Si hay algo que marcó la movilización generada por la larga huelga de hambre protagonizada por los presos políticos mapuche en gvlumapu(1), es que el liderazgo de las mujeres demostró una vez más que ellas también comparten un rol activo como líderes de una sociedad históricamente criminalizada y que se niega a desaparecer.
Lleva más de 30 años vinculada a organizaciones de derechos humanos e indígenas y su rol de mujer madre -aunada a sus acciones de liderazgo como parte integrante de la comunidad mapuche Francisco Curihuentro de la comuna de Carahue- no aminoran su ferviente energía, a pesar de la dura realidad que le ha tocado vivir, como parte de una generación de luchadoras mapuche, que han debido enfrentar el costo de ser apartadas del denominado “sistema chileno”, debiendo asumir una economía de autosubsistencia familiar, la cual a la fecha la mantiene abocada a labores de horticultura orgánica en las escasas 1,4 hectáreas que trabaja en su predio familiar.
Es por ello que según ella misma declara, no se considera una mapuche migrante, pues María Isabel Curihuentro Llancaleo (50), no siente en absoluto el desarraigo que otros mapuche han debido asumir -algunos por la fuerza y otros por opción- debiendo muchos de ellos, instalarse en forma definitiva en la ciudad, dejando en el pasado un capítulo de una vida comunitaria, que hoy asoma lejana en el tiempo.
“En mi caso, el resistir el desarraigo, ha tenido también sus costos”, declara con evidente convicción, agregando que no está dispuesta a renunciar a la defensa de un derecho humano básico para el mapuche, como es el optar por mantenerse ligada a su comunidad de origen, aún con el dolor de ver potencialmente amenazado dicho espacio por la dominante expansión forestal.
“Es por ello, que no me cuesta entender lo que ha implicado para muchos jóvenes y padres de familias mapuche pagar con la cárcel, el precio que implica defender sus tierras, espacios que son origen y centro de la existencia y proyectos de vida para nosotros los mapuche”- agrega enfática María Isabel, quien junto a más de un millar de lafkenche (2), provenientes de las comunas de Cañete, Tirúa, Puerto Saavedra, Puerto Domínguez, Carahue y Nueva Imperial, debieron hacer frente a la dura represión que marcó el día 29 de septiembre pasado en la IX Región, donde en el sector denominado cruce del Alto Maipo, a la entrada costera de Temuco, la fuerza policial chilena se hizo presente en cosa de segundos, para infundir el terror en varias personas que marchaban con el objetivo de manifestar su solidaridad con los presos mapuche en huelga.
“Efectivamente fue en el cruce de Alto Maipo donde fuimos severamente reprimidas y reprimidos por carabineros, quienes sin considerar la presencia de ancianos, mujeres y niños, procedieron a interceptarnos y maltratarnos, cual si fuéramos delincuentes, situación que –en lo personal- me mantiene desde aquel día con varias contusiones en mi cuerpo, como resultado de negarme a ser forzadamente detenida”, hecho que agravó la acción policial contra María Isabel, por cuanto ella presenta problemas de artrosis crónica a nivel corporal, hecho que le impide desplazarse en forma normal, debiendo ocupar una muleta que le sirve de apoyo para soportar una larga enfermedad de la cual hoy paulatinamente se recupera.
“Fuimos detenidas, cuando nos dirigíamos a pie hasta Temuko en una marcha pacífica, que originalmente partió desde Tirúa. La idea de plegarnos a la gran movilización que fuera convocada como parte de las acciones de protesta para el día 29, tenía como finalidad manifestar nuestro repudio ante la lenta y tozuda actitud del gobierno por no abordar los temas de fondo planteados por los presos políticos mapuche que sostuvieron más de 80 días una huelga de hambre en diversos recintos carcelarios de la VIII y IX Región”- señala.
Y en efecto, aunque no alcanzaron el objetivo de llegar hasta el centro de Temuko, Curihuentro tiene la total convicción de que la movilización del día 29 de septiembre pasado “logró al menos el objetivo de llamar la atención de todo un país en torno al descontento que las comunidades mapuche mantenían respecto al silencio del gobierno en torno a la huelga de nuestros hermanos. Si a ello sumamos que nuestra detención en aquel día, no viene sino a dejar en evidencia la respuesta que asume un gobierno y su aparataje policial, cuando un pueblo se moviliza desarmado y a plena luz del día. Y esa señal presentada por Piñera, es algo que debe hacernos reflexionar sobre la necesidad de supervigilar que los acuerdos que fueron tomados como parte del desenlace de la huelga de los presos mapuche, sean cumplidos en su totalidad”.
