Hace pocos días publicamos la primera parte de un reportaje con reflexiones de tres músicas y músicos a propósito de cómo viven este tiempo de crisis, qué opinan sobre las medidas adoptadas por el Gobierno y de cómo enfrentan su trabajo desde la cuarentena.
En esta ocasión, seguimos recogiendo voces de trabajadoras y trabajadores de la música, tan necesarias de conocer cuando vemos un panorama tan incierto como mal conducido por la autoridad.
Verónica Barriga
Verónica Barriga es integrante -junto a su hermana, Magdalena- del grupo Armadillo Cactus. La compositora cree que las medidas tomadas no resuelven el tema de fondo que tiene que ver con la precariedad que viven las y los artistas. “Los posibles bonos o la supuesta redistribución de los fondos culturales son simplemente una movida parche que solo deja en evidencia la falta de recursos y la falta del resguardo laboral que tiene el medio cultural en el país”, afirma la música.
Además, Barriga sostiene que la autoridad no reconoce la itinerancia del oficio ni el sistema laboral en que se desenvuelve, por lo que deja al mundo del arte indefenso y sin el amparo de un cuerpo de leyes que lo proteja. “Desde nuestra vereda nos hemos apoyado con el grupo de Trabajadoras de la Música (TRAMUS) para enfrentar y diagnosticar de qué manera podemos desarrollar un nuevo modelo y sistema de trabajo, además de levantar peticiones específicas al ministerio con perspectivas de lograr desarrollar nuevas políticas públicas que nos amparen como artistas y como mujeres”, indica Verónica.
Con esperanza, la artista cree que “esta crisis que ya veníamos padeciendo desde la explosión social del 18 de octubre es una oportunidad para generar cambios, pero esto no va a ser fácil”.
“Nosotras como artistas y como directoras del sello Atacama Records tenemos la suerte de ser un equipo integral que cuenta con otras herramientas que nos posibilitan sustentar medianamente este periodo de receso. En el caso del trabajo artístico hemos desarrollado contenidos digitales para publicar nuevos lanzamientos de música -como el estreno reciente de nuestro single ‘Piña Colá’- y hemos realizado instancias de conciertos en vivo para no perder el contacto con el público. Además, aprovechando las herramientas digitales hemos podido seguir trabajando de manera remota con la banda”, comenta Verónica.
Para la creadora, estos son momentos en que se resiente mucho el espíritu y los equipos humanos tambalean, y si bien estas son estrategias de marketing digital que ayudan a mantener vivo el arte, apunta que “claramente son un golpe fuerte a nuestro oficio como artistas (…) No solo porque no podemos tocar en vivo y desarrollar eventos, es porque la mayoría de las iniciativas que se pueden gestionar no tienen retribución monetaria. Esto deja en evidencia la precariedad y la falta de resguardo laboral que vivimos los artistas en este país”.
Por último y con respecto al trabajo que hacen desde Atacama Records -específicamente con la línea Hijas del Ritmo-, Barriga comenta que están desarrollando “unos cursos que se impartirán de manera online, con enfoque de género, para la autogestión y desarrollo de proyectos musicales; también estamos tratando de colaborar con el posicionamiento y la visibilización de proyectos musicales liderados por mujeres. Así que aprovechamos esta cuarentena para elaborar los contenidos y entregar herramientas para que otras músicas puedan sortear de mejor maneras sus carreras”.
Yogui Alvarado
El músico fundador de la histórica agrupación Emociones Clandestinas, Yogui Alvarado, comenta que “no siendo un genio, sino que simplemente un ciudadano con medio meñique de frente, la inoperancia de nuestras autoridades, principalmente las del Gobierno más todos los zánganos que se encuentran en el Congreso, nos tienen en una situación social sanitaria que va a ser un caos”.
“Estamos vulnerables, estamos desamparados, las medidas que se han tomado han sido tardías, son operaciones pensadas solo para un beneficio comunicacional del Gobierno y no para resguardar la salud de la población, están pensadas en cubrir los negocios de los empresarios, los bolsillos de los patrones, su propia economía y no la de todo el país y eso se demuestra a través de todas las medidas que NO se han tomado en favor de los trabajadores chilenos, aquellos que se levantan a las cinco de la mañana y cruzan todo un territorio para ir a servirles a estos conchesumadres”, profundiza el músico.
Para Alvarado, la principal pandemia que estamos padeciendo es la inhumanidad, la deshumanización de quienes nos gobiernan, “y para nuestro beneficio, creo que lo que sucederá es que se está generando un caldo de cultivo, un odio y una apatía hacia estos desgraciados que se expresará una vez que volvamos a tener la opción -desde la naturaleza, por un lado, y hasta que este virus sintético acabe, por otro-, de salir a las calles (…) Estamos juntando odio, rabia”.
