Movimiento Defendamos Chiloé: “Para un verdadero desarrollo, necesitamos salud y educación”

Con el acuerdo firmado con los dirigentes de Ancud el ministro de Economía dio por finalizado el conflicto surgido en Chiloé. Sin embargo, como han sostenido distintas organizaciones ciudadanas, se requiere de una solución estructural, que pase tanto por una reconversión laboral de sus habitantes como por una respuesta a demandas históricas. “Con la plata del Puente Chacao podríamos haber tenido tres hospitales de lujo”, señala Montaña.

Movimiento Defendamos Chiloé: “Para un verdadero desarrollo, necesitamos salud y educación”

Autor: Daniel Labbé Yáñez
Foto de archivo. Facebook Movimiento Defendamos Chiloé

Foto de archivo. Facebook Movimiento Defendamos Chiloé

Este jueves 19 de mayo el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, anunció el fin del conflicto surgido en la Región de Los Lagos hace 18 días, a raíz de la crisis socioambiental que viven hace aproximadamente tres meses los pescadores artesanales. Junto con esto el secretario de Estado aseguró que tras el acuerdo alcanzado con Ancud, la última comuna de las 15 que no había aceptado la propuesta del Ejecutivo, se deponen las movilizaciones.

Sin embargo, como han advertido distintas organizaciones ciudadanas de Chiloé, el problema de fondo no se resuelve con el logro de este urgente bono, sino que con un cambio al modelo de desarrollo impuesto al archipiélago, en donde la industria salmonera ha cumplido un rol protagónico. Junto con ello, permanecen pendientes las demandas históricas de sus habitantes en cuanto a salud y educación.

Conversamos de todo ello con el geógrafo Álvaro Montaña, del Movimiento Defendamos Chiloé, quien también es parte del Centro de Estudios y Conservación del Patrimonio Natural de Chiloé (CECPAN) y del Comité de Defensa del Borde Costero, el Agua y la Vida de Ancud.

¿Qué posición tienen frente a las negociaciones que llevó a cabo el gobierno?

Hay que distinguir dos temas fundamentales dentro de esta crisis y del manejo de ella por parte del gobierno y los dirigentes, en cuanto a que hay medidas urgentes y medidas importantes. Lo urgente son las medidas económicas y el deber del gobierno de otorgar un bono digno, decente, que permita subsistir a los mariscadores, pensando que no van a tener ingresos económicos; pero lo importante tiene que ver con dos cosas fundamentales. Por una parte, la búsqueda de responsables y de investigaciones respecto a la contaminación del mar y, por otra, algo más de fondo, que tiene que ver con el modelo de desarrollo económico para Chiloé. Una vez que esta crisis acabe se tiene que replantear de qué manera va a haber una reconversión laboral, porque sabemos que las salmoneras van a la baja porque ya no son sustentables; estamos viviendo el colapso del mar y eso implica también una adecuación de los puestos laborales.

Alvaro Montaña

Alvaro Montaña

¿Y cómo proyectas que debiera ser ese cambio, en qué podría ahora trabajar la gente? ¿Y qué debiera venir desde el gobierno en ese ámbito?

Uno esperaría que el gobierno inyectara fondos públicos para una reconversión laboral masiva de la base productiva primaria de la economía de Chiloé, que es básicamente extractivista. Una reconversión laboral asociada al fortalecimiento de la economía rural vinculada a la tierra y el mar, que es lo que siempre ha sido la cultura de Chiloé. Me refiero a propiciar el desarrollo de nuevos cultivos, repoblamiento de bancos marinos; por otro lado, fortalecimiento del manejo del bosque y no de la explotación que se está haciendo hoy de él; un manejo sostenible, comunitario, social. Y, por otro lado, fortalecer la pequeña agricultura familiar campesina. Somos sitios SIPAM, es decir, “Sistemas Ingeniosos de Patrimonio Agrícola Mundial”, reconocidos por la FAO de las Naciones Unidas. Si se fortalece la ruralidad y la economía rural se fortalece toda la cultura y todos los circuitos económicos locales. Uno esperaría que vengan estrategias de cooperativismo en tierra y en mar, fortalecer las algas, los recursos bentónicos, porque sabemos que la pesca está colapsada. Y podrían ser una opción, siempre y cuando haya diversificación productiva de los recursos marinos, como algas, los bivalvos.

¿Son partidarios de la idea de erradicar a las salmoneras?

Es delicado plantearlo. La industria salmonera no es sustentable desde el punto de vista laboral, económico, social y cultural. Por lo tanto se están desplazando hace una década ya hacia Aysén e incluso en los últimos 5 años a Magallanes. Esto sumado a la mala imagen internacional del salmón chileno va a repercutir en los valores de las acciones de las principales bolsas o donde se transan sus acciones. Pero plantear que las salmoneras se pueden ir de la noche a la mañana es delicado, porque la base económica de Chiloé radica en la acuicultura y, de manera muy fuerte, en el cultivo de salmones. Sí podemos plantear con absoluta claridad y convicción que tienen que retirarse de aquellas zonas que tienen en condiciones de eutrofización y de anoxia. El último evento de florecimiento masivo de algas que tuvo lugar en febrero y marzo dio cuenta del colapso que existe, sobretodo en la zona del Seno de Reloncaví y la zona norte de Chiloé, en los centros de cultivo de salmones. No cabe duda que deberían retirarse y no volver en un buen tiempo. Las salmoneras son un mal necesario en la medida que Chiloé no genere nuevas alternativas de desarrollo económico local.

¿Qué otras cosas debieran venir asociadas al cambio de modelo de desarrollo?

Tiene que ser insular, para isla. Tenemos recursos finitos. Somos un archipiélago, por lo tanto la finitud de nuestros recursos naturales es un aspecto crítico. También es crítica la fragilidad de nuestros ecosistemas. La catástrofe ambiental que estamos viviendo ahora da cuenta de estas dos cosas. En segundo lugar, tiene que ser un modelo de desarrollo rural, dado que la provincia de Chiloé es una de las más rurales de Chile; tiene que incorporarse esta variable no solo desde lo productivo, sino que desde lo social y lo cultural. Y en tercer lugar, dado que gran parte de la población chilota tiene un componente indígena –estamos hablando de 60% o 70% que se autoreconoce como indígena- tiene que incorporar la variable intercultural. O sea, tiene que ser un modelo de desarrollo insular, rural y multicultural, donde se propicien las actividades económicas a pequeña escala tanto en la tierra como en el mar. La cultura chilota ancestralmente es de bordemar, por lo tanto nuestro desarrollo tiene que incorporar esta dualidad, mar y tierra. Mira  cómo estamos por no haber incorporado el mar, o haberlo incorporado de mala manera, como un basurero.

Salmoneras. Foto patagoniajournal.com

Salmoneras. Foto patagoniajournal.com

“ES INDISPENSABLE UNA UNIVERSIDAD LOCAL ESTATAL”

Cuando se abordó el tema del Puente Chacao surgieron otras demandas que, para un sector de la isla, eran mucho más importantes que el puente mismo como, por ejemplo, educación y salud. ¿Debieran ser también parte de las demandas?

Hoy Chiloé está viviendo un renacer, un resurgir que tiene que ver con el orgullo y la dignidad, pero también con la postergación histórica de las inversiones sociales prioritarias que el Estado nos ha negado. Dentro de ellas -para un verdadero desarrollo, es decir, humano, de las comunidades y territorios- lo primero es, además de la naturaleza, salud y educación. Con educación me refiero concretamente a impulsar centros de formación técnica con pertinencia local, es decir, carreras que vayan con las vocaciones productivas del territorio; carreras universitarias también acordes a las vocaciones de uso del territorio. Por lo tanto, es indispensable una universidad local estatal, tal como existe en Aysén y en la región de O’Higgins. ¿Por qué no tener una universidad chilota, si somos ciudadanos de la misma categoría que esas regiones? Esas son demandas de hace 40 años del pueblo chilote, que el Estado siempre nos ha negado. Y también es necesario propiciar las escuelas de artes y oficios. No necesitamos solo técnicos y profesionales, sino también los oficios para subsistir como cultura y fortalecer la ruralidad.

¿Y en cuanto a salud?

Es una vergüenza que el Estado chileno nos niegue un sistema de salud autónomo y de alta resolutividad que cuesta muchísimo menos que un puente en Chacao. El puente en su momento estaba en los 740 millones de dólares; un hospital base de alta complejidad como el recientemente inaugurado en Puerto Montt cuesta, equipado, 210 millones de dólares. O sea, con la plata del puente podríamos haber tenido tres hospitales de lujo en Chiloé.

Menos universidad

“ES ILEGÍTIMO QUE AUTORIDADES DE GOBIERNO LUEGO ESTÉN SENTADOS EN EMPRESAS SALMONERAS”

¿Qué juicio haces a las autoridades en cuanto a no adelantarse a lo que iba a ocurrir en Chiloé, sobretodo respecto al conocido daño que genera la industria salmonera al ecosistema?

Acá hay una responsabilidad política por omisión de los sucesivos gobiernos, tanto de la Concertación como de la Alianza por Chile, en cuatro aspectos clave: Uno, las condiciones laborales de la industria del salmón, que nunca han sido fiscalizadas como corresponde, con los estándares internacionales que esta industria debiera tener; dos, responsabilidades políticas por omisión respecto a la contaminación que han hecho del medio marino, con los escapes de peces y el aumento de los nutrientes que han provocado eutrofización; también al permitir que los peces de todos los chilenos se destinen a harina de pescado para producir alimento para salmones; y cuarto, al permitir una excesiva carga de antibióticos en salmones. Entonces Chile le está dando un mal ejemplo al mundo, en cuanto a que una industria que ha sido avalada por los sucesivos gobiernos no es sustentable desde el punto de vista alimentario, de la salud, ambiental y laboral.

Uno podría pensar legítimamente que esa omisión es voluntaria, que habría tráfico de influencias entre el mundo político y la poderosa industria salmonera…

Absolutamente. El último Intendente de la región en el gobierno de Sebastián Piñera, el señor (Juan Sebastián) Montes, era abogado de un conglomerado salmonero. Felipe Sandoval, que hoy es presidente de SalmonChile, fue subsecretario de Pesca en el gobierno de Ricardo Lagos. Uno podría preguntarse de qué manera alguien que está trabajando para el Estado luego pasa a la empresa privada ocupando sus mismas redes de influencia. Eso es absolutamente legal, pero anti-ético y anti-moral. Por lo tanto, desde mi parecer, es ilegítimo que autoridades de gobierno luego estén sentadas en las empresas salmoneras y también al revés.

Por Daniel Labbé Yáñez

 


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