AC: ¿Cómo llega tu comunidad a sensibilizarse con los lamgen que se encontraban en huelga y a decidir participar de esta movilización?
MC: Como la mayor parte de las comunidades, la Francisco Curihuentro también responde a una historia de usurpación y de recuperación, por lo tanto, es capaz de entender en forma evidente que las razones que generaron la falta de voluntad en abordar la demanda histórica mapuche, trae como correlato la judicialización y la criminalización. Es por ello, que no había razones para mantenernos ajenos y no plegarnos a dicha jornada de protesta. Si a ello sumamos que era necesario que la IX Región en su conjunto, siendo parte del territorio histórico mapuche, debía dar en forma unitaria una señal de descontento ante el trato ejercido desde el poder judicial para con nuestros hermanos mapuche en huelga de hambre. Esa situación no nos podía mantener en la completa indiferencia, de ahí que decidimos organizarnos y participar, junto a otras comunidades lafkenche, llegando a congregar alrededor de mil personas provenientes de los territorios de Tirúa hasta Carahue.
En este aspecto, ¿cómo evalúa la gente de tu comunidad las detenciones ocurridas en aquella jornada de movilización?
El resultado fue duro, porque tuvimos alrededor de 30 personas detenidas y creemos que ello también marca un antes y un después en la historia de mi comunidad, porque una represión de este tipo no se había visto hace mucho tiempo, incluyendo el hecho de infundir temor desde helicópteros policiales aéreos y despliegue de fuerzas especiales por tierra. Entonces la gente pudo ver en forma clara cuál es la brutal respuesta que asume un gobierno, cuando ve que los mapuche se movilizan en forma unitaria y pacífica. Esto por supuesto, es desdibujado por los medios de información, lo que se retrata específicamente en mi detención, en la cual se mostró en la televisión pública sólo las imágenes en la cual intento defenderme y resistir la prepotencia con la cual soy golpeada, agresiones que no aparecieron en ningún medio informativo.
Ante estos hechos, creo que la gente de la comunidad Francisco Curihuentro ahora puede identificar con mayor claridad quiénes son los agentes que generan terror en el pueblo. De hecho, en mi comunidad había logrado permearse en forma parcial, la idea largamente difundida por los medios de información oficiales, en torno a la existencia de dos tipos de mapuche; los “mapuches malos y terroristas” que se encuentran confinados en las cárceles chilenas por motivos políticos, y los “mapuche buenos” que son los que están resignados a recibir de parte del estado pequeñas dádivas, concretadas en apoyos productivos mínimos para hacer producir tierras infértiles. Favorablemente no todas las personas de mi comunidad tenían esa idea y en forma mayoritaria la decisión de plegarse a la marcha regional del día 29 de septiembre fue la que primó. Sin embargo, dada la brutal represión producida por carabineros aquel día, sin distingo de agredir y detener de manera arbitraria a autoridades tradicionales, a mujeres, niñas (entre ellas a mi hija) y ancianos, ha tenido como consecuencia que hoy mi comunidad pueda relativizar la forma en la cual dichos agentes del estado chileno son representados. Porque, si las fuerzas policiales maltratan a nuestras autoridades tradicionales, se revela una vez más, la manera en la cual el gobierno decide ningunearnos y esto es algo que la comunidad evalúa como un hecho grave, lo que nos permite ir posicionando otros temas que se vinculan con la vulneración de los derechos humanos. De ahí que nuestro newén (3), se haya impuesto a la irracionalidad de la cual fuimos objeto y para lo cual, la fuerza colectiva y unitaria de todo el pueblo con conciencia mapuche quedó demostrada en aquella jornada.
¿Hay conformidad en tu comunidad respecto a los resultados de las negociaciones sostenidas entre el gobierno y los presos mapuche, una vez depuesta la huelga?
