¿Qué impacto tendrá el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos? ¿Obama habrá renunciado al deseo histórico del imperialismo estadounidense de derrocar al Gobierno cubano o estamos sólo ante un cambio de táctica? ¿Podría la normalización de estas relaciones afectar al modelo revolucionario cubano? Especialista de Cuba y autor del reciente libro Cuba, parole á la défense !, Salim Lamrani responde a nuestras preguntas.
1 – En tu nuevo libro que se va a publicar este mes (septiembre del 2015) y cuyo título es Cuba, parole à la défense !, haces preguntas a diez personalidades relacionadas con Cuba, por ejemplo Eusebio Leal o también Alfredo Guevara. Tras el anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales entre Cuba y Estados Unidos, ¿cuál es la opinión general en cuanto al porvenir de la Revolución cubana, de sus instituciones, su modelo social y las reformas económicas anunciadas?¿Es de temer en adelante una forma de imperialismo económico y cultural de Estados Unidos en contra de Cuba?
Salim Lamrani: Cuba siempre declaró estar dispuesta a normalizar sus relaciones con Estados Unidos con la condición de que se funden en tres principios fundamentales: igualdad soberana, reciprocidad y no injerencia en los asuntos interiores. Conviene recordar que en el conflicto entre La Habana y Washington la hostilidad es unilateral. Estados Unidos es quien impone sanciones económicas obsoletas, crueles, sin eficacia y que martirizan al pueblo cubano desde 1960. Estados Unidos es quien invadió militarmente a Cuba en abril del 1961. Estados Unidos es quien amenazó a Cuba con una desintegración nuclear en octubre del 1962. Estados Unidos es quien financia una oposición interna en Cuba para conseguir un cambio de régimen. Estados Unidos es quien emite programas de radio y de televisión ilegales y subversivos en dirección a Cuba y con la meta de destabilizar la sociedad. Por fin, Estados Unidos es quien lleva a cabo una guerra política, diplomática y mediática contra Cuba.
Por su parte, Cuba nunca agredió a Estados Unidos en toda su historia. Al contrario. Ya en 1959 Fidel Castro expresó su voluntad de tener relaciones cordiales y pacíficas con Washington. A modo de respuesta, Estados Unidos aplicó a Cuba una política de una brutalidad extrema.
La decisión del presidente Barack Obama de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba, así como la apertura de las embajadas en Washington y en La Habana, constituyen un paso adelante positivo en el proceso de normalización de las relaciones. La cuestión está en saber si se trata de un cambio estratégico, esto es, si Washington ha decidido renunciar a su meta de destruir la revolución cubana y si acepta por fin la realidad, una Cuba soberana e independiente, o bien si se trata sólo de un cambio táctico, cambiar una política fundada en la violencia, la amenaza y el chantaje por un enfoque más suave fundado en el diálogo y la sedución pero sin cambiar el objetivo, hacer de Cuba una nación satélite. Mi convicción profunda es que sólo se trata de un mero ajuste táctico ya que Estados Unidos está en la incapacidad psicológica de aceptar la realidad, una Cuba libre y emancipada de la tutela yanqui. Pero los cubanos no están deslumbrados y están preparados, como nos lo explican las conversaciones transcritas en Cuba, parole à la défense !
2 – Ernesto Guevara declaró en cierta ocasión «Toda nuestra acción es un llamamiento emotivo a la unidad de los pueblos contra el gran enemigo del género humano, Estados Unidos». ¿Qué signifado cobra esta frase hoy día, en 2015, cuando Washington y La Habana acaban de abrir de nuevo sus respectivas embajadas ?
Salim Lamrani: El presidente Raúl Castro no pudo hablar con más claridad respecto a eso. El restablecimeinto de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos no significa que Cuba renuncie a su proyecto de sociedad o a su política exterior internacionalista y solidaria con los pueblos del Tercer Mundo y los desheredados del planeta. La política interior y la política exterior de Cuba son competencias exclusivas del pueblo cubano y no son negociables. Cuba no negocia su libertad ni su independencia ni su soberanía. Cuba seguirá sosteniendo las causas justas que reivindican la emancipación del género humano y dará una mano generosa y fraterna a los avasallados, a los revocados, a los humillados, con el objetivo de conseguir «la plena dignidad del ser humano» para usar una expresión del héroe nacional cubano José Martí. Cuba, fiel a los ideales del Che, seguirá «temblando de indignación» cada vez que se cometa una injusticia en el mundo, sea donde sea. El pueblo cubano es, por esencia, antiimperialista. Eso forma parte de su idiosincrasia. Sin embargo, no es antiestadounidense. Al contrario, siente una simpatía natural por el pueblo de Estados Unidos.
