Camilo Brodsky, concejal por Ñuñoa, sobre el Frente Amplio: «El fondo es ‘nada con la Nueva Mayoría y nada con la Derecha’»

El también director de la Editorial Das Kapital y activista cultural se refiere en conversación con El Ciudadano al escenario electoral de Ñuñoa, al referente liderado por Boric y Jackson, y a la endogamia y el maridaje político-empresarial al interior del duopolio, entre otros temas.

Camilo Brodsky, concejal por Ñuñoa, sobre el Frente Amplio: «El fondo es ‘nada con la Nueva Mayoría y nada con la Derecha’»

Autor: Daniel Labbé Yáñez
Camilo Brodsky

Foto: Villa Grimaldi

El pasado 21 de enero dieron el vamos definitivo al Frente Amplio, conglomerado que agrupa a 12 organizaciones -movimientos y partidos políticos-, que anuncian candidato presidencial, lista parlamentaria conjunta, y se definen como una “alternativa capaz de disputarle el poder al duopolio”. Los ex dirigentes estudiantiles -hoy diputados- Gabriel Boric y Giorgio Jackson son sus caras más visibles.

Hasta ahora integran el Frente Amplio el Movimiento Autonomista (MA), Revolución Democrática (RD), Nueva Democracia (ND) -la tienda política de Cristián Cuevas, el ex presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre-, el Partido Amplio Social de Izquierda (PAIS) -que formó el senador Alejandro Navarro-, el Partido Liberal (PL) -del que es miembro el diputado Vlado Mirosevic-, el Partido Igualdad (PI), el Partido Poder (PP), el Partido Humanista (PH), la Izquierda Libertaria (IL), la Izquierda Autónoma (IA), el Partido Ecologista Verde (PEV) y la Convergencia de Izquierdas (CI). Poco a poco, el Frente Amplio se ha ido articulando y sus voceros señalan que sus expectativas son “golpear la mesa este año”, constituyéndose en una “tercera fuerza” que le agüe la fiesta al duopolio político.

Camilo Brodsky Bertoni es el nuevo concejal por Ñuñoa del Movimiento Autonomista -que se presentó junto a RD en la elección-, director de la Editorial Das Kapital y activista cultural casi a tiempo completo. Sobre el Frente Amplio dice: “Hay un proceso de confluencia con otras fuerzas, principalmente con la gente de ND, IL, RD, CI, pero también con otras organizaciones. En realidad, esto se desató ya bastante encima de las últimas elecciones municipales, sobre todo porque para nosotros era condición sine qua non para ir en la lista con RD que se retiraran del gobierno. Para nosotros el fondo es ‘nada con la Nueva Mayoría y nada con la Derecha’. Esa es una línea que no cruzamos».

Brodsky releva el caso de Valparaíso, donde «Jorge Sharp surgió como candidato independiente después de las primarias ciudadanas de Pacto La Matriz y RD, PI y otras fuerzas se pusieron detrás. Fue más bien una candidatura surgida desde lo social. Yo diría que ahí fue donde mejor funcionó un diseño de lo que podría ser un Frente Amplio, como lo imaginamos”.

sharp

¿Por qué presentarse en Ñuñoa si es una comuna de derecha?

Eso de que es de derecha es una lectura equivocada… se puede hacer quizás desde lo electoral, pero hay varios factores. Ñuñoa es bastante más diversa de lo que parece. El predominio de la derecha tiene que ver más con los veinte y pico años de Pedro Sabat, donde se tejieron redes clientelares muy fuertes, sobre todo en los sectores populares, de Avenida Grecia al sur… Además, Ñuñoa es una comuna muy segregada. Vivo hace muchos años acá y nosotros tenemos trabajo social. Apoyamos a Manuel Guerrero cuando fue concejal, y hemos hecho un trabajo cultural, a la Villa Frei conseguimos se le reconociera como zona típica… Un lote de compañeros autonomistas aportamos a este trabajo más o menos largo, de más de diez años en la comuna. Para nosotros era natural tratar de levantar una alternativa política. En su momento, Guerrero salió concejal, y Francisco Figueroa sacó más de un diez por ciento en las parlamentarias.

