Mauricio Daza, abogado y constituyente, considera que este es el momento social más relevante en la historia de Chile, incluso más que la transición pactada entre un grupo de partidos políticos de centroizquierda con la dictadura de Pinochet.
En entrevista en Voces sin Fronteras, conducido por Denis Rogatyuk, subrayó que ahora hay un pinochetista, el candidato José Antonio Kast, que está peleando para llegar a la presidencia de la República y se medirá en el balotaje de este 19 de diciembre con Gabriel Boric.
«Gran parte del proceso constituyente se juega en esta elección presidencial (…) Si gana Kast, el proceso constituyente va a tener una situación muy difícil», advirtió.
Por Denis Rogatyuk
MD: Tuve la primera mayoría en mi región de Magallanes, que es la región más austral de Chile, que es la más cercana a la Antártida, de hecho la región se llama Magallanes y Antártica chilena, así que ahí sacamos la primera mayoría en la región y estamos trabajando de una manera más bien intensa.
Tuve la ventaja además de salir como independiente, no estuve vinculado a ningún partido político o pacto de partidos políticos, así que eso también le da a uno un poco más de libertad, pero también son desafíos más grandes, porque uno tiene que articular de igual forma alianzas para poder colocar los temas que nosotros queremos instalar en esta nueva Constitución, en un proceso además que es inédito en la historia de Chile.
Chile nunca ha contado con una Constitución que derive de un proceso democrático, todas las constituciones han sido básicamente redactadas por grupos de poder en momentos de crisis, sin que exista una Asamblea o una Convención democrática electa por la ciudadanía, así que esto es también en los 200 años y fracción de historia de Chile algo absolutamente inédito.
DR: ¿Cómo ha sido su gestión, su representación local, en la constituyente hasta ahora? ¿Cuáles son algunos de los temas que usted ha tratado?
MD: La verdad es que la región que yo represento no solo es la más austral de Chile sino la más austral del mundo, tiene desafíos que son muy particulares. En general las regiones, creo que esto es un fenómeno que ocurre mucho en nuestros países, que aquellos lugares que están lejanos del centro político y económico de un país siempre tienen mayores problemas para atender sus necesidades y Chile es un Estado unitario y además muy concentrado, y esta es una de las herencias de Pinochet porque él obviamente quería concentrar el poder, de una manera muy importante.
Y las regiones la verdad es que no tienen una gran autonomía en Chile, como te digo en un contexto que no estamos en la lógica de un Estado federal sino somos un Estado unitario.
Entonces, en el caso de mi región la verdad es que de alguna manera se ha visibilizado de mejor forma la importancia precisamente de territorios donde hay un importante patrimonio ambiental, en un contexto de crisis climática. La región de Magallanes, y esto es común a toda la Patagonia, no solo chilena sino también la Argentina, tiene por ejemplo acceso a las reservas de agua más importantes a nivel mundial y eso también es muy relevante respecto de la escasez hídrica que ya se está observando de manera creciente en todo el mundo.
También, la región que represento es una reserva de la biodiversidad y, por lo tanto, desde esa perspectiva que ha sido reconocida incluso por Naciones Unidas hay un patrimonio ahí ambiental que no solo le pertenece a Chile, yo diría que pertenece a la humanidad, porque el problema del cambio climático no es el problema de un país, es un problema que tenemos que afrontar entre todos y estos lugares que son relevantes hay que preservarlos y conservarlos y también hay que hacerse cargo de los distintos desafíos que existen, la conectividad no solamente física sino la digital que es muy importante, que para las personas que viven en grandes centros urbanos parece no ser un tema, pero para quienes viven precisamente en zonas más aisladas es algo muy importante porque hoy día de hecho es considerado como un derecho humano, el acceso a redes digitales que sean de calidad, así lo ha declarado hace algunos años atrás incluso Naciones Unidas.
Entonces, yo diría que el escenario en que nos encontramos, donde los temas vinculados a la preservación del medio ambiente, todo aquello relacionado con la crisis climática, de alguna manera nos ha venido bien a lo menos en el sentido de que se le da más relevancia y se considera la importancia efectiva de las realidades de regiones como Magallanes.
DR: ¿Cómo usted considera hoy en día el balance de las fuerzas políticas en la constituyente? Teniendo en cuenta también los intentos de sabotaje por parte de la derecha.
