En 2021, Venezuela logró incautar 51 toneladas de drogas ilícitas, la cifra más alta de los últimos 10 años en el país sudamericano. La máxima autoridad venezolana en la lucha antidrogas, Richard López Vargas, recibió a Sputnik en su despacho en Caracas, y relató cómo Venezuela ha conseguido este año fortalecer su política antinarcóticos.
Según cifras de la Superintendencia Nacional Antidrogas (SUNAD), en 2021 los funcionarios antinarcóticos de Venezuela llevaron a cabo más de 5.400 procedimientos y más de 7.000 detenciones, además de neutralizar 55 aeronaves y destruir 24 pistas y 60 laboratorios clandestinos utilizados por el narcotráfico en territorio venezolano.
El estado donde se registró el mayor número de incautaciones, con más de 33 toneladas de droga decomisada, es Zulia, ubicado en el occidente del país en la frontera con Colombia, el mayor productor de cocaína del mundo, lo que supone para el ente rector venezolano «riesgos en materia de seguridad, como infiltrados y la instalación de falsas empresas para el intento de enviar drogas a través de Venezuela».
«Uno de los factores más importantes para un militar en la guerra es la sorpresa. En estas operaciones, un 90% es inteligencia, procesamiento de información; y un 10% la interdicción, el choque. Todo se basa en la investigación», explica a Sputnik Richard López Vargas, un mayor general de la Guardia Nacional Bolivariana con amplia experiencia en la lucha contra el narcotráfico.
López Vargas está al frente de la SUNAD, un organismo creado este año por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y que junto con la reforma de la legislación antidrogas que se debate actualmente en la Asamblea Nacional busca hacer más eficiente la lucha contra las drogas en el país sudamericano, «con la incorporación de nuevos delitos, el control de químicos para evitar su desvío hacia la frontera y mayores recursos para la reactivación de más centros de tratamiento a las adicciones».
En entrevista con Sputnik, el superintendente nacional antidrogas señaló que pese a la criminalización del Gobierno de EEUU contra su país, Venezuela tiene una «política exitosa» en la materia que hasta significó un gran aporte a la salud pública en el país del norte, al impedir que este año lleguen a territorio estadounidense 180 millones de dosis de cocaína.
—¿Qué primeros elementos destacaría sobre este logro alcanzado por Venezuela en 2021?
—Lo primero que debemos decir es que tenemos de vecino al mayor productor de cocaína del mundo, y eso evidentemente tiene un impacto para nosotros. La producción de cocaína en Colombia es exagerada, más de 1.100 toneladas anuales, y en aumento. Y creo que el éxito de nuestra política, el récord que hemos logrado este año, se debe fundamentalmente a la mejora que hemos tenido desde el punto de vista policial, de las incautaciones, del despliegue en las calles.El otro elemento es la política pública en materia de drogas, que fue una instrucción este año por parte del presidente, Nicolás Maduro, comenzando que en el mes de enero ordenó crear la Superintendencia Nacional Antidrogas para reemplazar a la Oficina Nacional Antidrogas, la ONA, con la intención de hacer un cuerpo más robusto.
¿Y qué ha cambiado con este nuevo instrumento?
—En primer lugar, atender de manera real la demanda de este delito. Esto requería que la ONA, que fue muy exitosa, creciera en materia de control y supervisión, en materia legal. El delito sufre metamorfosis, va mutando, y nosotros vemos que con esa mutación hay cosas que van quedando cortas también.
Con la Superintendencia se crea el Centro de Análisis Estratégico (CAE), con una cantidad de especialistas que han hecho avances importantísimos en esta materia, ahí se da el primer cambio. Rehacer nuevamente el contacto internacional que era sumamente difícil para un país como nosotros, bloqueado, atacado por tantos conceptos, pero entendiendo que el tema drogas es un problema común, mundial.
Ya hemos logrado dar unos primeros pasos en materia de cooperación con España, Francia, México, Holanda; relaciones muy profesionales, con mucha profundidad institucional, nos hemos alimentado de sus conocimientos, de sus experiencias. Con España y México, de paso, se han materializado en éxitos procedimentales, con aeronaves que han sido neutralizadas gracias a esa cooperación, a la información que logramos tener con ellos de forma inmediata.
