Ecuador se prepara para los comicios generales previstos para el 7 de febrero de este año. Voces sin Fronteras, conducido por Bruno Sommer y Denis Rogatyuk, preparó una edición especial y entrevistó a Guillaume Long, excanciller del país sudamericano.
Durante la conversación, Long indicó que la derecha en Ecuador está muy asustada ante la probabilidad del triunfo del progresismo con la candidatura del binomio Andrés Arauz y Carlos Rabascall, del Centro Democrático.
«El triunfo de Arauz significará también un punto de inflexión muy importante en el cambio de ciclo político en la región y un retorno hacia un ciclo más amigable, más progresista», destacó.
Por Bruno Sommer y Denis Rogatyuk
BS: ¿Qué significa para ti que se haya borrado la imagen de Rafael Correa de toda la propaganda del país? El resultado del debate presidencial, ¿a tu juicio ganó Andrés Arauz a los dos clones de la derecha?
GL: Hemos padecido en Ecuador una serie de ataques en contra del progresismo, de la izquierda y de lo que nosotros denominamos la Revolución Ciudadana, este proyecto político que duró una década durante la presidencia de Rafael Correa, y con la traición de Lenín Moreno digamos la razón de ser de la acción pública del Gobierno, de sus aliados, de las élites, de un cerco mediático del cual ustedes también hablaron, y de los poderes fácticos, la banca en especial, la razón de ser de todos estos actores ha sido impedir el retorno del progresismo ahora en estas elecciones del 2021, llevan cuatro años intentando impedir el retorno de Correa porque podía legalmente, constitucionalmente, regresar, y ahora evidentemente impedir el retorno de sus antiguos colaboradores, de su partido político que ahora es otro partido político, del sector progresista, de los sectores que representan al pueblo ecuatoriano en su universalidad.
Entonces, lo han hecho de varias maneras, primero cambiando la Constitución para que Correa ya no pueda volver a ser candidato, luego desatando un lawfare terrible en contra de él y de algunos de los cuadros dirigentes más importantes de la Revolución Ciudadana para que estén en la cárcel o en el exilio, gran parte de la dirigencia, yo tengo suerte de estar en Ecuador, acabo de llegar, pero gran parte de la dirigencia nuestra, los cuadros más importantes, están en el exilio, en la cárcel, o acaban de estar en la cárcel y han sido liberados porque también se ve feo a nivel internacional y ha habido muchas presiones internacionales, así que también hemos conseguido la liberación de algunos cuadros, pero definitivamente esa intimidación, esta persecución constante para impedirnos competir en igualdad de condiciones en las elecciones del 2021.
Y, por supuesto, no solo es un ataque en contra de las personas, de los dirigentes, de los cuadros más importantes, sino también en contra de las organizaciones políticas, en contra de los partidos políticos que nos apoyan y nos han apoyado.
Primero nos robaron nuestro partido con una decisión judicial alucinante en noviembre de 2017, no para quedárselo ellos porque el partido político se vació, sin Correa, sin nosotros, el partido dejó de existir, pero para impedir que tengamos esa herramienta muy importante que es el partido político para poder militar, para poder recuperar el poder popular. Luego nos impidieron crear nuevos partidos y cuando logramos ingresar un partido previamente existente pues lo suprimieron, lo volaron del registro de los partidos políticos, y así sucesivamente.
Hemos logrado finalmente, contra viento y marea y gracias a la militancia tenaz de nuestra gente y también de la opinión pública y a varias acciones en el ámbito internacional, hemos logrado tener un partido político que no ha sido nuestro históricamente y unas candidaturas del progresismo lideradas, por supuesto, por Andrés Arauz.
La prohibición de la figura de Correa absurda por parte del CNE, cuando es la persona de la que más se habla en el debate político actual, en el debate preelectoral, en el debate electoral, en la campaña electoral la persona que más surge, digamos que el nombre que más aparece es el nombre de Correa, la prohibición de la imagen de Correa por parte de las autoridades electorales por supuesto que es un abuso más, viola varias normas del sistema interamericano de derechos humanos, es una cosa increíble, y es absolutamente paradójico, irónico yo diría, porque por un lado prohíbes la figura de Correa en la campaña, porque obviamente saben que si hay esa asociación Arauz-Correa y se vuelve a recordar los años buenos, los años de prosperidad, de redistribución, de defensa de los intereses de los más pobres que se vivieron durante Correa, pues beneficia a Arauz.
