Este domingo se realizan en Venezuela las elecciones que definirán a los representantes en la Asamblea Nacional Constituyente, en medio de las manifestaciones que impulsa la oposición desde abril pasado, las que han devenido en una escalada de violencia que ya ha dejado más de 100 muertos, lo que han extremado la tensión política en el país.
La instancia de la Constituyente es la carta que pone en la mesa el presidente venezolano Nicolás Maduro para retomar el diálogo con la oposición, la que sucesivamente ha hecho oídos sordos a las diferentes llamados del gobierno a fin de superar la inestabilidad política, económica y social que afecta al país caribeño. Sin embargo, el antichavismo ha procurado, a través de una potente campaña internacional, deslegitimar el proceso.
Entrevistado por El Ciudadano, el candidato a la Asamblea, Reinaldo Iturriza, sociólogo y ex ministro -entre 2013 y 2014- del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales y -entre 2014 y 2016- de Cultura, sostiene que las expectativas son altas respecto a lo que puede lograrse con este proceso constituyente ya que «el ciudadano común cree que es una posibilidad de tomar medidas que contribuyan a la normalización de la vida democrática en Venezuela, que tome medidas dirigidas a alcanzar niveles de convivencia política y de paz mínimos».
Al mismo tiempo, a la hora de analizar el momento actual del chavismo, Iturriza expresa que «podrá haberse producido una relativa desafiliación de un sector de la población que hasta hace poco se reconocía como chavista, pero eso no se ha traducido en apoyo a la oposición. Lo que puede haber es rechazo al gobierno, pero el antichavismo no ha sido capaz de capitalizar este malestar popular. Su gran victoria (del antichavismo) ha sido debilitar el chavismo, pero no fortalecerse».
¿Cómo se puede describir el escenario previo a la elección del domingo?
Creo que la clase política antichavista que está a la cabeza de las manifestaciones que comenzaron el primero de abril, estuvo construyendo un relato sobre la inminencia del fin de la democracia bolivariana y lo que hemos visto es que ha terminado en un escalamiento del conflicto hacia acciones violentas. En las últimas semanas se verifica una merma de sus manifestaciones, como ha ocurrido históricamente, ya que mientras más violentas las manifestaciones el chavismo ha tendido a nuclearse, porque si la alternativa es una clase política que promueve la violencia no se genera el dilema. La mayoría del antichavismo también rechaza la violencia.
El gobierno ha llamado al diálogo de forma permanente pero la oposición hace oídos sordos ¿Se puede considerar ahora la Constituyente como una salida?
Yo estoy totalmente de acuerdo con el presidente Nicolás Maduro que es así. El chavismo es un sujeto político sumamente crítico, que está muy habituado a interpelar a su clase política, eso lo reivindicamos como una virtud y en este momento el pueblo chavista está muy disconforme con decisiones que considera equivocadas. Pero si algo no se puede dejar de reconocer que Maduro es que ha hecho un esfuerzo extraordinario, sin descanso, para crear las condiciones para que el diálogo político se dé. Una parte de la oposición está dirimiendo sus conflictos internos en las calles, que ha causado muertos con ataques en lugares públicos, cosa que probablemente en Chile no se conoce. Esta oleada de violencia política de la oposición no es la primera, ya en febrero 2014, dos meses después que el presidente Maduro llamara al diálogo, se lanzó lo que ellos llamaron “La Salida” que fueron cinco meses de protestas -que causaron 43 muertos, de los cuales 7 fueron provocados por efectivos de las fuerzas represivas, que están siendo procesados por ello-. No se ha dejado de llamar al diálogo político y la oposición o se ha negado o se ha sentado a la mesa irrespetando los acuerdos. La Asamblea Nacional Constituyente es una salida al momento político que vive Venezuela.
Junto con ser una instancia política la Constituyente es una medición de la fuerza de convocatoria del chavismo ¿Cuáles son las expectativas?
Hay muchas expectativas. El ciudadano común cree que es una posibilidad de tomar medidas que contribuyan a la normalización de la vida democrática en Venezuela, que tome medidas dirigidas a alcanzar niveles de convivencia política y de paz mínimos. Y tiene expectativas en las decisiones que puede tomar en materia económica, que sin duda alguna es el problema principal de todos los venezolanos. La Asamblea Nacional Constituyente tiene facultades -ya que es un suprapoder- para tomarlas, lo que no significa que vaya a ser el fin de esta oleada de violencia antichavista, seguramente la violencia recrudecerá en las próximas horas y continuará, inclusive, en la semana que viene. Luego de instalada la Constituyente vendrá el intento del antichavismo de entorpecer su funcionamiento, es una pulseada política que se está dando y tendrá su clímax el 30 de julio, y después de una larga noche de violencia, muchos y muchas, tenemos la confianza de amanecer con una Venezuela con condiciones más favorables para la paz y poder dirimir nuestros asuntos de manera pacífica y democrática.
¿Cómo se proyecta el escenario político a partir del 31/7?
Te puedo anticipar que este 30 de julio el chavismo seguirá siendo la principal fuerza política del país. Podrá pasar por su momento histórico más complicado, podrá haberse producido una relativa desafiliación de un sector de la población que hasta hace poco se reconocía como chavista, pero eso no se ha traducido en apoyo a la oposición. Lo que puede haber es rechazo al gobierno, pero el antichavismo no ha sido capaz de capitalizar este malestar popular. Su gran victoria (del antichavismo) ha sido debilitar el chavismo, pero no fortalecerse. Esta es una sociedad que se politizó con Chávez, él no era sólo el liderazgo ético ya que el horizonte que ofrece el chavismo está en un plan que todos conocen. El plan del antichavismo es profundamente antipopular y la mayoría del pueblo venezolano sabe que es así y podrá castigar al gobierno mediante el voto, pero eso no se traduce en un apoyo expreso al proyecto de país que ofrece la oposición y difícilmente ocurra, al menos, en el corto o mediano plazo.
De seguir la oposición en la estrategia de tensión, ¿cómo se provoca un quiebre en ese sentido?
La misma Constituyente es una opción política en ese sentido, es una apuesta para destrabar este momento.
¿Qué es lo que está en juego este domingo?
Está en juego la paz, está en juego la posibilidad de dirimir el conflicto de manera democrática. Como siempre en Venezuela desde 1998 van a estar en disputa dos proyectos históricos, yo sé que se habla de que tenemos una sociedad polarizada como una característica negativa, lo que creo es una impresión muy errada. Son dos polos los que se están enfrentando, lo que no significa que sea sólo blanco y negro, también hay grises. Muchas veces se busca poner como fuerzas equivalentes a los dos sectores, cuando eso no tiene sentido, pero sí son dos fuerzas antagónicas que se están enfrentando, dos maneras distintas de concebir la democracia y la sociedad venezolana.