Fotógrafo Nelson Morales: «Yo tenía como una negación hacia mí, hacia mi identidad, hacia mi cultura, hacia mi origen étnico, hacia mi color de piel»

El joven mexicano relata su fascinación con las muxes y el mundo queer de Oaxaca

Fotógrafo Nelson Morales: «Yo tenía como una negación hacia mí, hacia mi identidad, hacia mi cultura, hacia mi origen étnico, hacia mi color de piel»

Autor: Sofia Belandria

El fotógrafo mexicano Nelson Morales ganó el concurso de origen ruso Center Stage Family con la serie fotográfica ‘I am the queen’, que explora la vida de los muxes en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. El joven mexicano explica cómo comenzó a retratar a la comunidad LGBTIQ+.

Nelson tenía ocho años cuando asistió a una fiesta en la que había un muxe: un hombre vestido de mujer. Lo miró sorprendido y se agachó para evitar que se dieran cuenta de que estaba anonadado. Su familia, dice, era algo conservadora. «Mi mamá no quería eso para mí, no quería que yo fuera como ellas [como las muxes]», relató. Sin embargo, creció admirando en secreto el mundo muxe y con el paso del tiempo se dedicó a retratarlo.

El Istmo de Tehuantepec: una geografía muxe

En el Istmo de Tehuantepec los géneros se desdibujan al son de la lengua zapoteca. Lo masculino y lo femenino se entrecruzan para dar nacimiento a un tercer género que no es hombre ni mujer, sino muxe. En zapoteco muxe se asocia con «afeminado», con aquellos hombres que se identifican o asumen roles tradicionalmente asociados con las mujeres.

Conocida como la ciudad de las flores o el lujar de San Vicente, Juchitán tiene en su nombre la explicación de una parte de su historia. Sucede que en ese pueblo veneran a Vicente Ferrer, a quien, según cuenta la leyenda, Dios encomendó la misión de poblar México y para eso le entregó tres bolsas con semillas: una de hombres, otra de mujeres y otra de muxes. Ferrer debía esparcirlas por todo el país, pero al llegar a Juchitán la bolsa con semillas muxes se rompió y todas quedaron ahí.

Para Morales, «muxe es una persona que nace como hombre con el género masculino, pero se puede identificar con el género femenino o como un tercer género. Hay mucha controversia en decir si existe el tercer género o no. Científicamente tal vez no existe, pero esto es algo netamente cultural que pasa precisamente en el Istmo de Tehuantepec, donde se acepta este tercer género y las muxes son de alguna manera libres».

Considera que ser muxe es parte de una forma de vida propia de la geografía del sur de México, que se sitúa en el Istmo de Tehuantepec. Sin titubear, dice que el «muxe es, en un principio, el hombre homosexual que nace en la cultura zapoteca, porque ahora pudiera ser que muchas personas quieren imitar lo muxe sin haber nacido allá. Entonces para mí no es ser muxe, muxe es que nazcas allá».

El camino hacia si mismo

En la adolescencia, asistió a algunas fiestas de muxes. Le gustaron, pero no se aceptaba como uno. No podía o no quería. Nunca supo con exactitud el porqué, pero el tiempo reacomodó todo en su justo sitio. En su juventud estudió ciencias de la comunicación en la Universidad José Vasconcelos en la ciudad de Oaxaca y al terminar se mudó a la Ciudad de México. Para él todo ese proceso pasó de la negación de sí mismo a la aceptación de lo que es en realidad.

«Yo tenía como una negación hacia mí, hacia mi identidad sexual, hacia mi cultura, hacia mi origen étnico, hacia mi color de piel. Yo veía la televisión y quería verme como esas personas que veía en la televisión, y siempre quería ser artista. No sabía exactamente que quería ser fotógrafo, pero yo quería ser artista. Entonces me mudé a la Ciudad de México y a veces como que sentía el rechazo. No sé si es rechazo, pero no me contrataban cuando aún no me dedicaba a la fotografía. Luego lo reflexioné, y empecé como a aceptarme», recuerda.

Sin saberlo, Nelson había emprendido un viaje a Ítaca —su Ítaca—, que lo llevaría de regreso al lugar de donde había intentado huir. Antes de regresar a su pueblo, el municipio de Miguel Hidalgo en el Istmo de Tehuantepec, se compró una cámara y aprendió a tomar fotografías. Ese súbito regreso lo describe como una forma de reconciliación con los otros, pero en el fondo fue una forma de reconciliarse consigo mismo.

