Presentamos un extracto realizado por La Haine del análisis semanal del sociólogo estadounidense James Petras para la radio Centenario de Uruguay, con preguntas de Hernán Salinas.
–Queríamos comenzar por la noticia del triunfo en Irlanda del Sinn Fein, ese partido independentista históricamente mostrado como brazo político del IRA. ¿Qué puede esperarse y por qué llegó al triunfo en las elecciones legislativas en Irlanda?
-Podríamos discutir varias cosas. Primero el Sinn Fein ha cambiado su política hacia las políticas de movilizaciones sociales, electorales, presentándose con una postura para tener influencia en el Parlamento.
Han tenido gran éxito más que nada por su política social, porque hay una gran crisis de vivienda, los precios han subido mucho, los salarios han quedado estancados y hay muchos jóvenes -particularmente- entre un 25 y un 35 por ciento, que no tienen posibilidades de conseguir una casa, un lugar con alquileres moderados. Las políticas hospitalarias también faltan. El gobierno actual ha tenido muy poco éxito solucionando los problemas sociales.
El Sinn Fein ha capturado el voto de los jóvenes, votantes entre 20 y 40 años, y ahí hizo la diferencia. El Sinn Fein ganó las elecciones con un porcentaje de entre 25 y 30 por ciento, que es mayoría; el problema es que los otros dos partidos podrían pactar para bloquear la influencia del Sinn Fein directamente en el gabinete. Pero es un indicador de que atacar los problemas sociales es la forma de captar los votos contra los partidos tradicionales.
Lo mismo está pasando en otros países de Europa y en EEUU, pero por el problema de las políticas norteamericanas todavía no muestran una capacidad para derrotar a Trump.
Por esa razón, la lucha social, la lucha de clases, la lucha económica, es fundamental para que los partidos de izquierda -tanto en América Latina como en Norteamérica y los países europeos- enfaticen en las luchas sociales y económicas; y menos sobre la política nacionalista y anti inmigrantes que han tocado como sus temas políticos.
-¿Podría esperarse con esta incidencia del Sinn Fein algún cambio hacia posiciones más progresistas de un gobierno de Irlanda?
-Sí, pero moderado. El Sinn Fein está negociando con uno de los partidos tradicionales, y no está claro qué van a negociar y qué van a pactar. Tenemos experiencias donde partidos empiezan por la izquierda y terminan en el centro, o centro derecha; como el caso del Frente Amplio en Uruguay.
Entonces depende de qué puede negociar el Sinn Fen, si simplemente es para entrar al gobierno, con mínimos cambios, van a fracasar. Porque los votantes los van a castigar. Si negocian un pacto social y económico, con mejoras en las condiciones de trabajo, de salud y otras cosas fundamentales, podrían extender y acelerar su influencia. Pero hay que ver. No tengo confianza en que el Sinn Fein llegue a un acuerdo.
Primero creo que los partidos tradicionales siguen castigándolos por la guerra social y guerra política del siglo pasado. Creo que es un problema. La derecha sigue haciendo una política contra Sinn Fein y utilizando su pasado como castigo, pero hasta ahora podríamos decir que el Sinn Fein está en posición de extraer concesiones sociales significativas. Pero si no, van a ser la principal oposición en el gobierno, acumulando fuerzas, atacando las políticas burguesas de los otros dos partidos.
-Yendo a EEUU, no hablamos tras la ratificación de que no avanzaba el juicio político -que impulsaban los Demócratas- a Donald Trump y que él celebró como triunfo. ¿Qué balance políticos se puede hacer de todo esto? ¿Cómo quedó Trump y los republicanos ante esto?
-Primero, nosotros discutimos sobre la investigación de Trump hace tiempo, y dijimos en este espacio que los Demócratas no tenían ninguna posibilidad de castigar a Trump en el Senado. Y sabíamos eso hace tiempo, no era ninguna sorpresa. Ahora, el problema fundamental es desde aquí ¿qué?
En el debate actual de los candidatos en las Primarias indican que van a pasar a otro terreno, el terreno de lo económico, lo social y la corrupción del gobierno de Trump. Pero hasta ahora, las encuestas muestran que Trump podría ganar las elecciones si fueran en este momento.
Pero más allá de eso, hay mucho tiempo y entre los dos candidatos principales –Bernie Sanders y Pete Buttigieg– hay un empate ahora. Y creo que esta situación podría resultar en una división del Partido Demócrata; los conservadores, los centristas, no muestran ningún interés en atraer la clase obrera, las fuerzas sociales que están en la calle.