MD: Lo que pasa es que la Convención Constitucional, que es precisamente aquella instancia que se estableció para los efectos de proponer un texto constitucional a la ciudadanía que tiene que ser votado en un plebiscito, esperamos que a finales del año 2022, se da en un ámbito, no es un hecho aislado, sino tiene y responde a un proceso político que lleva yo diría varias décadas.
Lo que ocurrió en Chile es que acá hubo, entre comillas, una transición pactada, la dictadura de Pinochet estableció una Constitución a mediados de los 80 en plena dictadura, que básicamente consagra un modelo económico, que es un modelo neoliberal y, en ese contexto, también se entregó la explotación de gran parte de las riquezas naturales de Chile, que se vinculan básicamente al ámbito minero, a grupos privados que eran a fines a la dictadura.
La dictadura de Pinochet no fue solamente una dictadura militar, sino fue una dictadura empresarial y militar. Entonces, eso hay que tenerlo muy en cuenta porque eso determina precisamente que la Constitución chilena allá sido definida en términos tales de amparar y resguardar este modelo neoliberal, que tampoco es un modelo que propugne el libre mercado, como muchas personas pueden creer. En Chile no hay un libre mercado técnicamente, lo que hay es un oligopolio que se protege, precisamente a través de esta vía, y fíjate que lo que ha ocurrido es que este modelo, de alguna manera, cuando llega, entre comillas, la democracia las fuerzas políticas que estuvieron en contra de Pinochet entonces pactaron una cohabitación en la práctica.
De hecho, Pinochet durante varios años estuvo como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, o sea, era el que mandaba precisamente a aquellas instituciones que le hicieron el golpe a Allende, él estaba ahí y había un Gobierno civil, pero en la práctica había una cohabitación, y de alguna manera yo te diría que se aceptó por parte del poder político este modelo y se fue profundizando y después nos fuimos dando cuenta que muchas de estas empresas, que se beneficiaron del modelo de la dictadura, terminaron pagándole campañas y financiando ilegalmente a ese poder político que antes estaba en contra de Pinochet, pero la verdad es que Pinochet no es solamente él, sino es una idea, una forma de ver el Estado.
Eso fue acumulando frustración porque estamos ante un sistema de abusos, donde los derechos sociales otorgados por el Estado prácticamente no existen, sino que acá todas las prestaciones sociales las dan las empresas privadas, acá los derechos sociales son considerados como un bien de consumo y el espacio para su prestación como oportunidades de negocio.
Entonces, en Chile uno puede tener una buena salud, en la medida en que uno viva en un gran centro urbano y tenga mucho dinero, si uno vive lejos de los centros de poder y no tiene dinero la verdad es que uno no accede a ninguna prestación social porque esa es la lógica.
Acá en Chile a partir de la Constitución de Pinochet se establecen derechos sociales, pero paralelamente se definen que van a ser los privados, no el Estado, quienes van a tener que otorgarlos, y obviamente los privados lo hacen a partir de un interés de lucro, y como te digo eso fue generando una frustración hasta que esto estalló el año 2019 con movilizaciones como nunca antes se habían visto y esto generó una crisis social tan profunda que el gobierno de Sebastián Piñera, que es uno de los que más se ha beneficiado de este modelo, la verdad es que estaba tambaleando.
Finalmente hubo una suerte de rescate del gobierno de Piñera para los efectos también de generar una salida institucional, y esa salida fue el proceso constituyente, pero fíjate que finalmente el proceso constituyente fue avanzando, tuvimos elecciones de los miembros de esta convención, primero hubo un plebiscito, si es que la población quería o no una nueva Constitución, casi un 80 % de la población dijo que sí quería, un 20 % dijo que no, que prefería la de Pinochet, y después hubo elecciones para integrar esta comisión.
En esas elecciones fue una sorpresa porque gran parte de quienes fuimos electos éramos independientes, que no formamos parte de las listas de los partidos políticos que estuvieron gobernando durante los últimos treinta años, y ahí entonces se genera esta convención que permitió que sectores que históricamente habían estado marginados del debate público institucional, tuvieran una voz y eso, obviamente, generó algo muy nuevo, en cierta medida disruptivo para el discurso oficial, porque uno podía observar personas que antes simplemente su visión de la sociedad chilena se manifestaba de manera marginal, también a través de medios de comunicación que eran radios comunitarios, eran medios alternativos, y de repente estaban instalados en la convención con un micrófono hablando desde una institución del Estado sobre una visión de la sociedad que había sido invisibilizada, también en un contexto donde en Chile los grandes medios de comunicación están muy concentrados en propiedad de los grandes grupos económicos que se beneficiaron con este modelo.
