El exconstituyentista ecuatoriano describe el escenario político en su nación y las implicaciones que tienen las medidas tomadas por Moreno en la población, también se refirió a la represión de la que son objeto actualmente los manifestantes
Las movilizaciones que se registran desde hace varios días en Ecuador en rechazo a las medidas económicas aplicadas por el Gobierno que preside Lenín Moreno permiten vislumbrar una recuperación de los procesos democráticos en ese país, dijo el expresidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Alberto Acosta.
«Estos grupos sociales, que creyeron en un momento dado en las propuestas de Moreno, están respondiendo con mucha dignidad, con mucha fortaleza, y eso augura una recuperación de los procesos democráticos en el Ecuador; esto es una gran noticia para el país, a pesar de las difíciles y complejas horas que estamos viviendo», expresó el economista.
El 1 de octubre, el presidente ecuatoriano anunció una serie de medidas económicas que generaron profundo rechazo en varios sectores de la sociedad. Las medidas más resistidas fueron la eliminación de subsidios por 1.300 millones de dólares al combustible y reformas laborales que afectan a los empleados públicos.
Para Acosta, quien presidió la Asamblea Nacional Constituyente entre 2007 y 2008, durante la primera administración de Rafael Correa (2007-2017), las manifestaciones son una «respuesta social» al «paquetazo» impuesto por el actual mandatario.
«Son varias medidas, que van en una sola dirección y que afectan de diversa manera las condiciones de vida de la población, ya sea por el incremento de los costos de vida, sea por el deterioro de la actividad productiva, o por las mismas presiones que tienden a fortalecer la sobre explotación de la mano de obra, y la explotación extensiva de la naturaleza», expresó.
La opción del FMI
Las medidas fueron tomadas como parte de las condiciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) luego que el organismo y el Gobierno ecuatoriano acordaran en marzo un préstamo por unos 4.200 millones de dólares. Según el economista, el FMI no puede ser una opción, bajo ninguna circunstancia, para hacer frente a los problemas fiscales y de endeudamiento externo, que habrían motivado la solicitud del préstamo con el organismo. «Siempre hay opciones; ir al FMI no es ninguna alternativa en ninguna circunstancia», aseguró Acosta.
El expresidente de la Asamblea Nacional Constituyente recordó la «larga historia de relaciones» entre su país y el organismo, y sostuvo que tomando en cuenta estos antecedentes, más lo que está ocurriendo en países como Argentina y Grecia, que también sufrieron importantes crisis económicas producto de acuerdos con el FMI, el Gobierno debería haber evitado una negociación de este tipo.
El FMI «nunca ayudó a resolver los problemas, por el contrario, agudizó los problemas; en ese sentido, solo desde una perspectiva histórica ya sabemos lo que nos va a pasar, y si vemos lo que sucede fuera de nuestras fronteras, ya sea en Argentina, o en Grecia, estamos condenados a repetir una situación similar», advirtió Acosta.»Por eso el pueblo ecuatoriano es muy consciente y está rechazando las medidas fondomonetaristas», añadió.
Pescar en río revuelto
Según el economista, la victoria en la consulta popular de febrero de 2018 fue un «balón de oxígeno» para la gestión política de Moreno, lo que hizo que el actual presidente se acercara a los principales grupos económicos primero, y al FMI después.
Tras el referendo, Moreno «se quita la careta y comienza ya a pactar abiertamente con los representantes de los grandes grupos económicos, de las grandes cámaras de producción y paulatinamente se acerca al FMI como la última opción, lo cual es falso: siempre hay alternativas al FMI», insistió Acosta.
El expresidente de la Asamblea Nacional Constituyente dijo no tener dudas de que el sector político fiel al expresidente Correa está buscando desestabilizar al Gobierno.»Para el «correísmo» sería una opción», expresó Acosta, quien señaló que los seguidores del exmandatario «están buscando pescar en río revuelto» para intentar que Correa pueda «terciar en el proceso electoral».
Por el contrario, continuó, los movimientos sociales e indígenas que se están movilizando contra las medidas del Gobierno, buscan «parar el neoliberalismo», y de ser posible, «desmontar las políticas económicas». Esto «debilitaría mucho al Gobierno de Moreno, casi sería ponerlo al borde de su caída», consideró Acosta.
Represión
El economista se refirió también a la policía y las Fuerzas Armadas, y aseguró que «están actuando con un nivel de represión pocas veces visto en Ecuador». «La represión que se vive en Ecuador por parte de la policía y de las Fuerzas Armadas nos recuerda épocas que creíamos que estaban ya superadas», dijo Acosta.
Ecuador afronta dificultades fiscales y de endeudamiento externo, por lo que buscó la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) firmando un préstamo que incluye reformas y ajustes de gasto. Tras el anuncio de las medidas, transportistas convocaron un paro general que levantaron luego de dos días en los que negociaron con el Gobierno subas a los servicios de transporte de cargas y pasajeros.
Pero las movilizaciones continuaron lideradas por otros sectores afectados. Las protestas se intensificaron y derivaron en choques con las fuerzas de seguridad, lo que llevó a Moreno a decretar el estado de excepción. Hasta el momento hay decenas de personas heridas, 477 detenidas y 31 periodistas agredidos, informó el miércoles la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Moreno ya anunció que no anulará las medidas.
Cortesía de Sputnik