3 – A pesar de las señales de apertura de por la Casa Blanca respecto con Cuba, numerosas cuestiones peliagudas siguen sin resolver, particularmente la del embargo económico y la de Guantánamo. ¿Qué es de esperar del restablecimiento de las relaciones entre las dos naciones en cuanto a estos temas que siguen fomentando fuertes tensiones?
Salim Lamrani: Efectivamente, es indispensable levantar las sanciones económicas impuestas a Cuba desde el año 1960 porque constituyen el principal obstáculo para el desarrollo del país y también para la total normalización de las relaciones bilaterales. Ese tema también viene abordado en mi libro. El bloqueo afecta a todas las categorías de la población cubana empezando por las más vulnerables, las mujeres, los niños, los ancianos. Pero no deja de tener un impacto también en todos los sectores. Muy lejos de ser un simple asunto bilateral ese estado de sitio es condenado par el conjunto de la comunidad internacional que, tras haberlo condenado 22 veces consecutivas, lo volvió a condenar, en octubre del 2014, una vez más, con una mayoría aplastante de 188 países a favor de esa condena y sólo 2 países en contra, (Estados Unidos e Israel). En mi libro anterior Estado de sitio, menciono el carácter extraterritorial de las sanciones ya que éstas se aplican a todos los países del mundo. Un ejemplo: la empresa alemana Mercedes tiene prohibido exportar sus automóviles a Estados Unidos si llevan un sólo gramo de níquel cubano. Por su parte, La Habana no puede importar ningún producto comprado en el mercado internacional que lleve más de un 10 % de componentes estadounidenses. Y cuando se conoce un desarrollo exponencial del turismo, Cuba no puede renovar su flota aeronáutica comprando aeronaves del grupo europeo Airbus ya que todas ellas llevan más de un 10 % de componentes estadounidenses. El presidente Obama ha pedido al Congreso levantar las sanciones económicas. Es un paso adelante positivo. Sin embargo el margen de maniobra de la Casa Blanca es amplio porque sólo algunas cuestiones exigen el acuerdo del Congreso. Obama dispone de todos los poderes presidenciales necesarios para demostrar, con decisiones firmes, su voluntad de apaciguar las relaciones con Cuba. Por ejemplo, fácilmente la Casa Blanca podría ampliar las categorías de ciudadanos estadounidenses autorizados a viajar a Cuba, legalizar el comercio bilateral entre las empresas de ambas naciones, permitir a Cuba adquirir, en el mercado internacional, productos con más de un 10 % de componentes estadounidenses, autorizar la importación de productos manufacturados en el mundo a partir de materias primas cubanas, consentir que Cuba pueda comprar a crédito productos no alimenticios, aceptar que Cuba use el dólar en sus transacciones comerciales y financieras con el resto del mundo. Ninguna autorización del Congreso es necesaria para tales decisiones.
Guantánamo —que Estados Unidos ocupa ilegítimamente desde al año 1902— también constituye un tema de disensión. En efecto, en 1898, tras la intervención estadounidense en la guerra de independencia cubana, Washington impuso la inserción de La Enmienda Platt en la nueva Constitución cubana bajo pena de prorrogar indefinidamente la ocupación militar de la isla. Ese apéndice legislativo que hizo de Cuba un protectorado sin verdadera soberanía estipulaba, entre otras cosas, que Cuba le debía alquilar a Estados Unidos una parte de su territorio por un plazo de 99 años renovable indefinidamente… a partir del momento en que una de los dos partes lo deseara. Tras la abrogación de La Enmienda Platt, en 1934, la base naval de Guantánamo ha sido conservada a cambio de un alquiler de 4.000 dólares anuales. Desde el primero de enero del 1959, el Gobierno cubano se niega a cobrar ese alquiler y exige la restitución de su territorio. Hasta el día de hoy, Washington rechaza toda idea de retirarse de Guantánamo.
