«Latidos», exposición de obras de Bárbara Condell, Licenciada en Arte de la Universidad de Playa Ancha, fue inaugurada el pasado viernes 18 en el Centro de Promoción de Salud y Cultura de Quillota y estará abierta hasta el 14 de agosto.
«Latidos», de la artista visual Bárbara Condell, nacida en Saladillo y profesora de arte en la ciudad de Molina, se presenta como la instalación de cuerpos y volúmenes creados a través del género y la fotografía, empoderados en una manufactura que desafía a la anatomía. Cuerpos articulados desde el espacio-tiempo privado, propio de la costura, que puntada a puntada o latido a latido, dan forma a estos cuerpos blandos, mas no frágiles, cuerpos que se forman desde la interpretación de otros cuerpos y su entrelace entre bosque húmedo y raíz. Cuerpos orgánicos que se desplazan incluso, hacia la grandeza de la naturaleza.
-Tu trabajo tiene mucho que ver con la naturaleza y las formas orgánicas, ¿cuál es la relación que haces?
-Tiene que ver con hacer visible esa relación que ha perdido el hombre con la naturaleza, poner a traslucir esos cortes que hemos hecho, generar consciencia de los ciclos de la tierra, por eso los círculos en la serie Árboles, se fueron dando muy intuitivamente.
-La obra «Corazonada», compuesta por 200 corazones rojos de diferentes géneros y texturas se compone además de una serie de fotografías de la obra emergiendo de un lago y dentro de un bosque del sur, ¿de donde viene el impulso de sacar la obra hacia la naturaleza?
-Es la obra más antigua de la muestra, la más macerada, la que llevaba más tiempo metida en bolsas negras, harto tiempo estuvo guardada, hasta que tuve el impulso de salir, de hacer que viajara, meterla en el bolso y partir. Y la decisión del bosque tiene que ver con lo artificial de la manta, algunos géneros son muy plásticos, de ropa china, ropa usada, la manta no solamente tiene un peso físico sino también tiene un peso de almas, por ser compuesta con géneros de ropas que fueron usadas por otras personas. También me interesa el contraste de verla en el verde de la naturaleza, casi como un animal.
-¿Por qué 200 corazones?
-Una vez un amigo me contó que había leído que se podía llegar a tener relaciones afectivas con 200 personas, generar un vínculo amoroso, y cada corazón es como un latir mío que puedo llegar a tener con esas doscientas personas.
-Para hacer Frondosa le pediste a amigas que se fotografiaran desnudas, ¿cómo fue eso?
-La verdad es que generó algo casi terapéutico, porque muchas nunca se habían sacado una foto desnuda, algunas se las sacaron ellas mismas, a otras sus parejas, cada una tuvo una historia de eso..(risas). Se pudieron ver a sí mismas, el resultado también se fue dando intuitivamente creando a partir de diferentes cuerpos, uno solo.
-¿Y como profesora de artes visuales, cuál es tu opinión sobre la práctica del arte en la educación?
-Siento que es muy importante para las personas poder tener experiencias con el arte, tener esa posibilidad, a veces puede ser algo muy sencillo en el hacer, pero que resulta ser muy significativo, pero mi visión del arte en la educación tiene que ver mayormente en formar un pensamiento crítico, reflexivo, más que en el hacer bien o en el hacer bello incluso, sino en poder sacar eso que está dentro, además es una experiencia muy distinta de las que se viven en el cotidiano.
-¿Cuáles son tus expectativas con esta muestra?
-Estoy muy contenta de mostrar en Quillota y quiero que venga gente y que la vea, al final uno expone para eso, para poder compartirla y a la vez cumplir un ciclo, También quisiera que la muestra siguiera viajando, seguir exponiendo en redes más under y menos centralizadas lo que es muy bueno ya que, es la voluntad del hacer lo que importa, es una necesidad y cuando ves a gente cerca de ti haciendo cosas es muy bueno, creo que uno se pudre si no hace y que esas pequeñas redes sigan creciendo es lo importante.
Colaboración de Ana Silva Binvignat
El Observador de Quillota