«Yo estoy completamente dispuesto a llegar hasta el final y hacerlo realidad», ha sostenido Spiridónov que se prestó voluntario para someterse al primer trasplante de cabeza de la historia, a manos del neurocirujano italiano Sergio Canavero. Como resultado, Valeri, que sufre una grave distrofia muscular, espera recibir un nuevo cuerpo.
«Esta operación es necesaria no solo para mí sino para toda la humanidad, porque el impulso que dará a la ciencia podrá revolucionar tanto la medicina como otras ramas científicas afines», aseguró Spiridónov frente al escepticismo con el que la comunidad científica ve la operación. Descartó, además, la existencia de problemas éticos o morales. Insistió en que su donante será o un condenado a muerte o un hombre con el cerebro muerto tras un accidente o un derrame cerebral.
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En cuanto a su nuevo cuerpo, comentó que no tenía preferencia alguna. Puntualizó, además, que es poco probable que, de tener realizarse con éxito el trasplante, su carácter cambie, tal y como vaticinan numerosos relatos de ciencia ficción. «Espero que nuestra personalidad se conserve en el cerebro, y en cuanto a capacidades meramente técnicas, como controlar los movimientos de piernas y brazos, no creo que eso cambie la personalidad. Espero seguir siendo yo. Seguiré siendo el hombre llamado Valeri Spiridónov, pero seré un hombre sano», insistió.
Haciendo referencia a los estudios ya publicados por Canavero, Spiridónov detalla que la operación durará 36 horas y que los médicos trabajarán por turnos para evitar que se cometan errores a causa del cansancio. Se espera la participación de especialistas de todas las ramas de la medicina: desde inmunólogos hasta anestesistas. La operación constará de varias etapas. En la primera, se enfriarán los tejidos del cerebro y los tejidos del cuerpo del donante. Después de la operación habrá un mes de coma durante el cual se soldarán las fibras nerviosas y los tejidos óseos, a lo cual seguirá un año de rehabilitación.
Según detalla Spiridónov, el mayor desafío será la regeneración del tejido nervioso de la médula espinal: es necesario que las fibras nerviosas del cerebro se conecten con las correspondientes fibras nerviosas del cuerpo y puedan controlarlo. Puntualiza que la propuesta de Canavero es usar ciertos biogeles y un tratamiento eléctrico, entre otras cosas, para conseguir que el tejido nervioso de la médula espinal se recupere y se adapte.
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Al mismo tiempo, admite: «Si me pongo a imaginar detalladamente todo el proceso asumo que pueden surgir muchos problemas en cada una de las etapas. […] Le digo más: de momento hay más riesgos que posibilidades de éxito». Pero eso no le quita su determinación. «El riesgo es similar al de los primeros vuelos pilotados o al de los primeros vuelos al espacio. […] Me tranquiliza que tanto Gagarin como Armstrong regresaron y vivieron una vida larga y feliz, aunque en el caso de Gagarin no tan larga como hubiera podido ser», argumenta Spiridónov.
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