4 – Tú que bien conoces la sociedad cubana, ¿qué puedes decirnos del resentimiento del pueblo cubano con respecto a esos numerosos cambios que se anuncian? ¿No temen algunos cubanos que numerosas conquistas de la Revolución, como por ejemplo la educación, la sanidad, la cultura, se pongan en tela de juicio debido a las reformas que se avecinan ?
SalimLamrani: Los cubanos no sienten la menor inquietud a propósito de la actualización de su modelo económico porque ellos son sus creadores. Como lo ilustran las conversaciones transcritas en mi libro, esta reforma económica es fruto de una amplia consulta popular. Cuba es una democracia participativa. En total, unos 9 millones de cubanos asistieron a una de las 163.000 reuniones organizadas para debatir del tema, lo cual suma un total de 3 millones de intervenciones. El documento original se componía de 291 puntos a debatir, de los cuales 16 fueron integrados en otros, 94 fueron conservados sin modificación, 181 han sido enmendados y otros 36 fueron añadidos para concluir con un total de 311 puntos. El proyecto inicial ha sido pues modificado en un 68 % por los ciudadanos y ha sido aprobado el 18 de julio 2011, en el pleno del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, por los mil delegados que representaban a los 800.000 militantes. Después ha sido presentado al Parlamento cubano que lo aprobó, en sesión plenaria, el 1 de agosto 2011. Como recuerda Ricado Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba desde 1993 hasta 2013, entrevistado en el libro: «No estoy seguro de que los gobiernos que han aplicado medidas de austeridad drásticas, han rebajado los presupuestos de la sanidad y de la educación, han aumentado la edad del derecho a jubilarse, con motivo de la crisis sistemática neoliberal que lastima numerosas naciones, hayan pedido su opinión a sus ciudadanos en cuanto a los cambios profundos que perjudican su nivel de vida cotidiano».
Las conquistas de la Revolución son sagradas para los cubanos. La actualización del modelo económico no pone en tela de juicio de ningún modo el acceso universal y gratuito a la educación, a la sanidad, a la cultura, a la protección social y a la jubilación.
5 – Desde hace más de 15 años, con la llegada al poder de gobiernos progresistas en América Latina, Estados Unidos ha perdido mucha influencia y se halla hoy día aislado en la región y eso es debido particularmente al bloqueo económico criminal que impone a Cuba. Este restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, ¿será un medio para Washington de recuperar su imagen en América Latina? ¿Qué impacto tendrá esa nueva política para con Cuba en el proceso de integración latinoamericano en el que Cuba siempre fue la vanguardia, verbigracia con el ALBA?
Salim Lamrani: Imposible negar que Washington se encuentra aislado en América. Desde Canadá hasta Argentina, el único país que no disfruta de relaciones diplomáticas, consulares y comerciales normales con Cuba es Estados Unidos. Incluso sus aliados más leales, como Colombia u Honduras, se oponen a las sanciones económicas. La Casa Blanca estaba en la obligación política de modificar su política hóstil en contra de Cuba, de no hacerlo perjudicaba sus propios intereses.
No creo que el proceso de normalización de las relaciones entre Washington y La Habana afecte la integración latinoamericana por tres razones como mínimo. Primero, la integración continental acompaña la marcha de la historia y América Latina está viviendo un cambio de época, después, la política exterior de Cuba no es negociable, por fin, Cuba nunca abandona a sus amigos fieles.
6 – Como en muchos temas de política internacional, la Unión Europea a menudo ha copiado las posiciones del ministerio de Asuntos Exteriores de Estados Unidos y particularmente en lo que se refiere a Cuba. Después del anuncio del deshielo entre La Habana y Washington, numerosos políticos europeos, entre ellos el presidente francés François Hollande, se han apresurado a viajar a Cuba para dar señales de amistad al Gobierno cubano. Ahora que Estados Unidos cambió de rumbo en lo que se refiere a Cuba, ¿es de esperar un cambio idéntico en Europa? Según tú, ¿cuál será la nueva diplomacia de la U. E. para con el Gobierno cubano?
