Hace 13.700 millones de años hubo una tremenda explosión llamada Big-Ban que, al final, resultó ser el inicio de lo que conocemos hoy en día: el universo.
Las estrellas se comenzaron a formar desde ese entonces y resultaron directamente influyentes en la aparición del ser humano, como lo afirma la científica María Teresa Ruiz, Premio Nacional de Ciencias Exactas en 1997 y Premio L’Oréal-UNESCO a Mujeres en Ciencia en 2017.
«Pensar que los átomos de hidrógeno en mis lágrimas los fabricó el Big-Bang y que los átomos de calcio en mis huesos, el oxígeno en mi sangre y todos los elementos que forman parte de mí, todos fueron fabricados por las estrellas. ¡Somos sus hijos, hijos de las estrellas!», afirma la académica del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile.
En entrevista con el programa LiberaLibro del área audiovisual de El Ciudadano, Ruiz habló de Hijos de las estrellas (Debate, 2017), publicación que profundiza en este y otros temas que tienen relación con el universo.
Observar la historia
Otro de los tópicos tratados fue la posibilidad de observar el tiempo a través de los telescopios, que modifica el concepto de «presente» como lo llevamos en nuestras vidas cotidianas.
«Todo es pasado, el presente no existe. Mientras yo hablo podría haber desaparecido por una fracción chica de segundo y tú te tardarías en darte cuenta. Si el Sol desaparece en un momento, nos tardamos 8 minutos en enterarnos que desapareció. La luz se demora 8 minutos en viajar los 150 millones de kilómetros que nos separan del Sol. Lo mismo pasa con todo. Muchas de las estrellas que brillan en el anochecer, puede que ya no existan», agregó.
Retribuir el conocimiento
Durante la conversación, la científica agradeció la posibilidad que le entregó el Estado de Chile de estudiar en un establecimiento como la Universidad de Chile, gratis. «¿Qué significa que sea gratis? Nada es gratis. Es que los que lo pagan son todos los ciudadanos», apuntó, y agregó que esto fue determinante para que, luego de recibir el máximo reconocimiento nacional de ciencias (en 1997), ella pensara en regresar ese conocimiento a través de la escritura de un libro como Hijos de las estrellas.
El esfuerzo de esta publicación en temas de lenguaje es evidente: se presenta como una alternativa todo-espectador para entender las temáticas de la ciencia. En ese sentido, María Teresa Ruiz dijo que para ella resulta «mucho más difícil escribir con este lenguaje que con el lenguaje científico». Para esto -agrega- «tienes que hacer un esfuerzo extra, que no siempre es bien reconocido; incluso en las universidades consideran que la gente que se dedica a la difusión no son realmente científicos».
Al final, y a continuación de la frase anterior, manifestó que este rechazo proviene en su mayoría por parte de estudiosos jóvenes: «Y quizás tienen razón -dijo- todas las etapas de la vida tienen su afán y los jóvenes tienen que estar haciendo investigación científica y empujando los límites del conocimiento como puedan».
Revisa la entrevista completa del área audiovisual de El Ciudadano a continuación: