Tras llegar a la Presidencia de México entre acusaciones de fraude electoral, Felipe Calderón declaró la «guerra contra el narcotráfico» en diciembre de 2006. El episodio detonó un aumento de la violencia en México que se ha prolongado hasta el día de hoy.
Esa fue la motivación para que la periodista argentina Olga Wornat decidiera investigar a fondo al político mexicano. Pero mientras se iban revelando algunos pasajes oscuros en la biografía de Calderón, la periodista recibió varias amenazas que la obligaron a detener su trabajo.
Ocho años más tarde, ya con un cambio de régimen político en México, Wornat finalmente encontró condiciones para publicar su libro ‘Felipe, el oscuro’, en el que narra algunos de los episodios más sombríos del expresidente mexicano y su exsecretario de seguridad, Genaro García Luna, quien enfrenta un proceso judicial por narcotráfico en EE.UU.
«Era cómplice»
«Hay cosas acá que todavía están bajo un manto, una nebulosa de la que hay que avanzar más para descubrir qué es lo que pasó, porque hay miles de muertos, hay miles de desaparecidos, hay madres que buscan a sus hijos. La gente necesita tener una respuesta y necesita saber. Lo mismo que la relación que une a Felipe Calderón con García Luna. ¿Por qué lo sigue protegiendo?», señala Wornat en entrevista.
«Felipe Calderón no era amigo de Genaro García Luna, era cómplice, amigos no eran», asegura la periodista. «¿Qué unía? Los negocios, los pactos espurios, el crimen organizado, esto es lo que los unía», agrega.
Aunque provenían de contextos sociales diferentes, otro aspecto en común que tenían Calderón y García Luna era la manera en que ambos personajes habrían sido discriminados antes de llegar al poder.
«Tenían mucho resentimiento social, eran resentidos sociales, venían muy de abajo, habían sufrido ‘bullying’ por distintas razones cuando eran chicos, habían sido despreciados, discriminados», afirma Wornat.
En su libro, la periodista relata un episodio en que tres altos generales del Ejército se reunieron en un restaurante con Juan Camilo Mouriño, quien fuera mano derecha de Calderón. El encuentro ocurrió en octubre de 2006, meses después de la polémica elección presidencial que se definió por una diferencia de 0,5 % de votos. Los militares habían entregado a Mouriño un archivo con pruebas que presuntamente vinculaban a García Luna con el narcotráfico.
«Un militar presente me reveló que, a medida que Mouriño leía el contenido de las carpetas, su rostro se desencajaba. Fuera de sí, dio un golpe en la mesa y lanzó el material sobre la misma. Los generales, impactados, no pudieron reaccionar. Iván (como se le apodaba a Mouriño) se levantó y bajó por las escaleras, furioso», relata Wornat en su libro. «¡No podemos permitir que estos cabrones nos presionen con estas chingaderas!», habría agregado Mouriño antes de marcharse.
Aunque todavía no queda claro el por qué de la reacción de Mouriño, la periodista considera que las pruebas presentadas contra García Luna en una Corte federal de Nueva York, y que vinculan al exfuncionario como colaborador del Cártel de Sinaloa en el tráfico de cocaína, son un indicio de que el narcotráfico pudo haber inyectado dinero a la campaña presidencial de Calderón. Un asunto que, sin embargo, las autoridades mexicanas no han indagado a fondo.
«Hay un momento en la campaña electoral de 2006 donde hay un vacío de dinero, porque Felipe Calderón iba mal en las encuestas, hubo empresarios que se retiraron y no le ponían plata. Estaban desesperados y él mismo no creía ganar. En aquel momento aparece el dinero negro. Ahí puedes explicar algunas cosas, como la reacción de Juan Camilo Mouriño que estaba al tanto de eso», señala Wornat.
Presiones y videos
La investigación para publicar el libro comenzó en 2010. Para 2011, las presiones y amenazas contra Wornat la obligaron a frenar los trabajos. Su hija también recibió intimidaciones. Lo mismo sucedió con la editorial que planeaba publicar el libro.
«Fue amenazado todo el mundo que tenía que ver con esto», afirma la periodista, quien abandonó México para regresar a vivir a Argentina. El archivo estuvo ocho años en una computadora, esperando el momento de salir a la luz.
Por ello, considera que existe «un cinismo» en la manera en que el expresidente Calderón realiza críticas al actual Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, aun cuando en el sexenio calderonista varios periodistas mexicanos como Anabel Hernández, Ana Lilia Pérez o Alejandro Gutiérrez tuvieron que salir del país por indagar al Ejecutivo, mientras que otros como Carmen Aristegui y Jesús Lemús fueron censurados y reprimidos.
Pasaron los años. Poco antes de que Wornat retomara el proyecto de publicar el libro, tuvo acceso a un video en el que, señala, aparece García Luna recibiendo dinero del narcotráfico en un avión privado.
«Fue en este último tiempo. No estaba trabajando en el libro. Tuve acceso y es un video bastante impactante. Se le ve a García Luna, de manera muy explícita, recibir dinero de un narcotraficante en un avión en Toluca y hablar del comandante. Su comandante es Calderón, no es otro. Eso es lo que se ve, pero lo que me dicen es que hay más videos», denuncia Wornat.
Hasta ahora los videos a los que hace mención la periodista no se han hecho públicos.
Las agencias de inteligencia de EE.UU.
En este contexto, Wornat asegura que, además de Calderón, las agencias de inteligencia de EE.UU. también son responsables en el escenario de violencia que actualmente vive México.
Según relata la periodista, la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estaban al tanto de los manejos de García Luna con el narcotráfico. Pero lejos de que el Gobierno de EE.UU. ejerciera presión para forzar su destitución, el exfuncionario mexicano se asoció con exagentes estadounidenses para fundar una empresa privada.
De 2006 a julio de 2020, el incremento de la violencia en México se ha traducido en 349.863 asesinatos
«Así como Felipe Calderón debe pagar por lo que pasó en su sexenio, porque él es responsable, fue presidente, él protegió a Genaro García Luna, también debe pagar Vicente Fox, Enrique Peña Nieto y también tienen que ver en este grado de responsabilidad las agencias de inteligencia de EE.UU., llámese la DEA, llámese el FBI, porque cuando a Genaro García Luna lo detiene la DEA, él tenía una consultora, que tenía por socios a un exagente de la DEA, un exagente del FBI, y un exagente de la CIA, y tres personajes que no eran cualquier personaje, que habían pasado por México y estaban de socios de este señor», afirma Wornat.
La consultora GL & Associates Consulting, fundada por García Luna, contaba entre sus socios aJosé A. Rodríguez Jr., exdirector de operaciones conjuntas de la CIA; Carlos Villar, exagregado legal del FBI en México; Luis Montenegro Rinco, agente de la Policía Nacional de Colombia, y Larry Holyfield, exagente de la DEA.
¿Por qué siguieron trabajando con él si era un tipo que le pasaba información confidencial a los narcos? Es la pregunta que planteó Wornat a Holyfield, cuando lo entrevistó en 2011. «Porque a veces hay que bailar con el diablo», respondió el exagente de la DEA, según la periodista.
De 2006 a julio de 2020, el incremento de la violencia en México se ha traducido en 349.863 asesinatos, de acuerdo con cifras oficiales del Instituto Nacional de Geografía y Estadística y el Sistema Nacional de Seguridad Pública. «Una herida que continúa hasta hoy y se fue profundizando», concluye Wornat.
Cortesía de Manuel Hernández Borbolla RT