesias evangélicas en Brasil, solo con los diezmos, deben facturar algo en torno de 4 mil millones de dólares anuales que están a disposición justamente de las campañas electorales de los candidatos apoyados por ellos.
A ello se suma también la fortaleza de la relación que ellos tienen con algunos y muy importantes grupos criminales, como las milicias en Río de Janeiro, como algunos otros grupos criminales en San Pablo o en otras regiones donde, por ejemplo, no se puedan hacer puerta a puerta o en los trabajos en territorio ya son mucho más difíciles ya que los grupos criminales no permiten que se hagan campañas para los otros candidatos y tienen bajo presión y bajo amenaza los sectores de la población para que venza el candidato apoyado por las iglesias evangélicas, que también trabajan de mano con esos grupos criminales lavando dinero.
Entonces, es una situación muy dispar y complicada. No obstante, tiene que ser reconocido que el 48.3% de la elección, el resultado en primera vuelta, faltó 1.7 para que el presidente Lula pudiera ganar en primera. Es un resultado espectacular. El presidente Lula viene hace diez años siendo masacrado por los medios de comunicación con un ataque masivo desmesurado. No existe ninguna referencia en Brasil de un político que haya sido tan bárbaramente atacado por los medios de comunicación durante tanto tiempo. El expresidente Lula hace poco estuvo en la cárcel casi dos años. Entonces alguien que viene siendo atacado comunicacionalmente, como el presidente Lula y que haya salido para ser candidato presidencial y casi gana en primera vuelta, es algo espectacular.
En realidad es algo maravilloso. No se pudo dar justamente porque las condiciones en el sudeste, que es donde queda San Paulo, Río de Janeiro, Minas Gerais, los tres estados más poblados del país, son estados que siempre han sido muy conservadores en su voto, muy de derecha, muy neoliberales. Es el bastión, digamos, de la derecha brasilera. Han votado favorablemente el presidente Jair Bolsonaro y en el bastión del Partido los Trabajadores, de la izquierda brasilera, que es el noreste brasilero, donde queda el estado de Bahía, donde queda Pernambuco, en esa región el Partido de los Trabajadores tuvo una votación impresionante qu es lo que ayuda a equilibrar un poco la balanza a favor del presidente Lula.
Pero la situación en una segunda vuelta es mucho más complicada. Hay una ventaja del presidente Lula, pero también hay una presión por parte de la población, ya que las encuestas no están consiguiendo dimensionar en su totalidad el voto en pro del presidente Jair Bolsonaro, lo que ayuda a distorsionar un poco también la visión del país sobre qué es lo que está ocurriendo y si hay una intencionalidad o no, pero el presidente Lula lidera todas las encuestas con cierta comodidad.
No obstante, sabemos que la guerra sucia, todo lo que está haciendo el presidente Bolsonaro con la ayuda de las Iglesias evangélicas es algo impresionante, sin precedentes, que no es una disputa por una mejor propuesta de Gobierno, es la disputa de la verdad sobre la mentira. El presidente Jair Bolsonaro, con toda esa maquinaria lo que ha hecho es una impresionante, impresionante despliegue de fake news sobre el presidente Lula diciendo todo lo que te puedas imaginar sobre el presidente Lula, haciendo inclusive un deep fake, o sea, modificando la voz, los videos, como si estuviera hablando algo que no está hablando, es muy difícil de detectar para la población común, para acusar al presidente Lula y poder afectar su buena relación con los sectores más populares.
DR: Y además la región de Brasil que resultó decisiva en el avance de Bolsonaro, es justamente Sao Paulo, donde ha mantenido su ventaja. Sin embargo, ese estado es también el estado donde también nacieron muchas luchas sociales, pero cuál es la dinámica política de esta región, porque yo veo a Sao Paulo así como muy, muy polarizado.
AC: Yo diría que el estado de Sao Paulo es un Estado conservador donde pese a que tú tengas un nuevo liderazgo de votos, que es muy representativo para la izquierda pero no para el estado de Sao Paulo. Acuérdate que Guilherme Boulos iba a ser candidato a gobernador y realmente deja de ser candidato a gobernador para irse a ser diputado federal porque no le daban los números.
