Exespía rusa Tamara Netiksa: «Nada puede considerarse en nuestro trabajo como algo de poca importancia»

La agente retirada quien vivió muchos años en latinoamerica relata acontecimientos curiosos de su vida como funcionaria del servicio de inteligencia ruso

Exespía rusa Tamara Netiksa: «Nada puede considerarse en nuestro trabajo como algo de poca importancia»

Autor: Sofia Belandria

En enero de 2020, por primera vez en la historia rusa contemporánea, el director del Servicio de Inteligencia Exterior ruso, Serguéi Narishkin, hizo públicos los nombres de siete exagentes ilegales en otros países, entre los que figura la coronel retirada Tamara Netiksa, nacida en 1949.

Netiksa, que vivió entre 1978 y 1998 en América Latina junto con su esposo ya fallecido, Vitali Netiksa, Héroe de Rusia, aceptó contar algunos episodios curiosos relacionados con su exitosa labor de espionaje.

En particular, la oficial reveló que durante los 20 años que pasó en el continente americano solo hablaba con su marido y sus dos hijos en español, lengua que ambos dominaban a la perfección.

«¡Mientras trabajábamos en el extranjero, Talik y yo no nos dijimos en todos esos años ni una sola palabra en ruso!», asegura la exagente secreta.

Netiksa recuerda acto seguido que, no obstante, una vez sí que dijo una frase en ruso sin darse cuenta, pero eso sucedió justo al inicio de su labor, cuando vivía en casa de una familia latinoamericana.

«Fue la única vez en mi vida que, antes de dormir, en lugar de decir en español ‘buenas noches’, pronuncié en ruso ‘spokoinoi nochi’, pero no pasó nada, nadie se dio cuenta», reveló.

La coronel retirada considera que lo sucedido impidió que en  adelante ella cayera en el mismo error, y gracias a ese hecho dejó de hablar en ruso del todo, incluso cuando se encontraba a solas con su marido.

Entre los momentos difíciles de su vida en el extranjero la exespía menciona, en particular, la imposibilidad de preparar platos rusos, incluso en los días festivos, para que sus hijos y quienes los rodeaban no llegaran a sospechar nada.

Netiksa explica cómo fue que sus hijos por fin conocieron el borsch, una sopa de remolacha y col muy popular en Rusia, algo que ocurrió gracias a unos vecinos.

«Había una familia viviendo en nuestro edificio, se suponía que eran rusos, aunque no sabían en ruso ni una palabra, y la mujer cocinaba borsch. ¡Una vez nos trajo ese borsch para que lo probáramos!», advierte.

A la hija de Netiksa le gustó mucho aquella sopa, pese a que «estaba fría», y más tarde la chica le pidió que preparara borsch.

De esa manera, si alguien preguntaba a Tamara por qué en su casa se cocinaba ese plato ruso, ella siempre podía decir que había sido la vecina quien le dio la receta.

«Nada puede considerarse en nuestro trabajo como algo de poca importancia, por lo tanto, la esposa [de un ilegal] debe ser fuerte en todos los asuntos de inteligencia ilegal» subraya.

La oficial retirada explica que justo era ella la responsable de muchas cuestiones de seguridad, la encargada de entablar relaciones con los vecinos, con la conserje, con los vendedores, y reconoce además que cuando era joven fue cortejada por muchos hombres latinoamericanos.

«Claro, llamaba la atención, incluso hubo ocasiones en las que me declaraban su amor, pero que eso representara un obstáculo, no, eso nunca ocurrió», advierte.

Netiksa considera que más que «resultar atractiva», la cualidad más importante de una joven que decida seguir su ejemplo debe ser sentir un amor verdadero por su país, ser patriota de Rusia.

«También les recomendaría a las jóvenes que hicieran todo por ampliar su horizonte, subir su nivel cultural, profundizar sus conocimientos (…), un agente secreto necesita saber mucho, de lo contrario le espera el fracaso», resaltó.

Para la exespía, «dominar el idioma a la perfección no es suficiente, con eso solo se puede viajar al extranjero como turista». 

Cortesía de Sputnik


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano