Doctor Antonio Zapatero: «Aquí hemos empeñado hasta las noches para atender la pandemia»

El médico español, director del Ifema, relata cómo se creo en tiempo récord el hospital de campaña y describe cómo es el trabajo que lleva a cabo el equipo de salud

Doctor Antonio Zapatero: «Aquí hemos empeñado hasta las noches para atender la pandemia»

Autor: Sofia Belandria

El COVID-19 ha colapsado los servicios sanitarios de España. En Madrid se tuvo que habilitar un hospital en Ifema, recinto ferial situado en el norte. Se montó en unas horas y ya ha recibido unos 2.600 pacientes.

El Salón del Automóvil, el del Gourmet o el World ATM Congress han sido pospuestos, pero su hilo musical aún les espera. En los pabellones de Ifema, recinto ferial al norte de Madrid, suenan melodías suaves de fondo. A pesar de que en estos pasillos, donde se esperaba a gente encorbatada, ahora pululan médicas, enfermeras y todo un contingente de personal sanitario dispuesto a tratar la epidemia de coronavirus que azota a la ciudad.

Porque Ifema -ese lugar donde hace poco dio un discurso Greta Thunberg en la Cumbre del Clima o donde a principios de enero se celebra Fitur, el gran escaparate del turismo internacional- lleva casi un mes como hospital de emergencia. El 20 de marzo, cinco días después de que se decretara el Estado de Alarma, se ha convertido en el estandarte de la lucha contra la pandemia. Una enfermedad que en España alcanzaba el 15 de abril las 18.708 muertes y los 177.000 contagios. Y que en esta urbe acapara casi 50.000 de los diagnosticados y 6.724 fallecidos.

Cartel en Ifema, hospital de emergencia en Madrid
Ifema. Foto ALBERTO GARCÍA PALOMO Sputnik

Unas horas bastaron para transformar unos 35.000 metros cuadrados en un equipado centro de salud. El resultado: 1.300 camas y cerca de 1.200 profesionales para atender a los contagiados. Al principio se habló de falta de recursos, desorganización e improvisación en las actuaciones, pero hoy este hospital levantado en Ifema se percibe tranquilo, con una dinámica estable y con unos números a su favor: si al principio entraban unos 300 pacientes diarios, la media de las últimas jornadas es de 20. Y las altas oscilan entre las 140 y las 150 cada 24 horas.

«Ya va rodado», sostiene Antonio Zapatero, director del hospital. «Funciona como un reloj», enfatiza. Desde un ventanal que da al pabellón 9 (uno de los transformados en centro de salud, junto al 7), este médico de 61 años valora la evolución de forma positiva y explica el ritmo al que trabajan: «A las 7.45 de la mañana coordinamos las llegadas y clasificamos por edad y gravedad. Luego nos pasamos hasta la noche en comunicación con los hospitales de la Comunidad de Madrid».

Pabellón habilitado como almacén en Ifema
Ifema. Foto ALBERTO GARCÍA PALOMO Sputnik

Su cargo, que desarrollaba previamente en el Hospital de Fuenlabrada, le tiene atareado prácticamente todo el día. Igual que al resto de plantilla. Aquí empeñan jornadas maratonianas entre cubículos aprovisionados con oxígeno, electricidad e incluso wifi.

«Hubo quejas porque todo lo se hace tan rápido pasa por momentos más difíciles. Hubo un colapso en todos los sitios. Madrid tenía 14.000 camas y recibió 24.000 pacientes de repente», incide ante algunas acusaciones que lamentaban la falta de vestuarios o material de protección.

Zapatero habla de una «segunda fase» en el Ifema y en el país. «Aquí ya hemos atendido a 3.600 pacientes y se han dado 1.500 altas. Solo han fallecido 15», adelanta, para reflexionar sobre el progreso del COVID-19 en el resto del territorio nacional: «El pico ha pasado, eso seguro. Habrá un repunte por la vuelta a los trabajos ‘no esenciales’, como lo ha habido en Singapur o Hong Kong, pero la tendencia es a la baja», analiza.

Hospital habilitado en un pabellón de Ifema, en Madrid
Ifema. Foto ALBERTO GARCÍA PALOMO Sputnik

Al director del hospital, con décadas de experiencia a sus espaldas, le ha sorprendido «la explosividad y la inmediatez» del virus. Además, cree que la información que llegaba de China apuntaba unas coordenadas que han ido variando. «Se calculaba que había una tasa de mortalidad del 1,4% y que prácticamente afectaba a la gente mayor con algún riesgo añadido, como la diabetes o problemas cardiovasculares», apunta. En España, sin embargo, el porcentaje de mortalidad se sitúa en el 10% y está implicando a todas las franjas de la población. En el propio Ifema, debajo de donde departe el experto, se congregan personas de entre 20 y 90 años.

Casi todos, en este caso, tienen una afectación leve o moderada. Por eso, desde el único lugar al que se puede acceder como prensa, se les ve tranquilos, enfrascados mayoritariamente en el móvil y alterando la posición horizontal del colchón solo para tomar la medicación con la comida o para someterse a análisis y radiografías: los primeros van a un laboratorio del hospital de La Paz y las segundas se rebelan en este recinto.

Cortesía de Alberto García Palomo Sputnik

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