Embajador Efraín Villarreal Arenales: «Nosotros quisiéramos que en materia de producción, distribución y venta de productos Rusia y sus empresas utilizaran a Panamá»

El diplomático panameño invita a los rusos a reforzar la presencia en su economía y su canal, y asegura que necesita más ayuda en la lucha contra la pandemia de COVID-19

Embajador Efraín Villarreal Arenales: «Nosotros quisiéramos que en materia de producción, distribución y venta de productos Rusia y sus empresas utilizaran a Panamá»

Autor: Sofia Belandria

¿Cómo valora la importancia del Canal de Panamá en las relaciones económicas y comerciales internacionales de hoy?

El Canal de Panamá, después de su ampliación en 2016, ha seguido jugando un papel importante en el comercio internacional. La ampliación permitió que las navieras del mundo pudieran emplazar sus buques más grandes y lograr las economías de escala que les brindaban otras rutas. Hasta la ampliación solo podían pasar buques con carga no mayor de 4.500 toneladas. Con la ampliación pasan buques denominados ‘Neopanamax’ con carga de hasta 14.500 toneladas.

Las estadísticas de tráfico dejan ver la importancia que tuvo la ampliación del canal. Más de 9.000 buques Neopanamax han transitado en estos cuatro años, lo que ha representado el 27% de los tránsitos. Entre los principales segmentos que usan el canal ampliado están los portacontenedores con el 46% de los tránsitos, seguidos de los buques de gas licuado de petróleo (25%), gas natural licuado (12%) y graneleros (9%). Esa composición muestra el papel que el canal ampliado ha jugado en el comercio internacional, pues la mayoría de la carga de alto valor se mueve por contenedores y el gas es un producto importante para la generación de energía.

Existen otros proyectos en estudio que tienen que ver con mejorar la capacidad de almacenaje de agua. Como es sabido, el Canal de Panamá depende de la disponibilidad de agua fresca, y el cambio climático y la deforestación están teniendo impactos en los patrones de lluvia. La administración del canal está estudiando la viabilidad de desarrollar otros reservorios de agua para garantizar la cantidad y calidad de agua tanto para el consumo humano como para la operación del canal. El Gobierno nacional también coadyuva a este propósito a través del Ministerio de Medio Ambiente, que tiene a su cargo la responsabilidad de controlar la deforestación y la protección de las cuencas de agua del país.

¿Qué balance puede hacer de la gestión panameña del canal?

Los panameños logramos comprobarle al mundo que podíamos administrar el canal igual o mejor que  como lo habían hecho los norteamericanos. Antes de 1999 había muchas dudas e incertidumbre sobre la eficiencia de nuestra administración. A 20 años de su transferencia, ya el mundo entero ha reconocido que Panamá administra el canal de manera eficiente y segura, pero lo más importante para los panameños es que lo hace generándole aportes económicos importantes al país, algo que no hacía la administración de los norteamericanos.

¿Cómo cambiará la importancia del canal en el futuro?

En estas circunstancias, el COVID-19 aunado a la guerra comercial entre Estados Unidos y China hace difícil pronosticar el futuro. Es importante recordar que el tráfico más grande que pasa por el Canal es entre EEUU y China. Cualquier cambio en esa relación comercial afecta el tráfico por el canal. Se esperaba que esta situación afectaría entre el 15 y el 20% la operación del canal, no obstante, ello no afectaría la estabilidad financiera de esta operación por los mecanismos previstos en la adopción de medidas de la administración del canal.

Sin embargo, uno de los cambios posibles es que la producción, distribución y venta de productos, cualesquiera que fuesen sus naturalezas, se regionalice. Eso es una gran oportunidad para Panamá, pues, además del canal, Panamá, por su posición geográfica, es un excelente ‘hub’ para América Latina y el Caribe. Panamá tiene un centro logístico que refuerza su rol de ‘hub’: un centro financiero internacional de primer orden, el cual funciona pese a las dificultades impuestas artificiosamente por países cuyas razones e intenciones desconocemos; tiene una legislación fiscal favorable para la instalación de las casas matrices de las corporaciones mundiales; posee una red de comunicación inalámbrica envidiable; y, como corolario, mantiene un clima político tranquilo de mucha seguridad, indispensable para las operaciones financieras, económicas, de producción, etcétera, de las empresas. Por lo tanto, en ese nuevo escenario Panamá pudiera ganar importancia comercial y económica, más allá de lo que pudiera aportar el canal.