Lo que pasa es que se ve más es la Plaza Ñuñoa, pero en realidad el casco histórico está conformado básicamente por una enorme cantidad de villas de origen social, todo el tronco Grecia, los edificios de la ex Caja de Empleados Particulares (Empart), la Villa Frei, la Villa Olímpica, la población Rosita Renard, la Rebeca Matte, la Exequiel González, Los Presidentes, Los Jardines, etc. Para nosotros es importante en términos estratégicos más que electorales. Creemos que es relevante disputar estos espacios. Dar la pelea por romper esas redes clientelares que la derecha ha construido, e irlas reemplazando paulatinamente por organización social y comunidad organizada. Esa es un poco nuestra apuesta más estratégica. Nuestra lista sacó dos concejales, yo y Verónica Ríos (RD). Eso es súper auspicioso, pensando que rondamos el 15 por ciento, que es una votación que te deja en un pie para armar un Frente Amplio o cómo sea que se vaya a llamar, lo importante a nuestro juicio es iniciar un proceso de construcción política. En Ñuñoa, nuestro pacto tiene más fuerza que la UDI, y eso nos deja bastante satisfechos, y pensando en el trabajo que viene.

Dos derechas, una élite

Más de un 65% no votó en la última elección, ¿cómo explicas el aumento de la abstención?

Se cruzan varios elementos. Por un lado, efectivamente hay un agotamiento respecto del estado de legitimidad de la actividad política. La gente no cree y es natural con las cagadas que han quedado. ¿Quién va a creer así? También hay mucha desinformación, desidia. La gente tiene la impresión que la actividad política y las elecciones no deciden nada que los afecte. Sienten una separación completa entre su cotidiano y la política, y lo cierto es que si hay algo que te afecta es la elección de las autoridades locales, por ejemplo. Te afecta en todo, desde el semáforo que ponen o no en la esquina, hasta cuánto te controlan los de la seguridad ciudadana. Eso y más se determina por los gobiernos locales, que es el espacio donde las organizaciones con mayor fuerza debieran intentar copar… Pero a estas alturas existe un divorcio. También tiene que ver con quienes llaman a no votar, pero no creo que dé para lecturas políticas al nivel de los indignados españoles. No creo que mayoritariamente sea una suerte de repudio al sistema. Yo creo que hay cansancio y más desidia que otra cosa. Pero son varias las razones.

camilo-brodskyEfectivamente hay gente que no vota como castigo al sistema, un rechazo más radical, pero también hay muchos que ni se enteraron o que si se enteraron les dio lo mismo. Esa apatía es porque no se sienten representados. No perciben que su opinión tenga incidencia en la realidad, y se sienten divorciados de la actividad política. No la ven como una solución a sus problemas reales. Simplemente no le creen a nadie. Ese es un fenómeno largo y tiene que ver con la cosificación de la política. El típico ejemplo es lo que hizo Joaquín Lavín, cuando fue alcalde, con los problemas de la gente… Todo eso se fue deshaciendo, disgregando, se fue cayendo el mono de paja, y la gente quedó profundamente decepcionada. Y a eso se agrega todo lo que han robado… Las platas de SQM, lo que se ha sabido. Hay también una bancarrota. La gente decía: ‘Claro, la derecha recibió plata’, pero después resultó que ‘todos recibieron plata del yerno de Pinochet’. Esa es una bancarrota ética. La Concertación y la Nueva Mayoría decían tener cierta superioridad moral y que toda crítica era ‘hacerle el juego a la derecha’, cuando son patrañas, son exactamente lo mismo que la derecha.

¿Hay dos derechas?

Más que dos derechas es una sola elite. Aunque sigo creyendo que a nivel de base hay militancias honestas en sectores de la Nueva Mayoría, en el Partido Socialista (PS), el Partido Comunista (PC), incluso en la Democracia Cristiana (DC). Los comunistas no están cooptados sino que atrapados por las decisiones de su dirigencia, que se ha ido construyendo también de manera muy elitista. Actualmente no hay diferencia entre un Garretón, Tironi o Brunner, y cualquier tipo del CEP. Son los mismos, están en los mismos directorios de empresas… Ahí están las redes de Puccio con Ponce Lerou. Todos esos cruces dan asco. Hay una endogamia en la elite que tiene que ver con el maridaje que han construido entre dinero y política. Solo con un poco de sentido común te das cuenta que en nuestro país gobierna el gran empresariado… Es como cuando apareció esa entrevista de Luksic en la televisión. Es esa imagen… O cuando Ricardo Lagos dice que será candidato y Luksic sale prácticamente aplaudiéndolo. La gente está chata con eso.

