David Adler, coordinador general de la Internacional progresista: «En este momento la izquierda puede organizarse más efectivamente»

En entrevista en Voces Sin Fronteras, conducido por Bruno Sommer y Denis Rogatyuk, analiza los escenarios que se plantean en Estados Unidos de cara a las elecciones

David Adler, coordinador general de la Internacional progresista: «En este momento la izquierda puede organizarse más efectivamente»

Autor: Marian Martinez

Por Bruno Sommer y Denis Rogatyuk

David Adler, coordinador general de la Internacional Progresista, resalta que este es un momento donde la izquierda puede organizarse más efectivamente, cuenta sobre el origen de la organización y los retos que enfrenta en este momento en que el mundo enfrenta una pandemia.

En entrevista en Voces Sin Fronteras, conducido por Bruno Sommer y Denis Rogatyuk, analiza los escenarios que se plantean en Estados Unidos de cara a las elecciones de noviembre y el papel de la izquierda en el país.

BS: ¿Qué es lo que les lleva a concebir la Internacional Progresista bajo este nombre y quiénes fueron las figuras claves en la organización de la fundación?

DA: Nuestra motivación fue súper sencilla: vivimos en un momento histórico muy raro o muy específico en el que el reconocimiento de la gente alrededor del mundo del hecho de que nuestras crisis son globales, como por ejemplo la crisis ambiental, la crisis económica, y ahora mismo la crisis política, el crecimiento de la ultraderecha que empezó como un movimiento contra las élites de Davos (Foro Económico Mundial), por ejemplo, pero cada día están como mas aliados con las fuerzas del capital. Entonces estamos en esta guerra mundial y la pandemia ha revelado otra vez nuestro destino en común pero nos falta la infraestructura para coordinar, para conectar y movilizar juntos. Es decir que a la misma vez  la gente está luchando, por ejemplo, contra el FMI en Beirut, también en Quito, también en Buenos Aires, pero nos faltan los mecanismos para coordinar esos movimientos sociales, los partidos políticos y los trabajadores que están en la calle en estos países en sociedades diferentes. Entonces esa fue nuestra motivación, impulsar y construir está infraestructura con la ayuda de nuestros compañeros y amigos alrededor del mundo.

Tenemos como una coalición de personas que están en nuestro consejo que han decidido que sí es una iniciativa importante. Entre ellos Noam Chomsky, Naomi Klein, a personas como Rafael Correa en Ecuador, Fernando Abad, Yanis Varufakis, pero la idea es que estas personas ofrecen su sabiduría, su pensamiento para nosotros, en la forma de relacionar, pero más importante es la profundización de la iniciativa para que podamos conectar con movimientos sociales, activistas individuales que están trabajando como en grupos mas pequeños alrededor del mundo.

Entonces hemos iniciado con urgencia, porque la pandemia estaba en todas partes y nos faltaba el mecanismo de formar un frente común para enfrentar el impacto de la pandemia, pero la tarea ahora es conectar más con las fuerzas izquierdistas para formar una coalición que no solo es individual de celebridades sino como un frente muy poderoso y que viene de la gente.

DR: Vemos la persecución política contra Rafael Correa y el intento de proscribir su movimiento de la Fuerza Compromiso Social para que no pueda presentarse como candidato. Cuéntanos acerca de este proceso de acción, de solidaridad, con los movimientos de izquierda en América Latina.

DA: Es importante comenzar con la definición de solidaridad, porque en estos 30 años el concepto de solidaridad ha cambiado muchísimo. Hoy en día, muchísimas veces, la solidaridad es súper simbólica, estoy tuiteando que estoy con la gente de Brasil o que ya he firmado una petición y que ya he hecho mi tarea de internacionalismo y estamos buscando una forma de solidaridad que significa acción, que refleja que todos nosotros tenemos que desempeñar roles diferentes desde nuestros rincones del mundo para desmantelar o cambiar ese sistema.