Entonces, esta prohibición por un lado se contrapone con el discurso de las élites de todas las candidaturas que solamente hablan de Correa, es impresionante, no tiene ni pies ni cabeza, yo creo que demuestra la desesperación, están muy asustados quienes han liderado este proceso que lo han llamado ellos de descorreización del Estado, de las instituciones, del proyecto político, están muy asustados porque ven en las encuestas que están ante una probabilidad muy importante de un triunfo del progresismo, del correísmo, de Andrés Arauz en las elecciones del 7 de febrero, y frente a eso estamos viendo cada vez mayor torpeza, mayor desesperación, muchos gestos que develan el autoritarismo que vivimos, pero también devela la preocupación, el susto que tienen nuestras élites, incluyendo algunas candidaturas que se oponen a la nuestra.
Sobre el debate, son 16 candidaturas, de hecho eso limita como la posibilidad de debatir, tuvieron que dividirlo en dos partes, ocho y ocho, y es verdad que muchas de las personas que son candidatos habrá que evaluar bien en su momento, habrá que revisar eso, pero hay candidatos que nadie los conoce, que aparecen solamente en la campaña presidencial, no sabemos motivados por qué, eso te genera digamos una imposibilidad de tener un verdadero debate porque por obvias razones tienes que tener igualdad de condiciones, igualdad de tiempo de palabra, y en realidad hay solo tres candidatos que despuntan de los 16.
Estamos hablando de Guillermo Lasso, el candidato banquero de la derecha tradicional, estamos hablando de Yakú Pérez, el candidato de la derecha de Pachakutik, estamos hablando de que también es un candidato neoliberal aunque él se disfraza de una cosa más de esta izquierda anti extractivista, de esta izquierda más identitaria, lo que podríamos llamar la izquierda del comunitarismo, pero en realidad para mí no es de izquierda sino que es un candidato también (…) estamos viendo su programa económico es el mismo de Moreno, es la continuidad, suprimir el impuesto sobre la salida de divisas, lo que pone en riesgo la dolarización y podría incluso significar un flujo de capitales hacia afuera, hacia paraísos fiscales sin precedentes, y eso defendido por el candidato del movimiento indígena que sabemos tiene mucha resistencia dentro del movimiento indígena.
Entonces, esos son los dos candidatos principales de la derecha. Guillermo Lasso el banquero, derecha pura, clásica, conservadora, con un programa digamos social conservador y económico liberal, representante del sector capitalista financiero más que productivo. Yaku Pérez que es el candidato del movimiento indígena pero también con programas muy de derechas, y obviamente el candidato del progresismo que es Andrés Arauz, el resto es un poco ruido que impide tener un debate de ideas entre los candidatos más opcionados, y obviamente todos atacaron a Arauz, el proyecto de cada uno de ellos en el debate fue atacar a Arauz, lo que yo creo incluso es un error político, porque le beneficia a Arauz, quien fue el centro del debate de los 16, no se hablaba sino de Correa y de Arauz, con ataques de la continuidad del discurso de Moreno.
En ese sentido, los 16 menos uno, es decir, los 15, están en una encrucijada un poco compleja, porque Moreno es el presidente de la República más antipopular de la historia de la democracia ecuatoriana desde 1979, por debajo del 8 % de aprobación, ni siquiera (Abdalá) Bucarán llegó cerca, pero Moreno realmente es una persona odiada en la sociedad ecuatoriana desde antes de la pandemia, no solo por su mal manejo de la pandemia, recordemos las protestas de octubre de 2019, mucho antes de la pandemia, en fin, ya tenía cifras de aprobación parecidas en torno al 8 %, al 10 % según las encuestas, no lo quieren para nada, ha habido el crecimiento de la pobreza, de la desigualdad, de un país que parece el país de antes de la Revolución Ciudadana, un país en crisis, entonces Moreno está muy mal.
Frente a eso, los 15 candidatos se quieren desmarcar, distanciar de Moreno, esa es su estrategia porque no quieren verse como continuidad, pese a que todos ellos lo apoyaron y le otorgaron gobernabilidad, incluyendo en la Asamblea Nacional, pero por otro lado saben que el candidato más opcionado es Andrés Arauz, el candidato del correísmo, entonces tienen que atacar el correísmo reproduciendo las mismas mentiras, la misma estrategia y yo diría la misma estética política que lo que hizo Moreno.