—¿En Venezuela hay carteles de droga?
—No, en Venezuela no hay carteles de droga ni capos. Lo que hay son brazos logísticos, células que se instalan aquí para intentar pasar la droga por nuestro territorio, para hacer el trabajo del transporte aéreo, marítimo y terrestre.
Te explico. La teoría dice que para que se den ese tipo de estructuras delictivas como los carteles de droga, debe haber cultivos, producción y debe existir una organización estructurada, de capos. Esas características no existen en nuestro país, crearon ese mito. Estados Unidos ha difundido esa versión hace más de 20 años, cuando habló del Cartel de los Soles, una supuesta organización criminal creada por militares que nunca existió, pero esa acusación les dio buenos resultados un largo tiempo.
Pero hoy esa versión, como la acusación contra nosotros como narco-Estado, está muy debilitada, porque los informes incluso de la DEA [Administración de Control de Drogas de EEUU] y de la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito, o los reportes de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes no pueden ser amañados o borrados de un plumazo.
—¿Y cuál es la evaluación de estos organismos sobre el tema de las drogas en la región y, en particular, en Venezuela?
—En base a estos organismos, el 70% de la producción mundial de cocaína proviene de Colombia. De ese total, el 74%, es importante aclararlo, sale hacia el norte por la ruta del Pacífico, porque de ese lado está la mayor cantidad de cultivos de coca; y cosa irónica, por cierto, es equidistante a las bases militares de Estados Unidos en territorio colombiano.
Después, hay un 16% de la producción de cocaína de Colombia que va hacia la ruta centroamericana, que tampoco nos corresponde a nosotros. Y entonces, estos organismos colocan una ruta llamada Caribe-Atlántico por el que transita el 8% de la cocaína producida en Colombia. Aún así, consideramos que ese porcentaje no es real, porque nosotros compartimos el Caribe con un conjunto de islas de mucha importancia internacional y turística que también tienen su demanda y su consumo.
Por lo tanto, Venezuela está trabajando en frenar el intento de tráfico por nuestro territorio de apenas un 4% de toda la cocaína que se produce en Colombia. De ahí viene la cifra récord de 51 toneladas incautadas este año por Venezuela. Venezuela incautó el 60% de la cocaína que tenía como destino transitar por el territorio nacional producido en Colombia.
—¿Cuánto de esa droga iba a ser enviada a EEUU?—
Venezuela evitó que ingresaran a Estados Unidos 180 millones de dosis de cocaína en 2021. Y lo decimos de esta manera, no porque queremos ser efectistas, sino porque cuando uno habla de macrotráfico, de producción, de carteles, se olvida del ser humano como tal, que es lo que nosotros estamos llamados a atender. Entonces, gracias a nuestra política antidrogas, podemos decir que se hizo un gran aporte a la salud pública en Estados Unidos.
Además, gracias a esta política, evitamos que 22 millones de dosis de cocaína entraran a África y 21 millones de dosis a Europa. En total, estamos hablando de 224 millones de dosis incautadas para el consumo con destino internacional.
—Sin embargo, este año el presidente de EEUU, Joe Biden, dijo que Venezuela ha incumplido sus obligaciones en materia de lucha contra el narcotráfico.
—Primero, es un doble discurso, además es irresponsable. Porque, en primer lugar, transfiere lo que es la relación política a lo que pudiera ser la relación en materia de drogas. No tenemos relación política, y por esa razón tú dices que yo no colaboro.
En segundo lugar, eso está dicho sin ningún fundamento, porque Estados Unidos no tiene contacto con nosotros, nos tiene bloqueados, y no quiere entenderse con nuestro país. Entonces, ¿cómo puede sacar esa conclusión?
Llama la atención que en ese mismo espacio geográfico sudamericano está Colombia, y sin embargo Estados Unidos habla de Bolivia y Venezuela. Entonces, cuando tú haces una acusación de no colaborar contra Bolivia y Venezuela, pero dejas por fuera a un país que aumentó su producción de cocaína en 22.000 kilos anuales, es evidente que hay una intencionalidad política, que no tiene nada que ver con la lucha antidrogas.