Una de las fotos de la serie 'Yo soy la reina', ganadora del concurso ruso Center Stage Family
FOTO : CORTESÍA DE NELSON MORALES
Una de las fotos de la serie ‘Yo soy la reina’, ganadora del concurso ruso Center Stage Family

«Empecé obviamente a conocer a las muxes, porque no me llevaba con ellas, no tenía mucha relación con ellas. Compré una cámara, empecé a tomar fotos, volví a vivir en el pueblo. Me empecé a reconciliar con mis orígenes, con la gente, con la cultura, y ahí empecé a tomarles fotos a ellas. Precisamente fue para un concurso de belleza, para el que me pidieron tomarles fotos, y yo no quería. Yo tenía como esa duda de no porque se me va a pegar, se me van a pegar los ademanes de las muxes, pero fue así como poco a poco empecé a tomar fotos», explica.

Aunque al principio dudó, fue ese regreso y esas fotos lo que lo llevaron a asumirse como el Nelson del presente. Desde entonces, «empecé a estudiar foto contemporánea en Oaxaca, en Ciudad de México, con maestros tanto mexicanos como extranjeros. Y poco a poco fui encontrando mi camino como lo que yo estaba buscando. Fue como mi propia aceptación, la aceptación de mi identidad, de mi género y de mi cultura, y también yo sentirme parte de la comunidad muxe».

Fotografías de muxes en Rusia

Los muxes le han dado la vuelta al mundo a través de la lente de diversos fotógrafos mexicanos y extranjeros. Por las calles de Juchitán también ha pasado el escritor argentino Martín Caparrós, quien contó la historia de una Amaranta que antes era Jorge, pero que decidió llamarse a sí misma Amaranta por el personaje de Cien años de soledad.

Es cierto que los muxes no han pasado desapercibidos, pero para Nelson es importante seguir contando la historia de su pueblo y de su comunidad, porque es a la vez una forma de contarse a sí mismo. Por ello, desde 2012 se ha dedicado a participar en concursos y realizar exhibiciones en diversos países. Y aunque ya había estado presente en Europa, aún no había probado suerte en Rusia, donde ganó recientemente el certamen Center Stage Family en la categoría de «zine», con la serie I am the queen [Ya soy la reina].

Una de las fotos de la serie ‘Yo soy la reina’, ganadora del concurso ruso Center Stage Family. © Foto : Cortesía de Nelson Morales
Una de las fotos de la serie ‘Yo soy la reina’, ganadora del concurso ruso Center Stage Family. © Foto : Cortesía de Nelson Morales

«Siempre estoy al tanto de lo que está pasando, y pues vi la convocatoria [del Center Stage] que me interesó. Sí me sorprendió que sea en Rusia, pero Rusia es un país en el que aún no muestro mi trabajo, por lo que creí que iba a ser una buena oportunidad en caso de ser seleccionado para abrir nuevas puertas», explica sobre el concurso.

Anteriormente, Nelson ya había realizado una serie fotográfica titulada Las musas muxe, en la que explora su identidad cultural, sexual y personal, y la de los muxes. Asimismo ha trabajado con las diferentes posibilidades de retratar a la comunidad LGBTIQ+. Pero en una especie de eterno retorno, ahora revive su interés por la geografía muxe con el proyecto Yo soy la reina, en el que retrata los reinados de las muxes. 

Desde hace décadas, las muxes realizan su propia vela, una fiesta a la usanza del Istmo, en la que se corona a una reina. A partir de esto, Nelson decidió retratar el mundo de las muxes que quieren ser reinas. Según cuenta, «el reinado en sí es una ilusión, es algo que tú deseas, es un anhelo, es algo aspiracional para la comunidad, y a veces no importa lo que cueste, no importa lo que sufras, no importa lo que tengas que esperar, pero tienes que ser reina en algún momento de tu vida».

«Traté de darle un poco la vuelta al tema, como fijarme más en los objetos, en la intimidad de sus hogares, en los santos, en los conjuros, también en los colores y también en las coronas. Hay una serie que hago con coronas que forman como rostros humanos, pero no se ve quién está detrás de esa tela y quién porta esa corona; entonces también es una manera de decir que todos en algún momento queremos ser reinas», explicó la idea de la serie Yo soy la reina.

Cortesía de Sputnik


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