Entonces, están ahí que por un lado se quieren distanciar de Moreno, porque saben que con ese lastre que representa Moreno pierden, pero por otro lado reproducen el discurso de Moreno de forma absolutamente idéntica, con las mismas mentiras sobre la corrupción, manejando cifras que son las mentiras de Moreno, con mentiras sobre el legado económico manejando cifras que son absurdas, anti técnicas que también las maneja Moreno con lo que podríamos llamar la política de la posverdad, que lastimosamente es un fenómeno de nuestros tiempos, de Donald Trump, pasando por Jair Bolsonaro y Moreno, hemos sido víctimas de eso, y estos 15 candidatos, lo vimos en el debate, manejan estos temas de posverdad, manejan así imaginarios, se trata de generar una estética de que el Correísmo es corrupción y que es autoritarismo, estos son los dos temas principales que repiten y repiten para ver si con estos ataques logran debilitar la candidatura de Arauz.
Creo que Arauz manejó muy bien el debate, se defendió muy bien, incluso con bastante ironía, con inteligencia, con fineza, y creo que no les salió, creo que el debate no logró su propósito que era revertir la tendencia que me parece inevitable y parece indicar un triunfo del progresismo el 7 de febrero.
DR: ¿Crees que el voto escondido, el voto gris, se va al campo de la Revolución Ciudadana?
GL: Vimos la sorpresa que no fue tan sorpresa de una primera vuelta en Bolivia, podría darse un escenario así en el Ecuador, sin duda alguna. Hay algunas diferencias y algunas similitudes, las similitudes del lawfare en contra de Luis Arce, en contra de nosotros, un Gobierno que trata de deshacer todo lo que hizo el MAS y el Gobierno de Morales, y un Gobierno que trata de deshacer todo lo que hizo Correa y el Gobierno de la Revolución Ciudadana, con un discurso parecido, un discurso de la derecha basándose en la anticorrupción y el antiautoritarismo, como agarrándose de eso para luego lanzar su campaña de fake news.
Ahora también hay algunas diferencias, la derecha tenía un mejor candidato que lo tiene el Ecuador, creo que Carlos Mesa era mejor candidato que Guillermo Lasso, es un hombre académico que se acercaba más al centro, que tenía mejor imagen, Guillermo Lasso es su tercer candidatura, es un hombre que parece muy de derecha, que tiene esa presencia, ese tono de voz oligárquico, no es el representante de las élites sino es la máxima expresión de las élites, el mismo, en su ser, en su persona, eso creo que es un lastre para él, cosa que Carlos Mesa tenía también esa cosa elitista pero de todas formas de un discurso más moderado y buscaba un poco enamorar a otros del MAS, no lo consiguió, pero yo creo que tenían un mejor candidato. Lo que sí tenía Arce que nosotros no lo tenemos es un gran partido político y eso es importante, Jeanine Áñez gobernó un año y en un año no logró hacerle, intentó por todos lados con la propuesta muy autoritaria, intentó hacerle daño al MAS, a sus mayores dirigentes, a Morales, y obviamente al candidato Arce, pero no tuvo el tiempo suficiente para desplegar el lawfare como sí tuvieron en Ecuador.
En Ecuador han tenido casi cuatro años, en cuatro años han tenido más tiempo para asentar el mensaje comunicacional, para realmente generar estos lugares comunes desde los medios de comunicación, y para trabajar el tema jurídico, o sea a la final sí lograron una sentencia que aguantó la apelación en contra de Correa, sí lograron meter a la gente presa en Ecuador etc., que en Bolivia a pesar de que lo hicieron incluso de forma más acelerada el año no les dio, y el MAS es un partido político impresionante, uno de los más sólidos, de hecho no es un partido sino un movimiento, una aglomeración de partidos políticos, un colectivo de partidos y movimientos y sindicatos que jugó un rol fundamental en la elección boliviana, ahí vimos la verdadera fortaleza del MAS, la verdadera fortaleza de una organización política sólida, una militancia entregada a un proyecto político.
Nosotros en Ecuador, hay que ser muy francos y muy sinceros y muy digamos objetivos, no tenemos eso. En parte porque lograron destruir la organización política, hacerse de nuestro movimiento político, impedir que podamos crear uno nuevo, eliminar partidos del registro para que no podamos tener alianzas políticas, etc., han hecho un gran trabajo y han tenido casi cuatro años para llevar eso adelante.
Esto es un gran obstáculo, hay obstáculos por todos lados, no pudimos registrar nuestra candidatura hasta el último momento, y eso genera también problemas organizativos, no teníamos cuenta bancaria para la campaña, cosas chiquitas que sumando son obstáculos de índole administrativo, político, etc., o sea jugamos una cancha inclinada con arbitro vendido. Aun así las cifras muestran que hay una posible victoria en primera vuelta, ahora hay que ser muy cautos, no caer en el triunfalismo, todavía hay un número muy importante de indecisos que salen en las encuestas que no han decidido su voto, entre 35 % y 45 %, algunas hablan de 50 % de voto indeciso, entonces la mitad de la población decidió o a favor del correísmo o contra el correísmo, digamos ese voto movilizado a favor del progresismo o definitivamente contrarrevolucionario, reaccionario, que también dice para quién va a votar, la otra mitad de la población todavía no lo dice, allí está este voto escondido.
Yo creo que ese voto escondido, ese voto que todavía no se declara, tiene que estar en la disyuntiva de los dos mensajes, por un lado la campaña de que Andrés va a desdolarizar cuando sabemos que en la realidad probablemente los que desdolarizarían son la derecha porque tienen proyectos aperturistas que pondrían en peligro el sistema monetario, la dolarización, que significarían una fuga de dólares al exterior, pero bueno la derecha está en esta campaña de que nosotros vamos a desdolarizar y la otra campaña de siempre de que el castrochavismo, de que Venezuela, y que miren las penurias en Venezuela, esa es la misma campaña que hicieron contra Correa desde el 2006. Como dice Pablo Iglesias, Cubazuela del Norte, dale y dale con el castrochavismo y Cubazuela del Norte, el miedo, de que te vamos a quitar la vaquita porque somos comunistas, ese tipo de campañas.
Entonces, ese es un lado que tienen que decidir los indecisos si aceptan esas hipótesis o el otro lado, que también creo es el más probable, que en definitiva es el recuerdo, la memoria histórica de 10 años de prosperidad relativa, obviamente porque todavía teníamos mucho en que avanzar, pero de reducción de pobreza, de desigualdad, de gran obra social, de reducción del desempleo, de obra pública inmensa como nunca habíamos tenido en el Ecuador, se duplicó el PIB, de autoestima, de soberanía, de derechos, de democracia, etc., que creo que la gente que incluso no se identifica como Correísta lo más probable es que ese voto secreto, a veces hablamos de voto vergonzoso porque también se sienten intimidados, ha sido tan fuerte la campaña de que todos estos son unos corruptos, unos ladrones, que incluso al rato que se le pregunta su opinión en las encuestas no se animan a decir ‘yo sí creo en esta gente’, ‘yo sí voy a votar por el candidato de Correa’, hay ese efecto social del voto vergonzoso, que a mi juicio se va a expresar en su mayoría a favor de Andrés Arauz, por lo que creo que se van a consolidar los datos que ya tenemos del voto decidido. El voto que no está decidido probablemente reproduzca más o menos en la misma proporción si no es todavía más favorable a Arauz.
BS: ¿Cómo transformar de una manera virtuosa la dependencia que tiene Ecuador de EE. UU?
GL: Está claro que desde el primer día el proyecto de Lenín Moreno es un retorno en el ámbito político, geopolítico, económico a los Estados Unidos, ha sido de los mayores aliados de la administración Trump, si uno mira todas las acciones en el ámbito de la política exterior por parte de la administración Moreno, desde matar la integración regional, salirse de Unasur, no solo como un país miembro más sino como sede de Unasur, es contra natura porque obviamente que le beneficiaba muchísimo a Ecuador ser esta suerte de Bruselas de la Unasur, era muy interesante, en todo sentido, políticamente, económicamente, para Ecuador.
Esta entrega bochornosa de Julian Assange que le va a acarrear muchos problemas, incluso legales, en el ámbito interamericano y mundial, a los actores de esto cuando recuperemos el Gobierno ciertamente. Es tan ladina, es tan cobarde que obviamente contribuye también a la impopularidad del Gobierno de Moreno, es tan patente la sumisión ante los EE. UU. y la falta de soberanía que además sabemos que la entrega de Assange tuvo mucho que ver con el préstamo del FMI, o por lo menos el no veto de los EE. UU. para que el FMI pueda prestar, en fin, todas estas cosas, el reconocimiento de Juan Guaidó, una relación bilateral incestuosa con los EE. UU., en fin, todas estas cosas desdibujan un retorno agresivo en el proyecto norteamericano de patio trasero, de Monroísmo, de todas estas cosas, y obviamente eso tiene un capítulo económico muy importante que es además pactado con las élites criollas nacionales, sobre todo con el capital financiero, yo creo que es importante hacer esa diferenciación entre el capital financiero ecuatoriano y el productivo.