No creemos que esta negociación marque la culminación del problema de fondo que gatilló esta huelga y en este sentido, creo que el planteamiento del segundo grupo de huelguistas que demoró más en deponer dicha medida es bastante revelador, puesto que pensar que, porque el actual gobierno se haya comprometido a recalificar los cargos que fueron invocados aplicando la ley antiterrorista , va a significar que no van a volver a aplicar dicha figura legal, en otras situaciones similares, sería bastante ingenuo. Ojalá esto no sucediera, pero tal y como se ha tramitado esta ley, con modificaciones menores, no hay conformidad en ello. Recordemos que el delito contra la propiedad fue uno de los ejes de la polémica suscitada en el Congreso y sobre la cual, no nos cabe la menor duda que hubo presiones desde el mundo empresarial, el que está a su vez emparentado con algunos partidos políticos proclives al gobierno, así como otros partidos de oposición. No hacer esa ecuación, sería un absurdo y es por ello que se necesita estar informados en estos temas, porque hoy son las comunidades de Ercilla, las principales víctimas de una política represiva desde el estado chileno y así como también se han enjuiciado a personas no mapuche que viven en ella o que se han vinculado por temas variados a Ercilla, bien podría ser que en un futuro no lejano, inventaran montajes en contra de nosotras o nuestros hijos y en eso, creo que hay que demostrar una señal de unidad, que -en esta huelga quedó evidenciada- aún cuando el gobierno intentó generar una división entre los huelguistas, única estrategia que le quedaba, cuando no funcionó la anterior, que era agotar al movimiento. Por consiguiente, no cabe la menor duda, que si luego de la gran marcha del día 29 de septiembre, el gobierno no hubiera dado un gesto de voluntad por escuchar directamente a los huelguistas en sus demandas, ello habría desencadenado que todo un pueblo se habría volcado a las calles y eso le habría pesado aún más a este gobierno en el plano internacional.
Tú has sido una luchadora activa en el movimiento mapuche, y en tal calidad ¿cuál es tu reflexión de las lecciones y los desafíos que deja esta huelga?
Mi primera reflexión es que a la luz de esta huelga se evidencia una vez más, que no tenemos en absoluto a un estado chileno como aliado, lo que si hoy tenemos son personas que siendo chilenas lograron sensibilizarse con temas de fondo acerca de nuestras demandas históricas y en eso el mejor ejemplo de valentía y compromiso fue el de los propios huelguistas, que lograron situar y denunciar la omisión de sus demandas territoriales en la agenda pública nacional y darlas a conocer más allá de las fronteras. Por supuesto que el apoyo desde fuera de la cárcel igual fue clave y es algo que los mismos presos mapuche reconocieron el mismo día en que deponen su acción. Sin embargo, lo que dejó relucir esta huelga es que una vez más queda al descubierto que los mapuche carecemos de un estado chileno aliado, y en ello es cosa de atestiguar cómo las entidades estatales encargadas de ejercer justicia, no están cumpliendo con su rol, funciones por las cuales chilenos y mapuche debemos además costear con nuestros impuestos. Un ejemplo de ello, es que muchas de las causas judiciales de los presos mapuche en huelga, se encontraron por mucho tiempo estancadas en manos de una defensoría penal pública estatal. En este aspecto, hay que resaltar que gracias a la diligencia de varios abogados privados y de ONGs se pudieron tramitar en forma mucho más ágil dichas causas y no fue en absoluto un hecho fortuito que varios de los presos políticos mapuche en el desarrollo de sus procesos judiciales optaran por renunciar a los defensores pagados por el estado chileno. Puedo agregar a ello que incluso existe un abogado que asumió como querellante en representación del gobierno regional en causas en las que se procesó severamente a nuestros hermanos, mismo abogado que –según denunciaron los propios presos mapuche- había trabajado hasta el año pasado como defensor penal público. Entonces ¿qué confianza o credibilidad nos queda para continuar viendo al estado chileno como un ente aliado?
En relación a los desafíos, sabemos que el movimiento mapuche ha estado marcado por historias de lucha. Creo que lo que se viene para adelante es hacernos respetar en el reconocimiento constitucional y vetar el actual proyecto que pretende impulsar este gobierno, el cual contiene una serie de artículos que en nada nos favorece, negando aún más nuestra existencia y especificidad como pueblo, reconocida a la luz de pactos internacionales. Hoy el desafío para nosotras y las generaciones que vienen es abrir canales de debate en torno a estos temas y por supuesto, seguir supervigilando la situación de los presos y que ellos no se sientan solos, porque lo peor sería asomar como oportunistas de una demanda que es de largo aliento y que dice relación con nuestro derecho a seguir existiendo como mapuche, en nuestra diferencia y en nuestra diversidad. Por lo tanto, el desafío es continuar visitando a los presos, que ellos sean nuestros principales informantes del trato que reciben en dichos recintos, así como del estado de sus causas y de esa manera, nosotras estar al tanto de primera fuente, sobre la forma en la cual se maltrata a nuestros hermanos, cuando eso así ocurre y ver la manera en que los podemos apoyar permanentemente. Ojalá la sensibilidad que logró captar esta huelga en otros mapuche, no sea un hecho exclusivamente contingente, porque al final, eso sería caer en las mismas prácticas oportunistas que muchos de nosotros criticamos con tanta vehemencia, de parte de sectores ligados a la concertación.