Entonces, eso ha generado un escenario político nuevo bastante inédito, un escenario político que a muchos de repente los asustó un poco, porque como te digo estos discursos aparecían como nuevos, disruptivos, hablar por ejemplo de una visión nueva de la sociedad donde se respete el medio ambiente, y que se vea que el medio ambiente y los recursos naturales no son solamente bienes para ser explotados sino que un río, una cuenca, pueden tener derechos, asignarle derechos como ya ha ocurrido en la experiencia ecuatoriana, por ejemplo, en la experiencia colombiana, donde la Constitución le entrega derechos a la naturaleza.
Claro, eso es muy disruptivo en Chile, o de repente decir oiga sabe qué, acá lo que vamos a hacer es terminar con ciertas instituciones, que están muy arraigadas en yo diría que la forma en que se ha gestionado el poder en nuestra sociedad, habla de cambiar a un sistema parlamentario, terminar con una institución que ha sido un instrumento para resguardar a los grandes grupos económicos como el Tribunal Constitucional, buscar un nuevo Chile, vías alternativas, cambiar esa mirada.
Yo te diría que sí, es un remezón muy grande para un país que ha estado durante los últimos 40 años, yo diría que el año desde que terminó el gobierno de Allende con el golpe militar, este es digamos el momento social más relevante en la historia de Chile, incluso más que esta transición pactada entre un grupo de partidos políticos de centroizquierda con la dictadura Pinochet.
DR: Para usted, ¿qué cambio más profundo le gustaría ver en la nueva Constitución?
MD: Lo principal es consagrar que Chile es un Estado social y democrático de derecho, diría que eso es clave. Hoy día Chile es básicamente un país donde el Estado está al servicio de los grandes grupos económicos, y esto no es casualidad, esto no es una distorsión del sistema, no es producto sencillamente de la corrupción, es producto de la aplicación del sistema. La Constitución del 80 está ideada precisamente así, está ideada precisamente para que existan abusos, en beneficio de estos grandes grupos económicos que son quienes en la práctica manejan Chile.
Entonces, diría que si nosotros establecemos ese punto inicial creo que podemos avanzar. Muchas personas dicen que no, que aquí lo que se quiere es llevar a Chile a un modelo un poco más extremo, y eso no es así, creo que lo que necesitamos en Chile es normalizar nuestro país.
En Chile ocurren cosas en otros países, incluso a nivel latinoamericano, no son normales. Y eso es lo que tenemos que pensar, en Chile, por ejemplo, la salud básicamente depende de que tu pagues un seguro a una empresa privada, y mientras mejor sea el seguro que tú pagas, mejor va a ser la atención de salud, la atención del Estado solamente llega en forma subsidiaria, o sea, en aquellos espacios donde no entran los privados, y la atención de salud por el diseño, obviamente, no puede competir con los privados, porque el sistema no está diseñado así, porque no hay una competencia, el Estado no está en una posición de igualdad con los privados, la Constitución mandata que son los privados los que están llamados a prestar ese servicio.
Por eso, los servicios de salud en Chile son insuficientes, sobre todo en nuestras regiones, qué hablar del sistema previsional, la verdad que es un modelo para muchos, pero un modelo de injusticia. En el sistema previsional chileno los trabajadores lo que hacen es entregarle un porcentaje de su sueldo obligatoriamente, mes a mes, a empresas privadas con fines de lucro, y éstas toman el dinero y entre comillas lo invierten , pero fíjate dónde colocan ese dinero, lo colocan mes a mes en acciones o en papeles de los grandes grupos económicos y, finalmente, estas Administradores de Fondos de Pensiones y los grupos económicos, los cuales invierten los dineros de los trabajadores, tienen grandes ganancias porque cobran comisiones muy importantes que están validadas por la ley y la Constitución.
Y las pensiones en Chile son absolutamente miserables, no alcanzan para poder cubrir los gastos mínimos de subsistencia, entonces ese modelo también es producto de esta idea neoliberal que instaló Pinochet y que se profundizó con los Gobiernos entre comillas democráticos, de centroizquierda, entre comillas, que de alguna manera también se beneficiaron de este sistema.
Te diría que si establecemos Chile Estado social y democrático de derecho ya es un primer punto. Hay muchas otras cosas que me gustarían, sobre todo lo vinculado con las regiones, tenemos un modelo unitario, lamentablemente en Chile hay mucha desigualdad en los distintos territorios respecto de su desarrollo, entre comillas, porque Chile tiene un modelo económico que se basa principalmente en la extracción de recursos naturales sin agregación de valor, y esto se vincula la minería que está muy concentrada en el norte del país, en la parte centro sur es servicio y también hay explotación vinculada a recursos pesqueros, de nuevo recursos naturales, por privados, pero hay muchas diferencias.