En algunos casos se unen digamos los monopolios productivos financieros son las mismas familias, los mismos intereses, pero en otros casos no, yo creo que hay un empresariado productivo que está muy preocupado con esta financiarización de la economía, con este aperturismo que también les puede llegar a perjudicar y que de pronto podría ser más favorable al progresismo, no en su integridad pero sí ciertos sectores.
FMI por supuesto letra chica, no tan chica, condicionamiento, préstamos con condicionamientos de austeridad, programa neoliberal, reducción del gasto, reducción del déficit fiscal ecuatoriano cuando éste de pronto sí se le podía reducir un poco más, sobre todo después de 2015-2016 que fueron años muy difíciles, de caída de nuestras exportaciones, del terremoto en Manabí, había una serie de problemas, pero no superaba el 5 %, no estamos hablando de un déficit fiscal inmanejable, de un déficit fiscal como lo hemos tenido en América Latina y el mundo en otras épocas, o sea devela el fundamentalismo neoliberal cuando hacen ese tipo de cambios que perjudican a tanta gente y condenan a tantos ecuatorianos a la pobreza so pretexto de un déficit fiscal del 5 % hacen un ajuste de esta naturaleza.
Lo mismo con la deuda, han cambiado la metodología, según la metodología si uno ve la deuda consolidada o agregada digamos teníamos el 27,7 % de deuda pública, o bueno agregada el 40 % de deuda pública PIB me refiero, y con ese pretexto de la deuda inmanejable también de nuevo FMI, ajuste.
Lo increíble, lo irónico es que denuncian la deuda de Correa, pero se endeudan con una velocidad jamás vista antes en la historia contemporánea del Ecuador, o sea si vemos los datos agregados pasamos de una deuda del 40 % del PIB en 2017 a una deuda del 65 % del PIB a diciembre de 2020, que no es fruto de la pandemia porque ya en 2019 estábamos en 56 % del PIB de endeudamiento.
Y yo creo que ese endeudamiento sirve para hacer el ajuste, privatizar el Estado, recortar los derechos de los trabajadores, hacer esa transición hacia el neoliberalismo y distanciarnos del proyecto social, republicano, con igualdad de los actores y los ciudadanos, que habíamos construido nosotros.
DR: Vamos a imaginar que Andrés Arauz gana las elecciones y usted está nombrado de nuevo como el canciller. Desde su punto de vista, ¿qué países serían los mejores sociales comerciales para superar la pandemia?
GL: Si quisiera decir que no me gusta mucho ese ejercicio de especular, requiere de muchos supuestos, pero cambiando un poco la pregunta diciendo qué se debería hacer, eso sí puedo pronunciarme.
Lo fundamental acá en general en cuanto a la política exterior es retomar una política exterior de diversificación de las relaciones del Ecuador con el mundo, no solo el bilateralismo con los EE. UU. En este momento, la única relación que importa para el Gobierno ecuatoriano es la relación con los EE. UU., ese famoso viejo bilateralismo de carrera hacia abajo, del compito con mi vecino para ser el mejor amigo del norte, y eso significa que también compiten mis productos de exportación, entonces me precarizo más para ser más apetecible para el gran capital, es decir, esa lógica bilateral que le beneficia tanto al norte porque es el típico divide y reinarás, compite con tu vecino para caerme bien pero de esta manera yo les divido a ustedes y reino.
Evidentemente, lo que nosotros necesitamos es integración latinoamericana porque unidos somos mucho más fuerte que divididos, es evidente, es sentido común, si se lo presenta así la gente entiende muy bien por qué tenemos que tener Unasur, porqué tenemos que tener integración regional, porqué tenemos que tener un bloque latinoamericano o sudamericano que interactúa con el resto del mundo para mejorar sus condiciones de negociación y poder mejorar en todo sentido, y esto incluye por supuesto la dimensión de salud pública.