Entonces, en la región de Latinoamérica específicamente es muy interesante para mí cuáles fenómenos y cambios políticos llegan a nivel internacional, porque por ejemplo el golpe de Estado de Bolivia tiene un impacto y un reconocimiento internacional pero no el fenómeno más general del lawfare, ese concepto de guerra jurídica que no entiende muy bien la gente del norte global. Para nosotros es muy importante siempre poner cada caso en un fenómeno más internacional como conectarlos, decir por ejemplo lo que está pasando en Bolivia está muy conectado con lo que está pasando en Ecuador. Como ya hemos dicho hemos lanzando una campaña para reclamar, salvar la democracia en Ecuador, decimos que es un golpe de Estado en stop motion, que han estado Lenín Moreno y sus amigos en el FMI destruyendo las instituciones democráticas con la aprobación de la comunidad internacional, entonces seguimos dos pasos, lo primero es que la población global no sabe lo que está pasando en Ecuador entonces el paso uno es inflamar el entendimiento de la gente en nuestra red alrededor del mundo para que sepa que hay algo que está pasando en Ecuador y es una violación de Derechos Humanos y es muy importante que nosotros avanzamos una campaña para reclamar la democracia allí. Entonces paso uno es como el entendimiento, paso dos es acción, entonces estamos formando un grupo de personas alrededor del mundo que pueden contribuir en esta lucha de varias maneras, desde intervenciones parlamentarias hasta diseño gráfico pero tenemos que brindar este tipo de internacionalismo, de acción, no solo de palabra.

Sí hemos hecho los mecanismos como muy tradicionales, una carta a la ONU como urgiendo acción en el caso de Ecuador, pero tenemos que impulsar un tipo de internacionalismo mucho más profundo que invita a la creatividad, intervenciones de la gente, de los miembros de la Internacional Progresista.

BS: ¿Cuál es el vínculo de la Internacional Progresista con Chile y si la organización está al tanto del proceso constituyente que está en marcha en el país y que tiene un plebiscito en octubre?

DA: Esta campaña en Ecuador, la iniciativa está en su infancia, estamos construyendo cada día más, invitando y conectando con miembros sindicales, también de publicaciones, estamos como creciendo en esta red y los miembros de la internacional, y tenemos como nuestro primer meeting del consejo en septiembre que estamos preparando mucho como para institucionalizar más la internacional, es decir, promover la propuesta de gobernanza, poner en la mesa los puntos de unidad.

Ecuador también es una oportunidad para la Internacional Progresista de intentar algo como una coalición más coherente. Es importante para nosotros y no perdemos de vista lo que está pasando en Chile y alrededor de la región, entonces estamos avanzando como paso a paso pero la idea es que cada campaña venga con una propuesta más desarrollada, lo que no queremos hacer es impulsar algo y dejarlo en la página sin cumplir esta promesa que es brindar o traer muchas personas a la mesa alrededor del mundo para organizar y movilizar.

En el caso de Chile, tenemos que abrir la conversación sobre cuál sería el contenido de una campaña, porque muchas veces pensamos que la solidaridad internacional siempre aplica pero tenemos que ser un poco más específicos en qué significa, cómo podemos intervenir en una manera poderosa y no simbólica. Entonces en el caso de Chile en este año tan caótico e importante tenemos que avanzar en esta campaña rápidamente con una visión un poco más específica y no solo satisfechos con el activismo de la carta.

DR: Entendemos que la medida de la Internacional Progresista es establecer una red de medios afiliados, The Wire, cuéntanos más sobre esta idea.