O sea, el estado de Sao Paulo es muy neoliberal. Qué es lo que equilibra el estado de San Pablo, es la ciudad de Sao Paulo, donde la votación normalmente es un poco más progresista que el resto del estado. Yo estuve en una reunión y decíamos que el estado de Sao Paolo, el interior de Sao Paulo, fuera la capital es como Texas en los Estados Unidos, donde hay una gran producción agrícola, grandes extensiones agropecuarias y el agronegocio es muy poderoso y ahí los sectores son absolutamente de derecha. O sea, Bolsonaro llega a tener 70%, 80% de las votaciones en el interior de Sao Paulo, algunas ciudades muy importantes.
Eso entonces realmente hace con que sea muy asimétrico, por más que en Sao Paulo gane, y no es que gana con una ventaja brutal, en el resto del Estado, que es casi 45 millones de habitantes, tú tienes una amplia votación a favor de Bolsonaro, entonces no se puede analizar estado Sao Paulo como un todo, es decir, la ciudad de Sao Paulo y el interior, adonde es la producción agrícola la que la que domina.
El agronegocio se ve muy identificado por Bolsonaro. También la presencia de una mentalidad extremadamente conservadora, religiosa, muy penetrante, con las ideas de Bolsonaro. Entonces, el estado de Sao Paulo siempre ha sido mucho más neoliberal, siempre ha votado por el PSDB, que es un partido de centro derecha, liberal en el sentido económico. Fue el partido de Fernando Henrique Cardoso, que fue ocho años presidente de la República. El estado de Sao Paulo fue gobernado durante casi 30 años por el mismísimo PSDB, que el partido de la socialdemocracia brasilera, que prácticamente se extinguió en esta elección.
Por primera vez el estado de Sao Paulo no será gobernado por el PSDB. Imagínate la fuerza de Bolsonaro aquí en Sao Paulo que el candidato de Bolsonaro, el gobierno del estado de Sao Paulo que está en segunda vuelta, es de Río de Janeiro. Eso es algo inaudito. Él ha venido hace dos meses a vivir a Sao Paulo. Él ni siquiera sabía el nombre del barrio y del lugar a donde él tenía que votar la elección para él mismo. O sea, es algo impresionante, él es un carioca para ser gobernador del estado de Sao Paulo, o sea, esa insanidad ocurre porque la insanidad del Bolsonarismo y la fuerza del Bolsonarismo aquí en el Estado lo va a llevar a eso.
Es muy difícil que Fernando Haddad, que es el candidato del Partido de los Trabajadores, fue el ex candidato presidencial del 2018, logre vencer a Tarcisio, que es el candidato de Bolsonaro. Entonces te puedes imaginar con eso la fortaleza que hay del bolsonarismo del interior del estado. No obstante eso se equilibre un poco más cuando nosotros miramos un poco más al norte, como te dije en la región del nordeste, que la diferencia es abismal en pro de Lula, pese a que el presidente Jair Bolsonaro creció también en una votación allá en los estados del nordeste brasilero, pese a la abrumadora votación del presidente Lula.
DR: Me gustaría hablar ahora sobre la estrategia de la campaña de Lula, ahora, desde tu punto de vista, ¿cuál será la estrategia para ganar?
AC: Ahí hay una estrategia importante, el enfoque tiene que ser dirigido hacia los votantes del tercer y cuatro lugar, o sea, de Simone Tebet y de Ciro Gómez, son 8% en total que están en disputa. Imagínate que prácticamente entre la votación de Bolsonaro y la votación del presidente de Lula, o sea, hubo casi un 90% ya definido, o sea, el 90% del electorado brasilero prácticamente está definido, una mitad vota por Lula, la otra mitad vota por Bolsonaro, está en disputa un 8% digamos, que son los votantes de Tebet, que es del partido del MDB, que es un partido de centro derecha, y de Ciro Gómez que inicialmente es un partido de centroizquierda, no obstante, la postura de Ciro Gómez, que era un hombre progresista, se hizo absolutamente de derecha. Y bueno, ya murió políticamente. Sacaron 3%, que ya prácticamente lo acaba como un candidato presidencial para cualquier otra elección.
No obstante, ese 3% de él sí es importante. La tendencia es que el 3% de Ciro Gómez vaya más a Bolsonaro y el Tebet tiendan a caminar hacia el presidente Lula, es ese 8% que está en disputa. Tiene que ser abordado de diversas maneras. No hay una manera uniforme, no es sólo con propuestas, no es sólo mostrando la posibilidad o recordando qué es lo que el presidente Lula hizo por Brasil, pero también las nuevas propuestas, para dónde va a caminar Brasil en caso de un gobierno del presidente Lula.
