Asentada una orgánica propia y habiéndose producido la primera rotación de la vocería que mantuvieron Karina Oliva (Poder Ciudadano) y Sebastián Depolo (RD), el Frente Amplio (FA) se dispone a intervenir en un año ya en marcha, con un escenario político también sobre estimulado por definiciones presidenciales y electorales en general.
Ya el FA mantiene tres precandidaturas presidenciales oficiales: Alberto Mayol, Luis Mariano Rendón y Beatriz Sánchez. El conglomerado cuenta también con una extensa -pero no refrendada aún- lista de candidaturas parlamentarias, orientadas a conquistar no un escaño, sino «una bancada» en el Parlamento.
Los nuevos voceros, Gael Yeomans (Izquierda Libertaria, 28 años) y Francisco Figueroa (Izquierda Autónoma, 30 años) no se marean. Si bien reconocen que hay objetivos electorales por realizar, señalan que éstos no se realizarían por fuera de la acción política y la intervención en la coyuntura. Entre reuniones y entrevistas, el y la vocera se toman un tiempo para una conversación en profundidad con El Ciudadano. Aquí se refieren a los puntos más álgidos del panorama político nacional.
El Frente Amplio presentó un recurso de protección contra el Servel por violar el principio de igualdad ante la ley en la interpretación que dio al proceso de refichaje. El proceso cierra este viernes 14 de abril. ¿Cuál es su punto de vista al respecto?
GY: Nos interesa estar encima de esta coyuntura, es importante sobre todo porque aquí se ve una diferenciación entre la oportunidad para partidos emergentes y nuestra apuesta en el Frente Amplio en lo que respecta a la posibilidad de inscribir candidaturas parlamentarias y presidenciales y cómo se diferencia en el tema del refichaje en la oportunidad de partidos tradicionales que es mucho más amplia que las que tenemos como alternativas emergentes que están ingresando a la disputa.
FF: La ventaja que se le dio a los partidos antiguos para poder refichar militantes por Internet les permitió recuperar el trecho que no estaban consiguiendo hasta el minuto, consagrando así un trato diferenciado entre los nuevos y los viejos. Si uno lo mira fríamente, es muy impresentable, pero es precisamente lo que denunciamos. Es una medida ad-hoc para que partidos como el PPD pudieran inscribir militantes y candidatos presidenciales.
Lo que nos preocupa es que exista la mayor legitimidad en el proceso eleccionario de este año. Si hubiésemos pensado solo en nuestros intereses habríamos presionado al Servel, como lo hizo el PPD, para facilitarnos la inscripción. Defendimos el trato igualitario. Nos preocupa que en este escenario de desconfianza -justificada- hacia la política, se hagan todos los esfuerzos para que exista, de parte de la ciudadanía, confianza en el proceso. Pensamos en el conjunto del sistema democrático y creemos que eso nos diferencia, porque no está en la cabeza ni de la derecha ni de la Concertación. Les conviene que vote poca gente, para que el electorado se pueda controlar a través de redes clientelares y haciendo uso de un hiperfinanciamiento. Por eso Piñera está hablando como si estuviéramos en dictadura, apelando al voto duro de la extrema derecha.
Asumieron como parte de su programa la propuesta de la Coordinadora NO+AFP. ¿Por qué?
GY: Nacimos como apuesta política con vocación de relación con movimientos sociales. Estas organizaciones vienen de tales luchas y en ese sentido lo que nos interesa es poder aportar a la que se levantó desde la Coordinadora NO+AFP por el cambio al sistema de pensiones, tener articulación y prestar un apoyo más profundo que el que han mostrado los partidos tradicionales a las propuestas programáticas de dichos movimientos. En eso queremos hacer un cambio y creemos importante también desde el Frente Amplio no solamente pronunciarnos sobre las AFP, sino también hacerlo con luchas de otras organizaciones sociales. El Movimiento Estudiantil también tiene una propuesta programática con el Confech, elaborada a lo largo de todos estos años. Es importante que nos levantemos como alternativa política con esas propuestas programáticas de los movimientos sociales y su historia, que han levantado la posibilidad de cambiar Chile.
¿A quién desafía el Frente Amplio y de dónde saca su fuerza para tal desafío?