¿Qué papel está jugando el canal en las relaciones económicas y comerciales entre Panamá y Rusia?

Actualmente la aportación de Rusia a la actividad del canal es mínima. Por ejemplo, en el año 2019 solamente transitaron 11 barcos rusos con un total de 67.000 toneladas, lo que es muy poco. Sin embargo, la actividad comercial de Rusia en América Latina —en Venezuela, Brasil, Argentina— tal vez no tenga la necesidad de utilizar el canal. Por eso nosotros desearíamos que Rusia utilizara más el canal nuestro, el Canal de Panamá.

El negocio del canal está relacionado con el movimiento comercial. Siempre el comercio es el que determina las frecuencias del uso del canal, las rutas, los puertos destinatarios de las mercancías. Es decir, el comercio fundamentalmente es lo que hace que el canal sea útil para los países. Tal vez esto conlleve a la necesidad de que Rusia incremente sus actividades comerciales en América Latina, y principalmente con nosotros en Panamá.

Nosotros quisiéramos que en materia de producción, distribución y venta de productos Rusia y sus empresas utilizaran a Panamá. Nosotros tenemos un sistema de reexportación que es la Zona Libre de Colón, una de las zonas libres más grandes del mundo, tenemos un centro financiero internacional muy sólido, y además una estabilidad política única. La estructura jurídica, política y gubernamental del país le permite a cualquier empresa trabajar con tranquilidad, promocionar sus productos y planificar su ingreso hacia Suramérica y Centroamérica.

Otra ventaja que nosotros tenemos con relación a los demás países en materia de producción y venta es la tenencia del dólar. La economía nuestra está basada en el dólar, y eso nos permite evitarnos todas las complicaciones relativas a los sistemas cambiarios y nos permite ir directamente a los mercados con un precio definido. La tenencia del dólar es una de las cosas por las cuales muchas empresas se establecen en Panamá.

Rusia tiene una presencia mínima en Panamá, muy pequeña, y es una lástima porque Rusia es una de las grandes potencias. Hoy día las potencias están bien definidas —EEUU, China, Rusia—, y de todas estás potencias Rusia es la que menos presencia tiene en Panamá. China ha ingresado a Panamá hace tres años, y quisiéramos ver a Rusia también plantarse en Panamá, porque eso contribuye al crecimiento económico y social del país.

¿Qué áreas de cooperación con Rusia considera prioritarias para Panamá?

La cooperación bilateral se ha manejado con siete acuerdos fundamentales: el Convenio sobre Ciencia, Cultura, Educación y Deporte; el Convenio contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas y de Abuso; el Acuerdo sobre Cooperación entre Academias Diplomáticas; el Convenio de Cooperación en la Esfera del Turismo; el Memorándum sobre Cooperación Cultural entre el Instituto Nacional de Cultura de Panamá y el Ministerio de Cultura de la Federación de Rusia; el Acuerdo de Extradición; y el Tratado sobre Asistencia Legal Recíproca en Materia Penal.

Primero, nos gustaría fortalecer la cooperación en materia de educación. Es importante incrementar a más de 50 cupos por año las licenciaturas, maestrías y doctorados para que los estudiantes panameños puedan educarse en las universidades rusas. Este año solo tenemos cuatro becarios, lo que representa un nivel bajo en la cooperación educativa bilateral. En el sector educativo, también sería interesante establecer un instituto especializado de idiomas en Panamá, porque en Rusia hay una gran experiencia en la enseñanza de los idiomas. Un instituto de esa naturaleza podría concentrar una gran cantidad de estudiantes de toda América Latina para la enseñanza de idiomas: ruso, francés, alemán o cualquier otro idioma.

Segundo, quisiéramos promover a Panamá como ‘Hub Humanitario‘ para la región, donde Rusia podría ser un país influyente en materia de formación y prevención de desastres naturales. Rusia siempre se ha distinguido por ayudar a los países cuando hay un desastre, envía a sus especialistas, existe toda una coordinación ya establecida sobre el manejo y la calificación de los productos que se requieren cuando hay un desastre. Nosotros pensamos que los conocimientos y las tecnologías de Rusia pudieran ser muy útiles para fortalecer y desarrollar el ‘Hub Humanitario’ en Panamá.