TRAYECTORIA DE UN ACTIVO LIDERAZGO
María Isabel Curihuentro Llancaleo es una profesional mapuche titulada como Técnico en Planificación Social, quien además ha desarrollado prácticamente toda una vida ligada a organizaciones mapuche de base- tareas que ha combinado con sus roles de jefa de hogar – siempre con la motivación de “colectivizar una misma idea, como única forma en que la sociedad mapuche vaya ganando espacios de visibilidad”, tanto al interior de la comunidad como fuera de ella. Es así, que su temprana incorporación a organizaciones mapuche, respondió a la necesidad de ejercer no sólo una participación política, sino también a “que fueran las propias mujeres indígenas quienes nos hiciéramos parte de la conducción de nuestro destino como pueblo. Pues no hacerlo, sería de algún modo, restarle fuerza al movimiento mapuche como un todo”, sostiene María Isabel.
Además de tu activa participación en tu comunidad de origen, ¿qué referentes marcaron tu incorporación al movimiento mapuche de la IX Región?
Debo precisar que por ser hija de un lonko, mi participación siempre ha estado marcada por un fuerte compromiso con el devenir de mi pueblo y eso me ha llevado a mantenerme siempre activa a las nuevas luchas y desafíos que han marcado la historia mapuche en wallmapu (4). En este sentido, la dictadura como un período negro para mapuche y chilenos, me motivó a situarme en los primeros referentes de resistencia a la dictadura que surgieron por el año 78’ en la ciudad de Temuko. Es en dicho período en el cual me incorporé a los denominados “Centros Culturales Mapuche”, instancia que ya en aquel año surgió como contrarespuesta a la disposición del gobierno pinochetista de establecer un decreto de división de comunidades, como era el decreto ley 2.568; más tarde, la irrupción de la Asociación Ad Mapu, también significaba para mi, tener un espacio de militancia mapuche, que además estaba fortalecido por el anhelo de lo que nosotros pensábamos, sería el retorno democrático en gvlumapu.
¿Posteriormente te vinculas a organizaciones de mujeres mapuche?
Efectivamente, pensamos que fortalecernos primero entre nosotras, como mujeres indígenas, nos daba la posibilidad de un ejercicio de empoderamiento, principalmente desde los referentes urbanos en los cuales nos situábamos. Además, el hecho de ser mujeres mapuche con vínculos en nuestras comunidades de origen, nos permitió replicar ciertas fortalezas aprendidas en la ciudad, para que ellas pudieran elaborar estrategias más duraderas de autogestión. En este sentido, considerando que el rol de la mujer mapuche en el campo está muy vinculado a lo que son las tareas agrícolas y artesanales, nuestra idea era entregar asistencia técnica a otras lamgen, lo vimos como un imperativo que era perfectamente combinable con levantar demandas de tipo político y eso, en ningún caso, nos ponía en una relación de competencia con los hombres mapuche. Muy por el contrario, el hecho de acompañar los procesos de autogestión económica liderados por mujeres mapuche, consolidaba aún más a las comunidades en su conjunto. Esa fue una primera apuesta, que derivó en la conformación de la Corporación de Mujeres Mapuche Aukiñko Zomo, entidad en la cual tú también nos apoyaste (sonríe).
Efectivamente, a partir de ese trabajo realizado se logró incorporar a Aukiñko Zomo en redes internacionales, logrando situar temas propios de nuestro pueblo en la agenda de referentes mayores, como es el Enlace Continental de Mujeres Indígenas…
Si, en su momento se logró una participación activa en dicho enlace y creo que ese trabajo también nos permitió conocer la forma en la cual se ejerce la vocería a otros niveles y lo más importante, nos permitió traspasar esa experiencia a mujeres y jóvenes mapuche. También fuimos capaces de dar a conocer, no sólo las necesidades de las familias mapuche en sus respectivos territorios, sino además constatar que somos un pueblo con muchas fortalezas y una rica biodiversidad la que -de continuar siendo amenazada- nos dejaría en el absoluto desamparo. Esta posibilidad de establecer redes nos permitió entonces, compartir experiencias comunes a nivel indoamericano con otras hermanas indígenas, y darnos cuenta que finalmente los pueblos indígenas, tenemos muchas más coincidencias que diferencias, tanto a nivel de demandas y problemáticas, así como de logros y lo más importante, tenemos una cosmovisión similar que nos permite relacionarnos con códigos horizontales.
¿Cuál es tu visión de las organizaciones mapuche que han emergido en estos diez últimos años y qué crees que ellas deberían recoger del trabajo generado por quienes participaron de organizaciones surgidas en los 80’ y 90’?
Creo que cada organización responde a un contexto definido, pero lo que ha sido transversal en el surgimiento de las organizaciones mapuche, es que en cada etapa de nuestra historia el movimiento mapuche se ha mostrado activo. En relación a tu pregunta, justamente desde el año 2000 a la fecha, irrumpe una generación de jóvenes mapuche con una idea fuerza potente, como es la necesidad de retornar a sus comunidades o de buscar en ellas, la vuelta a sus raíces. Ello incluso se puede atestiguar en los nguillatún que se organizan en las comunidades, donde vemos una presencia activa de juventud mapuche. Esto nos fortalece, porque nos hace pensar que si las y los jóvenes están siendo partícipes de las ceremonias, es justamente porque la necesidad de buscar tipos de participación apegada a nuestras costumbres, sigue latente. En esto creo que las nuevas generaciones nos están dando una lección, que me hace pensar que el proyecto de autodeterminación es algo que está madurando. Quizás la responsabilidad que a nosotros como adultos nos corresponde es ir aportando a generar espacios para que nuestros wechekeche (5) tengan vías de participación en la cual ellas y ellos sientan un respaldo, para que sus inquietudes de futuro también tengan peso político y no tengamos que lamentar el costo de vidas mapuche, que han arriesgado todo, por abrir espacios de validación de una demanda que ellos tienen el justo derecho a pensar, con proyectos políticos distintos, a los que nosotros creíamos en su momento, pero con una base común, y que nos conecta como parte de un mismo pueblo.
Volviendo al tema de tu detención y a la de tu hija el día 29 de septiembre ¿te contactaste posteriormente con organizaciones de derechos humanos a fin de canalizar una denuncia de carácter formal?
Ejerzo hace varios años una participación activa en el Foro Permanente de Naciones Unidas, como parte de mi incorporación en el Enlace Continental de Mujeres Indígenas y la denuncia que esperamos preparar seguirá los cursos que correspondan, pero utilizando canales directos desde los mismos colectivos de mujeres mapuche. Antes de ello, esperamos la notificación judicial que se nos informó nos llegaría a todos los domicilios de las personas detenidas. Si el estado quiere seguir demostrando que somos delincuentes, tendrá que probarlo con sus herramientas de penalización y nosotras –por nuestra parte- seguiremos ejerciendo las vías que correspondan, puesto que más que amedrentarnos, estas acciones nos consolidan y nos permiten ir sumando la solidaridad necesaria que hoy requieren principalmente aquellos lamgen que aún mantienen causas judiciales pendientes. En eso, no renunciaremos en ocupar todas las vías que sean necesarias para dar a conocer nuestra versión de los hechos ocurridos a fines de septiembre.
Luego de esta entrevista, María Isabel se prepara junto a su nieta para trasladarse a sus actividades productivas en su comunidad de origen en Carahue, no sin antes despedirse de sus dos hijas, quienes deberán retornar a sus actividades laborales, las cuales alternan con sus roles estudiantiles. Dicha dinámica no se detiene en este particular núcleo familiar mapuche, donde a pesar del agitado rol que cada una de ellas desempeña, con el objetivo de sustentar la economía del hogar, siempre hay un espacio disponible para el nvtram(6) mapuche y para la mateada cálida y reposada, la que en casa de la familia Curihuentro parece detener el tiempo horario occidental, dando paso a una nueva forma de relacionamiento comunitario, mucho más apegado a los valores tradicionales -a los cuales así como otras familias con raigambre mapuche- ellas no están dispuestas a renunciar.
Por Andrea Coñuecar Ojeda [1]
Periodista
El Ciudadano
Notas en lengua mapuche:
(1) Gvlumapu: Territorio mapuche del lado occidental de la cordillera de los Andes.
(2) Lafkenche: Mapuche oriundo del lado costero.
(3) Newén: Fuerza
(4) Wallmapu: Territorio histórico mapuche.
(5) Wechekeche: Juventud mapuche.
Nvtram: Conversación
[1] La autora es Periodista y Licenciada en Comunicación Social egresada de la Universidad de la Frontera. Diplomada en Derecho Indígena de la Universidad de Deusto, Bilbao. Master en Artes Digitales de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.