El compositor penquista cree que tanto los músicos como la gente que se dedica al área creativa de manera autónoma en Chile, se ha visto absolutamente afectada ya desde el 18 de octubre pasado. “Yo como músico estoy cesante desde esa fecha; si a eso le sumamos todos los otros años de mi vida que le he dedicado a la música en donde reina el ‘hágalo usted mismo y sálvate solo’, hoy en día ya ni siquiera tienes como opción”, señaló.
“Acá estamos más solos que nunca y mantenerte en soledad y separado es la base de cómo funciona el neoliberalismo, hablar desde el yo y no desde el nosotros. Ahora las personas están mirando a las redes sociales y a las plataformas virtuales buscando mucho más un sentimiento de compañía. Nadie está ajeno a utilizarlas, pero una cosa es verlas como una herramienta comunicacional y social y otra es usarlas para contarnos qué están comiendo (…) Estoy chato de todos esos que están preocupados de compartir puras hueás y que no toman conciencia de que hay tanta gente que se está muriendo”, reflexiona Yogui.
En esa línea, sobre la idea de usar la tecnología como una forma de paliar esta crisis, Alvarado afirma que durante todos estos años ha estado mirando hacia la vanguardia en las comunicaciones y en cómo expandir su trabajo. “Lo que sí es que todo tiene un costo y el hueón que tiene plata es el que puede distribuir su música. ¿Spotify? Paga que te toquen; ¿Youtube? Paga para que expandan tu trabajo. ¿Instagram? Paga para que expandan tu pega, entonces, creo que el sistema sigue igual y, peor aún, te van a seguir cobrando por todo (…) A pesar de todo, este tiempo lo he dispuesto con ánimo productivo como lo he hecho por años: el día para la gestión, la noche para la composición”, concluye el músico.
Finalmente, Yogui señala tajante que “lo único cierto es que quien tiene plata es el que vive tanto en la vida analógica como en la vida digital. Tienes plata, vives; no tienes, solo sobrevives hasta que las fuerzas te dan”.
Carolina Holzapfel
La pianista, docente, cantante y compositora, Carolina Holzapfel, cree que las medidas del Gobierno en esta crisis son “nefastas, inhumanas, con chascarros surrealistas, que te hacen pensar que son a propósito con lo surrealistas y absurdas que parecen. Medidas inexplicablemente lentas, centradas en ese eterno no parar de una economía que favorece a los que nunca pierden, dejando en total abandono a los que no tienen y que ahora tendrán menos. Obligando a salir a ganarse el sueldo a los que no son los jefes ni los gerentes ni los dueños (…) es como decirle ‘¡Elijan: sueldo o contagio!’».
Para Carolina la barbarie del capitalismo evidencia hoy que ni la muerte es igual para todas y todos. “Esta extraña gente que ama tanto la normalidad’ y que como primera acción va y pinta murales, pretendiendo que luego de este escenario pandémico volvamos felices a pagar las deudas acaudaladas, sin cachar que la rabia se está juntando a raudales. Y que cada vez se evidencia más que este sistema extractivista y explotador simplemente no da para más”, comenta.
A Holzapfel la impresiona la falta de conexión con la realidad. “(…) Y por mientras, el cielo está más azul y bajan los pumas (…) Pero tristemente creo que ellos no se hacen sensibles a eso”, reflexiona.
Esta música cree que este espacio de parar da pie a que aparezcan ideas, creaciones, y que en su caso ya han aparecido. “Con lo que tengo a mano, las he grabado con el celular y subido a YouTube. Toda esta contingencia ya me ha brindado tres canciones, las cuales quiero grabar en un EP al salir de este encierro, y unas ideas para una puesta en escena”, cuenta.
Holzapfel fue mamá hace dos años, así que confiesa que está retomando la actividad de a poco, por lo que no se enfrentó a un contraste tan fuerte una vez desatada esta crisis.
“Lo que sí te encargo es la maternidad en encierro en un depto, compartiendo además con mi mamá de 75 años (…) Entremedio sacar adelante los cursos vía online, para salvar el mes, igual es complejo”, comenta la artista.
“Lo que me ha parecido muy valioso también, pero que no tiene que ver necesariamente con el ámbito cultural, pero sí humano, son las redes que ya estaban armadas antes de la aparición del bicho este (…) las redes que se han formado en el contexto del estallido: las asambleas, los grupos artísticos que buscaron formas de protesta en esa línea. Por eso, a pesar de este encierro, muchos y muchas ya contábamos con grupos organizados lo que nos ha dado contención y nos ha permitido estar al tanto en conjunto de las medidas que se van tomando y no sentirnos tan solas ni solos frente a estas”, concluye la compositora.