Pero también es muy importante el trabajo de desmentir la maquinaria de producción de fake news aquí en Brasil. Es que no logran entender fuera del país, creo no, estoy seguro, no logran entender el volumen de cosas falsas que están siendo producidas y a cantidades épicas, o sea, todos los días son miles y miles y miles de mensajes que son mandados de manera activada por WhatsApp y por redes sociales a través de las cuentas oficiales y no oficiales de la candidatura de Jair Bolsonaro, mintiendo sobre posiciones políticas, sobre hechos falsos, sobre noticias falsas a respecto del presidente Lula y también sobre el entorno del presidente Lula.
Hay una desventaja que es el presidente Lula estuvo ilegalmente preso. Entonces para la población, es decir, mira el Lula sí fue preso, o sea, sí es corrupto. Esa sombra atrás del presidente Lula ha sido muy explotada, pese a que el presidente Lula ni siquiera fue condenado, porque todo el juicio fue una barbaridad y a la persona en Brasil, en la legislación brasilera solo realmente está condenado si está condenado en última instancia y eso no ocurrió porque el presidente Lula fue objetivo de un juicio absolutamente político. Entonces, ni qué decir que el candidato, el fiscal fue candidato, se politizó y el juez que lo condenó también inclusive fue electo senador por el estado de Paraná.
Pero para la población civil, vivimos en un continente de personas que son analfabetos funcionales en Brasil ocurre lo mismo, entonces es muy fácil, es casi que explicativo decir pero este tipo estuvo preso, lo soltaron por un acuerdo político, pero el estuvo preso y eso ha calado mucho en algunos sectores específicamente. No obstante, del otro lado nosotros tenemos una disputa con un modelo fascista, no hay que llamarlo de otro nombre, es un fascismo religioso, fanático, ignorante, agresivo, violento, asesino o sea, ellos en sus discursos llaman a la muerte de los de la izquierda, a la desaparición de la izquierda, a la desaparición de otras religiones que no sean las evangélicas.
Y hablo de la desaparición de verdad, de cerrar o de matar, de acabar con los templos o las iglesias, los templos de las religiones de matrices afro y también por parte de cualquier otra iglesia, como la Iglesia Católica, por ejemplo. Brasil es el mayor país católico del mundo, entonces hay una disputa política y de visión de mundo muy profunda. No es simplemente una elección, eso es lo que yo quería decirlo. En Brasil no se está disputando apenas la presidencia de la República, yo creo que se está intentando cerrar la brecha para el inicio de una era de oscuridad, porque la reelección del presidente Bolsonaro sería ya la consolidación de poder económico y político de las iglesias evangélicas que quieren implementar en el planeta un proyecto político conservador, violento, agresivo, neoliberal, que busca el exterminio físico de todos aquellos que quieren, que creen una otra visión de mundo, que no solo sea libre, pero un mundo que sea más igualitario.
Las iglesias evangélicas están financiando, son el brazo armado religioso del neoliberalismo y Brasil es la piedra angular porque somos el 5º país más grande del mundo, en extensión, en población. Todos nosotros somos un país que es la 12ª economía del planeta. Durante el gobierno de Lula fue la 6ª. Nosotros producimos energía nuclear propia. Nosotros tenemos capacidad de fabricación de armas. Nosotros probablemente también tendremos la mayor reserva petrolera del mundo. Eso es la explotación del presal, que aún no ha llegado ni al 10% y ya se hablan de trillones de posibles barriles de petróleo.
Tenemos las mayores reservas minerales del mundo. Somos el tercer mayor productor de alimentos del mundo, la mayor reserva de aguas de agua dulce del planeta. Tenemos la selva amazónica, o sea, Brasil es un país estratégico desde el punto de vista económico para el planeta. Entonces, es muy importante que realmente esta riqueza vuelva a manos del pueblo brasilero y con una visión progresista de acabar, no solo con la pobreza pero con la inequidad y dar oportunidades a los sectores que menos han podido.
Pero para el mundo tiene una importancia geopolítica, geoestratégica muy grande y que tiene que ser estudiado y acompañado, porque lo que Bolsonaro representa es lo peor que podía haber producido la humanidad.