Entonces, establecer un sistema federal es un poco complicado porque podría profundizar esas diferencias, entonces nosotros lo que estamos hablando es un sistema unitario pero que tome los modelos italianos, portugués, español del estado regional, o sea, entregarles muchas atribuciones a las autoridades locales y regionales, y creo que eso también va a ser un cambio muy importante en la forma como se gestiona el poder en nuestro país.
DR: De cierta manera, el modelo federal para Chile…
MD: No es un modelo exactamente federal, es como el modelo español, o sea hay un Gobierno central donde hay alguna legislación de nivel también nacional, hay un poder judicial que actúa también a nivel nacional, pero que paralelamente tú tienes las denominadas autonomías o regiones autónomas que en gran parte de las atribuciones vinculadas a la administración, al tema político, también establecemos algunas asambleas territoriales que cuenten con facultades legislativas acotadas pero que las tengan, bueno puedan expresar la autonomía que requieren nuestras regiones.
Así que creo que es todo en Chile una transición muy retrasada, porque la transición desde la dictadura a la democracia en Chile hoy día está pendiente. Llevamos cuántas décadas desde el golpe militar y desde el fin, entre comillas formal, de la dictadura, que fue el año 90, pero que todavía ese legado no cesa, o sea la forma como se gestiona el poder en Chile es la forma en que Jaime Guzmán, que era el ideólogo de Pinochet, y el propio Pinochet, concibieron, está dentro de esos marcos e incluso diría que se han profundizado los ejes de ese modelo.
DR: Pese a los avances importantes en borrar el legado de Pinochet, por otro lado también diríamos que el Pinochetismo todavía sigue bien integrado en la estructura estatal de Chile…
MD: Sí, lo que ocurre es que la dictadura no solamente estableció un régimen de Gobierno, sino que definió las bases de una cultura. El problema en Chile es profundo, la marca, la huella del golpe militar y de la dictadura cívico militar finalmente, empresarial militar, que encabezó Augusto Pinochet, es una huella que ha sido profunda en Chile.
No solamente una huella profunda de muerte y de sangre, es una de las dictaduras más brutales que se ha visto en Latinoamérica y eso es bastante decir, sino que también estableció una forma de ver la sociedad, individualista, una manera de relacionarse con el resto, que se vincula básicamente en el dinero, porque en Chile como todo se privatizó y como este régimen no terminó con Pinochet sino se profundizó durante los años posteriores, entonces entró en una lógica donde lo social tendió a desaparecer y eso es algo muy difícil de cambiar de un día para otro, por más de que estén estos movimientos sociales.
Y hay ciertos temores atávicos que se instalaron durante los 17 años de dictadura de Pinochet y el resto de los años en que gobernaron coaliciones de centro izquierda y también de derecha, se fueron alternando, y yo creo que la reacción de la derecha más extrema, que protege estos intereses empresariales que son los que hoy día manejan Chile, ha sido una reacción que tiene que ver con utilizar esos temores, que se van dando a partir de la incertidumbre que generan procesos como el Constituyente.
Todo proceso constituyente involucra alguna manera refundar un país, porque además nosotros vamos a escribir una Constitución desde cero, aquello que nosotros no incluyamos en la nueva Constitución pero que sí esté en la Constitución anterior bueno sencillamente no va a quedar y la Constitución anterior va a ser derogada como un todo.
Entonces, eso es bien importante y los temores que eso puede generar a la población, también vinculados con estos temores atávicos que han sido colocados de una manera sostenida durante el tiempo en la sociedad chilena, han permitido que la ultra derecha de alguna manera logre reagrupar a las fuerzas políticas que tradicionalmente se vinculaban con los sectores conservadores de Chile, y ese es el escenario en el que estamos hoy día.
Entonces, tomar como por ejemplo el tema de la propiedad, que era el derecho más importante que la vida incluso en la Constitución del 80, eso yo creo que de alguna manera caló profundo en la mentalidad de muchos chilenos durante varias generaciones.
Se plantea, se dice que con esta nueva Constitución van a expropiarlo todo, y siempre se ocupa yo diría que una caricatura de lo que es Venezuela, por ejemplo, entonces siempre se dice, y esto ha sido también copiado en varios países de Latinoamérica, que si se elige al candidato de centro izquierda entonces vamos a ser una nueva Venezuela.
