Maradona era un personaje de leyenda para la cultura contemporánea, comentó Vittorio Macioce, redactor jefe del diario italiano Il Giornale.
«Para la cultura contemporánea Diego Maradona fue como Aquiles o Héctor, un personaje de leyenda, cuyas historias se cuentan en torno al fuego y se transmiten a los hijos», destacó Macioce.
En sus palabras, un héroe no tiene que ser perfecto, se le admira con todos sus vicios y debilidades: «Nadie le pregunta a Aquiles si inhala cocaína».
«Con todas sus fragilidades, Maradona superó la dimensión del presente y vivió como un inmortal, algo que sintieron en Nápoles y en todo el mundo», acotó Macioce.
A Maradona no se le podía ni envidiar, ni odiar: «Yo personalmente lo detesté en 1990, cuando Italia perdió la semifinal contra Argentina [en la Copa Mundial], pero este sentimiento se desvaneció rápidamente ante la grandeza de su genio».
En cuanto a la relación del jugador con la ciudad italiana y su equipo, Macioce observó que, aun si antes de la llegada del argentino el club Napoli no había ganado nada, «tenía una magia y un corazón» y Maradona «lo escogió casi por instinto», sintiendo que se sentiría bien aquí.
De hecho, Maradona representó el orgullo de Nápoles, «encarnó su belleza y su maldición» y se convirtió en un símbolo de la ciudad, «igual que la pizza o el Vesubio».
Maradona jugó en el Napoli entre 1984 y 1991, conquistando «dos scudettos» (título de campeón de Italia) en 1987 y 1990 y convirtiéndose en un ídolo para la ciudad.
Cortesía de Sputnik