DA: La idea es muy sencilla. Como los movimientos progresistas han dejado de lado la importancia de los medios de comunicación y lo que podemos ver en los casos de Latinoamérica pero también en Europa, en Estados Unidos, en muchos casos en que la barrera más difícil para el crecimiento de las fuerzas progresistas es los medios, los periódicos que están con noticias falsas pero también un blackout, no están reportando nuestras buenas noticias sobre dónde estamos ganando, cómo estamos organizando nuestros movimientos y no queremos intentar llegar a las páginas de las revistas o los periódicos más centristas, o más del establecimiento, sino formar nuestra propia red y nuestra propia fuerza de comunicación, con dos motivos: uno es que es menos importante hoy en día aparecer en este periódico más prestigioso que aparecer en muchas partes, tenemos como el poder de los números, tenemos una red de muchas lenguas, es muy importante que superamos las barreras lingüísticas, pero que tenemos como nuestras perspectivas, historias que están apareciendo en muchas partes, en varios países.

Entonces eso es muy importante y el contenido es más importante, hemos descubierto cada año, cada semana, que las historias y las perspectivas más importantes que vienen más de la gente no aparecen en esas páginas, que las páginas en nuestros periódicos más prestigiosos nunca van a reflejar las prioridades y la política de la gente ni de la izquierda, entonces para nosotros crear esta red que se llama The Wire es una oportunidad para nosotros transmitir, estamos creando los mecanismos, las herramientas, para que la gente, individualidades que son miembros de la internacional, puedan escribir lo que está pasando en las comunidades.

Es importante para nosotros que podemos abrir estos canales de comunicación que no existen en los medios de comunicación más corporativos, más globales, y que podamos hacer exactamente infraestructura para llegar desde el activista que no tiene el poder de poner su perspectiva en un periódico local y podamos transmitir esa historia a través de la internacional por nuestros propios medios de comunicación.

Pregunta del público: ¿Cómo integran a la mujer en el proceso de la Internacional Progresista?

DA: Eso es una prioridad para la Internacional Progresista y siempre hablamos de cómo podemos feminizar nuestra política, algo que hemos aprendido de nuestros amigos y compañeros en Barcelona. Estamos como diseñando estos procesos de género y cómo podemos asegurar que nuestra política es feminista, que refleja también la importancia no solo de representación, de integrar a las mujeres en el liderazgo de la iniciativa, también en las prioridades de las políticas que es otro de los pilares de nuestro trabajo, también por ejemplo hablando de la crisis, de que la pandemia también ha revelado otra vez la cantidad de labor invisible. Entonces es importante para nosotros y sí estamos trabajando en esto, pero que también no solo en la representación sino también en el contenido en nuestro trabajo.

Decimos que no es solo como reconocimiento ni representación sino poder dentro de la iniciativa y por todos sus canales de trabajo.

DR: Este ha sido uno de los años mas turbulentos en varias décadas para EE. UU, por el costo y la recesión como resultado de la pandemia, la inestabilidad política por el Gobierno de Donald Trump, y las protestas masivas contra el racismo. ¿Cuál es el estado del movimiento Black Lives Matter en el país?

DA: Este virus es como diseñado para revelar todas las enfermedades de la economía de mi país, estamos como adictos al trabajo, es imposible imaginar para nosotros una sociedad que ofrece a las comunidades, a la gente, la oportunidad de quedarse en casa para mantener un nivel del virus más bajo. Y en un contexto de una pandemia es esencial ofrecer apoyo a las personas que están sufriendo muchísimo y que no pueden ir a la oficina. Entonces tenemos la enfermedad de la economía y la enfermedad social que es un tipo de individualismo increíble, que no entiende la gente el concepto de que si sacrificamos algo hoy, mañana como colectivo vamos a lograr otra cosa. Acá no, acá es «yo quiero hacer exactamente lo que quiero», no quieren participar en una actividad colectiva.

Eso como la enfermedad social de los Estados Unidos. Y en tercer lugar, la enfermedad política que tenemos un fascista que está en la Casa Blanca, sin competencia para hacer nada.

