La directora del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, María Olivia Mönckeberg conoce en profundidad el origen de la riqueza que ostentan empresas y grupos como Soquimich y Penta, nacidos o fortalecidos en el proceso de privatización durante la dictadura que retrató en su libro de 2001 El saqueo de los grupos económicos al Estado de Chile. La premio nacional de periodismo hoy observa con atención la judicialización de estos dos casos y cómo se han develado los casos de irregularidades en el financiamiento de campañas políticas, de lo cual asegura, la UDI es el principal beneficiario y protagonista.
En conversación con Radio Universidad de Chile, María Olivia Mönckeberg, conversó sobre el establecimiento de redes políticas y económicas, en el marco de las privatizaciones de empresas estatales durante la dictadura, que hasta hoy operan, tal como ha quedado de manifiesto en los llamados casos Penta y SQM, e hizo hincapié en la oportunidad que representan estos casos para que el periodismo haga una labor más activa en materia de investigación e información.
¿Qué tan profundas fueron las ganancias de Julio Ponce Lerou durante la dictadura y el llamado proceso de saqueo del Estado?
Fueron tremendamente grandes las ganancias que obtuvo por el saqueo que implicó quedarse con la Sociedad Química y Minera de Chile. Soquimich, hoy día conocida como SQM. Significaba un valor tremendo en materia de minerales no metálicos. Había sido la productora de salitre, pero después de potasio, de yodo y de litio.
La gente, cuando se privatizó esto en la segunda mitad de los años 80, ni siquiera sabía ni vislumbraba el valor que podía tener el litio. Ellos, gente como Ponce Lerou y quienes lo acompañaban en la dirección de las empresas del Estado, que estaban en manos del Gobierno de Pinochet, evidentemente que sabían, vislumbraron, imaginaron y proyectaron la riqueza estratégica que estas empresas tenían. Tú ves que el litio representa a nivel mundial no solo un tremendo negocio, sino que se ha estado extrayendo un mineral no metálico tan importante y con tantas aplicaciones en la industria.
En cifras, hubo un estudio de la Contraloría General de la república de aquellos años, sin considerar todo este valor futuro que podría llegar a tener el litio, el potasio y el yodo, pero que en ese minuto se calculaba que sólo en dos años y medio los dividendos, las utilidades habrían sido equivalentes al precio de venta que tuvo Soquimich en esa época. Hay que también recordar los mayores y tienen que saber los más jóvenes que esto se hacía totalmente de espalda a la opinión pública, a la ciudadanía, sin que hubiera un Parlamento, un Poder Judicial independiente, libertad de prensa y medios que estuvieran cuestionando. Algunos tratábamos de decir desde las revistas opositoras, recuerdo haber escrito un reportaje investigativo sobre lo que estaba ocurriendo, pero eso no hacía que cambiaran estos señores sus designios, y quedaron en sus manos empresas como ésta. No fue la única, naturalmente, pero el caso de Soquimich es muy emblemático por lo que representa en materia de riqueza, pero también por el hecho de que Julio Ponce Lerou fue yerno de Augusto Pinochet, luego se separó, pero siguió profitando de todo el sistema. Además que tenía muchas amistades con los generales más cercanos a Pinochet y también con civiles del equipo económico de aquel entonces, con los que encabezaron la aplicación del modelo económico neoliberal en la dictadura.
¿Qué relación podía pensarse en ese tiempo entre este proceso de privatización y la dirección que tomó la política chilena durante la transición?
Los que criticábamos este proceso lo veíamos con mucha preocupación por dos razones fundamentales: El hecho que se le quitaba al Estado estas empresas, que eran consideradas estratégicas hasta ese momento y por otro lado, si bien no teníamos una conciencia cabal de que se iba a materializar todo esto, sí se podía vislumbrar lo que los economistas de Pinochet, los civiles que lo acompañaban y el mismo Pinochet llamó las modernizaciones, que eran políticas que se aplicaron en los más diversos ámbitos de la vida del país, por ejemplo en la salud, en la previsión, en la educación y desde luego en esto que fue la privatización de toda actividad y fundamentalmente el traspaso de riqueza desde el Estado al sector privado y a un sector muy específico. Hubo varios grupos que nacieron y se hicieron fuertes bajo la dictadura y que después lograron no sólo sobrevivir sino que seguir consolidándose en la transición a la democracia, y yo diría que hasta el día de hoy, en el sentido de que cuando han reventado situaciones como la del caso Penta y como la de Soquimich, recién ahora se están poniendo en un sentido más general en el tapete del juicio público, porque antes como que la gente no tenía en un sentido mayoritario, (si bien) existía la percepción, la intuición de que algo pasaba, pero no había saltado todo esto a la mesa de la discusión como ha estado saltando hasta ahora, por los manejos que han llevado a cabo para hacerse así de ricos.
¿Qué otras redes se fraguaron en ese momento, entre política y empresarios?
Diría que lo que se formó bajo la dictadura es muy cercano y la mayoría es proclive y afines a la UDI. El caso Penta es muy paradigmático en este sentido, pero también en SQM. Si bien ahora estamos viendo que hubo también siembra, por llamarlo de alguna manera, hacia otros sectores y están apareciendo boletas que afectan a gente que podría haber estado ligado a la ex Concertación, o estamos viendo también que aparecen donaciones, y estamos por ver qué más aparezca, pero originalmente yo diría que estos sectores nacieron del pinochetismo y se enriquecieron apoyando a gente de la UDI, concretamente, y luego están no sólo en el sector de empresas, se ven en las universidades privadas también , porque es parte del mismo modelo.
Sería largo de explicar y a veces la gente te dice que con tantos nombres hasta se pierde el hilo, pero la verdad es que hay que ponerles nombre para poder personificar. Hay amistades, cercanías.
Tú ves en el directorio actual de SQM a una persona como Juan Antonio Guzmán Molinares ¿Quién es? Fue el ministro de Educación de Pinochet en tiempos de que el rector delegado era José Luis Federici. Estamos hablando del 87 cuando se produjo la defensa de la Universidad de Chile porque la querían destruir gente como Guzmán y Federici, y el mismo Guzmán hoy es integrante del directorio de SQM. El mismo Guzmán preside el directorio de la Universidad Andrés Bello.
Otro ejemplo es el caso de Hernán Büchi, ministro de Hacienda de Pinochet, antes había sido subsecretario de Salud, intendente de Bancos en la crisis de los 80 y luego ministro de Hacienda bajo el cual se efectuaron las privatizaciones de la gran mayoría de las empresas del Estado, y que después fue candidato a la presidencia, la disputó contra Patricio Aylwin. Después de derrotado fue uno de los fundadores del Instituto Libertad y Desarrollo y ha estado muy próximo a él, es parte del Instituto hasta el día de hoy, y también es presidente de la Universidad del Desarrollo. ¿Quienes son sus socios ahí? Gente como Joaquín Lavín, Federico Valdés Lafontaine, actual rector, de un perfil menos conocido, fue presidente de Azul Azul, del club deportivo de la Universidad de Chile, pero uno de los fundadores de la Universidad del Desarrollo; el otro fue Ernesto Silva Bafalluy, padre del actual diputado, Ernesto Silva Méndez, que renunció hace poco a la presidencia de la UDI; también fue fundador de la Universidad del Desarrollo, Cristián Larroulet, ex ministro de Piñera. Entonces la red de la UDI, como escribí en el libro “Con fines de lucro” es una red tupida, bastante fuerte, al menos hasta el día de hoy.
¿Qué conclusiones se pueden sacar ahora que la Nueva Mayoría parece ser el principal beneficiario de SQM?
No creo que sea el principal beneficiario. Me gustaría sacar conclusiones cuando uno haya investigado o haya investigado el Ministerio Público. Yo creo que todavía tenemos que ver qué hay allí, pero hasta ahora no me atrevería a decir que sea el principal beneficiario. Históricamente en el caso de SQM han beneficiado a la UDI, entiendo que también a RN, y probablemente también hayan sembrado hacia la Nueva Mayoría, pero no creo que todavía sea un momento de conclusiones. Como periodistas, yo por lo menos estoy a la espera de lo que demuestre Impuestos Internos, el fiscal Gajardo y el fiscal Norambuena que están dedicados a eso.
¿Qué tipo de momento político cree que se configura a partir de ahora, luego de revelarse estos hechos y denuncias?
Estamos en un momento político muy importante. Me parece fundamental que cumplamos nosotros como periodistas con un rol más activo del que se ha tenido hasta ahora, en el sentido de investigar e informar. Yo creo que la Fiscalía ha tenido un rol muy importante, y que logre desentrañar parte de todas estas madejas, que se haga transparencia, que en los procesos podamos seguir teniendo acceso a la información. Ha sido tan interesante la información que hemos tenido cuando se trató la formalización del caso Penta y la apelación posterior. Veo que ha habido críticas de personas que han hablado que esto es un show o un reality: me parece absurdo. Mientras más información haya y que responsablemente se trabaje esa información. Los medios y los periodistas tenemos un papel muy importante, es una cuestión que en nuestra Universidad la hemos estado viendo con los estudiantes y nuestros profesores (…) Se requiere de mucha información, de indagar y de interpretar con seriedad los signos que están ocurriendo.