Salim Lamrani: Verdad es que la política exterior de la Unión Europea está supeditada a la de Estados Unidos y es una situación profundamente lamentable. Europa es una potencia económica, pero es una enana política y diplomática, incapaz de adoptar una política constructiva, racional e independiente en lo que respecta a Cuba. Algunos países como España y Francia acaban de poner en tela de juicio esa alineación y han pedido al resto de Europa que adopte un nuevo enfoque y dé al traste con La Posición Común, vigente contra Cuba desde 1996, que representa el mayor obstáculo para una normalización de las relaciones entre las dos entidades. Cuba es a la vez la puerta de entrada en América Latina y el referente moral del continente que ha sabido traducir las aspiraciones de los pueblos del Sur a la soberanía y a la independencia.
7 – En uno de tus libros que tiene por título Cuba, lo que los medios de comunicación no dirán nunca, criticas que los medios informan de manera falaz sobre Cuba. Otros países de la región, en particular México, Paraguay o también Colombia, en los que sistemáticamente se violan los derechos humanos, la democracia o las libertades individuales, se benefician de un silencio mediático que se puede tildar de vergonzante. ¿Cómo explicas este ensañamiento mediático de doble rasero? En lo que se refiere a los derechos humanos, a la democracia, a las libertades individuales, ¿es la situación, en Cuba, tan catastrófica como nos la suelen pintar los medios dominantes?
Salim Lamrani : A los medios dominantes, dependientes de las potencias financieras y paladines del orden social vigente, les importan un comino los derechos humanos y la democracia. De lo contrario, Cuba se consideraría, con razón, como el modelo del Tercer Mundo, el ejemplo de una sociedad dotada de recursos limitados pero capaz de brindar los mismos derechos a todos los ciudadanos y de proteger a los débiles. Lo que no perdonan a la Revolución cubana es haber contrarrestado la ideología dominante, haber rechazado la acumulación a cambio del reparto, haber optado por la solidaridad en lugar del egoísmo, haber preconizado lo colectivo a expensas del individualismo. Y sobre todo haber colocado al ser humano en el centro de su proyecto de sociedad al optar por un reparto equitativo de los recursos. Por eso los grandes medios de información internacionales se niegan a dar la palabra a la defensa.
Cuarta Portada
Cuba, diminuta isla del Caribe, vive en estado de sitio desde hace más de medio siglo. Nada se le ha escatimado: sanciones económicas, invasión militar, amenaza de desintegración nuclear, ataques terroristas y guerra política, diplomática y mediática contra su pueblo, sus dirigentes y, sobre todo, su sistema político y social.
Sin embargo, a pesar de su innegable estatuto de víctima, a menudo esa nación se encuentra en el banquillo de los acusados. Conocidísima es la retórica que incansablemente vienen repitiendo contra ella los grandes medios de información occidentales y sus lacayos mediáticos enemigos de todo proceso revolucionario: Derechos humanos, libertad de expresión, democracia. A diferencia de lo que haría cualquier tribunal digno de ese nombre que respete los derechos de la defensa, sistemáticamente se priva a Cuba de su derecho a responder a los ataques, de exponer sus argumentos y de expresar sus verdades.
¡La palabra a la defensa! Esta es la meta del presente libro que da la palabra a eminentes voces cubanas e internacionales que proponen una visión alternativa de la mayor de las Antillas. Lejos de las consabidas cantinelas mediáticas, estos interlocutores proponen otro punto de vista sobre Cuba, sociedad compleja, imperfecta pero que tiene el mérito de haber optado por los desheredados y de haber colocado al ser humano en el centro de su proyecto nacional.
«En ese contexto, el libro de mi paisano de Auvergne, Salim Lamrani, llega a buena hora. No sólo nos permite entender mejor el presente sino que también nos permite ser optimistas en cuanto al porvenir. La lectura de estos testimonios conforta la convicción de que la sociedad cubana actual está construída sobre bases firmes. La ética de sus dirigentes y la madurez del pueblo cubano generan una inteligencia colectiva que no está dispuesta a ser barrida por los vientos del oeste que sopla el gran vecino yanqui» (Líneas sacadas del prefacio de André Chassaigne).
Cuba, parole á la défense !, París, Editorial Estrella,2015 ISBN : 9782953128444 http://www.amazon.fr/Cuba-Parole-De…
Fuente original: michelcollon.info