Lo acabamos de ver, lo anunció Andrés en el debate del domingo cuando decía que la Unión Africana, que tiene problemas pero por lo menos tuvieron la madurez, la sabiduría de unirse como Unión Africana para conseguir vacunas, 200 millones de vacunas ya tiene la Unión Africana como lo hizo de hecho con mayor capacidad la Unión Europea, hicieron una política colectiva para conseguir vacunas y luego, según reglas internas generalmente demográficas y de necesidad interna, redistribuir entre sí.
Nosotros estamos cada cual por su lado, un desastre, América Latina es la región del mundo menos organizada, menos estratégica, que no planifica, que no piensa, que no tiene estrategia, estamos hablando de inteligencia internacional que nos hace falta en la región con este retorno agresivo de la derecha que lo único que quiere es el bilateralismo con Trump.
¿Qué deberíamos hacer? Retomar una agenda regional para poder conseguir vacunas, para poder definitivamente integrarnos con el planeta de forma más inteligente. Ahora, dadas las circunstancias regionales que no se prestan mucho a eso, habrá que hacer todo el esfuerzo pero si Bolsonaro no quiere, no quiere, habrá que hacer con quienes quieren y hay algunos ahora en la región que sí quieren tener unas políticas más de unidad regional para tener mayor peso en el mundo internacional.
Pero dadas las circunstancias, tendremos que hacerlo también solos como Ecuador y ahí hay que operar con absolutamente todos, miremos el ejemplo de Bolivia que acaba de conseguir una gran cantidad de vacunas, a los pocos meses del Gobierno de Arce, porque hablan con todos los actores, tienen credibilidad en el sistema internacional, no les da miedo hablar con los unos o los otros, si hay que hablar con los rusos hablan con los rusos, no está atravesado por ideología que sí está atravesado claramente el Gobierno de Moreno, y también el tener credibilidad va a ayudar muchísimo.
Es evidente que el Gobierno de Moreno es un Gobierno saliente, yo hablo con actores de derecha en todo el mundo, no es solamente la izquierda que detesta a Moreno, yo no sé si la derecha lo detesta pero se burlan de él, o sea, es el payaso del sistema internacional. Hablo con la derecha, la derecha de Colombia que conozco bien porque me tocó interactuar con ellos cuando estábamos negociando el proceso de paz, hablo con actores en EE. UU., con derecha europea, y tenemos diferencias, pero todos concuerdan que Moreno no es un actor serio en las relaciones internacionales, es un bufón, entonces evidentemente un bufón no es un buen actor para conseguir acuerdos internacionales, incluyendo vacunas.
Andrés ya consiguió promesas para 5 millones de vacunas, tenemos una población de 17 millones de habitantes, entonces habrá que moverse con todos, tener credibilidad, tener una política exterior hiper activa, no estar pensando más en el TLC en los últimos meses de Gobierno, que es lo que está haciendo la diplomacia nuestra, está yendo a Washington para tratar de cerrar allí con el candado cosas que no podamos deshacer nosotros después porque saben que vamos a ganar, entonces están yendo a Washington para asegurar sus transformaciones estructurales, con el FMI tratar de avanzar lo suficiente en el tratado comercial para que nosotros no nos podamos echar para atrás, tratar de echar a China de la región con un acuerdo con los EE. UU. para recompra de deuda china, todas estas cosas que son acciones políticas, geopolíticas, de alineamiento con los EE. UU. en vez de desplegar la diplomacia ecuatoriana para cuidar la salud de los ecuatorianos y estar consiguiendo las vacunas.
Yo no te puedo decir 2 millones de vacunas aquí, 3 millones acá, eso se está empezando a hacer, ya hay promesas importantes que Andrés Arauz ha conseguido, pero lo que sí te puedo decir es que deberíamos tener un Gobierno, una diplomacia dedicada a la defensa de los intereses de su pueblo, evidentemente eso incluye en primer lugar la salud del pueblo ecuatoriano y no es lo que estamos viviendo con las últimas horas funestas de un Gobierno que no goza de respeto por parte de ningún actor a nivel internacional, sea de derecha o de izquierda, todos lo consideran como un Gobierno incompetente, poco serio, que dice tonterías.
BS: Usted como un experto en las relaciones internacionales, en la política, ¿con que ojos mira el proceso constituyente que está llevando adelante Chile?
GL: Lo veo con muy buenos ojos, evidentemente este proceso constituyente es altamente necesario. Colocándome como académico de la región, yo enseño política comparada incluyendo obviamente el caso chileno, sabemos que uno de los grandes obstáculos a la democratización, a la democracia chilena, era este legado pinochetista que todavía perdura en el sistema jurídico, legal, constitucional de Chile y eso es muy grave y ha sido uno de los grandes frenos de la democracia chilena.