De hecho tanto es así, que Leopoldo López vino hace una semana, traído precisamente por los sectores de derecha a dar entrevistas en todos los lugares, vinculando el proceso constituyente chileno con el proceso constituyente venezolano.
Son procesos que no son iguales, son muy diferentes el proceso constituyente venezolano del ecuatoriano, del colombiano, del boliviano, si uno los analiza en detalle, pero se van generando esos temores y te diría que también eso se ve profundizado por un fenómeno que era a mi juicio natural, que se vincula con lo que hablamos hace un rato, que muchos sectores que habían estado sostenidamente fuera de espacios institucionales de poder, ingresaron a través de la convención y generaron discursos que obviamente son discursos que muchas veces suenan disruptivos, como muy declamativos, suenan incluso un poco violentos.
Eso tiene que ver porque era la primera vez que tenían una voz real durante décadas, pero ese fenómeno también generó como un pequeño miedo y creo que también la poca experticia política de algunos sectores, que estaban de alguna manera reivindicando agendas específicas, como la agenda de género, la ambiental, la de los pueblos indígenas, los pueblos originarios en Chile que tienen escaños reservados, eso generó un discurso que sonaba a gran parte de la ciudadanía como un poco violento y como un todo o nada.
Es decir, sabe qué, si usted no hace exactamente lo que yo digo en materia de ambiente, de género, o en materia plurinacionalidad, de pueblos originarios, entonces usted no está con nosotros… Son discursos un poquito blanco y negro, pero eso era de algunos dirigentes porque, en general, las personas que también levantan esas banderas son personas dialogantes, que tienen otro discurso, pero la derecha ocupó inteligentemente esa fracciones, esos discursos y los colocó muy destacados en los medios sociales para provocar miedo, porque la derecha acá en Chile, y creo que en todo el mundo, lo que hace es ocupar el miedo como un instrumento electoral, y este miedo además a partir de engaños, o mentiras, pero eso les ha dado un fruto y hoy día tenemos un candidato, de apellido Kast, hijo además de una persona que arrancó de Alemania después de la Segunda Guerra Mundial y que era un oficial nazi.
Esta persona hoy día está compitiendo de par en par con el candidato Gabriel Boric, de un movimiento centroizquierda, la presidencia de la República, uno diría oye, pero esto qué coherencia tiene, si hace un año, o un año y medio, se dijo queremos una nueva Constitución, no queremos la Constitución de Pinochet y ahora tenemos un Pinochetista que está ahí peleando a la par para la presidencia de la República, y tiene que ver con eso, se juega con esos miedos, con esos temores, y la derecha en Chile tiene el control de los grandes medios de comunicación.
Entonces, es una batalla que uno tiene que dar y además ellos se ha aprovechado de estos fenómenos, de lo que ha ocurrido en la Convención, y han tomado y han seleccionado lo que más le conviene a ellos y que no es representativo tampoco de lo que está pasando. Creo que en la convención tenemos mucho diálogo y las personas que levantan la agenda de género, medio ambiente, de derechos colectivos indígenas, es gente muy razonable y yo espero tener una Constitución que cambie y que marque un antes y un después en Chile, y ojalá que también sea una guía para otros procesos políticos en Latinoamérica y en el resto del mundo.
DR: En el caso de la victoria de Kast, ¿qué riesgos hay para el proceso constituyente y para las fuerzas de oposición democrática?
MD: Respecto a Kast creo que hay que entender algo que es fundamental, Kast no es simplemente un candidato de derecha, Kast es un neofascista, y hay una diferencia entre las dos cosas. Hasta el momento hemos tenido dos gobiernos de Sebastián Piñera que es un empresario, un multimillonario, que es un candidato de derecha que básicamente eso en Chile involucra defender oligopolios de grandes empresas y el sistema de privatización extendido especialmente en el ámbito de la provisión de servicios públicos que se vinculan a derechos sociales, como salud, educación, pensiones, entre otros, y profundizarlos.
Pero acá nos encontramos frente a otra persona, de hecho, él compitió con candidatos de esa derecha que representa Piñera, y esto es un candidato que reivindica la figura de Pinochet, pero no solamente en lo que es el régimen político, la idea social de Pinochet, sino que reivindica incluso a quienes violaron derechos humanos, los métodos de la dictadura de Pinochet.
Entonces, acá nos encontramos frente a una persona que si llega al poder probablemente va a actuar como cualquier fascista, eso lo podemos ver en el caso de Orbán en Hungría, en el caso de Bolsonaro, en Brasil, y en menor medida Trump en Estados Unidos.
En el caso de Kast, si él llega al Gobierno lo que va a hacer es utilizar su poder para gobernar a partir de lo que hace un fascista, es generar miedo, odio, mentiras, engaño, persecución a quienes son los opositores y en Chile, lamentablemente, tenemos un sistema que concentra mucho el poder en el presidente de la República y no hay contrapesos, el Congreso no tiene unas atribuciones suficientes para generar precisamente un control eficaz y esto en un contexto donde ya las elecciones parlamentarias se concretaron hace un mes atrás y donde además hay un empate entre las fuerzas que apoyan a Kast y las fuerzas que digamos no están con él.
Y lamentablemente también ha habido un retroceso relevante porque aquellas fuerzas de derecha que se declaraban democráticas y que criticaba a Pinochet, por el tema de la violación sistemática y masiva de derechos humanos, hoy día están todos del lado de Kast. Se olvidó una dimensión ética de la política, porque ya no tiene que ver con que el programa que entrega Kast sea económicamente muy bueno, que de hecho no lo es, pero ya no se trata con el contenido del programa, o sea, si hay alguien que es un neofascista, que reivindica una dictadura sangrienta, da lo mismo el programa que presente, hay una dimensión ética que uno no puede apoyar a alguien así para llegar a ser presidente de la República y menos en medio de un proceso constituyente.
Yo te diría que si sale Kast, respecto al proceso constituyente, estamos en una situación crítica, porque en Chile lo que ocurre es que una vez que nosotros terminemos de redactar el proyecto de nueva Constitución, el presidente de la República tiene que llamar a un plebiscito, ahora yo no tengo dudas que una persona, un fascista, que quiere mantener el legado de Pinochet, dentro del cual se encuentra la Constitución del año 80 y la modificaciones posteriores que profundizaron ese modelo, él va a defender eso a toda costa y no me extrañaría de hecho creo que él no va a llamar al plebiscito.
Podríamos llegar a ese punto y no hay ninguna forma de obligarlo, porque los mecanismos institucionales están bloqueados, porque el Congreso que sería quien podría exigírselo está empatado, entonces es una situación muy grave. Creo que gran parte del proceso constituyente se juega en la próxima elección presidencial, pero sabes qué es lo más grave, el proceso constituyente no nace de una acuerdo político, nace de una voluntad ciudadana, fue la ciudadanía la que a través de las protestas, una protesta que juntó en un país de 15 millones de personas, a 3 millones de personas en la calle un solo día, que en forma pacífica exigieron un cambio constitucional y un cambio a este sistema, bueno eso no va a desaparecer y el problema que en un Gobierno como el de Kast, de un fascista, cómo se enfrenta la oposición, con violencia, ocupando los instrumentos del Estado, que son las fuerzas policiales y las fuerzas militares.
Ese es el temor justificado que yo tengo y la convicción de que si gana Kast el proceso constituyente va a tener una situación muy difícil, nosotros como Convención también estamos, dependemos en cierta medida del Gobierno porque nos tiene que entregar el financiamiento para poder funcionar mes a mes, y entraríamos en una situación crítica y esa situación crítica se traspasaría a la sociedad. Yo creo que habría también un estallido social o probablemente muchas protestas y eso generaría represión, entraríamos de nuevo en ese ciclo, entonces la verdad es que es un peligro.
Esto ya no se trata de que sea una persona de izquierda o de derecha, se trata si es que queremos a un neofascista de tomo y lomo teniendo la presidencia de la República en un país que le entrega gran parte del poder del Estado al presidente de la República y ojo que Kast no es cualquier persona, no es el típico populista, neofascista latinoamericano, yo siempre lo vinculo más bien con esa figuras propias del nazismo, la alta dirigencia nazi eran personas cultas, inteligentes, claro eran personas que además tenían una visión de la sociedad absolutamentee trastocada, enfermiza, psicopática, pero eran personas que tenían un conocimiento, no eran personas toscas.
Kast se diferencia de Bolsonaro, por ejemplo, en eso, Kast es una persona inteligente, sabe precisamente lo que esta haciendo y por eso es doblemente peligroso.
Nos encontramos en esa situación lamentablemente, donde insisto él está peleando voto a voto, por lo menos lo que se ve en las encuestas, el apoyo para ser presidente de la República.