Yo creo que el candidato demócrata Bernie Sanders es el único que podría derrocar a Trump, pero el Partido Demócrata, controlado por los multimillonarios, podría abstenerse de las elecciones y permitir a Trump ganar. Si fuera entre Trump y Sanders, creo que un tercio del Partido Demócrata y los grandes financistas se quedarían con la derecha, antes de permitir que un socialdemócrata gane las elecciones.
-Hablemos de lo que está pasando en El Salvador, donde el presidente que es Nayib Bukele, ayer domingo ordenó la toma del Parlamento por parte de las fuerzas de seguridad, porque los diputados no le aprobaron un préstamo internacional para un Plan de Seguridad.
-Bueno, es una indicación de que los tratados de paz tuvieron muchos fallos. El acuerdo con el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) fue falso. Las estructuras económicas y del Estado quedaron iguales, todos los militares quedaron al lado de la derecha y, ahora, cuando los militares intervienen, utilizan el pretexto del gran crecimiento de las pandillas violentas.
Muchas de las pandillas vienen de la guerra civil, donde muchos jóvenes que participaron al lado del FMLN quedaron sin empleo, sin políticas y se metieron con la droga y otras actividades, resultando en un enorme crecimiento de la delincuencia.
No hay dudas que el per cápita de asesinatos en El Salvador supera a cualquier otro país en el mundo. Entonces, hay un problema de pandillas, pero la forma de tratarlo son dos. Una, es asesinar a los jóvenes, a los miles de activistas que son parte de las pandillas. Lo otro es un cambio social, una reforma agraria, una reforma de las grandes compañías que están explotando el país.
En estas circunstancias, simplemente bloquear el presupuesto para las fuerzas de seguridad es una política suicida. Hay que tratar primero el problema de la delincuencia como problema social y económico. Y esa me parece una de las causas de crecimiento de la delincuencia y de la incapacidad de la izquierda de tratar los temas cuando estaba en el gobierno.
–Le dejamos estos minutos para otros temas que quiera abordar esta semana.
-Uno que está llenando los diarios por los menos en Europa y Norteamérica es la enfermedad del coronavirus, que se está acelerando y hay mucho miedo, genera mucha atención. Y los chinos están haciendo todo lo posible para atacarlo, paralizando la economía, las actividades de intercambio con otros países. Parece que los chinos hicieron una pronta intervención y fallaron.
Pero más allá de eso, quiero repetir lo que hemos dicho en otros programas. Los muertos por coronavirus son 908, mientras que durante lo que va de este año la influenza ha matado diez veces más, y eso no recibe ninguna publicidad. Es curioso. Porque la influenza tiene muchos infectados y muchísimos más muertos.
Es grave lo que está pasando, está acelerándose, pero debemos tomar en cuenta que los países -particularmente en EEUU- no reciben la misma información sobre la influenza. ¿Y por qué? ¿Por qué enfatizan una cosa que supuestamente viene de China pero no hablan de las enfermedades que circulan en Norteamérica?
Y creo que debemos tomar en cuenta que hay una guerra política y económica entre EEUU y China, y tal vez están exagerando el problema de un lado y minimizando el peligro del otro lado. Entonces, creo que son dos cosas debemos tratar juntas, EEUU está provocando o facilitando el virus en China y negando lo que está pasando en Norteamérica.
Y al final, esto que pasa en Argentina. No hay ninguna indicación de que los bancos van a negociar sobre la deuda. El sector privado quiere recibir todo el pago de lo que prestó al gobierno de Macri y no van a permitir que el Fondo Monetario tenga prioridad en las negociaciones. En este momento parece que Argentina está a punto de un boicot, o al menos de una postergación de la deuda privada.
-Sí, llega una delegación del FMI esta semana a la Argentina.
-Sí, pero el Fondo Monetario no está en condiciones de intervenir, cuando los bancos dicen primero nosotros y vosotros al fin de la fila. Creo que es una situación dramática, Argentina tiene obligaciones, una moratoria sobre la deuda, y se van a declarar en default sobre el pago de la deuda y no sabemos qué puede surgir de ahí.
Una radicalización de la política de importaciones para sustituir la producción local o alguna forma de capitular ante los bancos y empezar a transferir dinero hacia afuera. Eso sería una política de suicidio.