De los tiempos en que Fernando Flores Labra implementaba una red que sistematizaba la producción de las empresas estatales, hoy conocida como “la Internet de Allende”, queda poco o nada. Hoy en el otrora ministro de Economía, Hacienda y de la Secretaría General de Gobierno de la Unidad Popular, “se percibe una arrogancia sin límites”, según afirmó un detractor que no quizo identificarse.
Pero hay quienes lo defienden. Aníbal Palma, ministro de Educación de Allende, señaló que a pesar de que el senador Flores resulta ser huraño y retraído en público, en confianza es un hombre amistoso y simpático. Estas últimas cualidades lo llevaron a entablar una amistad con el biólogo y Premio Nacional de Ciencias, Humberto Maturana, quien viajó a Estados Unidos algunas veces a dictar cursos con Flores, aunque ambos se distanciaron durante un seminario en 1989. «Nos separamos debido a mi intransigencia de afirmar que uno no puede hablar del quehacer empresarial sin poner a la ética como el centro de ese quehacer, de modo que todo lo demás estaría subordinado a eso. Y sigo pensando así», explicó Maturana a una revista capitalina. Luego del impasse, sus contactos con ex colegas del MAPU disminuyeron hasta desligarse. Algunos aseguran que estaba en otros asuntos, en la cuestión académica. Otros señalan que no tuvo una participación activa en la política desde el exilio.
A pesar de que sus iniciativas “florecían” en el extranjero, como la empresa Action Technologies Inc y su software El Coordinador, Flores hizo fama por su personalidad controvertida y su mínima cortesía en público.
Hay parlamentarios que lo encuentran una persona “pedante y engreída” por sus declaraciones en la prensa. “Hay pocos chilenos que han logrado el nivel de desarrollo tecnológico que yo he logrado”, sentenció Flores. Un ex miembro del MAPU comentó que “su mala educación es un arma que usa para descolocar a la gente. Si las personas quedan atónitas, arrasa con ellas”. Gerardo Martí, ingeniero civil y miembro del directorio de Telefónica Manquehue, contó que una vez «me tocó presenciar situaciones en las cuales Fernando atacó dura e injustamente a algunas personas, llegando incluso a hacerlas sentir mal, francamente humillándolas».
Por estos días, lo encontramos en Valdivia, promocionando el nuevo referente político Chile Primero. Realizó una charla sobre los lineamientos generales del partido en la Universidad Austral, cuyas dependencias albergaron a más de una treintena de universitarios y ciudadanos. Una estudiante de Pedagogía le pregunta sobre cuál es su posición sobre la gran cantidad de proyectos hidroeléctricos que se instalarían en la zona, cuyos emprendimientos afectarían a la biodiversidad del entorno valdiviano. Primero, el parlamentario cuestionó el planteamiento de la consulta. Luego, la estudiante replanteó como pudo la interrogante, pero sólo recibió de vuelta: “Si te contesto la pregunta en esos términos caigo en el populismo”. A continuación “el gurú de la informática” habla algo de tecnología y exhibe su lado “amable”.
-Chile es un país en términos tecnológicos dependiente ¿Cómo podemos revertir este paradigma?
-No estoy de acuerdo contigo. ¿Dependiente en qué sentido?-interroga un Flores desafiante.
-Para el desarrollo de tecnología debe existir un mercado potencial suficientemente grande para justificar los altos costos fijos que implica crearlas, además que en Chile no ha habido voluntad del empresariado ni del gobierno para darle un valor agregado a las riquezas producidas. Senador: queremos saber su posición ¿Chile es un país dependiente en términos tecnológicos?
-Yo digo que no. Chile es como cualquier país chico del mundo. Es tan dependiente como España. Lo que tenemos que hacer es que cada país tiene que producir lo que es propio de ellos e interpretar lo que está en el mundo. Si alguien me dijera que va a poner una fábrica de chips y otra de semiconductores, me cagaría de la risa. Ya pasó la vieja, eso no lo podemos hacer. Pero, si alguien me dice que vamos a producir biotecnología propia a partir de la industria local y nos vamos a hacer socios. Eso sí, lo podemos hacer. Por eso la palabra dependiente la encuentro demasiado etiqueta y puede tener múltiples interpretaciones. Por eso rechazo la etiqueta.
-Usted siempre en sus discursos alude a que se anticipa al futuro…
-¿Tú piensas que me anticipo?
-Allá voy ¿De qué forma Fernando Flores se anticipa al futuro?
-Bueno eso tiene que ser juzgado por otras personas. Yo tengo un buen record. He creado empresas que han hecho productos líderes y hecho patentes. He señalado en Chile lo que viene. Hablé de innovación en 1990 y ahora estoy diciendo cosas que se van a cumplir. Ahora, me he equivocado en algunas, pero nadie tiene cero faltas en esta cuestión. A veces uno se equivoca en el tiempo.
-En una reunión de País Digital usted dijo que encontraba excesivo que se pida para Chile una conexión de banda ancha de acuerdo de los estándares internacionales. ¿No incrementa la brecha digital continuar en desventaja?
-No pues, yo no he dicho eso -levanta abruptamente el tono-. Son huevadas. Debo haber dicho todo lo contrario. Lo que yo he dicho, que un pelotudo de la UDI que se llama (Gonzalo) Arenas que andaba con un ayudante, lo tomaron y lo distorsionaron. Es que la discusión sobre la neutralidad digital era una conversación de gringos que nosotros estábamos trayendo anticipadamente para Chile. Eso fue lo que dije.
-El manifiesto de Chile Primero dice que Chile está al margen de la Era Digital ¿Qué responsabilidad le cabe a las empresas que proveen del servicio?
-No son sólo las empresas. Estas son telefónicas. El país no ha definido un marco de política digital adecuado para que puedan haber inversiones adecuadas, para que pueda haber distribución adecuada y acceso adecuado.
-¿Apoyaría una Asamblea Constituyente?
-Si la apoyaría, pues me gustaría tener una constitución derecha. Por la gente. Pero falta mucho tiempo para eso.
-Chile Primero ¿Poder político para los ciudadanos o plataforma presidencialista?
-Eso no te lo voy a contestar.
No pregunte huevadas.
Mauricio San Cristóbal