La exsenadora Aida Merlano le contó a ‘Cambio’ cómo funciona la compra de votos con coimas de contrataciones públicas. También entregó detalles de su romance con Alex Char y la razón por la cual, según ella, terminaron.
Por encima del escándalo rosa de sus relaciones íntimas, la declaración de Aida Merlano muestra el grado de corrupción de la política colombiana y del Atlántico en particular. Después de entregar su testimonio ante la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia, la exsenadora habló en exclusiva con Cambio del cruce ilegal de favores entre contratistas y políticos, de la compra de votos y de la corrupción administrativa.
Además de los miembros de la familia Char, menciona a los Gerlein, a los senadores José David Name y Laureano Acuña, y promete revelar todo el entramado de corrupción de su departamento si la justicia le otorga un principio de oportunidad.
Cambio: Su declaración establece que existía un esquema de corrupción electoral en Barranquilla por el cual se elegían, con votos comprados, senadores, representantes, alcaldes y gobernadores. Además, dice usted que esos votos se pagaban con coimas de los contratistas a las administraciones de Barranquilla y el Atlántico. ¿Cómo funcionaba eso?
Aida Merlano: Para nadie es un secreto que en el Atlántico y en toda la región Caribe se compran votos. Pero aquí el tema importante es que se compran con los dineros de la nación, con esos contratos que son entregados a dedo, con unas licitaciones amañadas entre los contratistas que hacen parte de ese concierto para delinquir. Ellos son los financiadores de las campañas de casi todos los políticos del Atlántico. Es decir que, en los últimos años, así ellos no estén, el clan Char es quien termina eligiendo a los políticos. ¿De dónde sacan el dinero para seguir manteniendo ese andamiaje político y esa estructura criminal? Pues sencillamente de la financiación de las coimas recibidas por los contratos.
Cambio: Hablando del clan Char, en su diligencia en la Corte, usted hizo unas acusaciones muy graves contra Alejandro Char, hoy aspirante a la Presidencia de la República. Él niega los señalamientos que le hace en lo judicial, pero acepta que tuvo una relación con usted que califica como un error. ¿Usted qué le responde?
A.M.: Cuando él fue a declarar a la Corte Suprema de Justicia negó todo vínculo conmigo. Él en ningún momento ha aceptado la relación. Cuando ya yo estoy en plena audiencia contando lo que ocurrió en 2018, es que el señor magistrado me cuenta que Álex tiene el descaro de decir que yo soy una persona mentirosa, mitómana y que todo lo que dije es fruto de mi imaginación, cuando yo tenía las pruebas. Cuando el magistrado me pregunta a mí si tengo las pruebas para demostrar que todo lo que yo estaba contando era cierto, toda la gente que fue citada, es decir, todo el clan Char, incluyendo a los Gerlein, apuntaron a decir lo mismo. Y así me lo dijo literal el magistrado: “Mire, doctora Aida, es que toda la gente que fue entrevistada, afirmó que todo era producto de su imaginación”. Entonces me vi en la tarea de pedir un aplazamiento de la audiencia para tener el tiempo de recoger todas esas pruebas y entregarlas. Y fue cuando saqué las pruebas de una relación sentimental que yo tenía con Alejandro, con el sentido de explicar por qué terminé metida en este entramado de corrupción. Lo hice para dar contexto, no para que el pueblo colombiano se enterara de algo que a mí como mujer no me conviene que salga a la luz pública. Yo no voy a querer hacerle daño ni a los hijos de Alejandro, ni a mis hijos.
Cambio: Usted presentó pruebas innegables sobre la relación sentimental que tuvo con Alejandro Char, ¿pero presentó también pruebas de los delitos que cometió con él?
A.M.: Yo entregué varios archivos en un solo compilado: documentales, registros fotográficos y videos que mostrarían claramente la participación no solo de Arturo, sino especialmente de Alejandro Char, que fue finalmente quien financió mi campaña y quien organizó todo ese disfraz para que terminara haciendo parte del entramado de corrupción.
Cambio: Usted menciona a Arturo y Alejandro Char, pero dice que hay también particulares que participaron. ¿Tiene los nombres específicos?
A.M.: Claro que sí. Me refiero al señor Faisal Cure, Julio Gerlein, a los Tcherassi. Hay cinco empresas contratistas que hacen parte de ese entramado de corrupción y pienso que es una responsabilidad de la justicia colombiana, de la Corte Suprema y de la Fiscalía investigar. Pero parece ser que ellos no tienen ningún interés de hacer las investigaciones pertinentes para que se den cuenta y para que puedan corroborar que realmente existe, no solamente un entramado para compra de votos, sino para desviar los recursos de la nación con fines ilícitos para la corrupción al elector.
Cambio: Aquí hay consideraciones que solo serían sentimentales y privadas, de no ser porque se cruzan con asuntos de corrupción que involucran personajes de mucha notoriedad. ¿Cómo pasó usted de tener una relación íntima con Julio Gerlein a un amorío con Alex Char?
A.M.: Es que mi relación con Julio Gerlein empezó a los 16 años. Como me dijo un gran amigo, él me tenía de títere. Es decir, para poder lograr esa empatía en el Atlántico que no tenían ya los Char y mucho menos Roberto Gerlein. La gente reclamaba figuras jóvenes. Y quién más que yo, que tenía un contacto directo con los líderes. Ahí pasaron los años, nosotros tuvimos una separación de cuerpo, pero mantuvimos ese vínculo de familia por el hogar que teníamos. Ya veníamos separados como seis años atrás cuando Alejandro aparece en mi camino. Sí me molesta sobremanera que él salga a decir que yo fui un error. Creo que eso es ser poco hombre, canalla, sin personalidad. Cuando uno comete errores tiene que aceptarlos y pagar las consecuencias como me ha tocado a mí. Hay gente que me califica de prófuga.
No soy prófuga. Estoy presa en este país y a la espera de que el presidente Duque le solicite mi extradición formalmente a Nicolás Maduro, presidente legítimo de Venezuela. Pero él no lo ha hecho.
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Fuente El Carabobeño