Diego Ancalao, presidente nacional de la Izquierda Ciudadana: “El orígen, no es impedimento para avanzar en las transformaciones que los excluidos esperan podamos concretar desde nuestro actuar en política”  

Tiene 34 años, nació en Purén,  deportista de vocación ,político por convicción

Diego Ancalao, presidente nacional de la Izquierda Ciudadana: “El orígen, no es impedimento para avanzar en las transformaciones que los excluidos esperan podamos concretar desde nuestro actuar en política”  

Autor: Arturo Ledezma

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Tiene 34 años, nació en Purén,  deportista de vocación ,político por convicción. Así es Diego Ancalao, el primer joven mapuche que llega a la presidencia nacional de un partido político y que así como se reúne con las comunidades indígenas y campesinas, con aquellos postergados del país, se sienta a la mesa para integrar el Comité Político de la Presidencia de Chile, el máximo órgano ejecutivo.

Sus padres provenientes de la clase trabajadora rural  obrera  sembraron esa semilla de justicia social que fue germinando con el paso del tiempo y desde muy pequeño, al escuchar a los sabios que le hablaron y le permitieron ver que desde la tierra debía nacer el nuevo líder que les ayudaría a ser escuchados.

En escuelas rurales y hogares cursó su educación básica y media; estudió educación física en la Universidad de La Frontera, gracias a una beca deportiva; se alimentó sólo con harina tostada, porque no había más; durmió en un gimnasio, porque su sensei se lo permitió al ver que no tenía donde vivir; y dio sus primeros pasos en el kárate –disciplina en la que llegó a ser seleccionado nacional-, mirando por una ventana y repitiendo los ejercicios en casa, porque no había para pagar las clases. Éstas son algunas de las vivencias que tienen convencido a Diego Ancalao que si él pudo, todos pueden y que en eso él puede contribuir.

¿Cómo fue llegar a la presidencia de la IC?

Fue sorpresivo, pero al mismo tiempo muy gratificante el haber asumido con el apoyo de ocho presidentes regionales, más la mayoría de la Comisión Política y del mismo ex presidente del partido, Diputado Sergio Aguiló. Que tantas personas confiaran en mí hizo que fuera un momento muy importante en mi vida política, no sólo por ser joven, sino por ser una persona que viene entrando recién a la dirigencia de un partido.

Como presidente de un partido político debe participar en el Comité Político. ¿Cómo se ha sentido ahí?

Muy bien acogido. El ministro del Interior, Jorge Burgos, fue quien me presentó con el resto de los presidentes de partidos, del Senado y los otros ministros. Pero la llegada a La Moneda fue muy controversial. No me dejaban entrar, porque a las porteras no les parecía que yo fuera a la reunión de presidentes de partidos. Me decían que el presidente de la IC era otro. Yo les explicaba que era yo, que había aparecido en la prensa, hasta que finalmente me dejaron entrar.

¿Puede haber tenido que ver su condición de mapuche o de joven?

Creo que tiene que ver con que siempre los presidentes de partido tiene más de 40 años, la mayoría son senadores o diputados y no están acostumbrados a ver a alguien como yo, de 34 años.

¿Ser mapuche no es tema entonces?

Bueno, si recordamos que el anterior presidente de la Izquierda Cristiana, hoy Izquierda Ciudadana, era joven… creo que tiene que ver con mi condición de mapuche.

Y en el Comité Político se encontró con algunos enemigos políticos sentados en la misma mesa…

Sí, después de haber tenido grandes diferencias políticas desde mi inicio con el senador Jaime Quintana, que intentó siempre evitar que yo fuera candidato, me lo encuentro en la misma mesa, donde él es presidente de un partido y yo soy presidente de otro. También me encontré con el senador Alejandro Navarro, que en algún momento me ofreció mucho apoyo y después nunca más contestó el teléfono.

¿Por qué cree que se da eso?

Porque sean de izquierda o sean derecha, tienen una forma de hacer política que consiste en prometer cosas que no cumplen.

¿Cómo se define como político? ¿Qué lo diferencia de aquellos a los que usted cuestiona?

Desde los 15 años que vengo trabajando y tratando de cambiar la forma de hacer política en este país y eso es lo que traigo ahora a La Moneda… esa visión nueva de hacer política. No traigo lo que yo quiero hacer, sino lo que he recogido de las miles de personas con las que he trabajado en distintas etapas de mi vida: como dirigente estudiantil, en trabajos voluntarios y como dirigente social. No vengo de la marcha estudiantil del 2011, sino de los años 90, cuando era deportista destacado y no tenía quien me pasara un peso para poder representar a este país en campeonatos internacionales. Tuve que estudiar con becas y cuando me vine de Purén a Temuco. Tuve que dormir en un gimnasio de kárate, gracias a la gentileza de mi sensei y lo único que comía era harina tostada, porque no había más… Esas son algunas de las cosas que me motivaron a entrar en la política: cambiar la realidad de los deportistas destacados de este país que están abandonados y claramente la de los postergados, grupo al que yo pertenecí y logré salir por la convicción que el único límite del hombre está en su mente.

Pero ese es un discurso habitual en los políticos…

La diferencia es que yo vengo de una política social, política del barrio, del campo. Soy uno de las miles de familias que viven en la marginación política y social. Y la gran diferencia con ellos es que entró alguien a hablar de política desde sus vivencias, no desde la lectura de las estadísticas sociales, como la gran mayoría de la burguesía y aristocracia que administra el país. Ninguno es del bajo pueblo. Insisto, mis ideas políticas no son mías. Las hemos construido en conjunto con un colectivo de gente con la que trabajo, entre ellos loncos, dirigentes vecinales, deportivos, de clubes de barrio y de las comunidades mapuches, porque yo soy uno de ellos y me reconozco como tal.

¿Se ha sentido discriminado por ser mapuche?

Sí y ante esa discriminación me he sentido obligado a estudiar y prepararme dos o tres veces más que el resto, para hacer las mismas cosas que hace el resto, pero mejor, de tal manera que esa discriminación no nos deje fuera por capacidades.

¿Y lo han cuestionado por ser mapuche y una posible conexión con actos violentos?

Sí, distintos personeros me han tratado de vincular de distintas formas con acciones de fuerza que han hecho algunos grupos que reivindican situaciones históricas. Siempre ha sucedido y hasta hoy, sólo por ser mapuche.

Pero usted también ha tenido problemas con la justicia. Sin ir más lejos, hubo un proceso judicial por estafa. ¿Qué pasa con eso?

Siempre, desde que yo tengo memoria, las personas han sido juzgadas por su origen. Yo soy uno de los tantos mapuches que han sido acusados injustamente, en diversas ocasiones y efectivamente, de nuevo  hemos recibido acusaciones y ninguna de ellas tiene fundamento. Hemos estado siempre a disposición de la justica para poder esclarecer los hechos, porque estamos tranquilos.

¿Pero no cree que es muy fácil refugiarse en la discriminación?

En ningún caso. Todo lo contrario. Nosotros supimos de la acusación y nos pusimos a disposición de la justicia. Fuimos directamente a hablar con los fiscales para que se esclarezca la situación, porque no tenemos que ver con las acusaciones infundadas que se han hecho. Es más, en todos se ha violado el debido proceso en varias ocasiones, y pese a eso yo siempre he estado a disposición de la justicia.

¿Por qué dice que se ha violado el debido proceso?

Ha habido detenciones ilegales, sin orden judicial; ha habido acusaciones por la prensa y ha habido veredictos por la prensa, donde a uno lo acusan de culpable antes que comience el juicio y eso es una tremenda falta al debido proceso.

¿Por qué se hace tanta relación entre mapuches y discriminación?

