La manera en que unos pocos exprimen a la mayoría
Es una de las leyendas de la música chilena y no está muerto. El líder de la mítica banda “Los Prisioneros” se acerca otra vez a Chile, mientras miles de estudiantes aún corean sus canciones. Con unos cuantos años más y una carrera de dj a cuestas, González no parece haber perdido el estilo crítico de sus viejos discos, ni tampoco las ganas de opinar sobre la contingencia de la patria que hace unos años decidió dejar.
-Desde los ’80 eres célebre por cantar y gritar lo que muchos no se atrevían. Tus letras son recordadas por estar llenas de política y crítica social. ¿Volverá algo de eso a tu nuevo trabajo como cantautor?
-Estaría bueno, pero no manejo esto. Salen las canciones que el alma y el músico que vive en mí dictan. Me he preguntado más de una vez cómo sería auto parodiarme, pero me da mucha flojera un proyecto de ese tipo y no sé, cuando escribí «Paramar» o » Tren al Sur» o «Las industrias» salieron así, sin un plan. Es lindo cuando una canción es adoptada como suya por mucha gente pero, ojo, eso sucede cuando hay por detrás la ambición de la fama, el dinero de una gran multinacional, eso llega a suceder tras meses de entrevistas y apariciones en TV. No tengo ganas de pasar por eso, en los ’80 era una aventura ser el número uno o lo que sea que se me pasara por la cabeza, pero ahora no es mi sueño y creo que está bien así.
-Respecto de la reedición que hizo EMI Music de los primeros cuatro discos de Los Prisioneros, ¿cómo se siente que una empresa manipule tus canciones para ganar algunas lucas?
-Me da lo mismo. Siempre fue así. De una forma u otra la revista para la que tú trabajas también está obligada a ser una empresa y yo también estoy obligado a manejar esa parte de la vida. Es triste, pero es el mundo en el que estamos forzados a vivir. Emi es la casa de los Beatles, de Queen, qué se yo, pero es una empresa y una bien trucha.
-¿Hay una contradicción entre esa estrella de rock que cantaba que sus amigos estaban pateando piedras y la figura frívola que todos conciben del tipo que se dedica a tocar música electrónica?
-La forma en que la pega de DJ de House es vista entre la gente que piensa en esa clase de definiciones en Santiago no es algo que pueda yo cambiar. Pero mi amor por la música de baile, mi amor por una sala llena de gente vibrando con los sub bajos es grande y verdadero.
-Hace un tiempo dijiste en El Abrazo que tu destino era manejar un taxi o tener una pizzería, pero que estabas ahí tocando y con Charly García de telonero. ¿Por qué no tomaste el camino que, según tú, te estaba destinado?
-Manejar y cocinar se me dan mal, con suerte hago unos huevitos revueltos a los niños. Aunque pienso que sería un buen taxista y en verdad es una profesión bien linda. La música es de las pocas cosas que me resultan bien y he tenido mucha suerte, de la buena y de la mala. Las cosas que ser un músico muy conocido trae hacen posible para mí ser quien yo quiero ser veinticuatro horas al día y al mismo tiempo me ha significado una soledad del fondo del alma imposible de llenar. No es tanto lo que tú cambias cuando tienes «éxito» en el escenario, es la manera en la que los que están cerca cambian su visión de ti lo más dramático.
-Piñera tiene la más baja aprobación de un Presidente en Chile. La Concertación es ampliamente desaprobada. ¿Crees que ésta traicionó al pueblo?
-Creo que cualquiera que gobierne bajo la Constitución de Pinochet está condenado a traicionar a la gallada. Para llegar a ser un candidato con posibilidades de ganar el puesto de Presidente de Chile, las familias que controlan todo lo deben aprobar y financiar. Si (Ricardo) Lagos o (Michelle) Bachelet hubiesen querido cambiar la situación, yo, desde este cómodo asiento de bussiness class que me lleva desde Londres a Miami, digo que podrían haberlo hecho. Pero ¿Qué puedo saber yo? Los integrantes de la Concertación están presos de la misma locura colectiva que la Derecha. Sus acciones se rigen por no perder poder y eso no lleva a ninguna parte buena. El poder es una pura mierda, cuando estás adquiriendo alguno relacionado con esa pesadilla que es la «opinión pública» es imprescindible tirarlo al water. Ahora, si te has comprometido a pagar ese departamento tan bien ubicado es más difícil renunciar.
-Desde tu perspectiva, ¿se le puede llamar democracia a este sistema político basado en un esquema binominal?