Tercero, nos interesaría fortalecer la inversión rusa en Panamá. La estructura jurídica de Panamá con relación al establecimiento de las empresas está bien definida, no hay que hacer nada para acomodar a las empresas rusas. El sistema las asimila y las acomoda, como todas las demás empresas. Desde ese punto de vista estamos bien, no hay problema.

Nosotros creemos que hay varios sectores en los que Rusia puede invertir, entre ellos la fabricación de medicamentos, porque Panamá tiene una gran confianza en la medicina rusa. El establecimiento de una empresa mixta ruso-panameña productora de fármacos entraría a romper el monopolio de los fabricantes farmacéuticos internacionales, que venden en 10-15 dólares una pastilla que puede valer cinco centavos. En Rusia la medicina es bastante barata, muy buena y muy accesible.

Además, en Panamá hay una aspiración de muchos años de conectar las fronteras con un sistema ferroviario de carga de productos, porque el sistema vial es demasiado caro y no es satisfactorio. En cambio, el sistema ferroviario es una garantía para mantener una seguridad en cuanto al transporte de los productos agrícolas, que es lo que se espera, porque el mundo de hoy cifra todas sus esperanzas en la producción de alimentos. Panamá estaría interesada en que Rusia participe en ese proyecto.

Por otra parte, estamos tratando de elaborar una exposición virtual sobre la industria agrícola pequeña y mediana de Rusia, porque nuestro país requiere realmente de una tecnología eficiente para la producción agrícola y pecuaria. Estamos tratando de organizar eso, aunque el coronavirus nos ha interrumpido todos estos proyectos que hemos tenido. Hay una región rusa que es muy similar a Panamá en cuanto a la producción agrícola, que se llama Vorónezh.

Esta semana enviamos una nota a la Cámara de Comercio de Vorónezh para que nos dé información sobre entrevistas que podamos tener con las diversas cámaras de esa región, para poder ver qué pequeñas y medianas empresas pudieran estar interesadas en participar en la exposición virtual. No nos interesan las grandes empresas agrícolas, porque una sola empresa monopolizaría toda la producción. Nosotros necesitamos que el pequeño productor sea realmente el que usufructúe la tecnología para poder producir alimentos, colocarlos en mercados, mercadearlos y venderlos.

Finalmente, quisiéramos robustecer la cooperación con Rusia a nivel de los organismos internacionales. Panamá ha participado en las Naciones Unidas con Rusia en determinados proyectos, y otros proyectos rusos por razones políticos no los ha apoyado. Pero hay otros organismos en donde pudiera llevarse a cabo una buena cooperación, por ejemplo, en Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), en la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), que son organismos multilaterales muy importantes, así como en las organizaciones que tienen que ver con los derechos humanos.

¿Ha habido algún tipo de colaboración entre Panamá y Rusia en la lucha contra la pandemia de COVID-19? ¿Está interesada Panamá en fomentar esta cooperación?

Rusia ha cooperado con Panamá en el marco del SICA (Sistema de la Integración Centroamericana), donando 5.000 test para detectar el COVID-19. Actualmente, nuestro país necesita más cooperación en materia de salud de parte de Rusia, para poder controlar el virus que tanto ha afectado a nuestro país, en estos momentos en los que la cooperación internacional juega un papel importante y fortalece la relación entre los países. En Panamá hay un gran descontrol producto de la epidemia, han colapsado los hospitales. Nosotros quisiéramos que Rusia aportara una ayuda mayor, especialmente los test y la indumentaria de protección al personal médico y los voluntarios para impedir una infección.

En Panamá hay una gran confianza en la medicina rusa, y en los diversos sectores se manifiesta el interés en que el fármaco Avifavir, que acaba de promocionar Rusia, llegue a Panamá. Nosotros quisiéramos que la embajada recibiera la documentación científica para los efectos de poder registrar el fármaco en la dependencia del Ministerio de Salud denominada Farmacia y Drogas, que es la que registra los productos farmacéuticos y es la que da la autorización para la venta y distribución de esos productos en el país. Con eso nosotros quisiéramos evitar que la representación del fármaco en Panamá quede en las manos tradicionales de los comerciantes que especulan con la Salud. Como embajada quisiéramos tener un control sobre quien puede representar el producto en Panamá, para los efectos de que se mantenga el precio bajo, un precio cómodo para la población.

Cortesía de Sputnik

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