A ver, yo soy un convencido de que no podemos utilizar la discriminación -ni siquiera positiva- a nuestro favor. Esta nueva generación de líderes mapuches tiene otra mentalidad. No venimos a tirarnos al suelo, sino que venimos con otra energía, con otro pensamiento. Nosotros venimos de los movimientos sociales y nacimos en el seno del pueblo Mapuche. Venimos a enfrentar la situación política del país, pero como lo hacían los mapuches de la antigua generación, los que se paraban de igual a igual con el Gobierno y con los políticos. En 100 ó 200 años de historia se demostró que no basta con llorar. Tenemos que actuar y demostrar.

¿Qué clase de político quiere ser?

Nuestra idea es demostrar nuestras capacidades como jóvenes, políticos, mapuches y también del bajo pueblo o del Chile postergado. Hay que demostrar que tenemos que actuar como estadistas. Eso quiere decir que tenemos que pensar mejor el país que queremos, quiere decir que no podemos estar en la pelea chica, no podemos caer sólo en el cuestionamiento y la crítica. Nosotros venimos a proponer al país una nueva forma que creemos que se tiene que hacer, que permita que los sectores postergados lleguen a tomar decisiones para mejorar sus vidas. No es otra cosa.

¿Cuál es su aspiración? ¿Qué quiere?

Quiero ser un agente de cambio, una persona que permita que el país se democratice y se desarrolle y para eso los proyectos tienen que nacer de la propia gente. No deben seguir siendo impuestos sin conocer la realidad concreta del país. Yo aspiro a ser ese factor de cambio. Aspiro a que el partido en el que yo estoy, sea el instrumento de cambio.

¿Es posible desde la presidencia de un partido o necesita dar un paso más allá?

Primeros, desde donde estoy, tenemos que influir en las decisiones, y después tenemos que pasar nosotros a tomarlas. Tenemos que ser actores políticos electos democráticamente y, por lo tanto, en algún minuto me gustaría ser senador.

¿Siente que tiene el apoyo?

Sí, pero sobre todo tengo la convicción.

En el actual escenario político, donde usted asegura que el poder se concentra en los mismos de siempre. ¿Se siente en desventaja por venir de un origen humilde, con una madre asesora de hogar y un padre obrero forestal?

Todo lo contrario. Para nada. Mi fuerza radica en ese origen. Me enorgullece ser hijo de mis padres y ser parte de un linaje guerrero como el de mis ancestros . Eso le da razón y sentido a mi actuar político, para demostrarle al resto que tu origen y condición social no son limitantes para poder hacer y demostrar que puedes hacer las cosas. Fui deportista destacado, dormí en un gimnasio, no tenía qué comer y aun así tenía que responder en los estudios y en el deporte. Con eso queda claro que nosotros, los que venimos de abajo, sí podemos salir adelante. Podemos alcanzar nuestros sueños y nos gustaría que todos los hijos de nana, que hoy están pensando en lo incierto de su futuro, puedan tener una pequeña luz de esperanza para creer y tener la convicción de que puede alcanzar sus sueños. Si yo lo hice, ellos también.

Y al parecer no fue fácil encontrar apoyo, ya que ha sido candidato más de una vez, por distintos partidos o movimientos. ¿Qué tan serios son sus ideales si ha buscado tantos caminos para llegar?

Todos los caminos llegan a Roma, pero los partidos políticos son instrumentos de poder, por lo tanto nosotros, los dirigentes sociales, no estando en un instrumento de poder no tenemos ninguna posibilidad de llegar a ganar una elección y participar donde se toman las decisiones. Eso lo descubrimos en esta vida de dirigente social que hemos tenido.

¿Y la IC será el camino ?

Efectivamente. La IC se transforma en el instrumento de primera categoría para incidir en el poder, porque es un espacio político que le abre la participación a los sectores históricamente postergados. Se transforma en ese instrumento de cambio. Además, llegué a la IC, porque uno de los políticos históricos en la Izquierda de Chile habló conmigo y me dijo que teníamos que trabajar en conjunto para fortalecer un instrumento que permita darle participación ciudadana, participación política para poder contribuir a mejorar el país. Ese político en quien creo es Sergio Aguiló. La Izquierda Ciudadana será el factor real de cambio para el progreso y seguirá firme su ideal hasta hacer que Chile se democratice y desarrolle.


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