En entrevista con nuestro medio asociado Clarín.cl Hugo Montes (1926), filólogo y abogado chileno, habla del testamento político de su amigo y vecino Pablo Neruda: “El poeta tenía un ánimo de constructor, Pablo quería hacer una zona para la cultura, sería una comunidad en Punta de Tralca, donde pudieran vivir los poetas, artistas, músicos, pintores y dramaturgos; Pablo soñaba con ese proyecto, comenzó a poner en práctica su fundación, pero murió relativamente joven, a los 69 años; no sé hasta qué grado llegó con su proyecto en Punta de Tralca. Ahora recuerdo que Matilde me dijo: ‘Pablo no había entrado directamente a estudiar pedagogía en francés, sino que cursó un día la carrera de arquitectura, pero se le complicaron las matemáticas, por eso cambió de carrera en la Universidad de Chile’. Pablo estaba obsesionado por la construcción”.
Autor de los libros: Ideario político de Baltasar Gracián (1949), Poesía actual de Chile y España (1963), Estudios sobre La Araucana (1966), Lírica chilena de hoy (1967), Nicanor Parra y la poesía de lo cotidiano (1970), Machu Pichu en la poesía (1972), Para leer a Neruda (1974), Capítulos de la literatura chilena (1974), Ensayos estilísticos (1975), Leyendo a Chile (1977), Cartas a Laura (1978), Poesía y educación (1980), De la vida de un profesor (1991) y Por nuestro idioma (1992). Hugo Montes Brunet también es autor y editor de varias antologías de poesía.
En torno al presunto asesinato de Neruda, el abogado Hugo Montes revela las sospechas que tenía Laura Reyes: “Me contó una versión distinta, relacionó la muerte de Pablo con una intervención del gobierno militar, ahora se realizará una exhumación del cadáver porque pudo ser envenenado en la Clínica Santa María. Según la historia oficial Neruda murió de cáncer a la próstata, pero no le he seguido la pista a la investigación de la justicia”. Por otra parte, el abogado Rodolfo Reyes declaró en CNN Chile: “mi madre inmediatamente dijo: ‘a tu tío Pablo lo mataron’, posteriormente se conoció la información oficial” (13/02/2013). Y uno de los mejores amigos de Matilde Urrutia, el periodista español Luis María Anson escribió en El Mundo: “Matilde creía que Pablo Neruda murió envenenado” (08/03/2013). El 6 de abril iniciará la exhumación de Neruda para esclarecer las sospechas de Manuel Araya, de la familia Reyes y del círculo íntimo de Matilde Urrutia.
MC.- Publicó las “Cartas a Laura” (1978), un facsímil del epistolario de Neruda a su hermana. ¿Por qué Laura Reyes confió en usted?, ¿qué detalles recuerda del proyecto editorial?
HM.- Yo había publicado un librito en Buenos Aires que se llamó Para leer a Neruda (1974), Laurita Reyes conocía mi trabajo y me dijo: “quiero conversar con usted, creo que su libro sobre Pablo es muy bueno, dice lo que Pablo era”, nos reunimos dos o tres veces, hasta que me hizo una revelación: “sabe Hugo, yo tengo una enorme cantidad de cartas de Pablo”, después de leerlas le dije: “Laurita, usted tiene un tesoro, son cartas inéditas, estoy seguro que si usted me autoriza podemos publicar un libro en España”, en ese tiempo yo era joven, viajaba a España y Alemania con frecuencia, era amigo del poeta español Luis Rosales que trabajaba en las Ediciones Cultura Hispánica.
Ya había fallecido Pablo y para publicar las Cartas a Laura (1978) necesitaba la autorización de Matilde Urrutia, le expliqué que era una edición sin fines de lucro, Cultura Hispánica era una institución pública. Matilde dijo: “antes que nada me gustaría ver los manuscritos y el prólogo”, le dejé el material y aprobó el proyecto. El libro incluye la reproducción fotográfica de las cartas, con los colores originales de cada papel o postal, algunas cartas están escritas con tinta verde y tienen dibujos en los márgenes.
MC.- ¿Qué tema destacó en su conversación con Laura Reyes?
HM.- Laurita me contó una versión sobre la muerte de Neruda, sin embargo cuando le pregunté a Matilde sobre esta versión, la viuda de Neruda me dijo: “¡Ah!, Laura siempre con sus cuentos y sus cosas”.
