Excandidato presidencial Andrés Arauz: «El dólar no es una varita mágica» para la economía de Ecuador

Evaluó el último estallido social de América Latina, el paro nacional en Ecuador, que finalizó el 30 de junio tras 18 días durante los cuales Lasso casi perdió su cargo.

Excandidato presidencial Andrés Arauz: «El dólar no es una varita mágica» para la economía de Ecuador

Autor: Pedro Guzmán

El economista Andrés Arauz, excandidato a la presidencia por el partido de Rafael Correa, analizó con Sputnik la situación de la economía de Ecuador luego de 18 días de paro nacional y más de un año de Gobierno de Guillermo Lasso. Afirmó que América Latina debe avanzar en la creación de una moneda común.

Arauz por poco no fue elegido presidente de Ecuador en 2021. Fue el más votado en la primera vuelta, pero en el balotaje le ganó el actual mandatario, Guillermo Lasso. Ambos candidatos presentaban proyectos opuestos de país. Por ahora el plan neoliberal de Lasso no funciona.

En diálogo con Sputnik, el excandidato del expresidente Rafael Correa (2007-2017) evaluó el último estallido social de América Latina, el paro nacional en Ecuador, que finalizó el 30 de junio tras 18 días durante los cuales Lasso casi perdió su cargo.

«En la coyuntura, Lasso sale salvado por la campana. El fracaso del proceso de destitución [en la Asamblea Nacional] le dio una bocanada de oxígeno que, sabemos, no va a aprovechar en beneficio del pueblo ecuatoriano, sino de su fortuna personal», dijo Arauz, exministro coordinador de Conocimiento y Talento Humano del Gobierno de Correa.

La conclusión del paro fue difusa. Las organizaciones indígenas estaban desgastadas por 18 días de movilización en más de 300 puntos de bloqueo. La provisión de alimentos básicos y gas comenzó a escasear en varias ciudades. Por ello aceptaron firmar un acuerdo, aunque precario, con el Gobierno de Lasso, para poder de una vez regresar a sus comunidades.

Este 7 de julio transcurrió la primera ronda de negociaciones entre funcionarios del Gobierno y representantes del movimiento indígena, para dar solución a los 10 puntos que originaron el paro nacional el pasado 12 de junio. Es difícil determinar qué sector resultó más beneficiado o perjudicado por este contexto.

Para Arauz, «el movimiento indígena sale fortalecido como sujeto histórico. Sin embargo, está pendiente ver cómo esa energía tan fuerte, esa presencia en todas partes del país puede canalizarse de forma adecuada».

Según el economista, el movimiento indígena «debe canalizar esta energía hacia la construcción de un pacto histórico a la ecuatoriana, que permita la confluencia del movimiento indígena con organizaciones de trabajadores, estudiantes, mujeres, ciudadanía de distintas diversidades sexuales, campesinos y, obviamente, amplios sectores de la clase media profesional».

El excandidato del correísmo destacó la necesidad «de que se junte un gran frente patriótico por el bien del país, que pueda expresarse en el plano electoral disputando la hegemonía a una derecha cada vez más afincada en los aparatos de seguridad, de inteligencia y los medios de comunicación hegemónicos».

Las negociaciones entre el Gobierno y el movimiento indígena

Las rondas de negociaciones entre el Gobierno de Lasso y representantes de los indígenas para tratar los 10 puntos del paro nacional pasado comenzaron este 7 de julio. En un lapso de 90 días deberían estar atendidas todas las demandas.

Arauz se mostró escéptico con los resultados de esta negociación: «Evidentemente es una táctica dilatoria del Gobierno. El momento de presionar culminó con el fallido intento de destitución en la Asamblea a través de la figura de la ‘muerte cruzada’, que consta en la Constitución».

Mediante este mecanismo, para sacar a Lasso de la presidencia se necesitaban dos tercios de votos de la Asamblea, es decir 92 manos levantadas. Pero al momento de la votación, 80 legisladores apoyaron la moción. Faltaron 12 votos y Lasso se aferró al poder.

«Personalmente, creo que esa figura fue aplicada demasiado temprano, antes de hora. El protagonismo debía mantenerse en el pueblo, en los líderes populares, en las organizaciones sociales. Pero no se debía canalizar el conflicto para que tengan el protagonismo los aliados de Lasso en la Asamblea», consideró Arauz.

Los partidos aliados a Lasso «terminaron salvándolo y, obviamente, dando un enorme respiro al Gobierno».

En definitiva, el paro de 18 días marcó «un cambio en la correlación de fuerzas en el país de forma innegable. Los pueblos indígenas pueden asumir de nuevo su rol como sujeto histórico de un proceso de transformación».

El conflicto que apenas pudo sofocar Lasso «va a requerir una reflexión dentro del Estado y algunas instituciones gubernamentales».

El yugo del FMI

Durante el Gobierno de Correa fue posible liberar a Ecuador de la intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero con la llegada a la presidencia de Lenin Moreno esto cambió. Y el contrato con este organismo internacional se afianzó con el Gobierno, de corte neoliberal, de Lasso.

«El Gobierno de Lasso continúa el programa acordado con el FMI por Lenin Moreno. Ambos aplican la misma política», dijo Araúz. En 2020, Ecuador recibió un préstamo por 6.500 millones de dólares de esta entidad.

Como ejemplo del seguimiento de Lasso a las recetas del FMI, Arauz mencionó que «en medio del paro emitió un decreto para reducir aún más la inversión pública. Ordenó despedir a trabajadores del sector público, lo cual demuestra lo absurdo de la administración de la economía política», porque uno de los puntos más importantes de la movilización referían justamente al deterioro del mercado laboral en el país.

«Lo único que le importa al Gobierno [de Lasso] es quedar bien con el FMI», aseguró Arauz.

La relación comercial con Rusia

Rusia es uno de los principales mercados para los productos ecuatorianos. Pero actualmente no fluye el intercambio, dadas las sanciones impuestas por Estados Unidos y los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), las cuales el Gobierno de Lasso obedece.

Uno de los principales productos que exportaba Ecuador a Rusia eran bananos. Con el inicio del conflicto en Ucrania y la imposición de sanciones, los empresarios del sector fueron a pedirle soluciones a Lasso.

«La primera declaración de Lasso fue: ‘No me vengan a molestar los bananeros, que es un problema de ellos’. Luego tuvo que retroceder y reunirse con los exportadores para buscar soluciones. Les ayudó con créditos y con insumos», recordó Arauz.

Para el excandidato, «la primera reacción de Lasso con los bananeros, que representan la principal exportación no petrolera del país, demuestra esa desconexión con el sector productivo ecuatoriano».

Y aseguró: «La única reacción que interesa a Lasso es la de los banqueros, no del sector productivo, de los trabajadores, de la gente del campo».

Arauz indicó que, además de banano, Ecuador exportaba a Rusia camarones y flores. Ante este contexto, evaluó que «la alternativa sería encontrar mercados complementarios, por ejemplo en México, que es un país de muchos consumidores. Pero el Gobierno no saca provecho del tratado de libre comercio entre Ecuador y México».

¿Funciona la dolarización?

El excandidato presidencial por el Movimiento Centro Democrático se recibió como bachiller en Ciencias Económicas de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos. También tiene un máster en Economía del Desarrollo por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Desde 2000 la economía de Ecuador está dolarizada. El argumento de los economistas de esa época radicaba en que, de esa manera, se evitaba que el país cayera continuamente en espirales inflacionarias, dada la solidez de la moneda estadounidense.

Al cabo de más de dos décadas de economía dolarizada ¿qué evaluación hace Arauz? ¿Considera que fue beneficioso para Ecuador?

«Mira, el dólar no es una varita mágica. La dolarización, luego del feriado bancario y de la crisis de 1999, significó que millones de ecuatorianos abandonen su patria y vayan a vivir a EEUU, España, Italia y otros países», comentó el economista.

Desde aquellos países donde recalaron los ecuatorianos «enviaban dinero a su país de origen a través de remesas. En la primera parte de la dolarización, las remesas salvaron al país, en una coyuntura extremadamente dura».

Pasada esta etapa, llegó un momento «muy favorable en términos de intercambios, de precios de exportaciones ecuatorianas, especialmente petróleo, que favoreció la entrada de dólares».

Pero «a la dolarización hay que sostenerla con dólares, no con discursos. No se puede esperar que una varita mágica solucione las cosas, sino que se deben aplicar políticas de diversificación de exportaciones, que permitan la llegada de inversiones».

En cambio, durante los Gobiernos de Moreno y de Lasso se registró fuga de divisas, sostuvo Arauz: «Ecuador necesita tener flexibilidad en el marco de la dolarización, para que los dólares impulsen la actividad económica, trabajo, empleo, recuperación económica. Y que ya no se fuguen del país».

Por ello, Arauz manifestó que Ecuador debe «seguir pensando en una propuesta continental de unión monetaria, porque sería la única manera de generar certidumbre a la gente, además de dar más oportunidades de desarrollo para nuestra economía».

Fuente Sputnik


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