DR: Lamentablemente estoy de acuerdo contigo, pero yo creo que mucha gente dentro de Brasil y afuera igual. Pero hablamos ahora justo sobre la estrategia de Bolsonaro, pues en las declaraciones recientes Bolsonaro parece moverse más hacia el centro en un intento de atraer los votantes moderados de todo el país. Creo que también hizo algo similar durante los fines de la campaña electoral del 2018. ¿Crees que tiene posibilidades de atraer desde ese sector? Es decir, moderados que se sienten más anti Lula que que anti Bolsonaro
AC: Mira, más que todo él está midiendo, el está orientando su esfuerzo comunicacional a los sectores al noreste brasilero, que es hacia el bastión del Lula. Él ha hecho la última semana una acción de comunicación muy fuerte, orientada hacia esos sectores que son ampliamente mucho más pobres que el Estado de Sao Paulo, que Río de Janeiro, o sea hay mucho más pobreza concentrada allá de lo que hay aquí, los índices de desarrollo humano de Sao Paulo, versus del Nordeste son abismalmente distintos. Entonces, ha apuntado una serie de esfuerzos comunicacionales para tocar el corazón de esas personas y tranquilizarles en relación a la votación que ellos van a darle a Bolsonaro sabiendo que va a haber una serie de beneficios, va a haber una ayuda económica sensible de 600 reales, que eso es más o menos 120 $ mensuales para para salir de la pobreza a partir del Covid, es como una ayuda humanitaria.
Entonces hay una serie de promesas, el se está orientando a eso, él trabaja, él es muy agresivo. Él posiciona constantemente a Lula como un corrupto, como alguien que ya ha estado preso, que todo su entorno ya ha estado preso, que todos son corruptos, que son ladrones, que pese a que la justicia ha actuado, los ha liberado, ellos son corruptos. Él se enfoca mucho en eso, eso cala en los sectores, importantes sectores de la sociedad civil. No obstante, también viene acompañado de una brutal avalancha de mentiras.
Entonces que tienen que ser desmontado y eso obviamente acaba mareando, acaba distrayendo un poco el esfuerzo comunicacional por la disputa de una propuesta de Gobierno, que la de Lula es infinitamente más bien preparada, más estructurada.
El presidente Lula tuvo durante su gobierno a Brasil, tuvo el mejor desempeño económico de su historia, tuvo los mejores indicadores de desarrollo humano. Es incomparable los dos gobiernos y principalmente una cuestión actitudinal. Yo diría que es la vida sobre la muerte. Aquí nosotros realmente Bolsonaro representa la muerte del presidente, Lula representa la vida. Entonces la disputa es esquina, esquina, paso a paso, ya que la diferencia va a ser mínima en esta votación y del nivel de agresividad de ambas campañas está muy grande.
DR: Sin duda. Siendo así, me gustaría finalizar la entrevista con yo creo que una de las preguntas que ha sido hecha durante ya un tiempo. ¿Crees que todavía existe la posibilidad de un golpe de Estado o una insurreción al estilo Trump por parte de Bolsonaro si no logra la victoria en la segunda vuelta?
AC: Mira, los Estados Unidos no apoyarían ese golpe de Estado. Ya lo han declarado públicamente, los Estados Unidos dicen que no lo apoyarían. No obstante, yo sí creo que pueda ocurrir una revuelta popular, o sea es muy grande el apoyo que Bolsonaro tiene en Brasil, ellos son muy organizados y por detrás hay gente fanática, enferma, armada, que está dispuesta a salir a la calle a matar personas, o sea, simplemente a matar a la izquierda, a matar a aquellos que no, que ellos consideran enemigos.
Ellos lo dicen públicamente en sus redes sociales. Es una barbaridad. Entonces hay un radicalismo en la sociedad civil que yo sí creo que pueda ser agudizado a partir de una derrota de Bolsonaro y que puede ocurrir algo, ahora que institucionalmente las Fuerzas Armadas salgan a la calle a declarar que la victoria fue de Bolsonaro y no de Lula, o que no reconozcan Lula, yo lo veo muy difícil que eso ocurra. Yo no creo que eso vaya a pasar, pero yo sí creo que van a ocurrir hechos de violencia en Brasil si el presidente Lula gana.