Es necesario traer la conversación del Black Lives Matter de dónde estamos en la pandemia, porque es muy interesante que estas protestas masivas han llegado justamente en el momento en que el desempleo se ha ampliado a niveles históricos y si crees en las raíces políticas económicas de esa crisis y la fuerza a la calle que viene con una pandemia, sin protecciones a la gente, solo podemos imaginar que va a crecer ese movimiento, va a ser mas organizado, porque la simpatía, el sentimiento de enojo en la gente es como no he visto nada en muchos años, porque también los medios de comunicación liberales, del centro, están apoyando más al movimiento social de Black Lives Matter porque tenemos a Trump en la Casa Blanca y no fue así en 2014 cuando Obama estaba en la Casa Blanca. Se acuerdan en Ferguson donde nació Black Lives Matter, pero fue una tradición fuerte de los medios liberales, del centro, que dijeran que eran protestas contra la ley, contra el derecho, contra la organización y hoy en día están ofreciendo una oreja muy generosa a esta situación, a esas fuerzas. Esa es una parte interesante, también vamos a tener una ola que nunca hemos visto de desalojos, en California como más de un millón de familias van a estar en la calle y en todo el país millones de personas, mucho más que en 2008 después de la crisis del mercado inmobiliario.

Solo podemos imaginar que este movimiento, que siempre ha intentado poner nuestra atención a la conexión de injusticia y la gran injusticia e historia de la economía racista y la pandemia racista, que esto va a crecer en su poder en las semanas y meses que vienen.

La situación con las protestas en Portland es increíble. Hemos visto situaciones represivas que nos recuerdan lo que pasó en Chile, obviamente los gringos no saben nada del resto del mundo entonces no se captan como la comparación histórica, pero hemos visto como ese tipo de policía anónima que está dentro del país, obviamente tenemos ejemplos como Guantánamo que ha sido exactamente así como contra los Derechos Humanos pero es parte más de un fenómeno de esta década, como la cara verdadera, la otra cara del país, de los Estados Unidos, que el resto del mundo ha visto muchas veces por estas décadas del imperialismo de los EE. UU., pero esta cara que ha ofrecido al resto del mundo de repente la pueden ver los ciudadanos de los Estados Unidos.

BS: ¿Crees que esta pandemia ha sido también una forma de salvar al capitalismo en una fase en la que se encontraba bastante enfermo?, ¿crees que la izquierda en EE. UU., a raíz de estas movilizaciones que se han dado, se ha vuelto más fuerte?, ¿cuáles son tus predicciones para las elecciones que va a vivir EE. UU.?

DA: Pienso que la pandemia no ha salvado nada y estamos en una situación en la que yo no veo ruptura en esta pandemia, obviamente es un fenómeno histórico, increíble, totalmente, pero los procesos de acumulación, de proletarización, de precarización están como ampliados. No es como una cosa única de la pandemia, es que en general en situaciones de crisis en primer lugar toda la economía se viene abajo, que los ricos también con los pobres están sufriendo un poco como en 2008, y después de unos años cuando sigue sufriendo la gente, los ricos, los banqueros, los financieros recuperan sus ganancias. Las personas más ricas del mundo han crecido en billones cuando todos los otros están sufriendo.

BS: Por eso te preguntaba si esta pandemia ha sido un salvador del capitalismo, si lo ha ayudado a fortalecerse.

DA: No, ha ayudado a capitalistas alrededor del mundo, por supuesto, pero si estamos hablando del estatus del capitalismo, tenemos que hablar de la política de capitalismo que está cambiando dramáticamente. Pienso en este fenómeno de acumular tanto dinero en exactamente el mismo momento en que la gente está con niveles de desempleo que nunca hemos visto en la historia, pienso que esto va a ser un momento en que la izquierda sí puede organizarse mucho más efectivamente, porque no solo es la máscara (que está cayendo) de los Estados Unidos y su imperialismo, es la máscara del capitalismo también por muchas partes de la población.

