Perú vive un momento crucial, con movilizaciones que paralizan el país y al menos 20 muertos por la represión en las protestas desatadas tras la destitución del presidente Pedro Castillo el 7 de diciembre. Verónika Mendoza, excandidata presidencial por el movimiento Nuevo Perú, habló con Sputnik sobre cómo salir de esta grave crisis.
«Lo más preocupante es la situación dramática que estamos viviendo, por el estado de emergencia decretado por la presidenta Dina Boluarte, con la Policía y el Ejército reprimiendo y asesinando a quienes se están movilizando. Por lo menos contamos 21 muertos, algunos menores de edad, de 15 a 16 años, que ni siquiera estaban participando en las movilizaciones», señaló.
«Quiero hacer un llamado a la comunidad internacional a exigir al Gobierno y al Congreso que cese la represión, que las fuerzas del orden dejen de usar armas de fuego, pido a los organismos de derechos humanos que nos acompañen, que se constituyan aquí porque la situación es dramática», advirtió.
Para Mendoza, el factor agravante es que la presidenta Boluarte «no entendió que lo que le correspondía era liderar un Gobierno de transición, escuchando a la gente, convocando un adelanto general de las elecciones, convocando un referéndum constituyente».
«En lugar de un Gobierno de transición, ha optado por un Gobierno de represión y ha dilapidado la escasa legitimidad que tenía cuando asumió su mandato, prefiriendo pasar la página como si no pasara nada, y pactando con la mayoría parlamentaria para quedarse en el poder», denunció.
Una crisis sistémica
Para la dirigente política peruana, la explicación de por qué se han sucedido seis presidentes en cinco años es la «crisis sistémica», resultado de «200 años de una república excluyente, colonial y 30 años de neoliberalismo depredador».
Esta situación se fue agudizando, según Mendoza, «no con el inicio del Gobierno del presidente Castillo en 2021, que ciertamente tiene su responsabilidad, sino desde 2016», cuando la oposición, encabezada por Keiko Fujimori, se negó a reconocer el resultado electoral que dio ganador a Pedro Pablo Kuczynski, y empezó a boicotearlo a él y a los sucesivos Gobiernos desde entonces.
Para Mendoza, lo que ha sucedido en estos dramáticos días de diciembre son dos golpes: «El golpe fallido de Pedro Castillo y el golpe lento del poder económico, político y mediático que está aún en curso en estos momentos», ambos episodios de una crisis mucho más profunda.
«La clase política no ha querido entender que hay una crisis de fondo que necesita un cambio de reglas de juego. En el momento de la transición democrática anterior luego de la dictadura fujimorista [1990-2000], Perú logró sentenciar a [Alberto] Fujimori, se cambió la representación política, pero no se cambiaron las reglas de juego, la infraestructura que instaló la dictadura, cuando era lo que correspondía y eso se ha ido postergando hasta que nos ha estallado en la cara. Quienes heredaron el país en esos momentos no quisieron asumir la necesidad de esa transición», opinó Mendoza.
En 2018, cuando Martín Vizcarra asumió la presidencia tras la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, quien solo alcanzó a gobernar dos años, «desde la izquierda planteamos que el suyo debía ser un Gobierno de transición, que debía impulsar unas profundas reformas políticas y abrir el paso a un proceso constituyente». Pero Vizcarra no lo hizo, pretendió que «bastaba con voltear la página y gobernar como si no pasara nada y terminó vacado por el Congreso», agregó.
Según la dirigente política de izquierda, esto confirma que «la crisis no se resuelve con un cambio de figuras, sino con un cambio de reglas de juego, con un gran diálogo nacional que nos lleve a construir un nuevo pacto social».
La profundidad de la crisis política se agravó con la decisión de Pedro Castillo de disolver el Congreso este 7 de diciembre. Para Mendoza, Castillo «perpetró un golpe fallido», luego de perder el apoyo de amplios sectores de la población. Al ser elegido en 2021, había generado «una enorme expectativa de cambio en amplios sectores populares rurales y campesinos», pero abandonó este programa y «pretendió sobrevivir haciendo pactos con algunos sectores del Parlamento».
En cuanto a Castillo, Mendoza considera que se debe respetar el debido proceso y sus derechos humanos. «Será la historia la que juzgará el rol de Castillo en esta crisis, por haber abandonado el programa de cambio por el que fue elegido y haber pretendido perpetrar este golpe de Estado fallido”.
La única salida: un nuevo proceso constituyente
Para Mendoza, el adelanto de las elecciones es insuficiente. Puede servir para «desescalar el conflicto y salvaguardar la vida de la gente pero no va a resolver la crisis», porque además de la confrontación que hay en las alturas, está «la legítima rabia y dolor que siente hoy el pueblo peruano por el abandono de su clase política y por la represión».
El único camino, para la excandidata presidencial de Nuevo Perú, es un proceso constituyente, como demandan amplios sectores de la población. «Nuestro planteamiento es que en el momento en que se den estas nuevas elecciones se pueda consultar al pueblo peruano mediante un referendo si quiere una nueva Constitución y que esto se dirima como debe ser en democracia, según la voluntad popular».
Antes es necesario abrir un proceso de diálogo «amplio, plural, con los actores sociales que se están movilizando pero también con los sectores políticos que tengan disposición mínima de diálogo y de conceder en sus posturas para encauzar la crisis hacia una salida democrática».
Se requiere una nueva Constitución porque «esto no se va a resolver con un cambio de figuras, ya hemos tenido nuevas elecciones de manera repetida, seis presidentes en seis años, la gente se da cuenta de que eso no resuelve la crisis».
«Se necesita un cambio de las reglas de juego, construir un nuevo pacto social con nuevos valores, poniendo por delante la dignidad humana y la vida de la gente, el poder del pueblo antes que el poder del dinero», valoró la entrevistada.
Es indispensable recuperar «la soberanía sobre nuestras riquezas, porque Perú es un país rico, tenemos minerales, gas, petróleo, una tierra productiva, pero que son rematadas por nuestras élites mientras nos dejan migajas».
Además hay otras demandas de la población, en un país asfixiado por la inflación, donde en estos momentos hay una sequía que está destruyendo miles de cultivos, colocando al país ante la amenaza de una crisis alimentaria, pero en medio de la crisis, estos graves problemas no pueden ser atendidos. «Por eso necesitamos una salida pacífica, democrática, para poder afrontar estas demandas urgentes», advierte.
Mendoza espera que el nuevo año se inaugure con el Congreso aprobando y ratificando la reforma constitucional, ya que se requieren dos votaciones para el adelantamiento de las elecciones, y con un proceso de diálogo, con las nuevas autoridades regionales electas que se instalarán en este primero de enero, «que en esta crisis de representación quizás sean de las pocas que tienen algo de legitimidad para buscar una salida a la crisis».
Fuente Sputnik