-Para mí, la palabra «democracia» representa la excusa con la que se impone la visión de las multinacionales en todo el mundo. «Democracia», dicen en los países árabes, mientras la ONU masacra civiles y destruye ciudades con el fin de apoderarse del petróleo, por dar un puro ejemplo. Un país es siempre una estafa, una manera de que unos pocos expriman a la mayoría. Quizá en los países más blancos sea a través de «los impuestos», mientras en otros sea a través de sueldos de miseria, como en Chile. Pero siempre ha sido así, probablemente ahora sea peor que nunca, eso sí es cierto.
-Nos rige la Constitución de Pinochet redactada por Jaime Guzmán. El pueblo toma conciencia sobre la necesidad de cambiarla, ¿cómo ves esa demanda y la perspectiva de una Asamblea Constituyente?
-Las personas que están en la situación de cambiar la Constitución no la van a cambiar de ninguna manera. Están todos hasta el cuello de negociados, crímenes encubiertos, estafas, celos, etcétera. Olvídate, tienen a todos los medios de comunicación de su lado, a las Fuerzas Armadas de su lado, a la comunidad europea de su lado.
-En una oportunidad, en el Parque O’Higgins, mencionaste a Luksic, uno de los dueños de una cerveza patrocinadora oficial del evento en que tocabas. ¿Qué te parece que por estos días, cuando casi no hay nada que no le pertenezca a alguno de las cuatro familias más ricas de Chile, muchos artistas prefieran callar?
-Típico. Los músicos suelen ser bastante indiferentes con respecto a lo que no sea música. No veo por qué los otros tengan que forzarse a opinar si no tienen tampoco algo claro que decir. Yo creo que el que yo opine, para empezar, me ha hecho mucho daño por todo el odio que genera y, para terminar, no ha mejorado ni un milímetro el estado de las cosas materiales. Pero vivo una sola personalidad, lo que opino en la mesa a la hora del cafecito, lo que digo a mis hijos y lo que digo cuando se me cae el cassette o el mp3 en los shows es mi opinión. Si me preguntan, contesto con lo que de verdad siento.
EL ECO DEL BAILE DE LOS QUE SOBRAN
-Hace unos meses, un grupo de jóvenes se juntó a hacer una sesión de orquesta de “El baile de los que sobran”, en plena calle, en el marco del movimiento estudiantil. Son muchos los que hacen de tu canción un verdadero himno. ¿Qué se siente que esa canción tenga vigencia 25 años después?
-Me da mucha pena que esa canción todavía describa lo que me pasó al dejar el colegio. Me encontraba con ex compañeros y nos los veía tan contentos como cuando en la sala contaban chistes. Entre los 17 y los 18 se vieron obligados a envejecer 10 años. Es terrible que niños de 16 años tengan que salir a la calle a defender a sus padres, porque eso es lo que está pasando.
-Los estudiantes se movilizan porque todavía “el futuro no es ninguno de los prometidos en los 12 juegos”. Han pasado siete meses, con un muerto, violenta represión en las calles y criminalización de la protesta. ¿Cuál es la sensación que le queda a un chileno que vivió la dictadura y mira esto de lejos?
-Yo nací en diciembre de 1964, así que alcancé a ver Chile antes del Golpe y era otra la manera de comunicarse. El miedo que cayó de un día para otro, el dolor y la incertidumbre de si tu pariente volvería esa noche a la casa nunca se han ido y han transformado a millones de seres en perros apaleados. La pena es que he vivido en cuatro países aparte de mi patria y veo en todos que la corrupción, el abuso de la policía, la estafa, la mentira por los diarios y la tele es la norma. No hay dónde escapar, los poderes internacionales están apretando más la bolsa de plástico que nos tienen en la cabeza.
-¿Cómo ves la proyección del movimiento estudiantil?
-Me podría tirar un carril en una onda positiva y subir los espíritus, pero te juro que creo que el Gobierno está esperando y empujando porque venga alguna clase de catástrofe con varios muertos para criminalizar a los cabros que dan la cara y poner leyes más pesadas. Nada bueno se viene, parece.
-¿Harías una gira por Chile en pro de alguna causa política o social?
-Yo quiero tocar para el movimiento estudiantil, pero vivo muy lejos. Ahora que tocaré en Chile es el momento para invitarme y espero que haya la posibilidad de cantar antes de fin de año. Me han llegado cosas, invitaciones a videos de apoyo o cartas, pero siempre de gente que en realidad no conozco bien y me he pegado cada guatazo con mis compatriotas «del medio».
-Años atrás te presentaste en la Teletón y causaste la ira de algunos animadores al hacer alusión al negocio de las empresas y la figuración de los rostros. Ad portas de una nueva Teletón, ¿qué es para ti esa campaña? ¿Un negociado, un fraude y/o una obra de caridad?