{destacado-1} El gran tema para nosotros, o sea, para las fuerzas emergentes, es ver cómo convences a la gente de que vale la pena dar esta pelea, de que la política no es esto que se mueve por arriba sino una forma de vida, que es precisamente lo que se mueve por abajo. Para mí no tiene que ver con dedicarme a la política, sino que uno se dedica a la militancia, tiene que ver con construir una sociedad distinta, y eso se expresa también en política electoral pero no solo ahí, en movilización de masas, en el No+ AFP, en los paros de los trabajadores, las marchas y movilizaciones estudiantiles… Pero todo eso hay que vincularlo, está demasiado atomizado. Creo que es una separación artificial eso de ‘lo político y lo social’. Hay que llevar lo social a lo político y politizar lo social… que la gente se empodere de nuevo.

Construir una alternativa

¿En qué está el Movimiento Autonomista?

Yo soy militante del Movimiento Autonomista. Somos un grupo de compañeros y compañeras tratando de empujar un carro. Provenimos de muchos sectores políticos distintos, del proceso de la IA -que terminó con ese quiebre del que nos enteramos a través de El Mercurio, que separa aguas con Nodo XXI-, otros llegamos sin ser de IA. Yo milité en La Surda, pero también hay quienes vienen de otras experiencias. En la construcción de nuestro comando en Ñuñoa nos dimos cuenta que había gente que no militaba, pero que viene de experiencias diversas: viejos militantes desencantados, jóvenes de los 80, secundarios… Me llama la atención poderosamente eso que uno podría haber dicho que es algo generacional, que tiene que ver con los cabros del 2011, pero en realidad es un proceso que se ha ido abriendo, tanto a partir del propio Movimiento Autonomista como de la confluencia con otras fuerzas…

Camilo Brodsky

Esa alternativa no se ve. En las últimas elecciones todos los grupos que pudieras imaginar unidos, iban separados. En la última presidencial había tres candidatos supuestamente contra el modelo…

No puedo responder ni hacerme cargo de procesos en los cuales no he participado. Creo que hay muchas explicaciones para esto, por un lado, el estado de atomización con que la dictadura nos dejó, y todo lo que vino después, con una forma de encarar lo público, y que a la izquierda la dañó mucho. La izquierda quedó encerrada en una lucha de fracciones, en una pelea de construcción de identidades parciales, sin capacidad de construir efectivamente alternativas de poder. Ese es un problema que se viene arrastrando por mucho tiempo, la apuesta es superarlo. En eso estamos.

En lo que dices hay argumentos que el PC utiliza para ser parte hoy de la Nueva Mayoría…

No, no es así. Nunca he escuchado al PC decir que quieren salir del siglo XX, ni estar disponibles para la articulación de un espacio más amplio donde ellos no lleven la locomotora, jamás… Pienso que hay que articular a otra gente. Mientras el PC esté en la Nueva Mayoría, con ellos no se puede. Hay límites que no se cruzan, para nosotros ser de la Nueva Mayoría es un tema absolutamente vedado.

¿Es posible que lo de Valparaíso se pueda replicar?

Espero que ese sea uno de los caminos transitables, que hacia allá se avance. Que sea una construcción político-social, donde prime la generosidad y la intención real de construir. Lo de Valparaíso, aparte de dejar a todos sorprendidos, va a ser en muchos aspectos un proceso de aprendizaje para la izquierda… Porque también es pasar del reclamo a la gestión de la segunda ciudad más importante de Chile, que además está llena de problemas por la desidia y el abandono. Y por otro lado, levantar una gestión que tiene que ser de nuevo tipo: democrática, participativa, sin el respaldo y con el acoso -y eso ya se está viendo-, de los representantes de la política tradicional, de los medios de comunicación oficiales, de los grandes poderes, y tiene que triunfar a pesar de todo eso. Te opones no solo a las máquinas locales de la UDI o el PS, enfrentas a todo el aparato del poder, a esa elite de la que hablaba. Al alcalde Jorge Sharp los medios le van a dar como caja, le van a inventar cosas, lo van a sacar de contexto, y tendremos que aprender a lidiar con eso, y no solo a salir bien parados, sino que salir victoriosos.


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