Entonces, obviamente lo hemos celebrado, nos hemos puestos muy contentos de ver que el pueblo chileno ha tomado conciencia de eso. De nuevo hay dos discursos que se oponen en Chile, el discurso conservador de que Chile es más, desde hace décadas ha habido también un intento del excepcionalísimo chileno, de diferenciarse de la región, de alejarse de la región, una tendencia chilena histórica, incluso geopolítica. Es importante que Chile tenga una política latinoamericana, una inserción latinoamericana mucho más activa, mucho más agresiva, creo también que ciertos elementos del mito de la excepcionalidad chilena se están derrumbando, que el paraíso neoliberal no es tan paraíso, yo lo digo con mucho respeto, hay cosas que admiramos mucho de Chile, de todas formas Chile alcanzó un nivel relativo de desarrollo más alto que algunos de sus vecinos, pero eso no es fruto de la época de Pinochet, yo argumentaría incluso al contrario, yo diría incluso que es fruto de algunos procesos históricos que se remontan al siglo XIX, pero no nos va a dar el tiempo para hablar de por qué Chile tuvo un desarrollo relativo más alto de sus vecinos y eso remonta al siglo XIX.
En fin, eso generó un poco este orgullo chileno, este excepcionalismo de que no vamos a ser como los vecinos latinoamericanos, esta idea de que no queremos ser Chilezuela, pero se está derrumbando un poco esta noción porque el neoliberalismo chileno ha sido muy agresivo, a más de laboratorio del neoliberalismo de los 70 y 80 hemos visto que a pesar de la democratización que hay que reconocer que se dio y de forma muy positiva en los 90 y en las dos primeras décadas de este siglo, todavía digamos esta democratización de la mano del neoliberalismo tan agresivo como existe en Chile pues genera grandes desigualdades, grandes problemas sociales, y unos problemas fundamentales en la cohesión social de los chilenos, yo diría el contrato social de los chilenos.
Entonces, ¿puede haber democracia con este nivel de desigualdad? Yo creo que no, la democracia no es solamente formalismos civiles y políticos, sino que tiene que ver con elementos económicos y sociales importantes.
Es importante que los chilenos hayan entendido esta lección histórica, porque había muchos factores en Chile, incluyendo mediáticos, que vendían esta idea de que no queremos ser como estos tropicales en el barrio.
Ahora, ¿qué pueden hacer los actores de izquierda? Acompañar el proceso, el éxito del proceso ecuatoriano constituyente en el 2007-2008 fue la participación ciudadana, fue la politización de los actores, estar acompañando cada una de las propuestas, entrar en el debate constituyente, que los sectores productivos se metan en el debate, que los sindicatos, que la sociedad civil, que las mujeres, que los estudiantes, que todos los gremios se metan y participen con madurez, sabiendo que no todo lo suyo va a salir y que, además, entiendan de que tenemos a veces que preocuparnos, eso es una gran lección de la izquierda, por los intereses del otro, no solamente cuidar los intereses de mi gremio, sino entrar con un pensamiento de universalidad, pensar que lo que interesa aquí son los intereses del pueblo, de todos nosotros que hemos sido dominados, explotados, humillados, etc., entonces no solo defender mi metro cuadrado sino defender los intereses del pueblo chileno.
Esa mezcla de meterse los temas que le competen a uno y defender los intereses populares pero de uno como actor, como sujeto, pero también de los intereses del pueblo, es la madurez que requiere en este momento el pueblo chileno, los actores de izquierda tienen que jugar un gran rol, tienen que acompañar el proceso constituyente, no pueden soltar a los constituyentes que hagan no más lo que mejor les parezca, obviamente tiene que haber un trabajo político muy importante de acompañamiento de este proceso.
Yo soy muy optimista, yo sé que no va a ser sencillo, sé que la derecha también tiene algunos planes bien calculaditos que van a desplegar en Chile para tratar de hacer control de daños, pero de todas formas Chile ha cambiado radicalmente en estos dos últimos años, no veo que pueda haber una vuelta atrás, a un statu quo antes tan fácilmente. Seguramente no lograremos todos los triunfos, la historia no es así, siempre hay zonas de gris, no es el blanco o negro, no es el todo o nada, hay cosas que no se conseguirán pero yo sí creo que se va a dar un gran paso adelante en la consecución de los derechos de las chilenas y los chilenos en estos meses venideros.