MC.- ¿Qué le dijo Laura Reyes?
HM.- Me dijo que estaba feliz por la publicación del libro.
MC.- ¿Qué dijo sobre la muerte de Neruda?
HM.- Me contó una versión distinta, relacionó la muerte de Pablo con una intervención del gobierno militar, ahora se realizará una exhumación del cadáver porque pudo ser envenenado en la Clínica Santa María. Pablo estaba en Isla Negra el 11 de septiembre de 1973, lo trajeron a la Clínica Santa María, sé que hubo una demora en el traslado por los retenes militares, según la historia oficial Neruda murió de cáncer a la próstata, pero no le he seguido la pista a la investigación de la justicia.
MC.- ¿Cuándo conoció a Neruda?
HM.- Me habían dicho que Neruda era muy egoísta, porque no otorgaba los permisos para publicar sus poemas, resulta que yo quería publicar la Antología de medio siglo, en 1954 fui a Isla Negra a pedirle la autorización para publicar varios poemas en mi antología, Pablo me dijo: “haga lo que quiera, ponga los poemas que necesite para su antología” y me pasó algunos inéditos de sus Odas elementales. Pablo fue generoso, nunca tuve una mala experiencia con él, siempre fue muy generoso, todavía conservo un par de cartas que me escribió Neruda.
MC.- Una carta está publicada en su libro: “Machu Picchu en la poesía de Pablo Neruda”.
HM.- Este año encontré otra carta de Pablo en mi biblioteca.
MC.- ¿Inédita?
HM.- Sí. Yo había quedado de ir una tarde a Isla Negra, desde aquella época tengo una parcela cerca de la casa de Pablo. Te voy a regalar la fotocopia de la carta:
“Septiembre/Viernes 23/1966
Mi querido Hugo Montes, a última hora y con urgencia he debido de salir a Santiago (Losada que llega por sólo unas horas).
No había manera de avisarle. Lo espero en ‘La Chascona’
Márquez de la Plata 0192, Tel. 397945, mañana sábado en la mañana. Perdón y hasta luego, cordialmente suyo.
Pablo Neruda”.
Yo tengo una opinión muy positiva sobre la parte humana de Neruda, es discutible la parte política de Pablo, el comunismo no despierta mi interés, me consta que Pablo fue un comunista de verdad. Conversé muchas veces con Pablo sobre el cristianismo, yo le decía que algunos de sus poemas merecen ser de Francisco de Asís. Por ejemplo cuando escribió:
“Mis deberes caminan por mi canto:
soy y no soy: ése es mi destino.
No soy si no acompaño los dolores
de los que sufren: son dolores míos.
Porque no puedo ser sin ser de todos”
Es decir, se trata de una solidaridad que yo como cristiano quisiera expresar, pero es un poema del libro dedicado a Fidel Castro. Pablo me recuerda a San Francisco de Asís porque se interesó en la cosas pequeñas de la naturaleza y siempre fue solidario ante el sufrimiento de sus hermanos.
MC.- ¿Neruda tenía otros amigos cristianos?
HM.- Sí, en nuestras conversaciones Pablo recordaba al doctor y político Eduardo Cruz Coke –coincidieron en el Senado de la República-, también compartimos la amistad con el Cardenal Raúl Silva Henríquez –lo mejor que ha tenido la Iglesia chilena, él me ordenó de diácono-, el Cardenal Silva Henríquez visitaba un orfanato de la Iglesia junto a Isla Negra, en Punta de Tralca, después de su labor pastoral pasaba a conversar con Pablo.
MC.- Sin duda, el mejor amigo de Neruda era Homero Arce, en la Biblioteca Nacional encontré un artículo que usted publicó en La Tercera: “Homero Arce evoca a Neruda” (14/09/1980). ¿Cómo recuerda al secretario y amigo del poeta?
HM.- Lo conocí muy bien, Homero era una persona callada, silenciosa, poco expresiva, en el buen sentido era una figura secundaria que nunca quiso aprovecharse de la amistad con Pablo Neruda, fue su colaborador, le dictaba y le pedía un orden en sus documentos; la palabra secretario es muy amplia, Homero no era un oficinista de Neruda, el poeta necesitaba la colaboración de un amigo de confianza y necesitaba conversar, Pablo encontró en Homero Arce un gran interlocutor.
