“Nuestro trabajo es un gesto de rabia, entonces tenemos que buscar el modo, el acomodo, trabajar desde el descontento, pero no quedarse en el descontento, eso es Fuga”.
Arturo Ledezma y Ángela Barraza se conocieron en la Universidad, pudieron ser una linda pareja más que iluminara los paseos públicos coqueteando y dejando crecer sus panzas o criando lindos niños, pero no se conformaban con eso. Cuando el amor no basta, hay que ir por más.
Pasaron por el único taller de Balmaceda en Valpo, que no fue dictado por un poeta, sino por un profesor. El trabajo se basaba en corrección de textos, análisis y retórica. Ahí se tentaron a montar una editorial, una de poetas. Y ahí comienza Fuga, “un gesto de rabia” en la escena literaria nacional que hoy lleva a cuestas varios libros, autores que mueven la carne de quien los lee, cuatro años ininterrumpidos de lecturas (Los Desconocidos de Siempre – LDDS) y una feria de edición independiente.
-Ángela (Án): Estábamos con Vicente guagua, pobres como ratas, mi mamá se apiadó y nos ofreció plata pa’ que pusiéramos un negocio. Ella había pensado en un negocio de fotocopiadoras y venta de loto o kino.
-Arturo (Ar): Y nosotros dijimos, “mejor pongamos una editorial, que es más rentable” (risas)
-Án: Empezamos muy pro, con todo nuevo, escritorio, sillas, mesa de dibujo, computador y no teníamos a nadie.
-Ar: Pusimos un aviso en el diario buscando un editor de narrativa, y el editor dijo que su hermano quería hacer un libro, una antología, lo conocimos y trabajamos todo el 2007 en eso. Ahí nació la primera antología de Fuga.
“El mapa no es el territorio” -primer título de la editorial- fue la puerta de entrada, no sólo a los veinte autores que eran parte de las 337 páginas del libro, si no a una escena literaria de mayor nivel. Fuga nació haciendo ruido:
“Esta es la publicación inaugural de la editorial Fuga y, al parecer, define su intención de centrar su mirada en la realidad literaria de la región (…) Un comienzo auspicioso si se toma en cuenta la calidad del objeto libro y la ambición de su contenido”. Luis Riffo, 2007, Letras.s5
-¿Cómo ven a Fuga en el panorama actual?
-Ar: Nunca lo he analizado, nunca lo he visto desde fuera, ni he cachado si funciona o no. Creo que hemos llegado más lejos de lo que pensábamos cuando partimos, pensaba que íbamos a tener menos autores, nunca me hubiera imaginado una lectura de cuatro años.
-¿Cómo dieron con estos autores?
-Ar: Todos llegaron por otro, primero llegó la Antología, Rodrigo Arroyo, por Rodrigo llegó Moncada, por Moncada llegó Felipe Ruiz, por Felipe llegó Medo, por Medo llegó Bachi, siempre recomendaban nuestro trabajo.
-Les gusta la poesía, ambos la escriben. ¿Juega en contra el rol del editor a la vocación de escritor?
–Ar: Yo creo que sí, porque si escribes mal eres un pésimo editor, y si escribes bien, ¿qué vas a hacer; quebrarte con los otros?, es absurdo.
-Ángela, empezaste como directora de la Editorial, luego de iniciar tu proceso ¿te volviste a acercar a la edición? ¿La editorial siguen siendo los dos?
-Somos los dos, pero no me metí más en el proceso de edición, cuando llega un libro generalmente soy yo la primera que lo lee. Arturo tiene más ojo en la selección y después en la edición.
–Ar: Aparte la Ángela tenía que meterse de lleno a su proyecto, empezó su proceso de autora, y tenía que trabajar en su propia obra.
-¿Cómo es el proceso de edición en Fuga?
–Án: No somos editores de libros, trabajamos con autores. Es siempre distinto con todos los autores, todos los procesos son muy diferentes, cada escritor viene con su propia idea de lo que quiere, de lo que busca, que a veces es muy diferente a lo que nosotros hacemos. Pero hay una cierta cantidad de autores que realmente quieren el trabajo que podemos hacer, porque la edición es completa. No es sólo el libro, no es sólo corrección de texto, es entender la historia del texto y participar desde qué vas a leer, cómo lo vas a leer, es todo el personaje. No todos los autores quieren ser un personaje, tampoco se trata de eso, de forzar, pero nos interesa ser parte.