Entonces en mi país el sentimiento, la conexión de la gente al concepto de capitalismo, al concepto de la idea de yo pudo trabajar con mucha fuerza, yo puedo ser rico también, ese mito parce completamente roto, y también la gente de mi generación, por ejemplo, está muy emocionada a ligar con el socialismo democrático, con el socialismo en sí mismo. Yo pienso que es en este momento donde parece que Marx tiene más razón en el sentido de que el Gobierno es como un pequeño brazo del cuerpo, la burguesía que están acumulando como tanto dinero en la espalda de la gente que la izquierda y las personas más jóvenes del país pueden ver eso y quieren participar en un movimiento que va a cambiar todo eso. Estamos en un momento muy débil, muy débil la izquierda (…) estamos avanzando con un candidato que no tiene cerebro, que no lo pueden poner frente al público porque ha perdido como su cerebro, entonces estamos en un momento muy débil, pero la fundación del movimiento es mucho más fuerte, es decir, yo vengo con un tipo  de pesimismo en mi análisis pero vengo también con optimismo en el sentido de que yo veo un efecto de generación, que todos como millennials en mi país se están preparando para una lucha muy fuerte hacia el socialismo contra las fuerzas del capitalismo que están controlando completamente nuestro Gobierno y nuestra sociedad.

DR: ¿Qué va a pasar después de noviembre, después de las elecciones pues lo que hemos visto en las propuestas de Joe Biden no nos ha impresionado nada? ¿Cree que es una repetición de lo que hemos visto en 2016 y Trump tiene la posibilidad de ganar de nuevo?

DA: Yo pienso que Trump tiene como la misma probabilidad de ganar esta vez, que es poco, igual que en la pasada elección que ganó pero con nada. Parece igual, parece muy débil, que no tiene mucha probabilidad de ganar, pero yo no puedo ofrecer una perspectiva muy optimista en esto porque Biden va a las elecciones con una estrategia que podemos describir como progresismo adentro y como fuerza nacionalista fuera y podemos ver esto en los tuits diciendo que tenemos que enfrentar, que luchar contra Cuba. ¿Qué está haciendo? Quiere seguir con la estrategia contra la gente de Cuba, especialmente en un contexto de pandemia cuando los doctores de Cuba merecen un Nobel Prize por su activimo de medicina global. También vemos su orientación en el caso de Venezuela donde también ha dicho que Trump ha sido como super débil en su política contra (Nicolás) Maduro y él va a apoyar fantasías de golpe de Estado. Entonces me preocupa muchísimo que parece super determinado a recuperar el respeto de la comunidad internacional a los EE. UU. como una fuerza, no cambiar la política fundamental extranjera sino restaurar a los EE. UU. a su posición de los años Obama y a quienes hemos criticado la administración de Obama nos parece una gran tragedia, que no hemos aprendido nada.

Yo me he comunicado poco con su equipo, parece que tiene la visión de no impulsar o empezar guerras nuevas alrededor del mundo, pero eso tampoco lo ha hecho Trump, Trump no ha empezado guerras nuevas.

Lo que me preocupa mucho es la política en Latinoamérica donde no ofrece algo más humanista, más progresista.

BS: Entonces qué es mejor para la izquierda real en EE. UU.: ¿llegar al poder con un hombre que está a medias tintas, que no tiene una posición clara con Latinoamérica, o continuar siendo oposición al Gobierno?

DA: Es mejor que llegue al poder Biden, porque Trump está rodeado por gente que uno no se puede imaginar más fea, con ambiciones de impulsar golpes de Estados literalmente en cada país de Latinoamérica. Por lo menos Biden va a ofrecer palabras de multilateralismo.

BS: ¿Está el mundo más a salvo con Biden al poder?

DA: Hacer predicciones así es un poco difícil pero yo pienso que estaría mejor si cambiamos al presidente porque la cosa con Trump es que no sabemos qué va a hacer hoy o mañana y pienso que no tenemos ese peligro, que los años Biden parecen o nos experimentan como los de Obama, con los de Obama fue como un tipo de sueño, la gente como totalmente dormida (…) Estamos escogiendo entre mierda y mierda pero tenemos la obligación de escoger la mierda que huele mejor.

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