DR: ¿Qué efecto crees que va a tener la presidencia de Andrés Arauz sobre la integración del continente?
GL: Sin duda es muy importante, primero es un gobierno menos de derecha y un gobierno más de izquierda, dos puntos allí. Entonces esto cambia también la correlación de fuerzas a nivel regional, incluso cambia la correlación de fuerza en el Consejo Permanente de la OEA a pesar de que todavía vamos a estar en minoría, pero es una minoría ya menos minoría y siempre se puede hacer algún trabajo político con los miembros de Caricom, o sea no le va a gustar nada a Almagro la victoria de Arauz.
Vamos a seguir seguramente elevando nuestra voz en contra del terrible crimen que se cometió en Bolivia en 2019 por parte de la OEA, esto es importante, y evidentemente a nivel regional es un país más que va a tener compromiso de integración.
Cuando hubo el regreso del progresismo en Argentina, Argentina estaba muy solito, ahora hay Bolivia, ahora también lo más probable es que hay un triunfo importante en Ecuador, eso significa número de votos, economías que se pueden integrar, le vuelve a dar algo de fuerza a este proyecto de Unasur, aunque no va a ser fácil porque de todas formas Unasur siempre se pensó como un proyecto de integración que tenga una base geográfica, los 12 países miembros de Sudamérica, una base continental, y una Unasur que pueda conjugar algunas de las diferencias políticas que hay en la región.
Entonces, es importante tratar de convencer a algunos de los actores, yo me atrevo a decir de derecha más racionales, menos reaccionarios, menos entregados a los intereses del norte, para también sumarse. La idea es generar una plataforma estratégica para la región, sabiendo que va a haber vaivenes políticos a largo plazo, pues no va a ser sencillo, pero obviamente Ecuador ayuda mucho, y a nivel psicológico va a ser un impacto de que este ciclo de derecha que empezó en el 2014-2015 con la victoria de Macri en Argentina, el impeachment de Dilma, la traición de Moreno, y tantas otras cosas, las elecciones legislativas en Venezuela, es decir, ese ciclo de derecha que ha sido súper agresivo, que nosotros hemos denominado el autoritarismo neoliberal, o el neoliberalismo autoritario, que ha sido marcado por el ajuste neoliberal, pero también una persecución muy fuerte a los actores progresistas, es decir, una naturaleza inherentemente autoritaria, pues se está debilitando.
En los lugares donde todavía gobierna tiene pésimas cifras de aprobación, pensemos en Chile es un buen ejemplo, pero hay otros países, Colombia donde hay bajos niveles de aprobación, y cuando hay una oportunidad electoral, cuando hay una salida democrática pierde, solamente se mantiene a través de medidas autoritarias pero cuando hay opción de elegir, lo hemos visto en Argentina, en Bolivia, yo diría incluso Brasil, en Brasil ganaba Lula si había salida democrática, lo que pasa es que no la hubo, hubo la proscripción de un candidato que podía ganar, pero si hay salida democrática, o semidemocrática, porque en nuestro caso no es que sea una salida democrática sino una salida con elecciones con cancha inclinada y árbitro vendido, pero de todas formas elecciones, una salida semidemocrática pues el pueblo se orienta por el progresismo porque no quiere, no le gusta, el ajuste neoliberal, sobre todo porque lo empobrece, y tampoco le gusta este autoritarismo que ya se pasa, quizás le importaba un poco menos al pueblo que estaba menos enterado de la política y más preocupado por su bienestar y por su condición social, pero ya como se pasan tanto en el autoritarismo, en la proscripción, en los juicios, en la cárcel, en el exilio, hasta sectores populares que no estaban ni al tanto de los vaivenes jurídicos del lawfare están empezando a indignarse también.
Entonces yo creo que en términos geopolíticos es un golpe también psicológico y Ecuador no es un actor menor, es un actor muy simbólico porque el correísmo en muy simbólico, es un actor además con un PIB importante, no es de las economías más pequeñas de la región, es una economía media en la región, yo creo que el triunfo de Arauz significará también un punto de inflexión muy importante en el cambio de ciclo político en la región y un retorno hacia un ciclo más amigable, más progresista, aunque no estamos hablando de un retorno al 2009, 2010, que teníamos 12, 13 países progresistas en la región, claramente va a ser más peleado, pero sí un fin de esta dominación absoluta de la derecha en nuestra región.