-En Youtube está el video de cuando toqué con Los Prisioneros y lo que dije ahí, es lo que pienso y siento. Está bueno juntar plata por una buena causa, usar esos egos de los rostros de la TV, la avaricia de los grandes auspiciadores para ayudar a quienes necesitan. Sería lindo si todo el año eso pasara así, una especie de «impuesto a la taquilla».
¿POR QUÉ NO TE VAS?
-Hace años escribiste una canción que decía “si aquí tu genio y talento no da fama, si tu apellido no es González ni Tapia ¿por qué no se van?” Hoy vives en España y estás radicado como músico en Berlín, ¿Hiciste tuyo ese mensaje?
-Jajaja, es momento que también me lo conteste a mí mismo. Primero, te debo contar que escribí esa canción para una obra de teatro dirigida por Vicente Ruiz. En el círculo de gente que iba a sus obras había mucha frustración con la situación que vivían como artistas. Comprenderás que ser pintor, actor o músico bajo la bota de los milicos era igual a degenerado, comunista y flojo. Yo escuchaba seguido los quejidos tipo: «Ay, es que lo que yo hago es muy avanzado y vanguardista para Chile». O: «Es que acá son muy incultos para comprender la música que quisiera hacer, así que hago cosas más comerciales para conectar» y pensaba que si no podían hacer algo atractivo en la ciudad que les tocó nacer, menos podrían llegar y salir adelante en otras orillas. Pensaba que el problema de conectar con un supuesto público era de ellos y no de un montón de personas que necesitaba música que se sintiera más cerca que lo que venía de importación. Esa era la idea de la canción, una invitación a que se marcharan a esos lugares donde su sensibilidad fuese comprendida y triunfaran. Pero veamos la letra: (Comienza a analizar las primeras estrofas de “Por qué no se van”)
«Si sueñas con Nueva York y con Europa»
-No llegué a soñar, me fui de una a NYC a estudiar sonido en 1994. Era la época en que después de dos discos solistas nadie parecía quererme mucho en Chile y circunstancias dieron que esa ciudad se me hiciera la más fácil para un autoexilio.
«Te quejas de nuestra gente y de su ropa»
-No me importa ni me importó mucho cómo se viste la gente. Entre los 19 y 28 me interesaba mucho cómo se desviste a la gente… luego vi que el romance, por muy abierto de corazón y franco que puedas creerte, te puede arruinar la vida si no eres súper selectivo. Cuando joven, claro, que era selectivo: Sólo me acostaba con las que me decían que sí.
«Vives amando el cine arte del Normandie»
-Es un poco triste pero mis gustos en cine poco tienen que ver con «Amelie» -qué fome- o Herzog. Suelo caer en maratones de Jim Carrey, Les Luthiers, Capussoto, Jack Black…
«Si eres artista y los indios no te entienden»
-Entre solista y Los Prisioneros creo que van como un millón y medio de discos vendidos y he tocado más de 10 veces en estadios de fútbol llenos. Ciertamente los indios me han entendido.
“Si tu vanguardia aquí no se vende, si quieres ser occidental de segunda mano”
-Pues ser chileno es ser occidental de segunda mano lo quieras o no, de hecho el Golpe Militar nos convirtió en una colonia de USA.
«Si viajas todos los años a Italia, si la cultura es tan rica en Alemania”
-Debo humildemente reconocer que he tocado en varias ciudades de Italia como DJ y me la he pasado muy bien. Sobre Alemania, debo decir “touché”, aunque para no quedar como presumido -que lo soy, evidentemente-, sino ¿cómo te subes al escenario? Debo aclarar que lo digo completamente «tongue in cheek» -como broma-.
“Si aquí tu genio y talento no da fama, ¿Por qué el próximo año no te quedas allá?”
-Esto claramente no aplica porque ya me quedé allá. ¿Cómo llegué? Cuando apareció el álbum de «Los Updates» y nos empezaron a pedir shows en Europa dejó de tener sentido vivir en México. Yo pensé en decir a los del sello que sacó el disco: «No, yo quiero que me manden un avión a San Miguel para cada show, soy auténtico», pero después me lo pensé mejor.
«Si tu apellido no es González ni Tapia»
-Mi amada sobrina Anita es también sobrina de Miguel Tapia. Ella es González y es Tapia, signifique eso lo que signifique. Me imagino que en esta respuesta puedes sacar un encabezado para esta nota, uno que haga que me arrepienta de haberla hecho, jajaja…
Por Vanessa Vargas Rojas
El Ciudadano Nº115, primera quincena diciembre 2011