FF: El bicoalicionalismo es un primer adversario por desafiar. El otro gran adversario es este empresariado con características de lumpen-empresariado, que se colude, pero que habla de libre competencia, que habla de transparencia y buenas prácticas, pero incide en política directamente. Alfredo Moreno, presidente de la Confederación de Producción y Comercio, todas las semanas está metido en la agenda política sin decir que es político. El único actor político que no depende de ellos somos nosotros. tenemos que asumir a ese adversario
Una fuerza es la que nos ha traído a donde estamos ahora, más cerca que ayer de cambiar cosas. Ella ha sido el arraigo en la sociedad civil, que no tienen los viejos partidos que dependen del funcionariado estatal a sueldo, o del financiamiento de las grandes empresas. Con ello hemos cambiado la agenda de este país, hemos ampliado el horizonte de lo posible políticamente. Tenemos que llevar más allá ese arraigo y ampliarlo, porque debemos ser conscientes de la estrechez todavía de esta alternativa, por los objetivos que nos planteamos, que son grandes. Por eso tenemos que ser capaces de organizar y llamar a luchar a todos aquellos sectores que hoy día no pueden organizarse: por trabajo, por explotación en la pega, tiempo, etcétera. El Frente Amplio tiene que tener la capacidad de activar, de hacer lo que ha hecho en el movimiento social existente hasta el momento, pero ahora mirando al Chile que no está involucrado en la política porque no tiene condiciones materiales para hacerlo.
GY: El empresariado se representa a sí mismo por medios propios, y también es representado por los actores políticos vinculados al Estado. Entonces, es complejo para las grandes mayorías ser parte de las definiciones políticas importantes en este país y, en definitiva, ser parte de la política, cuando las puertas están cerradas, y las definiciones se toman entre cuatro paredes. Ese es el enemigo principal en cuanto ahí está la articulación en donde se generan todas las dificultades y también la posibilidad de generar transformaciones en este país. Ese es el límite hoy día, y ese es el límite que vamos a seguir teniendo en la medida que no podamos generar un actor político real que sea capaz de confrontarlo.
Veo también que -a pesar de que tenemos como fortaleza venir de las luchas sociales y, por lo tanto, tener esa articulación con el mundo social- es una fuerza incipiente porque como actor político no está constituido y ese es el desafío para las fuerzas que son parte del Frente Amplio. Por eso estamos tratando de generar todo este proceso programático, en articulación con los movimientos sociales, para ver todas las aristas que nos permitan, desde esa fuerza, generar las transformaciones que hoy en día no se pueden hacer.
¿Cómo aborda el Frente Amplio la primera marcha educacional del año en circunstancias que las organizaciones del FA vienen principalmente de dicho conflicto y la reformas propuestas por el Gobierno cuentan con la desaprobación de prácticamente todos los actores vinculados a la educación?
FF: El Frente Amplio se pone a disposición de los movimientos sociales que están peleando por derechos universales, que están peleando por desmercantilizar distintos aspectos de nuestra vida. Uno de esos es el Movimiento Estudiantil, que hace muchos años lleva ampliando las espaldas de los jóvenes involucrados en política y en la pelea por sus derechos. Esa pelea se sigue ampliando. Hace muchos años se movilizaban los estudiantes de la educación superior de las universidades tradicionales, de los liceos emblemáticos. Y hoy tienes a estudiantes de todo el sector privado de la educación superior, de todos los liceos del país, movilizados, y creo que el Frente Amplio tiene que reconocer esa capacidad que ha tenido el movimiento social por la educación de involucrar a las nuevas generaciones de una manera que las generaciones anteriores no tuvieron la oportunidad. Y pelear para que la reforma a la educación responda efectivamente al objetivo de una educación pública, gratuita y la calidad, que es la consigna fundamental desde hace diez años en este país.
Nosotros reconocemos que el Gobierno, como ha dicho el Movimiento Estudiantil, no ha sido capaz de responder a la demanda por una reforma educacional. De hecho, ha entregado más recursos, pero para alimentar al sector privado. ‘Nunca se le había hecho tanto daño a la educación pública’, dijo el rector Vivaldi, y él no es del Frente Amplio.
GY: Vemos que el futuro de la educación sigue en juego y la reforma propuesta por el Gobierno no responde a los intereses que se han plasmado en la movilización social por la educación, que ha sido tremendamente masiva desde 2011 y que sigue vigente hasta la fecha. La actual reforma no va a generar las transformaciones y no va a poder cerrar un conflicto que, entonces, va a seguir abierto en la medida en que van a ser estos mismos actores sociales quienes van a seguir movilizados porque sus intereses no se ven reflejados. La presentación del proyecto fue dilatado por todo este período del Gobierno, y hoy está cercenado y dividido en el debate público y legislativo.
Como actor político nos interesa también apoyar este proceso de movilización de los actores sociales, como la Confech, frente a los intereses que se ven reflejados por esta reforma y que son netamente empresariales y políticos relacionados con ello.