-Fuga es parte del mapa de autores en Chile, ¿ese es el mapa de Fuga?
–Ar: Para editar tienes que conocer a todos los que están publicando, no te puedes quedar en la región, en la ciudad, y menos restringirse a los amigos. Nunca he publicado a un amigo, me he hecho amigo de los que publico, pero todos los que han llegado a Fuga en general los he conocido cuando llegan con el texto, en cinco casos ha sido diferente, pero en general hay autores que no conocía en persona al momento de ya estarlos editando.
-¿Viven de la edición?
–Ar: Vivimos de esto, aunque sobrevivimos, nos dedicamos absolutamente. Es nuestro oficio, no es nuestro hobby, las lecturas, la editorial, la feria. Estamos todo el día, todos los días investigando, diseñando, trabajando, entonces podemos cultivar una visión más amplia, conocemos bien la escena.
-¿Cómo funciona el que Ángela sea autora y parte de la editorial?
–Án: En mi proceso editorial a mí me excluyeron absolutamente, funciono como una autora más, sin ninguna injerencia.
–Ar: Es que la Ángela fue como un conejillo de indias, cada vez que leía la Ángela llevaba una plaquette distinta, esa era la idea. Empezamos después a hacer estos textos de anticipo con otros autores, con la idea de que llevaran un adelanto de lo que estaban trabajando para publicar, siempre muy exclusivo con pocos ejemplares.
-¿Cuál ha sido su relación con las ferias de editoriales independientes? ¿Cómo nació la Feria de Fuga?
–Ar: Al principio la relación fue de colaboración, participamos en la primera Furia del Libro, pero luego vino el descontento. Un día venía de la feria y compré El Ciudadano, leí una entrevista de Cristóbal Gaete a la Paty Espinoza en la que decía: “qué tienen que hacer las editoriales independientes metidas en el GAM (Centro Cultural Gabriela Mistral, del Estado de Chile)”. Ahí llegué con la nota a la casa, y se la pasé a la Ange para que la leyera, y le dije que íbamos a hacer una feria independiente.
-¿Cómo se financió y qué los diferenció de otras instancias?
–Ar: Lo primero era ser totalmente independientes, sin auspicios, pero con muchas voluntades, hubo almuerzos para todos, no se cobraba por el espacio, pero cada participante apoyó, porque era importante estar.
–Án: No permitimos que se hicieran lanzamientos de libros, porque eso convoca a un público que solo va a ir a comprar ese libro, así que buscamos un formato que dejara a todos en igualdad de condiciones. Hicimos mesas de debate, la primera fue de perros grandes: Zurita, la Elvira, Cosiña, Damaris, hablando de su primera experiencia de publicación.
-Ahora Fuga trabaja en el proyecto de una revista, ¿de qué se trata eso?
–Ar: Se trata de una revista latinoamericana de edición, que deje testimonio de la escena literaria en Latinoamérica, pero sin crítica de libros, sin poner un libro sobre otro, si no que ampliando la escena, una vitrina más amplia de la literatura latinoamericana.
–Án: Precisamente acudir a escritores con criterio, que tienen algo que decir. Nosotros no publicamos a todo el mundo, no quedamos bien con todos. Fuga tiene un criterio de edición detrás, y es lo que buscamos también en los que escriben en la revista, no es lo que hay que mostrar porque está ahí, sino lo que nosotros sentimos que hay que mostrar.
-Empezaron riéndose de la idea de hacer una editorial, pero están convencidos, y se nota…
–Ar: La risa es por lo económico, porque es un pésimo negocio, pero no por el convencimiento.
–Án: Se trata de tener la certeza de que lo que estás haciendo es tan necesario que te trasciende, sé que lo que estoy haciendo va a ser importante en 50 ó 100 años más, mi contingencia no es importante, pero lo que estamos haciendo sí, y es tan importante que hay que hacerlo pese a la adversidad. Nuestro trabajo es un gesto de rabia, entonces tenemos que buscar el modo, el acomodo, trabajar desde el descontento, pero no quedarse en el descontento, eso es Fuga.
Por Amanda Durán
Suplemento de Arte & Cultura Cultivos Chilenos
El Ciudadano Nº129, segunda quincena julio 2012