MC.- ¿Neruda u Homero Arce le comentaron sobre el proyecto de Cantalao?
HM.- No lo sé con detalle, Neruda tenía un ánimo de constructor, Pablo quería hacer una zona para la cultura, sería una comunidad en Punta de Tralca, donde pudieran vivir los poetas, artistas, músicos, pintores y dramaturgos; Pablo soñaba con ese proyecto, comenzó a poner en práctica su fundación, pero murió relativamente joven, a los 69 años; no sé hasta qué grado llegó con su proyecto en Punta de Tralca. Ahora recuerdo que Matilde me dijo: “Pablo no había entrado directamente a estudiar pedagogía en francés, sino que cursó un día la carrera de arquitectura, pero se le complicaron las matemáticas, por eso cambió de carrera en la Universidad de Chile”. Pablo estaba obsesionado por la construcción, diseñó las escaleras, las terrazas, las bibliotecas, los bares y los ventanales de sus tres casas: La Sebastiana en Valparaíso, La Chascona en Santiago y la casa en Isla Negra.
MC.- No olvide la casa en Lo Curro, La Manquel.
HM.-No sabía que construyó otra casa. Cuando conocí La Chascona en Santiago le hablé por teléfono para preguntarle cómo llegar, Pablo me dijo: “mire Hugo, usted llega a la avenida Providencia, pasa el puente del Arzobispo, llega a la calle Pío Nono, ahí, debajo de la Virgen de la Inmaculada Concepción, está mi casa”, parecía una peregrinación, no las indicaciones para llegar a su casa.
MC.- ¿Cuándo conversó por última vez con Neruda?
HM.- En 1972 di una conferencia sobre Alturas de Machu Picchu pero no fue nadie, sólo acudieron cuatro personas, entre los invitados estaba un intelectual alemán que era director del Instituto Cultural chileno-alemán, este señor me dijo: “es muy interesante lo que ha dicho, pero no ha venido nadie a escucharlo; sabe, pida un presupuesto para publicar su libro que tal vez el Instituto lo podría financiar”, así que pedí el presupuesto a la Editorial de la Universidad Católica y le pedí también al artista italiano Vittorino Di Girolamo las ilustraciones para el libro. Al regresar de Francia, Neruda conoció la edición de 1972 y me escribió la carta que conoces:
“Isla Negra, 24 Abril 1973.
Muchas gracias, Hugo Montes, por ‘Macchu Picchu en la poesía’.
Me parece un estudio exhaustivo y brillante. Especialmente agradezco su extraordinaria frase final en la página 71, referencia generosa hacia mis trabajos.
Me hubiera gustado que se circunscrito su libro a mi poema. No lo digo por simple egoísmo que cuenta, naturalmente, en mi deseo. Pienso que usted no se entusiasma con los otros poetas y esto se le nota en el estilo de sus siempre vivas tasaciones que en esta parte parecen desalentadas.
A ver si pasa por estos lados, avisándome al teléfono No. 2 de Isla Negra. He tenido siempre un gran placer en conversar con usted.
Lo saluda afectuosamente.
Pablo Neruda”.
Después de leer la carta de Pablo, le hice caso y eliminé las referencias de otros poetas, a partir de la carta el libro se titula: Machu Picchu en la poesía de Pablo Neruda. Yo estuve con Pablo muy poco antes que falleciera, meses antes.
MC.- Finalmente, leí las cartas de Neruda a Laura Reyes en las Obras Completas de Hernán Loyola, pero no conozco el facsímil del epistolario. ¿Podría mostrarme un ejemplar original?
HM.- Sí. La fecha de edición es 1978. No encontrarás otra edición original, ya no se vende, el Instituto de Cultura Hispánica cambió de nombre y cerró su editorial. El título: Cartas a Laura lo sugirió el poeta Luis Rosales. La titular del copyright era Laura Reyes. Son 28 cartas y 16 postales. Aquí está la fecha exacta de una de mis entrevistas con Laura Reyes: 9 de diciembre de 1975, voy a leerte una cita textual de lo que publiqué: “Como le decía, Pablo no creía en su próxima muerte, sin embargo segundos antes de morir abrió los ojos y dijo con voz clara: ‘me voy, me voy’, fueron sus últimas palabras, estaban junto a él su esposa Matilde y yo, murió en la Clínica Santa María de Santiago”.
Por Mario Casasús